Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, pertenecen a la maravillosa escritora Stephanie Meyer. Yo solo he tomado prestado algunos de sus personajes, para representar una loca idea.
Prefacio
Cerré la puerta de entrada lo más fuerte que pude. Agradecía profundamente que ese día Charlie trabajara hasta tarde. No sabía que le inventaría si me viera en ese estado. Sabía que le rompería el corazón cuando llegara a casa y no me encontrara ahí. Pero peor sería que tuviera que soportar y encargarse de alguien con el corazón hecho trizas. No quería que nadie sufriera por mi culpa. Yo no era así. Aunque las personas que yo creía eran las que más me querían, y a la vez yo más amaba en este mundo, me hubieran hecho todo lo contrario. Y les había importado tan poco…
Con las lagrimas rodando sin control por mis mejillas; subí como pude las escaleras, tomé la valija que se encontraba debajo de mi cama y comencé a meter toda mi ropa en ella. Las últimas imágenes que había visto antes que el río de lágrimas de dolor causadas por el más frío engaño inundara mi vista, se repetían una y otra vez en mi cabeza, y hacían que un fuerte dolor en mi pecho creciera, cerrando mi garganta sin dejarme respirar con facilidad y algunos gemidos de tristeza mezclado con decepción y odio a mi misma se escaparon de mi boca. Nunca creí que fueran capaces de hacerme una cosa así, no entraba en las posibilidades. No así. No a mí. No ellos. No él. ¿Por qué ÉL?
Mis pensamientos no paraban de maquinar cientos de preguntas, que jamás serían respondías, mientras bajaba con dificultad las escaleras con la pesada maleta. Aunque claro, mi torpeza no iba a dejar de aparecer y menos teniendo en cuenta mi estado y que apenas podía ver lo que hacía gracias a las saladas lágrimas acumuladas en mi ojos. Tropecé en el anteúltimo escalón y caí de cara al suelo. Aunque no sentí dolor. Jamás volvería a sentirlo. La presión en mi pecho era más fuerte que cualquier otro dolor físico que pudiera sentir. Y tenía el presentimiento que no me abandonaría fácilmente.
No me moví. Me quede allí tirada, con el corazón roto en miles de pedazos, gimiendo y recordando. Pero esta vez recordaba los últimos meses, que me habían parecido los mejores de mi vida. Hasta el día de hoy. Y me preguntaba, ¿por qué? ¿Qué había hecho para merecer tal decepción? ¿Por qué la felicidad se empeñaba en abandonarme? Pero a quién engañaba, jamás la había merecido. El destino me había mostrado la felicidad, lo que era de verdad ser amada, tener una familia. Y así como me lo mostro, me lo quitó. Y de la peor manera posible. En realidad debería agradecer por haber sabido lo que es la felicidad. Pero el dolor de saber que jamás volvería a sentirla, de saber que nunca volvería, era más fuerte que todo lo demás.
A lo lejos, pude escuchar mi celular sonando. No sabía cuánto tiempo había estado ahí llorando desconsoladamente. Me acerqué como pude a la mesa y tome el pequeño aparato. Lo abrí y en la pantalla leí el nombre de mi supuesta amiga. Lo cerré con fuerza, como si ella pudiera saberlo y se diera cuenta lo que estaba sufriendo. ¿Cómo podía llamarme? ¿Qué es lo que pretendía? Darme la clásica historia para que yo le creyera y fuera a abrazarla y volvamos a estar como antes, como siempre. No iba a darle ni la oportunidad de hacerme dudar por un segundo. El teléfono nunca dejo de sonar, pero no me moleste en abrirlo siquiera. Me dediqué a llorar y seguir recordando, los hermosos momentos que ahora los veía grises, como una triste y fría mentira.
Llegó un momento en que el ruido se hiso molesto, y recogí el insistente celular para apagarlo y dejar de escucharlo de una vez. Pero el destino seguía empeñado en torturarme, y aliado de mi torpeza hiso que el teléfono resbalara de mi torpe mano y callera al piso, haciendo que la pantalla se abriera y revelara un nombre. Aunque este no era el mismo que el que había visto momentos atrás. No. Este era un nombre diferente e imposiblemente más doloroso que el anterior. Contuve un gemido que estuvo a punto de salir de mis labios, y una última gota recorrió mi mejilla. Recogí el celular y lo aventé con odio contra la pared, donde se rompió en cientos de pequeños pedazos. Un nuevo sentimiento se apoderó de mí completamente y no era capaz de pensar ya.
Qué irónico que ese mismo nombre que hace apenas unas horas me hacía sentir la más plena alegría y un amor incondicional, ahora sacara lo peor de mí. Pero así era mi vida, irónica y sin sentido. Cuando estaba en mi mejor momento y al fin creía encontrarle un sentido a mi inútil y patética existencia, algo sucedía que destruía toda la felicidad que antes rodeaba mi mundo.
Le escribí una pequeña nota a mi padre donde le decía que me iba por unos días. No le deje un por qué. Cuando se me ocurriera, lo llamaría y le inventaría alguna excusa. Tome la nota y la deje en la mesita del teléfono, donde sabía que la vería. Volví a agarrar mi maleta y salí de la casa. Subí mis cosas a mi camioneta, me senté en el asiento del conductor. Puse torpemente las llaves en el contacto y arranqué, dándole un último vistazo a lo que fue mi hogar los últimos meses. Pero ya no podía seguir allí. Lo poco que quedaba de mi, sería completamente destrozado si permanecía un solo día más en ese lugar. Esto era lo mejor, para todos.
Y así avancé, lejos de lo que fue mi felicidad hacia un lugar que aún no tenía nombre. Pero debía alejarme de allí. Con el corazón hecho trizas, decepcionada, dolida, engañada, enojada y con el recuerdo de una hermosa amistad y un amor, destruidos. Más que eso, era un proyecto de vida, todo un futuro tirado a la basura.
Dicen que donde hubo fuego, cenizas quedan. Qué razón tenían. Lo raro es, que esas cenizas, quemarán más que el propio fuego…
N/A: Bueno este es mi primer fic. Soy una verdadera fan de esta hermosa saga y hace mucho que tengo ganas de publicar una verdadera historia.
Este primer capítulo va dedicado a mi amiga Liz (Little. Sweet. Vampire, acá en ff), que ella fue la que me insistió en decidirme a publicar esto. GRCIAS AMIGA! Por todo.
Así que bueno, aquí tienen una loca idea, que espero que les guste. No voy a presionar a nadie y a empezar "Si no tengo más de… rr no subiré nuevo cap." No. Pero de verdad mi interesan sus opiniones, más que ésta es mi primer creación.
Besis Fríos.
Steph.
