Junio 13 de 2006

La veo dormir tan plácidamente, hace unas horas terminó la fiesta que hicimos para ella por ser su cumpleaños, apenas ha cumplido solo 15 años y ha estado aquí 7 meses y ya tiene para ella sola a mi corazón, a mi parecer le ha gustado mi regalo, una canción que la hizo sonreír como nunca antes, y solo por esa vez me dejó besarla.

Aún recuerdo el día en que llegó a mi vida… era solo una mañana como cualquiera cuando vi que dos personas se acercaban a mi templo, uno era un hombre alto de mayor edad que la de su acompañante, la otra persona, una joven de entre los 13 y 14 años, ambos se aproximaban y se detuvieron en frente de mi templo.

Me sorprendió bastante que hayan pasado las primeras dos casas sin ningún problema, eran personas comunes y corrientes, empecé a escuchar algunas risas, supuse que eran hermanos cuando vi como jugaban y se burlaban el uno de la otra. Hicieron una apuesta, alguno de mis compañeros debieron haberles dicho que había un laberinto aquí… no me importo mostrárselos, la apuesta consistía en quien podía pasar el laberinto sin dificultad.

Primero entro el varón… como me entretuve viéndolo perdido en mi laberinto, sus equivocaciones lo llevaron a la entrada, se suponía que luego le tocaba a la chica, pero ambos entraron, pues ella decía saber el camino correcto, nuevamente hice aparecer mi laberinto… simplemente asombroso, ella pasaba con bastante facilidad seguida por su acompañante que parecía estar atónito por la habilidad de la muchacha.

Ya era bastante riesgoso dejar que sigan avanzando, decidí aparecer frente a ellos, solo para toparme con unos ojos marrón bastante cariñosos y amistosos, me acerque a los dos extraños que osaban pasar por mi templo, por la Casa de Géminis.

Ella empezó a susurrarle algo a su compañero, y de repente ella se me acerco, yo hice lo mismo hasta que quedamos frente a frente, ella era algo bajita así que agache un poco la cabeza para estar cara a cara con ella, su compañero pasaba, que ingenuo fue al pensar que no lo notaba, de no haber sido por ella, él no hubiera vivido para terminar de pasar, pero ahí me quede… frente a una señorita, muy bonita la verdad, envidie a mis dos compañeros por haberla visto de la misma manera que yo.

Su mirada y su sonrisa me dejaron cautivado, envidie a mis compañeros por haberla visto antes que yo, el que hayan visto ese largo y lacio cabello que caía hasta su espalda, su tímida sonrisa, su mirada cariñosa, era realmente bonita pero nada más, desde ahí ya no me sorprendió que mis amigos los dejaran pasar, ella simplemente era adorable.

De repente su rostro se acerco al mío y luego se detuvo, sentía su perfume, uno de flores muy suave y delicioso, luego copie su movimiento me acerque y me detuve, luego ambos nos acercamos para… darnos un beso.

Aún no logró explicarme con exactitud como es que pasó, simplemente no lo sé, podemos decir que para mí fue amor a primera vista, el beso termino algo rápido, pues su compañero la llamaba.

"Amy date prisa" – y dicho eso ella se separó de mi, al parecer él nunca notó lo que hacíamos. Ella antes de irse me miro con ternura a modo de despedirse, pero la detuve para tratar tontamente de alargar su estadía – "¿Volverás?" – le pregunte con afán – "Si" – fue su repuesta – "¿Te quedarás?" – le pregunte con interés – "No lo sé, no creo que él me lo permita" – dijo con una sonrisa triste, pero me dijo – "Tu canción será la primera"- antes de abandonarme.

Me quede esperando inútilmente, pues apareció Kiki el pupilo de Mü para informar que todos debemos presentarnos con Atena enseguida, me prepare, pero decidí esperar a Mü y Aldebarán para hablar de aquellos visitantes. Ambos aparecieron y comenzamos a subir juntos, hablamos de ellos, en especial de ella.

Al parecer no fui el único en esperar explicaciones de los otros, al pasar por la demás casas cada uno comentaba su experiencia, - "Solo me esquivo y me dio una suave patada, para luego irse corriendo sin antes darme un beso en la mejilla… ¡No es gracioso Milo!" – decía con un fingido enfado Máscara de Muerte – "Ella solo paso por mi lado como una suave brisa y besarme en la mejilla como tal"- dijo Shaka que no pudo evitar sonreír, por cada experiencia que escuchaba, me había dado cuenta de algo… ¡Yo había sido el único en recibir un beso real en la boca y los demás solo había recibido besos simples!

La verdad quede completamente asombrado, llegamos al salón del gran maestro y allí estaban los dos, él sentado junto con el Patriarca y ella sentada al lado de la diosa, pero había algo diferente en ella, su cabello estaba recogido, todos empezaron a preguntarse en voz alta como se vería si no lo tuviera así, era simplemente grato sentir que yo había sido la excepción, todos estaban muy felices de verla, nos sorprendió ver a Camus sonreír, ella simplemente había cambiado nuestras vidas con su simple sonrisa.

Atena nos había llamado para cenar junto con aquellas personas, él joven se llamaba Ramsés y ella Amy, su forma de ser era especial, se podía ver como sin esfuerzo alguno podía hacer reír a la diosa.

Cenamos, y terminado eso Atena empezó a preguntar la razón por la cual se encontraban en el Santuario, pero vaya historia, viajaron hasta aquí por ser el regalo adelantado de cumpleaños que le había hecho su familia a Amy. Pero lo que me gusto más fue cuando le pidieron cantar, la primera fue una canción muy hermosa, y cuando la canción término me vio fijo sin que nadie lo note, "¿Te gusto?" pregunto desde lejos, sonreí y ante ello quedo satisfecha.

Al cantar su voz era fuerte pero suave, una voz que me maravilla cada vez que la oigo, aún cuando sea en la ducha. Al final le dijo a Atena que jamás dijera saber como era ella pues la verdad había mucho que descubrir de ella, cosas que hasta ahora ella tiene para enseñarme, que yo jamás me había imaginado.

Después de unas horas Ramsés decidió que ya debían irse, pero Atena no se los permitió, le pregunto a Ramsés a que signo pertenecía, - "Acuario" – contesto – "Entonces dormirás en la casa de Camus de Acuario" – sentenció la diosa y al parecer no le importo, luego se lo pregunto a ella – "Gé…" – "Géminis" – la interrumpí yo, todos me observaron extrañados y luego la vieron a ella que solo asintió levemente – "Entonces dormirás en la casa de Saga de Géminis – la sentenció a ella que asintió nuevamente, pero mi alegría ya no cabía en mi pecho, simplemente me sentía realmente emocionado de tenerla para mi, en mi casa.

Una vez ya dados los lugares donde dormirían todos nos retiramos, y ella se aproximo a mi para que la llevara, caminamos todo el camino en silencio… ¡Dioses como me hubiera gustado escucharla hablar! Pero no pasó.

Llegando a mi templo empecé a insistir a que me hablara, más no lo hizo, su tierna sonrisa no era suficiente para mí, quería que hablara, mi paciencia se acabo y la amenace, pero fue un grave error – "Si no me hablas, yo ya no te dirigiré la palabra" – hacer eso fue realmente mala idea, pues se molesto.

Y supongo que Milo aprovecho la situación para aparecer y pedirle que salieran a pasear y ella al ver que yo no decía o hacía nada acepto – "Me encantaría" – la escuche decir, no lo entendía, ¡No hablaba conmigo, pero si con Milo!... realmente estaba frustrado, así que decidí seguirlos. Se dirigieron hasta donde estaba el lago, y bueno… cuando algo bueno le pasa a uno, no puede evitar decírselo a los demás ¿verdad?

La verdad es que el error más grande fue que les haya contado a todos del beso que me dio, fue un gravísimo error, pues escuche lo que Milo le preguntó en ese momento – "Entonces, ¿es cierto que besaste al santo de Géminis en la boca?" – esas fueron las cínicas palabras que pronuncio, pero lo que ella respondió me hizo sentir miserable – "Si pero no sabes cuan arrepentida estoy de haber hecho eso… realmente no se por qué lo hice…" – de repente se paró en seco, Milo solo le pregunto que era lo que pasaba – "Soy una estúpida… ¿por qué nunca pienso antes de hablar?" – se reprocho a si misma – "¿A que te refieres?" – Simplemente él no entendía, de alguna manera supo que yo estaba ahí – "Si lo quieres saber date media vuelta" – me miro y luego evito mi mirada y triste se dio la vuelta.

Yo pensé que sería mejor dejarlos solos, más ellos decidieron seguirme, me senté en una roca y cuando me hallaron Milo nos dejó solos, no nos dijimos nada, estaba realmente molesto con ella y me puse en marcha hacía mi casa y ella no se movió – "¡Lo siento! No fue mi intención…" – escucharla decir eso me agradaba pero aún así, decidí no hacer caso… cuando volteé vi algo que me hizo sentir aún más miserable… lloraba mientras se sentaba en la roca.

Me acerque y cuando estuve de rodillas frente a ella, me miro muy triste y apenada - "Perdóname… no quise hacerte… sentir mal… la verdad… es que no se por qué lo hice… sentía que así debía ser… que era algo que debía pasar…" – me dijo mientras sollozaba, me miro a los ojos y realmente me di que yo también pensaba lo mismo, me asombre mucho cuando me abrazo por el cuello mientras sollozaba de culpa – "Por favor no te enfades conmigo… a mi no me gusta perder a mis amigos…" - ¿amigos? Al menos pensé que seríamos algo más, no evite preguntárselo y trate de besarla, más ella me esquivo, ella se levanto me ayudo a levantarme y en el camino de vuelta me contó la razón por la que ya no quería besarme, me contó como fue su vida amorosa en su país, la verdad que no fue nada alentadora y que la verdad quería que fuéramos amigos para que ambos nos demos cuenta de lo que queremos al paso del tiempo.

A pesar de no querer, me pareció buena idea, por el camino fue cantando todo tipo de canciones, y de rato en rato hablábamos sobre cualquier tontería, verla reír me hacía feliz y oirla era para mi una dulce melodía.

Llegando a mi casa la llevé a mi habitación, a ella no pareció importarle ese detalle le indique donde quedaba el baño, la sala, la cocina, etc. Entonces ella me preguntó donde dormiría yo, donde más si no era en el piso, pero se opuso rotundamente, que graciosa discusión, pero por un golpe de suerte gané.

Su ropa de dormir era simplemente provocadora para mí, no le importo cambiarse aunque estuviera allí, la parte suprior era de colores, algo infantil, pero lindo, dos delgadas tiras pasaban por sus hombros y la prenda la cubría desde su busto hasta un poco más arriba de su cintura, al contemplar su cuerpo, me di cuanta de que para mi era perfecto. La prenda inferior era como un pantaloncillo corto ajustado, que cubría una mínima parte de sus muslos.

Entró a mi cama y me aproxime para darle un beso en la frente, que ella correspondió dándome otro, para luego dormir.

Recordar eso me pone feliz y risueño, volteó nuevamente para verla, ¡dioses, como deseo abrazarla y besarla por el resto de mi vida! La amo, me enamoré de ella desde la primera vez que la vi… estoy seguro de que me ama… pero las heridas que el amor le han causado la hacen desconfiar.

Bueno… este diario me durara hasta que ella y yo estemos juntos, y no dudo en que será pronto.

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CONTINUARÁ…

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