Encontramos a Ash algo pensativo realizando una llamada por videoteléfono.

-¿Quién es? – responde una persona a la llamada y Ash observa a Misty aparecer en la pantalla – Ash… - responde en un tono enojado y lleno de decepción.

-Misty, necesitamos hablar, puedo pasarme por tu gimnasio y…?

-No – responde ella tajantemente sin dejarle seguir hablando.

-Pero, Misty… - intenta persuadirla débilmente – necesito decirte algo...

-¡¿No crees que ya me dijiste suficiente, Ash?! – continúa ella, ahora en tono enojado y cierra los ojos al recordarlo.

-Flash Back-

Ash volvía de su viaje por Shinnou finalmente a su casa en pueblo paleta, pero al entrar a su casa, se encuentra con una fiesta que le han preparado.

-¡Felicidades! – gritan todos a la vez sorprendiendo a Ash.

-¿Y esto? – pregunta, a la vez que su madre se acerca y lo abraza.

-Una fiesta para celebrar que quedaste entre los cuatro mejores en la liga Shinnou – lo mira sonriente Delia.

Él queda observando a su alrededor mientras todos sonríen y les devuelve la sonrisa – ¡Gracias a todos, chicos!

Entre los presentes se encontraban además de su madre, el profesor Oak, Tracey, Gary y Misty, a la cual se sorprendió de ver.

-¿Misty? – se acercó a ella extrañado - ¿cómo es que estás aquí?

A ella la pregunta no pareció sentirle demasiado bien, y una vena enojada apareció en su frente, y Gary se dio cuenta de ello, por lo que antes de que contestara de mala manera, el castaño se puso al lado de Ash y le dio una palmadita en el hombro desviando la atención de ambos hacia él.

-¿Te molesta que esté aquí la persona que organizó toda esta fiesta por ti, Ash? – lo mira pareciendo calmado.

-¿Qué ella…? – la mira fijamente y nota como aparta la mirada a la vez que muestra un rostro sonrojado del que desaparece en un instante el mal humor.

-¡Gary, os dije que no dijerais nada! – mira al aludido de reojo y este simplemente sonríe.

Ash la observa extrañado, y cuando ella le devuelve la mirada con una expectante por saber lo que piensa, él responde con una agradecida sonrisa y un… - Muchas gracias, Misty.

Ella solo puede responder agachando la cabeza para tapar su rostro sonrosado con su cabello y asintiendo con la cabeza levemente – N… no fue nada, Ash.

La fiesta dio comienzo, con música y gran cantidad de comida.

Llegó la noche y ya solo quedaban Ash, su madre y Misty, la cual iba a quedarse a dormir para no salir en la noche para regresar a ciudad Celeste.

Ellos salieron al patio de la casa y se sentaron sobre el césped para hablar un rato mientras su madre recogía algunas cosas en la cocina.

-Hacía tiempo que no nos veíamos, Ash – dice ella a la vez que se queda observando una luna llena que cubría el cielo despejado con su luz blanquecina.

-Mucho… - dirige la mirada al rostro de Misty y sonríe levemente.

Mientras la observa se da cuenta de que la pelirroja mueve los labios levemente, como si intentara decir algo pero las palabras no pudieran salir de su boca – ¿has dicho algo, Misty? – pregunta él finalmente, al escuchar un susurro pero no saber que dijo.

Ella niega levemente con la cabeza sin decir nada y una sonrisa leve aparece en su rostro a la vez que cierra los ojos – No dije nada, solo pensaba.

-¿Y en que pensabas? – ella se queda mirándole ante la pregunta sin dejar su sonrisa y entreabriendo los ojos.

-En que la luna se ve muy solitaria allá en el cielo – se recuesta algo más y vuelve a mirar hacia el cielo.

Él ladea la cabeza sin comprenderla y se encoge de hombros antes de levantar también su mirada – me recuerda a ti.

Ella se molesta por el comentario pero solo suspira – no hacía falta que me recordases que estoy algo sola últimamente, sabes que no puedo dejar mi gimnasio – agarra con fuerza algo de césped entre sus delgados dedos para desahogarse.

-No me refería a eso… - ella se queda mirándole pero Ash no aparta la vista de la luna, y una sonrisa dulce aparece en su rostro.

-¿A qué te referías entonces?

-Ella está sola, pero… - el chico se calla por unos segundos como si pensase en que palabras debería usar, y finalmente la mira y dice – brilla tanto que atrae la atención de todo el mundo.

-¿De qué sirve que todo el mundo la observe si…? – pero en ese momento se calla a la vez que el resto de la frase queda en su mente, "…si el único que le importa que la observe, el sol, jamás se parará a verla".

-¿Si…? – repite él, curioso por saber que iba a decir.

-Si de todas formas va a estar sola… - miente ella, suspirando aliviada por no haber dicho esa frase tan vergonzosa.

-Pues el sol lo tiene peor aún – ella lo mira sorprendida pensando que le había leído el pensamiento – él está solo y brilla tanto que nadie puede pararse a mirarlo, además… - piensa que decir por unos instantes – no, nada.

-¿Qué ibas a decir? – le pregunta ella con mirada de intriga.

-Además la luna solo gira alrededor del mundo, nunca se para a mirar al sol – señala él, apartando la mirada hacia el cielo de nuevo.

-Pues yo pienso lo contrario – señala ella levantándose intentando ocultar su repentino mal humor – que ella siempre le observa, pero él no se da cuenta.

Ash vuelve su vista a la chica que comienza a irse - ¿A dónde vas?

-A ayudar a tu madre a limpiar, lo dejamos todo desordenado y no esta bien que estemos aquí sin hacer nada.

Él nota mal humor en su tono y se levanta - ¿estás enfadada por algo?

-No – responde muy secamente.

-Si lo estás, ¿Qué pasa?

-Dije que no estoy enfadada, ¿por qué debería estarlo? – responde intentando parecer calmada pero no lo logra.

-No lo se, pero lo estás.

-Ya dije que el sol nunca se da cuenta de nada – responde mirándolo fijamente sabiendo que no iba a darse cuenta de la indirecta, pero ya estaba acostumbrada.

-¿Se puede saber que tiene que ver el sol con que estés enfadada?

-Nada, solo me enfado por enfadarme, me gusta – responde ella sarcástica.

-Eso ya lo se – responde él en un susurro para que ella no le oiga, pero sin embargo lo hace y una enorme vena aparece en su frente.

-Además de no darse cuenta de nada, es idiota – lo mira desafiante, sabiendo de antemano que él seguiría sin saber de qué estaba hablando.

Él ladea la cabeza sin entenderlo bien – ¿hablas del sol o de mí?

-¡¿Tan torpe eres que aún no te has dado cuenta de que todo el tiempo me refería a ti?! – señala ella para desahogarse.

-¡¿Si tan idiota y torpe te parezco por que pierdes el tiempo haciéndome esta fiesta y no te vas a tu gimnasio?! – responde él, cansado de que le insulte sin decirle aún el motivo.

Repentinamente, ella le clava una mirada muy enojada y a la vez de dolor, y Ash se arrepiente totalmente de lo que acaba de decir al ver como su rostro se cubría en cientos de lágrimas y se acerca para disculparse.

-Misty, yo no… - pero su voz es silenciada al notar como su cara se voltea a un lado y siente un ardor y dolor en la mejilla tras recibir un manotazo de Misty.

-¡Si lo hice es por que aunque seas un torpe y un idiota eres mi mejor amigo y por que te amo!

Ash queda tan sorprendido por sus últimas palabras, que cuando ella se gira y comienza a irse corriendo, no es capaz ni siquiera de decir una sola palabra o dar un paso para seguirla.

Unos minutos más tarde entró a la casa, pero Misty ya no estaba, se había ido en mitad de la noche por su culpa y no podía hacer nada.

-Fin del Flash Back-

-Me dejaste bien claro que no te importa no verme casi nunca, y lo poco que te importan mis sentimientos – señala la chica mirándole fijamente y seria.

-Eso no es verdad…

-Si que lo es, Ash, ¿ni siquiera te paraste a pensar que me haría daño que me dijeras que me quedara en mi gimnasio en lugar de ir a verte? – le pregunta cerrando los ojos.

-No sabía lo que sentías…

-¡¿Estas intentando disculparte diciendo que si yo no sintiera nada, no habría problema?, ¿Qué no me dolería igual?! – grita fuera de si, cansada de su torpeza.

-No...

-El otro día me demostraste lo contrario – agacha la cabeza para que no le vea los ojos con su cabello - ¿serías sincero si te pregunto una cosa, Ash?

-Sí, sabes que sí.

-Dime, ¿qué soy para ti? – vuelve a mostrar sus ojos y le mira seriamente dejándole claro que no quiere que aparte la mirada.

-Misty… - la mira algo nervioso sin saber que contestar – mi… mejor amiga – susurra en un tono suficientemente alto como para que ella pueda escucharle.

-Mentiroso – responde ella tajantemente.

-No miento…

-A una mejor amiga se la llama de vez en cuando aunque solo sea para saber como esta – declara triste, y él se da cuenta de que esta era la primera llamada que le hacía.

-A una mejor amiga se la visita cada vez que hay oportunidad, aunque solo sea por verla de nuevo porque os podáis ver en pocas ocasiones – continúa, haciéndole ver que jamás la ha visitado.

-Y… - su voz no logra salir por unos segundos por que una lágrima traicionera comienza a descender por su mejilla, pero se obliga a continuar – y a una mejor amiga jamás se le dice algo como lo que tú me dijiste, Ash.

Un frío y doloroso silencio cubre el ambiente por unos segundos – Lo siento – susurra él en un tono adolorido, mientras su rostro es cubierto por su gorra al agachar levemente la cabeza por no atreverse a verla a la cara – perdóname.

-Ojala pudiera perdonarte, Ash – lo mira con dolor en la mirada – pero… me hiciste demasiado daño, no puedo…

-Ash levanta la cara para decir algo, pero en ese momento Misty había cortado la llamada y quedó observando su reflejo en la negra y oscura pantalla del videoteléfono mientras cerraba los puños con fuerza.

Durante los días siguientes, Misty recibió decenas de llamadas, llamadas que jamás fueron contestadas, que jamás quisieron ser contestadas por la pelirroja.

-Es irónico… – susurra al mismo tiempo que observa una foto que guardaba de cuando aún viajaba con sus amigos en la que aparecían ella y Ash con una gran sonrisa en sus rostros y divirtiéndose en un festival – nunca me atreví a decirle mis sentimientos y cada vez lo pasaba peor, pensando que cuando tuviera el valor suficiente… todo iría bien, pero… - varias gotas comienzan a humedecer el marco que cubría la imagen que sus ojos engullían deseosos de regresar a esos tiempos – pero justo cuando le digo que le amo, acabamos de esta manera…

-¡¿Cómo demonios llegamos a esto?! – grita enfurecida justo antes de lanzar el marco con fuerza al otro lado de la habitación, el cual termina estrellándose contra la pared y haciéndose pedazos.

Los días se sucedieron lentamente, y una semana más tarde aproximadamente, las llamadas cesaron, desanimándola y haciendo que se deprimiera más aún al pensar en que Ash había desistido en su afán por disculparse.

Lo que no sabía, es que tres días más tarde, cambiaría las vidas de ambos por completo, ya que un incendio daba su inicio, cuyas llamas no solo devastarían cosas materiales, sino también sus corazones.

[Continuará]