Lo se debería estar actualizando las demás historias, pero no pude resistir la tentación de una nueva, disfrútenla.

Capítulo 1: Hubiera.

"No mires hacia atrás, si de verdad tienes algo que hacer mira siempre al frente."

—Si me hubiera dado cuenta aquella vez, tal vez todo sería diferente ahora.

La luz vespertina atravesaba el ventanal, su mirada clavada en el cristal frente a él, recorrió cada parte de su rostro, entonces observo fijamente sus ojos y la duda surgió.

¿Que reflejaba su mirada?

¿Amor, odio, tristeza, felicidad? No lo sabía pues en aquellos orbes verdes no había nada más que un profundo vacío, sin rastro de emoción alguna.

No sentía nada, absolutamente nada.

Ignoro su reflejo y se estiro a tomar la botella en la mesa junto a él, bebió el resto del líquido y frunció el ceño al ver que no había más.

Abrió la boca para llamar al viejo Kreacher y pedirle una botella extra pero el repicar del timbre lo interrumpió se levantó del viejo sillón y se dirigió a la puerta, al abrirla suspiro. Frente a él estaba una Ginny enfundada en un caro vestido italiano, zapatillas tacón de aguja y con su larga melena suelta, su ex esposa desde hacía dos meses atrás, se hizo un lado y la dejó entrar.

La ignoró y regreso a su lugar en el sillón donde una nueva botella de whisky de fuego lo esperaba.

—De nuevo borracho, eres patético — exclamó ella con desprecio.

— ¿Qué demonios quieres Ginebra? — Respondió tajante —si solo vienes a fastidiar ya te puedes ir largando.

La pelirroja gruñó y lanzó un folder a su cara, él tomó los papeles al vuelo (el hecho de que estuviera borracho no significaba que no pudiera atrapar cosas por algo había sido un buscador) los leyó y su mirada se volvió más vacía.

—Pensé que querrías una copia, considéralo tu regalo adelantado de cumpleaños — dijo ella con la voz llena de júbilo y satisfacción —ahora sí me disculpas tengo un viaje a las Bermudas que hacer con mi marido, adiós Harry.

Se giró y salió dejando tras de sí a un Harry sorprendido

El acta de divorcio, el certificado del nuevo matrimonio de Ginny, con el documento que avalaba la trasferencia de todos los bienes monetario, reliquias e inmuebles a nombre de ella.

Al fin era oficial, su vida era un asco y solo había tomado dos meses.

Ginny la mujer de la que se enamoró, con la que se casó y crio 3 hijos; lo había engañado con Cormac Mclaggen desde siempre, si aquel día no hubiera llegado temprano a casa no los hubiera descubierto y ellos seguirían engañándolo, y lo peor en su propia cama.

Maldita perra.

A él lo mando a San Mungo por 2 semanas y a ella le exigió una explicación, la respuesta:

Nunca lo amo, solo estaba con él por su fortuna y por qué era "El Niño que Vivió", se burló en su cara y le grito que todos lo sabían excepto el.

Quiso remediarlo, le ofreció una oportunidad, quería intentarlo de nuevo pero ella lo rechazo, gritándole que estaba harta de él.

La hecho de la casa de sus padres que reconstruyo y justo cuando la pelirroja tomo sus maletas lista para desaparecerse le grito una cosa más.

—Albus, James y Lily no son tus hijos, son de Cormac o al menos eso creo.

Entonces desapareció y su mundo se derrumbó aún más, dos días después le llego una notificación legal que le informaba que Ginny había iniciado el proceso de divorcio y además le exigía una pensión y compensación por todos esos años de "tortuoso matrimonio".

Sin embargo la guirnalda del pastel fue cuando se enteró que la abogada de Ginny era ni más ni menos que su mejor amiga Hermione, su abogada era Susan Bons y ella le dijo que podrían contrademandar pero aun así no serviría de nada pues los testimonios lo destruirían y ella se quedaría con todo, excepto Grimould Place pues el la había puesto anteriormente a nombre de su ahijado Teddy como regalo.

Se armó un escándalo, Ginny afirmo que había sufrido de golpes, insultos, violaciones, amenazas y más a manos de él; Molly, Hermione, Ron, Percy y otros más corroboraron eso, aquello fue una gran primicia que durante semanas estuvo en la primera plana de varios periódicos en especial del Profeta algo obvio siendo Ron el editor en jefe.

El ministro uso todo su poder en el Winzengamot y aprobó todas y cada una de las exigencias de Ginny, ah el ministro.

Albus Dumbledore, si él era el ministro el cual no estaba muerto. Aquella noche el hombre uso a un pobre desconocido que tenía un poderoso glamour haciéndolo lucir como él y que además estaba bajo el imperio y murió en su lugar.

Cuando la guerra termino el reapareció con una gran sonrisa exclamando que cada paso que Harry había dado, cada acción que hizo era gracias a su perfecto plan. E incluso la muerte de Voldemort pues según, el mismo lo había entrenado en duelo, hechizos, encantamientos y más, además que Voldemort había sido debilitado anteriormente por un antiguo encantamiento celta.

Eso lo coloco en la cima y a Harry en el olvido, no es que quisiera que todo el mundo lo aclamara ni nada por el estilo pero al menos espero un gracias por todos esos años que casi muere, poco después Dumbledore fue nombrado ministro.

Todo había sido parte de un juego enfermo, su encuentro con los Weasley, su estadía con los Dursley, su romance con Ginny, su amistad con Hermione y Ron, el E.D., la búsqueda de los horrocruxes, la muerte de Sirius, Snape y Lupin.

Ellos lo habían engañado, usado, solo había sido un peón más que podía ser sacrificado, su vida había sido una mentira, no tenía nada ni a nadie, solo era un mago de 35 años, solo y en quiebra.

—Harry, Harry, Harry... —Canturreo una voz masculina de pronto.

Fastidiado se volteo y vio a Kreacher cargar el único retrato existente de Sirius, el cual había sido hecho poco antes de que terminara en Azkaban.

— ¿Qué quieres Sirius?

—Oh vamos cachorro— respondió con un puchero— arriba ese ánimo no todo está perdido, hay que verle el lado bueno a todo esto.

El ojiverde lo fulmino con la mirada.

—Pues no lo hay, se mire por donde se mire.

—Pero al menos ya te divorciaste de ella, si no...

— ¿Si no qué?— Lo interrumpió molesto. — ¿Hubiera arruinado mi reputación? ¿Me hubiera quitado todo y dejado en la calle? Perdona Sirius pero estas algo atrasado, eso ya ocurrió.

—Tómalo como una oportunidad para un nuevo inicio, podrás hacer lo que quieras, ir a donde sea, será una nueva vida.

— ¿Nueva vida? ¿Donde? ¿En el Polo Norte, en el Desierto del Sahara? No espera en el bosque prohibido, llegare viviré en un árbol y seré feliz el resto de mi vida. — Exclamo con una marcada ironía.

—Harry cálmate— pidió su padrino al ver que de nuevo comenzaba a perder el control.

— ¿Calmarme? ¡¿CÓMO QUIERES QUE ME CALME?!

Kreacher retrocedió con el retrato al ver que su amo estaba furioso, al ver esto Harry se obligó a calmarse.

—Mi vida es un asco, todo por culpa de ellos. Si me hubiera dado cuenta. Si no me hubiera comido esos estúpidos panecillos repletos de amortentia. Si no hubiera seguido y creído todas las estupideces de Dumbledore. Si no hubiera enseñado en el E.D. no hubiera ido al ministerio y tú no estarías muerto.

—Él hubiera no existe Harry, todo sucede por una razón, las decisiones que tomamos, las personas que conocemos, las acciones que realizamos. Todo tiene un porque, para tener un futuro debes olvidarte de tu pasado.

— ¿Cómo? ¿Dime cómo Sirius? Porque yo no puedo deshacerme de este dolor y soledad, de este sentimiento de traición.

Su voz se volvió entrecortada, sus piernas flaquearon y cayo de rodillas al suelo mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

—Me siento vacío, el corazón me duele pero al mismo tiempo siento un gran odio y desprecio por todos aquellos que me traicionaron, quiero que paguen pero no sé qué hacer...

Un ligero golpeteo en el ventanal se escuchó haciéndolo reaccionar, Harry sacudió la cabeza y se obligó a mantener sus emociones a raya. Kreacher dejo al ave entrar, al enfocar su mirada vio la lechuza negra de Susan entrar y posarse en la mesa.

Esta le dio un sobre y un cofre, intrigado abrió el sobre a la par que la lechuza se marchaba.

Harry:

Cuando los duendes de Gringotts revisaron las bóvedas Potter para realizar el inventario, encontraron este cofre.

Realizaron cientos de hechizos y ninguno pudo abrirlo, incluso recurrieron a expertos pero obtuvieron el mismo resultado, al final llegaron a la conclusión de que solo un Potter de sangre podría abrirlo y como ninguno de los hijos de Ginebra es tuyo tampoco podrían abrirlo, así que después de un debate decidieron entregártelo.

No sabemos que hay adentro puede ser cualquier cosa, es por eso que te pido que tengas cuidado.

Cuídate mucho Harry y no olvides que no solo soy tu abogada también tu amiga, así que cuentas conmigo.

Susan.

Cerró la carta y miró el cofre, era de madera oscura finamente tallado, no había cerradura alguna pero tenía grabados una serpiente y un león en la parte superior.

Lo que sea que hubiera, era algo de gran poder, lo sentía, su magia hacia resonancia con ello, algo sumamente poderoso.

No pensó solo actuó, tomó su olvidada varita del suelo y con un hechizo cortó su palma, el brillante líquido carmesí goteo en ambos tallados, los ojos de ambos animales brillaron y con un chasquido el cofre se abrió mostrando 4 objetos, los rozo con sus dedos y entonces lo sintió.

Un nuevo poder, puro y magnífico corrió por sus venas, una sensación embriagante.

— ¿Harry?— Llamo vacilante la voz de Sirius.

Abrió los ojos, (los cuales no sabía que había cerrado) y miro el retrato de su padrino.

Una sonrisilla adorno sus labios y sus ojos esmeraldas brillaron por primera vez en mucho tiempo, Kreacher se congelo, la mirada de su amo era fría, oscura, pero sobretodo mostraba un gran y profundo poder. Su cuerpo tembló involuntariamente y por poco deja caer el retrato de Sirius.

—Al parecer mis palabras fueron escuchadas.

— ¿De qué hablas Harry?

—Esto es todo lo que necesito, con esto podría cambiarlo todo.

Sirius lo miro interrogante al igual que Kreacher, ninguno entendió sus palabras y por un instante pensaron seriamente que se había vuelto loco.

Harry saco del cofre dos objetos, se colocó en cada muñeca gruesos brazaletes de oro blanco, cada uno tenía tallado diversas runas y grecas, estos se ajustaron inmediatamente a sus muñecas. Tomo el tercer objeto, un libro de encuadernado amarillento y lo abrió, las páginas eran oscuras y no había nada escrito en ellas, rápidamente lo hojeo hasta llegar a la mitad donde fueron apareciendo letras de una antigua lengua muerta en color dorado, pero que el podía leer gracias a los brazaletes.

"Para el destino alterar, son necesarias siete vueltas, el mecanismo sólo podrá ser activado por un maestro de la muerte.

Sus sentimientos, determinación, esperanzas y dolor serán el precio a pagar; al aceptar este contrato no habrá marcha atrás y sólo la antigua magia será la que determina el momento exacto en que el cambio será efectuado.

Dos caminos se abrirán ante ti.

La luz, no solo llevar la esperanza, sino convertirte en la esperanza misma.

La oscuridad, ocultarte en su manto y llevar destrucción, dolor y muerte a tus enemigos.

Mago que has leído esto, haz sido advertido; en ti esta la decisión solo un camino podrás tomar, así que elige bien..."

Harry cerró el libro y tomó el último objeto, un pequeño reloj de arena con 3 círculos con runas gravadas, era de color negro, dentro del cual había arenas blancas y colgaba de una larga cadena plateada, lo agito suavemente y miró a Sirius.

—Todo será diferente, será como debía ser.

Sirius solo lo miro, pero sus ojos se dilataron al verlo lo que su ahijado sostenía, entonces comprendió todo.

— ¡NO!— Grito. — ¡NADA TE ASEGURA QUE LAS COSAS SERAN DIFERENTES!

—Solo hay una forma de averiguarlo.

— ¡NO LO HAGAS HARRY! —Suplico. — ¡PODRIAS DESTRUIRTE! ¡SI ELIGES ESTE CAMINO NO HABRA RETORNO Y EN ALGUN PUNTO TE DARAS CUENTA Y SERA TARDE!

—Jamás me arrepentiré, quiero ver a dónde me lleva este camino.

— ¡NO HARRY! ¡NO LO HAGAS!

— ¡¿ENTONCES QUE HAGO?! ¡NO ME QUEDA NADA!

Sirius apretó los labios, sabía que tenía razón.

—Creí que si esperaba lo suficiente alguien vendría y me sacaría de esta oscuridad, pero nunca vino nadie y me hundí cada vez más en ella. Llore, grite, suplique y rogué hasta el cansancio pero ellos nunca se detuvieron, solo se rieron de mi sufrimiento, solo jugaron conmigo. Estoy harto he tomado mi decisión, lo hare, cazare uno a uno y les hare sentir el fuego del infierno donde me lanzaron, todos pagaran con sangre.

Sirius lo miró con resignación, era una batalla perdida lo sabía, la persona ante él había sufrido demasiado y ese sufrimiento lo había llevado a tomar una decisión drástica, sabía perfectamente que nada ni nadie podría hacerlo cambiar de opinión, así que sólo había una cosa que él podía hacer por él.

—Buena suerte Harry, en verdad espero que no estés equivocado. Te deseo lo mejor de este mundo y en verdad ruego que seas feliz un día.

—Buen viajé amo— dijo de repente el viejo elfo —sin importar cuándo ni dónde, Kreacher siempre lo servirá.

Miro a ambos, habían sido su compañía los últimos días, lo habían escuchado, soportado, habían sido su fortaleza, aquel elfo y cuadro habían evitado que se volviera loco.

Les sonrío como solía hacerlo cuando era joven y sin más se colgó el artefacto, lo giro 7 veces y pidió a la magia que lo llevar a un punto dónde pudiera cambiar las cosas.

—Adiós y gracias.

Aquella tarde Harry Potter de 35 años se dio cuenta que no tenía motivos para seguir viviendo, así que tomó una decisión.

Una decisión qué cambiaría todo y quizás sólo quizás sería para bien y quien sabe tal vez un día podría ser feliz.

Este capítulo solo es una probadita, dependiendo de la respuesta de todos los lectores decidiré si continuarla o dejarla así, por ahora aparecerá como completada pero si subo un capitulo nuevo cambiare eso.

En fin, no olviden comentar para saber si les gusto ok, hasta la próxima, bye bye.