NYA! Hola gente, q ay? este es un nuevo fic muy entretenido, su nombre lo dice todo, o no? creo q el mundo de las apuestas es muy interesante jeje. VA especialmente dedicado a Titxutemari, kien me pidio me alejara del drama- y esto es pura comedia- y tamb para nefath sama. Saludos a Yusha, kate thompson, Deimey y naarutojo que acen q escribir valga!
El inicio de una buena apuesta
"En el mundo de las apuestas, todo es posible. Puedes ganar todo o perder todo en cuestión de segundos, eso es algo que yo sé perfectamente. Necesitas un cerebro excepcional y una capacidad innata de engaño si quieres sobresalir y proclamarte vencedor. No sé como ellos dos se encontraron, pero en ellos hallaron la horma de su zapato, y yo pude seguir esta historia tan de cerca que puedo relatarla con pelos y señales. Mi mayor duda con ellos era… ¿Qué tanto estarán dispuestos apostar, sabiendo que tienen tantos chances de perder como de ganar?"
-¡Alégrate hombre! ¡Esto será divertido!-advirtió un sonriente Chouji, quien pasó el brazo alrededor de la nuca de su alto amigo.
-No lo sé, lo hallo muy… problemático- respondió el Nara, quitando el brazo de su amigo de alrededor de su cuello.
Ese dúo dinámico del equipo 10 estaba parado en frente del casino más grande de todas las aldeas ninjas; el Tanzaku Royal Casino. Las brillantes luces y juegos de pólvora iluminaban aquella noche con esplendor, llamando la atención de todas las gentes que por allí circulaban, por la entrada principal de tan espléndido lugar. Ese casino era la mina de oro de muchos, pero la quiebra de otros tantos, que más por vicio que por jugar, entraban con sus bolsas cargadas de dinero, en su afán de enriquecerse de manera fácil. Era todo un atractivo, mujeres hermosas por doquier, bebida y comida, dinero fácil… ¡A quién no le gustaría vivir allí! Era una tentación para la mayoría, un sueño irreverente pero real, mas el miembro más joven de los Nara parecía resistirse a estos encantos.
-Vamos hombre, debes disfrutar de la vida de vez en cuando.
-Yare, yare… Como quieras, entremos.
El Akimichi tomó a su amigo del brazo y los introdujo de lleno en aquel alucinante establecimiento. Por dentro era más espectacular que por fuera, todo el interior era dorado, con adornos sublimes negros y rojos carmesí. Las maquinas tragamonedas estaba situadas en 3 filas de 22 máquinas cada una, dando un total de 66 puestos; atontando a masas enormes de personas que esperaban su turno para ser estafados-digo, para jugar. Las mesas de póker, blackjack, tómbola y canasta estaban situadas a una distancia más o menos de 20 metros cada una, para lograr el espacio suficiente para la comodidad de los grupos que allí concurrían. Otras mesas como de dominó, dados y otros juegos de casino menos relevantes estaban colocados en las esquinas. Al fondo, una enorme barra libre de un bar acogía a todos aquellos shinobis y civiles que habían perdido desastrosamente cantidades colosales de dinero. También se hallaban parejas en la barra, disfrutando de su estadía en tan lujoso lugar.
Los dos amigos se sentían sobrecogidos por el lugar. No era a lo que estaban acostumbrados. Ambos vestían de traje entero, con corbata y todo, zapatos finos y camisa de manga larga. Esa era la vestimenta requerida para entrar- si puedes pagar un traje así, puedes pagar las apuestas de allí- las mujeres con vestidos costosos, tacones altamente incómodos, maquillaje y accesorios lujosos, perfectos para resaltar cualquier encanto femenino y atrapar la atención de los hombres del lugar. Nerviosos, ambos giraban sus cabezas de un lado a otro, sin saber qué hacer. AL rato divisaron el puesto de "cambios", donde cambiaron su dinero por inservibles fichas plásticas, con el propósito de poder jugar en algo. Una joven señorita se aproximó a los amigos. Era un poco más baja que Chouji, esbelta y morena, con una mirada fría de ojos negros y una sonrisa encantadora. La joven y hizo un ademán con la mano, al cual el Akimichi respondió diciendo.
-¡Yukki! Tremenda sorpresa encontrarte por estos rumbos…
-Chouji, el placer es todo mío. Tenía tiempo queriéndote ver.
-¿Así? ¿Y a qué se debe eso?
-Pues, tenemos tiempo sin vernos, y hay tanto de que hablar…-dijo la chica, acercándose seductoramente al Akimichi, quien pasó uno de sus brazos por la cintura de ella.
Shikamaru aclaró su garganta un poco para llamar la atención. No se sentía cómodo con su amigo conquistando a una chica, y él de mal tercio. Chouji entendió de inmediato la incomodidad de su amigo y procedió a presentarlos.
-Yukki, el es Nara Shikamaru, mi hermano, compañero de toda una vida, en fin mi mejor amigo. Shikamaru, ella es Yukki, es una vieja amiga de la Aldea de la Nube, trabajamos juntos en la misión de regreso de documentos de Konoha.
- Mucho gusto, efectivamente yo soy Yukki. He oído hablar mucho de ti, Shikamaru-kun.
-El placer es mío, y sí yo soy Nara Shikamaru. Lo siento me gustaría decirte lo mismo, pero nunca había escuchado palabra sobre ti.
-Hermano, tú ya tienes muchas amigas guapas, déjanos a los demás tenerlas también sin que se fijen en ti- se excusó Chouji.
Los tres jóvenes rieron abiertamente, fue el comentario perfecto para romper el hielo. Shikamaru supo que era lo mejor deja a su amigo solo con la hermosa chica, así que se disculpó con ellos y se retiró. Un "gracias" fue gesticulado por los labios del Akimichi, mientras dirigía a la joven a la barra del bar. El Nara, al quedar solo, se sintió tentado de irse, mas la voz de una de las talladoras le llamó la atención.
-¡Veintiuno de Black Jack! ¡La casa gana!- sonó desde la mesa.
Vítores, lamentos, expresiones de enojo se oían provenientes de una de las mesas más cercanas resonaban por toda el área; obviamente acaba de terminar una de eso de ese juego llamado "Black Jack". El moreno y perezoso shinobi no pudo contener su curiosidad y se acercó a aquella mesa con la intención de observar aquél extraño juego. Al acercarse, pudo notar que en ese momento había únicamente tres jugadores y la talladora quien defendía a la casa.
-Interesante, ¿no es así?
Shikamaru se dio la vuelta, solo para encontrarse cara a cara conmigo.
-Tsu… Tsunade-sama, ¿qué hace usted aquí?
-Pues este es un gran centro de apuestas, y no por nada me conocen como "La Apostadora" o "La Pata Sentada", jeje- le reí yo, habituada con un vestido largo y blanco, digamos que de estilo griego, sandalias que hacían juego y mi cabello suelto- dime, ¿te llamó la atención el Black Jack?
-Podría decirse, pero no he tenido la oportunidad de ver una mano completa.
-Estas de suerte niñato- le contesté- mira está a punto de empezar otra mano.
La talladora repartió dos cartas a cada jugador, una boca abajo y una boca arriba. Por último, se dio ella misma dos cartas. Todos los jugadores revisaron la carta boca abajo y comenzaron a hacer cuentas indescifrables.
-El objetivo de este juego es lograr que los números de tus cartas sumen veintiuno. Las cartas del dos al diez tienen su valor numérico, la J, la Q y la K tienen valor de diez y el As tiene valor de uno u once según convenga. La carta boca abajo siempre debe mantenerse en secreto, y las cuentas de las cartas superiores se hacen públicas por medio del tallador, dándole esa ventaja de que nadie más sabe cuánto ha sumado hasta el momento. Por así decirlo, la carta boca abajo es tu arma secreta- expliqué yo, sabiendo que él me iba siguiendo en mi explicación- puedes pedir las cartas que quieras para acercarte más, pero bajo el riesgo de pasarte de veintiuno; quien se pasa, pierde.
-Es un juego de engaño entonces-indicó Shikamaru- podrías quedarte con un número relativamente bajo, y forzar a tus contrincantes a pasarse. Es imposible calcula que cartas te van a salir, por lo que es cuestión de tener en cuenta las reacciones de tus adversarios, y el gane gira alrededor del número veintiuno, ¿he captado correctamente?
-Así es. Ahora, como en todo juego, existen jugadas de gane fácil. Esta el cambio de mano, que se juega cuando algún jugador tiene por mano un tres y una imperial (nombre que designa a la J, Q o K); el jugador con esta mano puede elegir si quedarse con esa mano, o cambiar en búsqueda de número más altos. Después está el "veinte y medio", que es una imperial en conjunto con un dos. Pierde ante el veintiuno y ante las siguientes dos jugadas. El "cinco de oros" que es cuando dentro de la mano se tiene un cinco de diamantes, esta pierde ante el veintiuno y "cinco menores". Esta última consta en pedir carta hasta tener un total de cinco y todas menos a ocho, claro está que esta jugada es suicida, ya que uno con mucha facilidad podría pasarse con tal de obtener cinco cartas.
-¿El veintiuno es invencible?- preguntó el Nara
-No-le respondí- pierde ante el veintiuno de Black Jack. Eso es cuando tienes un as con una imperial. Ese jugador es ganador inmediato y ni se procede a pedir carta. Ante la mínima posibilidad que se jueguen dos manos de Black Jack, el poseedor del As de mayor trascendencia es el ganador. El único Black Jack insuperable es el de As de espadas.
Shikamaru asintió en señal de comprensión. La mano que estaban observando acababa de terminar. El jugador que él tenía enfrente había ganado con un cinco de oros, y todas las fichas plásticas le eran entregadas. El Nara se sentía fascinado por ese juego, definitivamente tendría que probarlo.
-Yo entro- exclamó él cuando la talladora invitó a nuevos jugadores.
Tomó asiento y miró a sus adversarios, todos reían al ver al niñato nuevo tratar de jugar. Me preguntaba qué tan rápido ese niño aprendía, así que me quedé a observar. Cuál fue mi sorpresa al ver que ganó tres manos seguidas y una con un Black Jack… Tenía talento, de eso no había duda. Y se notaba que su ego había crecido un poco, porqué se apresuró un poco en su próxima decisión.
-Quiero retar al mejor jugador de aquí- dijo él, obviamente queriendo probar si era pura suerte o talento de verdad.
Todo el mundo se quedó callado, mirándose uno al otro. Parecía todos conocían al mejor jugador, yo por lo menos lo conocía y muy personalmente. Todos se giraron al oír el sonido de unos tacones acercarse, todos en silencio; habiendo pantalla mientras ella se acercaba. Definitivamente ella era muy respetada, cientos habían perdido contra ella enormes cantidades de dinero- incluyéndome- y ella era tan buena en ese juego como en el campo de batalla. Alta y esbelta, ataviada con un hermoso vestido negro abierto al lado, y unas botas altas negras y ajustadas, la kunoichi de cabello rubio y ojos verdes se acercó a la mesa.
-¿Alguien dijo "la mejor jugadora?- dijo Sabaku no Temari, apoyando su pie en el asiento de la silla.
Shikamaru se quedo embobado al verla, estaba hermosa; pero el mejor que nadie sabía que donde Temari era llamada, era terreno peligroso.
