DGM no me pertenece.

Ladrona de besos

Era el primero. Y el segundo. Y el tercero. ¿El quinto? ¿O ya fueron diez? Ya perdí la cuenta. Probablemente ya fueron muchos más. Pero es que me toma tan desprevenido que me deja totalmente aturdido.

El primero fue en el arca. Ni siquiera sabía que ella estaba ahí. Simplemente se lanzó sobre mí y me besó. Quedé en shock, pero debo admitir que fue muy dulce. Sus labios sabían a fresa y eran muy suaves. Nunca lo hubiera imaginado.

Una vez que su sueño regresó y nos vimos más seguido, no dejó de robarme besos a diestra y siniestra. Incluso ahora que la guerra ha terminado viene a verme a diario y me besa.

Pero, ¿a quién engaño? Al principio sí me los robaba, pero ahora sé bien lo que va a hacer, ¿y me quejo? Claro que no. Me dejo besar. Es que sus besos son adictivos.

Es por eso que desde hoy, yo voy a ser quién le robe esos dulces besos a mi encantadora ladrona de besos.