Bueno no soy muy buena haciendo sumarios como habreis podido comprobar u.u Pues nada aqui dejo una nueva historia de mi pareja favorita espero que os guste. Creo que es un poco diferente pero se me ocurrió que en todo matrimonio hay alguna que otra pelea o pequeña discusión así que... ¿Por que ellos no ellos?
Espero que os guste y que por favor me dejeis reviews aunque sea para decirme lo mala que soy que no vuelva a subir ningun fic XD
Por supuesto los personajes no son mios sino de Sthephen Meyer.
-Carlisle
Resople por cuarta o quinta vez en esta tarde y levante la vista de los papeles que tenía sobre la mesa de mi despacho para mirar nuevamente la pared tras la cual estaba nuestra habitación, y en ella mi amada esposa Esme. Prácticamente podía verla sentada sobre la cama posando sus preciosos ojos color miel sobre las páginas de algún libro, el cual probablemente no estaba leyendo, sostenido por sus delicadas manos y sus labios perfectos y suaves se abrieron por sexta vez en la tarde para protestar a sabiendas de que yo la escucharía aun desde la otra habitación.
Volví a suspirar tratando de serenarme. Menuda semana habían elegido los chicos para dejarnos solos, por mi parte que los chicos decidieran dejarnos una semana de intimidad fue perfecto pero cometí un grave error por mi parte. No recordar una fecha, y esa fecha precisamente no había sido la de nuestro aniversario, ni la de su cumpleaños sino la de la muerte de su hijo. Estas fechas eran las peores de todo el año y Esme lo pasaba fatal, yo había tratado de animarla y suplir la falta ahora añadida de sus hijos. Todo iba bastante bien incluso había conseguido que sonriera como siempre la mayor parte del tiempo, pero todo se había desmoronado como un casticito de naipes ayer cuando la invite a "comer" conmigo en mi descanso en el hospital.
¿En que maldito momento la había llevado? No me arrepentí de haberla llevado conmigo, eso jamás solo me arrepentía de haberle presentado a Ginny. Ginny era una niña de apenas cuatro años a la que yo le había cogido mucho cariño pues era adorable. Esme en cuanto la vio correteando por el pasillo se le iluminaron los ojos. Esa fue mi perdición dejar que Esme llevará a Ginny en brazos hasta su habitación acompañada por mi. Evidentemente Esme me hizo la pregunta que yo hubiera deseado que no hiciera pues Ginny se estaba muriendo de leucemia, ya no se podía hacer nada por ella y a penas le quedaban un par de meses.
Esta información había conmocionado a Esme y ella misma había comenzado a fraguar una idea prácticamente suicida, quería convertirla. No solo eso quería convertirla para que fuera su hija y eso claramente no podía ser tenía solo 4 años y los niños vampiros estaban prohibidos. Suficientes problemas teníamos ya con los Vulturi para encima ahora darles un motivo de peso. Con mi negativa ella se había enfadado, se le habían unido demasiadas cosas la muerte de su hijo, las vacaciones de los chicos y el conocimiento de Ginny. Demasiados sentimientos de amargura y tristeza que yo no podía parar por mucho que lo había intentado y ahora estaban explotando en la habitación de al lado.
- La podría convertir perfectamente, no podemos dejarla morir - la voz melodiosa de Esme volvió a llegar a mis oídos. Ella hablaba como si yo no la estuviera escuchando cuando sabía perfectamente que podía oírla y de hecho lo hacía para eso - si no lo hace él podría hacerlo yo… - había tanta seguridad en su voz que incluso me asustó no podía dejar que hiciera una locura, los Vulturi irían a por ella y yo no podía permitir que le hicieran daño. Debía protegerla aunque se enfada conmigo.
- Esme ya basta, por favor - pedí o mejor dicho rogué desde mi silla en el despacho. Esperanzado en que abandonara esa idea, que dejara de darle vueltas y sobre todo que dejara de martirizarse y martirizarme. Justamente me había encerrado aquí porque no soportaba verla así y ella se aprovechaba de ello para tratar de convencerme con su locura. Pero esta vez no podía ceder a sus peticiones debía conseguir hacerla entrar en razón.
- Claro a Edward podías convertirlo porque te sentías solo, a mi ambos sabemos porque, a Rose porque viste en ella una pareja para Edward y después a Emmett como pareja de Rose. Esta claro que tienes que tener un motivo egoísta para hacerlo - estas palabras de Esme se clavaron como dagas en mi inerte corazón. Dolido y algo molesto porque pensara algo tan mezquino por su parte, algo que sabía que no habría dicho si estuviera en sus cabales, pero la cuestión es que lo había dicho y tan solo esas palabras bastaron para que yo abandonara la calma de mi despacho y fuera a nuestra habitación.
Esme
Quizás me había pasado con esas palabras pero de alguna manera tenía que convencerle para que convirtiera a Ginny, era tan pequeña su vida no podía terminar en unos meses aun tenía mucho por delante y nosotros podríamos dárselo, una vida eterna yo le daría todo el amor que necesitara y cuidaría de ella siempre. Sería mi sol ¿Por qué Carlisle no podía entender que lo correcto era salvar a esa niña? Levante la cabeza de las páginas del libro que ni siquiera había empezado cuando la manecilla de la puerta se movió para que mi esposo, Carlisle pudiera entrar por ella.
Carlisle
Abrí la puerta tratando de encontrar la calma de nuevo y en mi intento de mostrarme calmado y no dolido o molestó, mi expresión se convirtió en algo frío, más que frío carente de sentimientos, totalmente inexpresivo manteniendo la mirada de mi esposa - ¿ De verdad crees que soy un egoísta? ¿Según tú mi amor por ti ahora es simple egoísmo? - aunque en mi rostro sí, en mis palabras no pude esconder lo mucho que me habían dolido sus palabras y también lo mucho que me habían molestado.
Me miro con ojos apunto de llorar (de haber podido) e incluso su labio inferior comenzó a temblar - yo…yo… - tartamudeó con voz temblorosa que amenazaba por quebrarse en un sollozo. Dejó caer el libro desde sus manos al suelo y ocultó su precioso rostro entre sus manos comenzando a sollozar, lo único que podría hacer llorar sin lagrimas.
Sentí como mi corazón era apretado por un puño invisible en el interior de mi pecho y rápidamente me senté a su lado en la cama rodeando su frágil cuerpo con mis fuertes brazos, apoyando mi mejilla sobre su pelo aspirando su dulce aroma y depositando tiernos besos en su pelo tratando de calmarla - Sssh Esme sé que no querías decir eso - le dije en un susurro apaciguador. Me partía el alma verla así y no poder hacer nada para aliviar su sufrimiento. Desearía poder regalarle la luna se hiciera falta pero, ahora ella no quería la luna. Quería la luna y ambos sabíamos que eso no podía ser.
Enterró su rostro en mi pecho aun sollozando y se agarró con fuerza a mi camisa, de hecho con tanta fuerza que incluso se pudo oír el crujir de las costuras apunto de rasgarse. Acaricie su espalda con delicadeza y deposite una serie de besos en su frente y en su pelo, escuchando como sus sollozos desaparecían, aunque su agarre no aflojaba - es tan pequeña - la oí susurrar. Estaba claro que la idea no se le iba a ir de la cabeza con tanta facilidad como un abrazo.
- Por eso mismo no puedo convertirla es demasiado pequeña los Vulturi… - me vi interrumpido en mis palabras cuando se separó de mi pecho y se levantó casi de un vote de la cama zafándose de mis brazos con suma facilidad. Me miró con una expresión muy seria y separo sus perfectos labios para dictaminar su decisión - entonces lo haré yo - se giró para coger la puerta. Eso no podía permitírselo, por culpa de esa locura podían matarla. Tan solo de pensarlo mi mundo se extinguía como una pequeña vela.
Me levante de un salto tras ella y la seguí por las escaleras a gran velocidad y antes de que cogiera la puerta agarre su muñeca con fuerza evitando que diera un paso más hacia su destrucción - No puedes hacerlo, Esme - mi voz sonó quizás más autoritaria de lo que había pretendido pero me había asustado tanto ante la idea de perderla por una simple niña. Yo siempre defendía la vida y defendía a los humanos, pero si tenía que elegir entre mi amada y un humano. Sin dudarlo la elegía a ella, ella era mi mundo y el ángel de mi existencia.
Lentamente Esme se giró para mirarme y lo que descubrí en su mirada me dejo petrificado en el sitio ¿Eso era miedo? No entendía como pero Esme parecía aterrada ¿De mi? Ella dirigió sus ojos hasta mi mano apresando su muñeca y después me miró de nuevo pero parecía totalmente ausente. Yo solté su muñeca deslizando mi manos por el dorso de la suya hasta entrelazar sus dedos con los míos fijándome bien en su rostro pude leer en sus labios "Charles".
Chanchanchan hasta aquí puedo leer XD
Creo que mañana aproximadamente podré tener la segunda parte y probablemente la última.
Hasta entonces os dejo con la intriga muahaha
Gracias por leerme ^-^
