DIAS DE BODAS

Apenas puedo creer que éste momento haya llegado. Me parece todo tan lejano una vez acabado…. Con tanta angustia, sufrimiento y desesperación nunca pensó que aquello que compartíamos era mucho más que amistad e incluso mucho más que amor. Todos aquellos momentos difíciles y determinantes fueron los que nos condujeron al día de hoy, es decir, al momento más deseado desde entonces. Mi boda con él, tenerlo a él, a Harry, mi amigo, mi amado….
De pequeña jugaba a imaginar mi boda como una gran boda, no por ser espectacular ni grandiosa, sino por ser con la persona amada y tener junto a mí a mi familia y a mis amigos, todos juntos en torno al altar, en una capilla pequeña pero floreada, como mi corazón. Que recuerdos tan lejanos y tan prontos a cumplirse, solo que aquellos sueños de niña hoy no se cumplirán. No se cumplirá mi sueño de estar en una capilla, ni de tener a toda mi familia alrededor porque son imposibles, pero eso no cambia la esencia del sueño que sí se cumplirá y ese sueño era casarme con el que fuera realmente mi AMOR.
En el mundo mágico todo es diferente, por eso no podré tener mi sueño al completo, pero al fin y al cabo realizar la boda aquí es lo más importante. Ya veremos después que hacemos para que conste a "efectos muggles". Aquí no tendremos iglesias, capillas ni sacerdotes pero, como compensación, Dumbledore consintió en que la boda se celebrara en Hogwarts y aceptó muy gustoso oficiarla él. Es lo más cercano a una iglesia y un sacerdote que me pude conseguir y eso, junto a mi amor, hacen que nada más me importe. Se ha montado un velador en los jardines y tras la ceremonia, Lobby nos ha asegurado una recepción con el mejor banquete que Hogwarts haya presenciado nunca (¡pobres elfos!), espero que no exagere como siempre. Me falta gente querida de mi entorno pues en Hogwarts está prohibida la entrada de muggles y aún así Dumbledore hizo los arreglos necesarios para que papá y mamá hayan podido asistir sin problemas (aunque según Historia de Hogwarts, eso es imposible…). Sin embargo al estar aquí asistirán muchos otros que no hubieran podido asistir siendo en el mundo muggle, y algunos eran imprescindibles.

-¡Ay! Dios, Hermione¡qué linda te ves!- me dice mi mamá mirándome embobada con lágrimas en los ojos- Te ves preciosa.

Llevo una túnica en color champán (Madam Malkin se sorprendió mucho cuando le exigí ese color…. "No es adecuado para la futura Sra. Potter" me dijo), simple, pero finamente bordada en un tono ligeramente más oscuro, y la tela es de seda vaporosa con una estupenda caída que me hace resaltar la figura. El tocado es un velo… sí, se ve algo extraño con la túnica de gala, pero es algo a lo que me negaba a renunciar. Se que muchos de los presentes no sabrán su significado pero Harry sí lo sabe, él se ha criado como muggle así que sabrá darle el adecuado valor. Cuando Madam Malkin se negó a estropear su túnica con "tan estúpido artilugio muggle" le tuve que contar mis razones para llevarlo así como su significado y, al saber que para los muggles es signo de rectitud, pureza, decoro y, ante todo, una muestra de que solo al ser amado te vas a entregar… consintió aunque aún de mala gana en prepararlo acorde con la túnica. Lo que no le conté, ni a ella ni a nadie, es que tengo una razón más para querer llevarlo y ocultarme tras él. Tengo la esperanza que Harry, una vez desposados, al levantarlo y ver como que esta vez me arreglé para él, adopte esa expresión iluminada que tan solo dos veces vi en su cara: la primera, durante el baile de Yule de nuestro cuarto año en Hogwarts, cuando me reconoció del brazo de Krum y; la segunda…. En fin, la segunda vez que se la vi fue la luz que iluminó mi vida, no solo porque me declaró su amor, sino porque con ello sentenciaba su muerte y aún así su rostro no mostraba temor alguno sino todo lo contrario, puesto que solo en ese momento comprendió a su corazón. ¡Y gracias a Dios, sino ambos hubiéramos muerto también.
Pero no quiero recordar los momentos difíciles, hoy no, hoy quedaron atrás y nada evitará que cumplamos con nuestro destino, el de cualquier pareja de enamorados, unir sus vidas y consumar su amor. Hoy esto será un hecho.

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- ¿Cómo estoy?
- Ya te lo he dicho, Harry, estás muy bien¿Cuántas veces vas a preguntarlo? Siempre te sentó bien ese tono en verde y a ella le encanta.
- Estoy nervioso.
- Si, pero deja de tocarte el pelo, sabes que no tiene arreglo.
- Es verdad, nunca lo tuvo…

- Harry…. ¡Harry!...

Lucía un día esplendido a pesar de las fechas, pero el clima parecía haberse confabulado a su favor y el sol brillante templaba la brisa y casi podía decirse que no hacía frío. Lentamente se acercó a la ventana y una mueca apareció en su cara, sus ojos se entornaron y todo en su cuerpo se tensó. ¿Porqué justo ahora tenía que recordar todo aquello?...
Snape trajo el aviso de que Voldemort y sus secuaces habían planeado atacar Hogsmeade con la clara intención de que Hogwarts quedara desprotegido y los mortífagos pudieran entrar en el colegio para allanarle el paso a su Señor derribando todos aquellos hechizos protectores que le impedían la entrada. Gracias a la información de Severus tuvimos tiempo de organizarnos tanto dentro como fuera de la escuela. Como siempre el Ministerio no nos tomó en cuenta así que Dumbledore sólo contaba en principio con la Orden del Fénix a la que últimamente se habían ido uniendo otros magos (algunos tan valiosos y apreciados como Krum y Delacoure) y con aquellos estudiantes lo suficientemente preparados para poder entrar en combate.
Profesores, Headboy's y miembros del AD. Fuimos convocados a una reunión inmediata a media noche en cuanto que Snape nos trajo la noticia. Entonces todos teníamos ya un galeón hechizado de aquellos que Hermione ideó para nosotros – una sonrisa apareció en su cara- incluso el mismo Dumbledore, el cual dijo que era un método de comunicación excelente y un trabajo estupendo para una alumna de 5º curso, incluso siendo Hermione. Decidió que no se le cambiaría nada porque estaba perfecto, tan solo que él mismo tendría otro igual al mío para podernos avisar en casos de emergencias, como este. Reconozco que nos reímos durante mucho tiempo cada vez que recordábamos la cara de Snape al saber que, desde nuestro sexto curso, todos los profesores debían de llevar este artilugio ideado por Granger. En cuanto que comenzó a arder en nuestro bolsillo todos fuimos llegando al salón de los requerimientos con aire preocupado ante una llamada urgente a esas horas de la madrugada. Draco y los pocos Slytherins que se incorporaron al AD. en su segundo año fueron sorprendentemente rápidos en llegar, parecía que antes del aviso hubieran estado vigilando a sus compañeros de casa porque en sus caras se podía adivinar la misma preocupación que en la de Snape, Mc Gonagall y Dumbledore.
Fuimos los primeros en conocer sobre el ataque y entre todos ideamos el modo de cubrir Hogsmeade y Hogwarts, al menos hasta que el Ministro decidiera que en verdad nuestra información era cierta y mandara refuerzos a Hogsmeade.
El recuerdo de que esa ayuda nunca llegó le produjo aún hoy un estremeciendo. Muchos magos murieron aquel día allí. Gente inocente, como siempre, los primeros en caer.

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Mientras se maquillaba un escalofrío recorrió su cuerpo y fue como si algo la pusiese en guardia. Se había jurado a sí misma que ese día no quería recordar e incluso había puesto un remedio a ello, pero sin poder evitarlo la mente se le llenó de recuerdos indeseados que la llevaron a recordar.
Apenas amanecía y ya todos los estudiantes estaban convocados en el gran comedor. Todos cuchicheaban preguntándose qué ocurriría, todos excepto el grupo de Slytherins. Dumbledore se puso en pie y todos callaron…. Al oír la noticia casi no se produjo ruido, todos escuchaban atentamente e incluso los pocos sollozos provenientes de los más pequeños fueron ahogados por las muestras de apoyo de sus compañeros y amigos. Estos eran tiempos difíciles y todos estábamos alerta y preparados para cualquier cosa. Una vez explicada la situación Dumbledore nos dejó a Harry y a mí a cargo de explicar aquello que habíamos acordado en la noche. Pedimos ayuda a todo alumno de sexto y séptimo que se sintiera capaz de entrar en combate y casi todos se ofrecieron a ello. Se agruparon con el resto de miembros del AD. y ellos los informaron de los puestos estratégicos a defender y les recordaron cuales eran los hechizos, conjuros y maleficios más propicios a usar. Aunque claro, se pretendía que a dichos puntos no llegaran los mortífagos.
En los terrenos de Hogwarts, Dumbledore se encargaba de organizar a la Orden del Fénix y al resto de profesores, así como a un gran número de criaturas del Bosque que ofrecieron su ayuda, creo que alentados por Firence.
Ninguno de los Slytherins, excepto los que ya pertenecían al AD. se ofreció a ayudar. Aunque se trataba de nuestros compañeros y amigos todos sabíamos que llegado el momento algo así ocurriría. Algunos temerosos de la reacción paterna, otros, desgraciadamente la mayoría, tan a favor del Sr. Oscuro como sus propios padres –quienes estarían fuera e incluso les habrían dado instrucciones de cómo actuar en estos momentos.
A pesar de que nunca dejó de ser arrogante ni de fastidiarnos a los Gryffindors, Draco resultó ser leal y fiel a Dumbledore y a la Orden. No sabemos porqué pero desde las vacaciones del quinto curso fue así, aunque es cierto que Ron, Harry, ni yo misma nos fiamos de él en todo ese tiempo. Cuando se dirigió hacia sus compañeros de Casa como su delegado, muchos murmullos se levantaron en el comedor. Sólo los miembros del AD. sabíamos que Draco no era portador de la marca que Voldemort ya había impuesto incluso en compañeros nuestros por imposición paterna y en contra de sus voluntades; el resto, siempre lo tildó de mortífago, incluso después del ataque. Como le había encomendado Dumbledore se dirigió a sus compañeros y les pidió que, si DEBIAN hacer algo, al menos antes de actuar, recordaran a la persona que tenían en frente y todos los años compartidos con ella en Hogwarts. Incluso aunque todas las serpientes ya sabían de la traición de Draco al Sr. Oscuro y a su familia, creo que ninguno se esperaba aquello y por eso la mayoría guardó silencio ante sus palabras. De un grupo del final de la mesa se escuchó un susurro apenas audible "Sólo tenemos una misión, acabar contigo y con Potter. Nadie más debería de salir lastimado por nuestra parte si no se interponen".
No sé cómo pude escucharlo siquiera, pero me pareció, y muy acertadamente, que la voz era la de Pansy y que estaba arropada por todo su grupo, el antiguo grupo que liderara Draco. "Espero que sea una promesa" respondió Draco y alejándose de la mesa de Slytherin volvió al grupo donde estábamos reunidos los delegados. Su cara parecía aún más pálida de lo normal cuando acercándose a Harry le dijo "Su consigna eres tú Potter, llevabas razón". Fue una de las pocas veces que he pensado que Draco se preocupaba más por alguien que por sí mismo y, siguiendo un impulso me acerqué y lo abracé mientras le susurraba al oído "Ten cuidado, ella además está despechada". No me correspondió al abrazo pero al mirarlo a los ojos observé esa sonrisa tan Malfoy, con una mueca burlona y tomándome de los hombros y alejándome de él me contestó "Te estás ablandando Granger? Justo cuando menos lo necesitamos".
Más tarde le pedí a los compañeros del AD. que estarían con él que lo vigilaran y no lo dejaran solo, su vida, por traidor, corría peligro…

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Nunca quiso decirle que le había dicho a Malfoy aquella noche en posiblemente las últimas palabras que cruzó con él antes de la batalla. Y siempre se extrañó de ese abrazo de Hermione a Draco. El caso es que siempre pensó que la relación entre ambos cambió justamente en es momento, con ese abrazo, y debió de ser así porque sorprendentemente Draco hoy era uno de los invitados a su boda cuando siempre pensó que una vez fuera de Hogwarts al menos él dejaría de cruzarse en su vida tan a menudo- puesto que estaba claro que a Snape aún tendría que aguantarlo muchos años más-. Después de todo lo pasado, la presencia de Draco no era insoportable, tan solo algo molesta, pues al fin y al cabo el chico no podía negar que era Slytherin y aunque aceptó la autoridad de Harry y se sometió a ella como miembro del AD., nunca dejó de competir con él e incomodarlo en diversas formas.
Fue el día más largo que Hogwarts hubiera vivido desde los tiempos en que partió Salazar. Dumbledore no paraba de ir y venir revisando planes y, junto con él, yo también prefería mantenerme activo. Como siempre fui el último en enterarme de lo que me tenía reservado. No me gustó que me dejara en retaguardia sin poder participar directamente en el ataque pero Dumbledore sospecha que la intención de Voldemort era penetrar en la Cámara por lo que tan solo yo podría hacer algo si el resto de defensas caían. Así que me vi resignado a permanecer dentro del castillo mientras que algunos otros menos preparados saldrían a combatir al enemigo.
La profecía pesaba sobre mí… ¿Por qué si yo era el único con poder suficiente para terminar con él no se me permitía enfrentarlo directamente? "Aún no es momento Harry" fueron las palabras de Dumbledore, "te queda algo que aprender antes de poder enfrentarlo y, desgraciadamente tienes que aprenderlo solo, ni siquiera todo mi saber o poder pueden prepararte esta vez. Tendrás que descubrir tú solo el camino. Pero el momento se aproxima y espero que entonces estés preparado. Ron y Hermione se quedarán contigo". Eso fue todo lo que me dijo… "Te veré luego cuando todo acabe" y se marchó a dirigir a la Orden.
Caía la tarde cuando un resplandor rojo-dorado surcó el cielo. Fawkes avisaba que el ataque en Hogsmeade había comenzado. En Hogwarts aún no había señales de lucha pero en cualquier momento tendríamos a los mortífagos a las puertas.

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Recuerdo que sentía mucho miedo. De todas las veces que nos habíamos enfrentado a Voldemort antes ésta vez la espera me mantenía paralizada. Intentaba recordar cada conjuro que Dumbledore personalmente nos había enseñado en las sesiones extras del AD. durante esos dos últimos años, pero mi mente parecía hueca a todo conocimiento aquella tarde. Las palabras de Draco resonaban en mi mente "justo cuando menos lo necesitamos…".
Ron se pasó aquellas dos horas largas abrazándome por la espalda, intentando reconfortarme con palabras de ánimo pero con una voz que ni siquiera el mismo mantenía firme ni esperanzadora. Harry andaba perdido en su mundo y en las instrucciones de Dumbledore y apenas si nos dirigía una mirada. Sabía que algo estaba pasando cada vez que, aún imperceptiblemente, lo veía ponerse en tensión y su cara dejaba ver que la cicatriz le molestaba más que nunca, a pesar de todo lo que Snape había conseguido que avanzara con la Oclumencia.
Era Ron el que estaba ahí tratando de reconfortarme y tranquilizarme, el que verdaderamente siempre estuvo a mí lado cuando deseaba de todo corazón que fuera Harry quien, al menos, me dirigiera una mirada. Sin poderlo evitar una lágrima resbaló por mi cara al pensar que nunca le había dicho nada acerca de mis sentimientos y que tal vez ya no tuviera oportunidad. Cerré los ojos un momento y me dejé arropar por la calidez de Ron cuando de pronto sentí su mano en mi mejilla. Con toda su dulzura limpió mi llanto y con mirada y voz confiada me dijo "Ahora te necesito fuerte, están llegando". Se inclinó sobre nosotros y nos abrazó a ambos. Quedé sumergida en un abrazo triple entre Ron, mi amigo, y Harry, mi amor….
-"Vamos" nos dijo.

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-"Harry…. ¡HARRY.!
- ¿Si? -dijo aún distraído.
- Puede que sea un fantasma pero no me gusta que me ignoren ¡y lo sabes!
- Perdona. Decías….
- ¡ UHF! Nada. Solo es que llevas más de diez minutos mirando por la ventana, callado y con mala cara. ¿Qué te pasa?
-Ya sabes, solo recordaba.
-¡Que ni siquiera hoy puedes dejarlo? Mira que hace poco fui a la habitación de Hermione y la vi tan linda que poco más y me reencarno para evitar vuestra unión.
La sonrisa de Ron y su expresión perdió toda su fuerza en ese preciso momento. Harry aún se entristeció más.
- ¿Porqué te quedaste Ron?
-Otra vez… hoy también… ¿Cuántas veces vas a preguntarlo?
- Tantas como no me satisfaga tu respuesta.
- Pues¿cómo sino hubiera llegado a ver este día tan feliz para mis dos mejores amigos?
-Ron¿nunca me responderás?
-Uhmmm, quizás. Pero… ¿en qué andabas pensando?
-Precisamente en el maldito momento en que te perdimos.
-Bueno, parece que Bellatrix nunca cejó en su empeño de acabar con aquellos que más querías. No tuvo suficiente con Sirius y entonces…. Me tocó a mí. Pero déjalo porque mil y una vez me volvería a enfrentarla si tras de mí estuvierais Mione y tú.
-Fue tu sacrificio el que nos salvó a todos y no yo, como dicen, sin ti no hubiéramos llegado al Bosque- Harry estaba más triste y apesadumbrado que cuando se había perdido en sus recuerdos.
-¡Bien, pues deja de recordarme en la muerte y empieza a animarte. En una hora te casas y te llevas a la mejor chica del mundo. Como tu cara de preocupación la haga llorar como antaño, prometo que el Niño que vivió no sobrevivirá a la furia de Ronald Weasley. Hoy has de hacer que todo sea perfecto para ella o te juro que te acosaré el resto de tu vida.

Ron le guiñó un ojo mientras que le pasaba el brazo por su hombro. Un escalofrío familiar al roce de su amigo espectral le recorrió el cuerpo.

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-¿Cuándo vas a ponerte el velo hija?
-Espera mamá, tengo que conjurar una poción tranquilizadora, algo me sobresaltó demasiado.
¿Que no dijiste que hoy no recordarías¿No tomaste esa "Pedace" que dijiste…? Espero que sepas lo que hace si tomas algo más.
-"Draugth of Peace", mamá, y es muy segura. No te preocupes.

Mientras conjuraba la posición que dejó en su dormitorio de Gryffindor la imagen de un Ron algo más joven se le vino a la mente. Ahora ya tendría casi dos años más.
Los jardines de la escuela al fin fueron asaltados. Lucius y Bellatrix a las órdenes del resto consiguieron derribar las barreras y gracias a su superioridad numérica llegaron a las puertas del castillo. Mc Gonagall, Lupin, Tonks y algunos cuantos más de la Orden consiguieron entrar a tiempo para intentar protegernos, pero aún el enemigo consiguió tomar Hogwarts.
Todos los miembros del AD. se habían atrincherado en el hall y dejando pasar a los nuestros cerraron de nuevo las defensas y reinvocamos el escudo protector. Aunque el número de alumnos era muy grande, al otro lado los mortífagos eran adultos, experimentados y sus conjuros de magia negra. Sólo Merlín sabe porqué las órdenes de Voldemort no fueron acabar con todos nosotros. Algunos, la mayoría los del AD. , sí estaban en lista de orden de captura o muerte, pero al resto solo se les permitiría usar las tortura en su contra. Los muy bestias estaban tan acostumbrados a usar ese método que no controlaron bien sus poderes y al menos tres compañeros murieron bajo sus torturas, escudo protector y todo, antes de que nosotros nos retiráramos. Cuando el escudo estaba a punto de ceder Lupín nos ordenó subir al segundo piso y dirigirnos hacia la Cámara. Harry aceptó de muy mala gana. Al otro lado del escudo Bellatrix lo miraba desafiante y sé que usó sus poderes para comunicarse con ella. Esa mujer era lo peor que existió después del mismísimo Voldemort.
A la primera brecha abierta en nuestra protección Lucius y Bellatrix corrieron tras nosotros seguidos de alguno más. Casi llegando al segundo piso Lupín se rezagó con intención de bloquearles el paso. Ninguno de nosotros quería dejarlo enfrentarlos solo, pero tampoco podíamos dejar a Harry y era esencial que él llegara hasta la Cámara. Ron y yo teníamos que resistir al menos hasta las mismas puertas. De nuestras varitas salían toda clase de hechizos y maleficios, pero era Harry y su temple el que conseguía mejores resultados. Con la preocupación en la cara dobló la esquina del corredor camino del aseo de Myrtle. Lo último que vi fue un rayo de luz blanquecina golpeando a Lupín, Mc Gonagall que llegaba corriendo desde otra dirección y, una mano que me atrapó justo cuando yo también iba a girar en el pasillo.
Tenía la adrenalina a tope, casi lanzo un hechizo desesperada sin ni siquiera ver quien era que me atrapaba. Al levantar la vista me encontré con Draco, un Draco desconocido para mí. La batalla lo había dejado bastante mal trecho y parecía demasiado agotado. Su misión había tenido que ser muy dura, mantener a raya a sus compañeros Slytherins, y más habiendo escuchado yo su sentencia de muerte…. Reconozco que me alegró verlo aunque no se ni como es que apareció allí desde su Sala Común. A pesar de todo, fue el único del AD. que resistió y acudió a proteger la misión de Harry, y eso que nunca demostró más afecto que el respeto camuflado hacia él.
-"No hay tiempo" me dijo, "Los Slytherin ya no podrán acabar con Harry, casi lo consiguen conmigo, pero Ginny, Luna y Dean llegaron a tiempo." Un breve momento para respirar antes de continuar, parecía tener alguna costilla rota pero ni un solo quejido o muestra de dolor se mostraba en su rostro, solo cansancio… "Tienes que confiar en mí, Voldemort no entrará en la Cámara, lo que busca está en el Bosque Prohibido. Debes llevar allí a Harry".
Cómo supo eso, aún hoy no lo sé, cuando le repliqué que esas no eran las órdenes de Dumbledore solo me dijo "Confía en mí por una vez Hermione". Aún tenía mi brazo agarrado en su mano y con un leve tirón me atrajo hacia él y dándome el pequeño abrazo que horas antes me había rechazado murmuró "y sobrevive…". Creo que sólo por la calidez que en ese breve instante me transmitió con ese gesto fue que lo creí y le conté a Harry lo que me había dicho. ¿O fue que por primera vez en mi vida, Draco Malfoy me había llamado por mi nombre?

Cuando entré en el baño se escuchaba un maleficio de Draco -¿Qué no era de magia negra¿cómo…?- pero no tuve tiempo de pensar nada más, la voz de Bellatrix indicaba que venía tras nuestra. Harry ya había abierto la entrada al pasadizo y en apenas unos segundos tuve que inventar la mejor excusa para impedirle que entrara al tobogán. "Dumbledore se equivocó, lo que Voldemort busca está en el Bosque, Snape pasó la información al caer el escudo"…. Tuve que sostenerle la mirada y hacer un esfuerzo inhumano para que no leyera en mi mente ni en mi cara que esa no era toda la verdad. Y cómo me dolió esa mentira…. ¿Cómo podía pretender que Harry arriesgara todo por una simple corazonada mía¿Y cómo explicarle en tan poco tiempo que el sentimiento que Draco me transmitió era mi única prueba de que decía la verdad? No había tiempo, Bellatrix se acercaba y había que decidir; dejarse caer o esconderse esperando que ella y Lucius bajaran la rampa pensando que nosotros ya estábamos abajo. Si conseguíamos encerrarlos ahí….

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-Dudé, dudé demasiado, y eso nos costó tu vida. Es algo que nunca me perdonaré… Tanta gente que he salvado de sus garras y precisamente te tuve que fallar a ti.
-Tú no me fallaste, nunca lo hiciste. No te culpes, fui yo quien me interpuse.
-Sí, porque no fui lo suficientemente rápido.
-No es verdad….

Los recuerdos volvieron..

CONTINUARA...