Disclaimer: Fire Emblem no me pertenece
Nota de autor: Hola, traigo un nuevo mini fic Chrobin, serán tres capítulos solamente.
Es para mi bella Onmi, quien me dio el prompt que dice: "Chrom y Robin son amantes reencarnados, pero no son inicialmente compatibles el uno con el otro".
Advertencias: Posible OOC. Universo alterno. Yaoi.
Odio a primera vista
"El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay reacción, ambas se transforman"
Carl Jung
ツワブキ・ダイゴ
Robin estaba convencido de algo: la universidad apestaba. Sobre todo si se estaba dentro de una fraternidad de puros niños ricos y no se contaba con un quinto de lo que ellos se gastaban en el almuerzo.
Lo peor de todo, era que se encontraba metido en contra de su voluntad en una fiesta mal organizada donde todo mundo lo veía como el mesero de extraño cabello blanco con piercings. Y era más jodido, que ni siquiera le pagarían por ello.
—¡Hey, Gatico!
Gaius lo abrazó por los hombros con el aliento apestando a alcohol y dulces, Robin le frunció el ceño pero no se alejó de su amigo.
—¿Qué pasa?
—Necesito tu ayuda para ganar una apuesta.
«Y aquí vamos otra vez» pensó el albino antes de sentir que le colocaba algo en la cabeza y como era arrastrado por todo la casa.
No tardaron mucho en llegar, de hecho Robin esperaba que lo hicieran o al menos Gaius tuviera la decencia de dejar de coquetear con su prima y poder largarse cuanto antes, pero incluso Tharja con todo su aspecto sombrío se encontraba entre la multitud con un vaso rojo de plástico y sospechaba que no contenía ponche de frutas. Aunque incluso podía apostar a que tenía una gran cantidad de alcohol como si éste fueran las frutas.
―Gaius, de verdad. Quiero irme ya. ―Pero ni la súplica casi desesperada del albino ablandó el corazón del amante de los dulces, éste siguió arrastrándolo hasta detenerse frente a un chico que lucía como el príncipe azul de muchas de las chicas del instituto, al menos si solo te concentrabas en lo bonito de su cara y no en lo estúpido que se veía tomando de dos vasos al mismo tiempo.
―Veo que trajiste a la chica más guapa de la fiesta.
«Ugh, otro borracho» Robin pensó con disgusto, pero entonces realmente reparó en las palabras del muchacho. ¿Osaba compararlo con una mujer? «Paso de ésta mierda».
Ni bien dio dos pasos hacia atrás, Gaius lo tomó por el cuello de su capucha y lo arrastró hasta colocarlo frente al chico de antes, quien se veía bastante interesado en su persona.
El albino jugueteó con uno de sus piercing, dudaba que tuviera un cartel de neón que revelara su sexualidad, pero aquello solo lograba molestarlo porque Gaius no tenía el tacto como para disimular la búsqueda exhaustiva de pareja que estaba haciendo para él, ni mucho menos que el chico de cabello azul solo lo tomaba en cuenta por creer que era una chica.
―Siento lo que mi amigo te haya dicho, no estoy interesada.
Y se fue.
Escuchó a Gaius gritar su nombre, pero no se detuvo ni siquiera a darle las buenas noches, que le dieran; lo único que había querido toda la noche era irse no ligar, así que se lo buscaba. Para su suerte, Tharja parecía haber aterrorizado a unas cuantas estudiantes y ahora se aburría como una ostra sentada en el primer peldaño de la escalera, pero nada más lo vio una sonrisa sombría se posó en sus facciones.
―¿Conociste al príncipe encantador? ― preguntó con ese tono bien conocido por estar lleno de sarcasmo.
―Nos vamos. ― Casi ordenó mientras se dirigía a la salida, a pesar de escuchar la risa de Tharja a su espalda.
―Estas en modo Grima, entiendo.
Robin gruñó, así que la chica se limitó a seguirlo al menos antes de que otra persona saliera de la casa y tomara al albino por el hombro, en menos de un segundo, el extraño ya había posado sus labios sobre los de éste.
―¡¿Qué crees que estás haciendo?! ― Robin lo golpeó justo en el estómago antes de quitarse la estúpida peluca y tirársela al otro―. Soy un chico, demonios.
Varios de los presentes voltearon a verlos, pero eso al albino lo tuvo sin cuidado mientras tomaba la mano de Tharja y se la llevaba de ahí, sintiendo sus mejillas ardiendo por la vergüenza.
ツワブキ・ダイゴ
Si había algo peor que una fiesta desastrosa, era tener que levantarse temprano al día siguiente. Robin vio a Tharja bajar en ropa interior mientras se sostenía la cabeza con una de sus manos, le tendió un vaso y una pastilla que la chita tomó sin dudarlo y tragó sin prisa. El de cabellos blancos estaba más que acostumbrado a la limitada de vestimenta de su prima, tenían varios años viviendo juntos desde que habían huido de sus respectivas casas así que no iba a salir corriendo a encerrarse a un baño como la primera vez que le había visto.
—Oh siento que estoy en el cielo, Sunshine. —Gaius apareció de la nada mirando de arriba abajo a la chica y sonrió de esa forma que solo él podía—. Esto es mejor de aquella vez en que gané un pase súper exclusivo a mi repostería francesa favorita.
—Un paso más y mancharé el piso con tu sangre. —Tharja ni se inmutó mientras observaba que cuchillo le quedaba más cerca, más fue Robin el que habló.
—Muestras de amor tan temprano en la mañana están prohibidas. —Exclamó con una sonrisa traviesa—, y mucho menos frente al soltero.
—Anoche por poco te conseguía una cita, gatico. — Gaius suspiró como si estuviese realmente apesumbrado y de la nada sacó un lolipop para comerlo—.Pero ahora el príncipe está por demás molesto, sin contar a su club de fans.
—Si fuera ellas buscaría un mejor prospecto para príncipe. —Robin no se inmutó mientras terminaba su tostada como si nada, aun había tiempo de sobra para que Say'ri y Cherche llegaran a recoger para su clase del mediodía. — No es más que un idiota borracho…
—Que te besó. —Tharja tenía la vista en su teléfono móvil y de la nada una sonrisa sombría se formó en sus labios—. Estas siendo comido en la red.
Robin se golpeó la cabeza contra el refrigerador, sin duda todo el campus ahora sabia de su incidente nocturno y lo odiaban solo porque un borracho le había robado un beso creyendo que era una chica, ¿es que aquello se podía poner peor?
Su teléfono vibrando en su bolsillo con la imagen de Say'ri le daba la respuesta; si, podía.
A favor de la Campaña "Con voz y voto", porque agregar a favoritos y no dejar un comentario es, como han dicho otras autoras:"como manosearme la teta y salir corriendo."
Hayden
