Antes de empezar les quiero decir que esta es mi primera fic. Estoy muy emocionada con ella y me ha inspirado mucho. La verdad es que he tenido esta historia en la cabeza desde la navidad y es ahora que decidi publicarla. Espero que les guste!
Edades:
Sora-21
Yamato-21
Taichi-21
Jyou-22
Mimi-20
Koushiro-20
Takeru-18
Hikari-18
Daisuke-18
Miyako-19
Ken-18
Iori-16
Capitulo 1
La iluminada ciudad de Shibuya estaba activa con la especial energía que brinda el frió mes de Diciembre. Por las calles se podía ver como la gente se apuraba para terminar de comprar regalos de ultima hora con la intención de regresar al agradable calor de sus hogares lo mas rápido posible. Era ya la vísperas de Navidad y parecía que todo el mundo ya estaban reunidos con sus seres queridos para pasar la noche Navideña entre alegría, amor, y amistad. Al menos así era como le parecía a Sora Takenouchi, la única que iba a pasar ese día festivo y alegre sola y miserable.
Esta se retiro de su presente lugar en el sofá de su pequeño apartamento en búsqueda de otra chaqueta para ponerse encima de los otro cuarenta suéteres ya adornando su temblorosa figura. Era su suerte que le toco vivir en el apartamento mas pocilga del entero edificio. Un apartamento que se negaba de proveer un adecuado sistema de aire acondicionado que produciera aire frió durante los veranos, y calor durante los inviernos. Era esa la causa de su presente estado de miseria física, cuya presencia se había manifestado en forma de uno de los peores resfriados que ella había experimentado a lo largo de su vida.
Por fin encontrado, Sora se apresuro a tirarse la chaqueta encima antes de que el frió que impregnaba su apartamento la ataque con otra dosis de tos insoportable. Haciendo su camino devuelta al sofá que actuaba como un pequeño refugio, no pudo evitar pensar lo densa que fue al haber rechazado la propuesta de su amiga Mimi.
Al haber descubierto que Sora pasaría las navidades sola, esta, como una gran amiga, apresuro a demandar que Sora la acompañe a ella y sus padres en unas vacaciones a la isla de Hawaii. Cuando Sora la tuvo que rechazar debido a la cantidad de trabajo que su jefa le estaba exigiendo, Mimi lo tomo como un desafió y comenzó su plan de "Seducir a Sora con las maravillas de Paradise Island". Por dos semanas Sora se encontró la victima de sobrecarga virtual, con veinte emails diarios describiendo los encantos de Hawaii, y veinte mensajes de texto que ilustraban esos encantos. Por dos semanas Sora tomo los acosos de Mimi con cierto sentido de humor y admiración a la persistencia de su amiga, pero su paciencia fue destruida cuando recibió una llamada a las tres de la noche cortesía de un guía de viajes queriendo discutir con Sora las atracciones de Honolulu.
Ahora, en ese frió y desolado apartamento y con un resfriado que la tenia contra el piso, no pudo evitar desear por las cálidas playas de Hawaii, lejos de la nieve y las temperaturas frías de Japón. Hubiera acudido al apartamento de su mama en Odaiba por refugio, pero en estos momentos la señora Takenouchi estaría por el Mediterráneo, viajando por crucero junto su esposo. Al principio ellos habían estado en contra de dejarla sola y habían planeado que Sora vaya con ellos en el viaje. Pero al escuchar la propuesta de sus padres, Sora, sabiendo lo mucho que sus padres necesitaban tiempo juntos, insistió que ellos vayan solos, fingiendo mucho trabajo y tarea.
Era así que su única opción esa noche era soportar el frió y su malestar a solas.
Desde que Sora tuvo la suerte de ser elegida como una pasante pagada en una empresa que se dedica a gestionar la producción de ropa de diseño localizada en Shibuya, esta tuvo que mudarse de su ciudad de niñez y juventud y trasladarse a Shibuya. El propósito de su pasantia era adquirir experiencia para poder realizar su objetivo de convertirse en una diseñadora de ropa. Pero no tomo mucho tiempo para averiguar que su jefa, ademas de ser una dictadora total, también se aprovechaba de sus talentos artísticos "para el bien de la empresa," como ella le explicaba. Aun así, Sora disfrutaba de su trabajo, y aunque le tomo tiempo acostumbrarse a vivir sola, siempre podía contar con muchas visitas de sus queridos amigos, quienes habían echo sus propios planes para el futuro.
Todavía se quedaba impactada con las carreras elegidas por varios de sus amigos, y aunque ella sabia que su propia selección había sorprendido a muchos de los niños elegidos, no tardaron en entenderla, ya que sabían lo mucho que le gusto la arte en la secundaria. En realidad, fue Tai el que les dio a todos el shock de sus vidas, eligiendo la inesperada carrera de un político. Otros como Koushiro y Mimi eligieron carreras mas predecibles a sus personalidades, ya que todos sabían lo obsesionado que Koushiro estaba con su computadora, y lo mucho que Mimi disfrutaba cocinar comida envuelta en kilos de azúcar.
Había otra persona que había impresionado al grupo de amigos con su inesperada selección, pero era alguien quien Sora estaba tratando de mantener fuera de sus pensamientos y sentimientos por lo menos hasta el final del día.
Viajando a la cocina para prepararse una taza de chocolate caliente, se quedo estupefacta al desorden que permanecía en su normalmente prístina cocina. Era lo que pasaba cuando tenias a Taichi, Daisuke y Takeru visitándote de Odaiba el día anterior junto con Hikari. Sacudiendo la cabeza con exasperación, se prometió limpiar la cocina tan pronto se sintiera mejor. Por ahora, su única misión era esa taza de chocolate. Sin embargo, su exasperación solo aumento al no poder encontrar una taza limpia para su chocolate. Busco por todos los gabinetes asta que al fin sus dedos sintieron la forma de una taza en el fondo del gabinete mas alto de la cocina.
Cuando sus ojos finalmente se fijaron en esa taza, casi la dejo caer en el piso por el shock que la invadió.
Era su taza. La taza de el.
Esa ridícula taza con forma del pequeño robot de Star Wars, R2 D2 cuyo mango se había roto hace tiempo y aun así el se negaba a tirarla por la basura. Cuando ella le pregunto por que no la tiraba, ya que estaba rota, el le explico que era su taza favorita desde que era un niño, cuando aun vivía con ambos de sus padres. Por esa razón Sora nunca pudo entender por que Yamato insistía que la taza permaneciera en su apartamento, ya que en esos tiempos el pasaba la mayoría de su semana en la ciudad central estudiando y solamente podía venir a Shibuya los fines de semana. Cuando ella le sugirió que se llevara la taza con el para así disfrutarla durante la semana, el se negó, explicando que sus cosas favoritas deberían permanecer en un mismo lugar y ofreciéndole a Sora una tierna sonrisa.
Sin mas ganas de tomar chocolate caliente Sora regreso la taza en su sitio original y se dirigió devuelta al sofa, tratando de contener las lagrimas que amenazaban aparecer.
Como todas las veces, sus esfuerzos de no pensar en Yamato Ishida habían resultado en vano. Y como no? Si ese mismo día era el 24 de Diciembre. Una fecha que representaba un día tan fundamental para los dos. Sin poder evitarlo, Sora empezó a recordar los pasados aniversarios que Yamato y ella pasaban juntos desde la vez que ella tímidamente se declaro ante el. Cada ano era mas especial que el anterior, demostrando como su relación estaba evolucionando mientras el amor que ambos sentían por el otro crecía mas y mas. Pronto, otros recuerdos que Sora atesoraba fueron cobrando vida en su mente. De citas que pasaban juntos en el digimundo. Las veces que Yamato le cantaba suavemente por el teléfono cuando se despertaba de una pesadilla. De noches intimas y pasivas, que pasaban abrazados en la oscuridad susurrando tiernas palabras al uno al otro.
Sora sacudió la cabeza como si eso liberaría su mente de esos pensamientos, que, a pesar de ser unos de los mejores de su vida, también le brindaban mucho dolor.
Tal vez lo que mas le dolía era el hecho que fue su propia culpa que estaba en esa situación. O mas bien, su inseguridad y falta de confianza en la relación de los dos.
Todo empezó cuando Yamato logro conseguir lo que pocos havian encontrado y fue elegido para continuar sus estudios en el extranjero. Sora todavía podía recordar en detalle los acontecimientos de ese día, ya que ella estuvo al lado de el durante todo el día ayudándolo a calmarse mientras esperaban la respuesta que recivirian ese mismo dia. Todavia recordaba el nerviosismo que ambos habian sentido mientras esperaban las grandes noticias. Yamato, por supuesto, parecía casi un desastre, rompiendo tres platos accidentalmente hasta que Sora le prohibió entrada a su cocina. Durante la mayoria del dia Sora trabajaba en alibiar la carga de Yamato, apoyandolo y tranquilizando.
Era cuando estaban descansando mientras pretendian estar interesados en la television cuando el telefono de Yamato empezo a sonar. Sora habia estado sentada con la cabeza de su novio apoyada en sus piernas mientras una de sus manos corria por su sedoso cabello y la otra mano sujetada fuertemente por el chico. Recordo como Yamato se puso visiblemente rigido, y tomo una tierna caricia en su mejilla por parte de su novia para revivirlo de su estupor.
-"Si es Taichi otra vez lo mato" Amenazo mientras se reincorporaba, visiblemente palido.
Durante toda la conversasion que siguio Yamato mantenia la mano de Sora a su alcance, y mientras el hablaba, Sora reflexionaba sobre sus propias preocupaciones. Ella sinceramente deseaba por la felicidad de su chico, y compartia con el su emocion de poder estudiar en EEUU, ya que asi estaria un paso mas cerca para ser un astronauta. Pero ella tambien sabia que si el era acceptado, su noviasgo tendria que alterarse y convertirse en una relacion internacional. Y ese hecho era el que la preocupaba mas.
Notando como la conversacion telefonica se estaba concluyendo, Sora se preparo para recivir las noticias, buenas o malas, y le dio a Yamato toda su atencion. Cuando el chico finalmente colgo el telefono, ella trato de leer la expresion de su cara para obtener alguna idea de como la conversacion termino, pero la cara del rubio decia nada.
-"Eh..."-empezo con nerviosismo despues de unos segundos en silencio-?...Y...?
Cuando los brillantes ojos de Yamato chocaron con los de ella, Sora supo inmediatamente la respuesta de su pregunta. Esos hermosos ojos zafiros, que siempre le quitaban la respiracion, tambien expresaban los sentiminentos mas profundos de Yamato, y era solamente ella quien los podia leer tan claramente, o mas bien, era solamente ella quien Yamato permitia conocer sus sentimientos tan intimamente.
En ese momento, esos hermosos ojos estaban brillantes con emocion, y Sora, no siendo capaz de contenerse un segundo mas, tomo el rostro de su chico entre sus manos y lo beso fuertemente con pasion. Este no tardo en responder, y trayendo el cuerpo de su chica mas cerca al de el para poder sentirla mas intimamente, le devolvio ese profundo beso que tanto necesitaba.
Despues de unos momentos inmersos en ese mundo que sienten solo ellos al besarse, se separaron, ambos con la respiracion accelerada. Pasaron unos segundos sin moverse mientras Yamato apoyaba su frente con la de su novia, pidiendole a Sora silenciosamente que le dijese lo que el desesperadamente necesitaba escuchar.
Sora le devolvia esa mirada mientras trataba de reconciliarse con sus pensamientos, que en esos segundos estaban tratando de superar la velocidad de la luz. Sabia con certeza lo que Yamato le estaba pidiendo, y se sentía tan conmovida que sus palabras sean tan importantes para el.
Con cariño y ternura, como si de un niño se tratase, Sora acaricio la mejilla de Yamato y le dedico una sonrisa.
-Enhorabuena, mi amor. Sabia que lo conseguirías—le dijo, y mas seriamente continuo-
No te preocupes,Yama, todo va a estar bien-prometió, finalmente diciendo la palabras que el deseaba escuchar para aliviar sus preocupaciones.
Y así fue como comenzó todo.
Cuando llego el día en que Yamato partiría a los Estados Unidos, ambos se prometieron mantener contacto sin dejar que la distancia y la diferencia en tiempos los afecte mucho. El plan consistía en tener llamadas y citas virtuales cuando uno se este despertando y el otro preparándose para dormir. Y si portales al digimundo pudieran ser accesibles desde sus respectivas locaciones, tomarían el chance para verse en el digimundo.
Al principio el plan había sido llevado a cabo con éxito, pero aun así podían ver que no iba a ser fácil mantener una relación basada en comunicación de lejos distancia después de anos que tuvieron juntos casi todos los días. En las primeras semanas hablaban todos los días, con Yamato contándole a Sora todos las cosas emocionantes que había visto en su poco tiempo allá, y Sora manteniendo lo informado de novedades que sucedían en Japón. Aunque era un sistema muy diferente de lo que ellos estaban acostumbrados, aun se podía ver lo importante que eran estas breves conversaciones para el uno al otro.
Sus encuentros en el digimundo eran apreciados mucho para los dos, y el alivio de sentirse nuevamente piel a piel era un suspiro de alivio después de tantos días sin ningún contacto físico.
Pero llegaron los tiempos en que esas conversaciones se volvieron mas y mas cortas. No porque el amor entre ellos se estaba disminuyendo, ya que estaban cada día mas desesperados por verse de nuevo, sino porque tristemente las ocupaciones y deberes de cada uno estaban cortando con sus tiempos y energía. En ciertas ocasiones, Yamato llamaba a Sora para hablar con ella, solo para terminar dormitando durante la conversación. Sora nunca lo culpaba, ya que conocía lo mucho que Yamato se esforzaba para mantener buenas notas en sus estudios, y lo cansado que terminaba después de tanto estudiar para exámenes.
Aun así su relación podría haber resistido la distancia si no fuese sido por una desagradable conversación que Sora tuvo con unas de las otras empleadas de la empresa.
Estaban ya en la mitad del verano y Yamato ya tenia dos meses viviendo en EEUU. Mientras preparaba unos planes de diseño para la empresa, Sora recordaba la ultima conversación que ella tuvo con su novio. Había sido tres días anterior, y el corazón de Sora todavía latía a millón cuando recordaba las tiernas palabras que Yamato le dijo. Mientras la mayoría de la conversación la pasaron como las de siempre, fue la parte final, cuando Yamato le explico lo tanto que la extrañaba, que Sora estaba recordando en su cabeza una y otra vez.
En ese instante entraron dos de las mas desagradables compañeras de trabajo que Sora se tenia que calar casi todos los días. Y aunque trataban a Sora con cierta amabilidad, ella podía ver que sus personalidades eran tan falsas como las pestañas postizas que adornaban sus ojos.
Era verdad que ellas se comportaban muy frías con Sora, y la razón de esa frialdad era debido a los celos que le tenían a la joven pelirroja. Desde que ella llego a la empresa la jefa nunca mas les presto ninguna atención, a pesar de que tenían mucho mas tiempo trabajando en la empresa que Sora. y eso era debido al talento que mostraba la joven en diseños y artes. Y si eso no fuera suficiente, sabían que ella tenia un galán de novio que ni siquiera les dedico ni una mirada cuando visitaba a Sora después de sus estudios. Ellas no podían entender como una niña tan simplona como Sora podía tener un chico que no solo era increíblemente apuesto, sino completamente enamorado con su novia también.
Entrando en el estudio donde la chica estaba trabajando, Rina decidió tener un poco de diversión.
-Pues hola Sora-chan, trabajando duro como siempre ya veo-saludo esta con cierta superioridad.
-Buenos dias, Imanara-san, Hima-san, solo estoy terminando esto para Keiko-san-Sora replico, mientras se reincorporaba en su silla.
-Que diligente eres-declaro Hima con cierto tono sarcástico.
Queriendo cambiar la conversación a algo mas interesante, Rina Imanara no gasto su oportunidad para preguntar algo que la había tenido extrañada por varios días.
-Oh! Sora-chan, y donde esta Yama-kun? Hace tanto tiempo que no lo he visto por acá. No han cortado verdad?-le pregunto a la chica.
Sora, por su parte, trato de contener la ira que la envolvió al oír a Rina hablar a su novio tan familiarmente. Ella era la única persona en el planeta quien Yamato le concedía el derecho de llamarle Yama.
-No-esta contesto simplemente, tratando de acabar con la conversación.
-uy, uy, pero ese tono! No sera que se habrán peleado verdad?-hablo la cómplice siguiéndole el juego al la otra.
Sora tuvo que respirar muy profundamente antes de contestar. Pero quienes se creían estas? Preguntándole sobre su novio como si fueran sus propios asuntos?
-No, no es nada de eso. El esta estudiando en EEUU ahorita. Por eso no ha venido a verme aquí.-les explicó, esperando que se marcharan lo mas rápido posible ahora que tenían sus respuestas.
De repente Rina dio un sonido de simpatía, y poniendo una cara de tristeza se dirigió de nuevo a Sora.
-Ay, Sora-chan, no te preocupes. Probablemente estas super nerviosa de que Yama-kun encuentre una hermosa chica aya. No te culpo! He escuchado lo lindas que son por aya. Uy, si mi propia amiga fue abandonada por su novio de cuatro anos cuando este se enamoro de una rubia americana. Verdad, HHHH? Te acuerdas de GGG? La pobre estuvo tan afectada...- hablaba Rina, sabiendo claramente el efecto que sus palabras estaban teniendo en Sora.-Pero no te preocupes, estoy segura que Yamato te llama todos los dias, verdad? Ay, pero mira el tiempo, ya tengo que correr-Y justo así, la conversación que acabaría con una relación tan bella y madura termino, dejando a la pobre Sora petrificada en su lugar.
Por el resto del día los pensamientos de Sora peleaban guerra civil. Por un lado ella sabia lo tanto que Yamato la amaba, pero por otro lado sus inseguridades crecían mas y mas. Desde que Yamato se fue ella no podía evitar pensar que a lo mejor el se encontraría una chica mas bonita, mas inteligente, y mas especial que ella, pero las llamadas de Yamato servían para calmarle sus mas profundas dudas. Sin embargo, escuchar de los labios de otra persona sus propios temores trajo de vuelta su sentido de inseguridad.
Y si fuese así? Y si Yamato, ahora viviendo miles de kilómetros lejos de ella, se olvidaba de su pequeña noviecita al encontrarse una hermosa chica?
Cuando Sora por fin llego a su apartamento, su agitación era tan grande que no hallaba que hacer. Su primer instinto era llamar a Yamato inmediatamente, pero sabia que en esas horas el estaría en plena mitad de clases. Su única opción, por lo tanto, era esperar hasta mas tarde para poder hablar con el.
Cuando llego la hora en la cual Yamato normalmente salia de sus clases, esta no tardo en llamarlo. Su corazón amenazaba con salirse de su pecho de los nervios, solo para caerse hasta el suelo cuando le llego a la grabadora.
Aun asi, Sora no se dejo preocuparse mucho, ya que a lo mejor el se encontraba ocupado con algo. Pero despues de una hora en la cual Yamato no le enviaba un mensaje de texto ni le regresaba la llamada, esta se empezo a preocupar de nuevo. Fue después de media hora cuando su celular comenzo a sonar, y componiéndose, se preparo para contestarlo.
-Yamato?-dio una mueca de dolor al escuchar el tono histérico que se le escapo.
-Hola mi cielo, como andas? Perdón por no haberte contestado antes, es que estaba un poco ocupado-este le informo.
Sora dio un respiro de alivio al escuchar las palabras de su novio. Todo ese tiempo preocupándose para nada. Que tonta fue.
-No te preocupes, sabia que a lo mejor estabas haciendo algo importante.-esta le dijo, ya con una sonrisa de alivio en su cara.
-Si,estaba ayudando a una compañera de clase con las matemáticas. La he estado ayudando por días y aun tiene problemas. La verdad es que me recuerda mucho a ti, pero creo que es hasta peor que tu-le explico divertidamente.
Me recuerda mucho a ti.
Si el principio de la conversación la ayudo a colmar sus temores, estas palabras los trajeron de vueltas junto con sus inseguridades.
-Te recuerda de mi?-pregunto con una voz pequeña.
-Ja ja, si, mucho. Las dos necesitan que yo este a sus lados para poder resolver un problema de matemática-este siguió, sin saber el dao que sus palabras le causaban a la pobre Sora.-Y como te fue en el trabajo? Cuantos diseños te robo tu tal jefa hoy?- siempre le había disgustado el hecho que Sora trabajaba para una empresa que aprovechaba de ella.
Sora, inmersa en su propio mundo, no llego a escuchar las ultimas palabras de su novio. Todavía se encontraba tratando se procesar el hecho de que sus peores temores se habían realizado.
-Sora? Sora, me escuchas?-Yamato la llamaba de la otra linea, desconcertado con el silencio de su novia.
-Yamato, esto no puede seguir-Fue la única respuesta que esta le dio.
-Que, tu trabajo?-Este pregunto extrañado, no entendiendo el sentido de sus palabras-Te he dicho que lo dejaras hace tiempo. Con tus talentos estoy seguro de que podrás encontrar otra empresa que no se aproveche de ti.
-No...no mi trabajo...-le contesto la voz de su novia, que en esos instantes se escuchaba tan frágil.
Preocupado, Yamato trato de averiguar lo que le pasaba a Sora.
-Te encuentras bien, Sora? A que te refieres?- Hablo ahora seriamente.
-A nosotros, Yamato-y esas palabras lograron a tener un efecto devastador al corazón del chico.
-Que?-este pregunto débilmente después de unos segundos de silencio, no pidiendo creer lo que estaba escuchando.-Si estas bromeando esta es la broma mas horri-
-No estoy bromeando. Quisiera que pudiera ser una broma, pero no lo es. Como podemos seguir asi, Yamato? Que clase de relación estamos teniendo? Casi ni hablamos, y la mayoría del tiempo nos comunicamos con mensajes de voz. Tu estas viviendo una nueva vida en EEUU mientras yo permanezco en Japón, donde siempre quiero estar. Seguramente encontraras tu futuro allá, y tener una novia en otro país no te ayudara en nada.-ya llorando, la chica le explicaba todo.
-Mi futuro siempre ha estado contigo-Yamato trato de defender, desesperado.
-Cuando eramos niños sonábamos con siempre estar juntos-lo interrumpió Sora-pero tu nunca sabes como van a terminar las cosas. A lo mejor encontraras a alguien allá que sea mejor para ti-
-Nadie sera mejor para mi que tu, Sora!-Yamato le dijo, deseando que Sora podría entender eso.-Sora, por que...?-trago, tratando de recomponerse-Por que estas diciendo estas cosas? Tu me lo prometiste...me prometiste que todo iba a estar bien.
-Yamato..-esta empezó-yo no puedo saber el futuro.
-Pero yo te amo-Dijo el chico con la voz rota, ya sin poder contenerse.
-Y yo a ti-le devolvió la chica, también descompuesta.-Pero tenemos que seguir nuestro propio camino.
Y fue así como la relación entre Sora y Yamato se acabo.
Para todo el mundo que tenia una relación cercana con la pareja, las noticias de su separación fueron difícil de entender. Todos habían visto lo mucho que Yamato y Sora se amaban y habían jurado que después de tantos anos juntos, nada los podía separar.
Tal vez los mas afectado to todos fueron Tai y Takeru, quienes del grupo de amigos tenían los lazos mas cercanos con la pareja.
Fue Tai quien visito a Sora unos días después para decirle lo preocupado que estaba por Yamato, ya que el chico le estaba ignorando casi todas las formas de comunicación y no le quería decir nada. Pero al ver el estado de su amiga supo inmediatamente lo que había transcurrido. Para el lo mas difícil fue no poder hacer nada para sus dos amigos, quienes claramente necesitaban unos cuantos días solos trancados en una habitación para regresar a la normalidad.
A lo largo del tiempo todo devolvió a la normalidad, o por lo menos, el mundo devolvió a la normalidad. Para Sora no hubo un día en que ella no pensara en Yamato. Y ahora se encontraba sola y resfriada en ese apartamento frió tratando de controlar sus emociones,ya que sabia que por primera vez en seis meses Yamato estaría devuelta en Odaiba visitando a su familia.
Tras pensar de lo cerca que el se encontraba, su corazón le decía que se montara en el primer tren destinado a Odaiba para encontrar al chico que tanto deseaba y rogar por su amor en rodillas.
Pero ella sabia, después de tantos anos conociendo a Yamato, que el no podía perdonar a nadie fácilmente después de que lo hayan lastimando. Era su propio mecanismo de defensa. Por esa razón el tardo tantos anos para poder reconciliare con sus padres, cuyo divorcio lo habían dejado sumamente afectado.
Y ella, quien seguramente le había causado tanto dolor, no seria perdonada tan pronto, quizás hasta nunca. Y quien sabe, a lo mejor el hasta pudo encontrar a alguien mejor, como ella le había advertido durante esa ultima conversación.
No siendo capaz de soportar la idea de Yamato con otra chica, Sora decidió escapar de sus presentes pensamientos usando el método mas exitoso de todos: Durmiendo. Ademas que su cabeza ya le estaba empezando a fastidiar y la energía se le estaba escapando rápidamente, sin duda unos de los efectos de el resfriado.
Así que reuniendo todas sus capas de abrigos, Sora se marcho para la cama que quedaba a pocos pasos del sofá, y se entrego en el mundo de suenos, tratando desesperada mente de no pensar en la persona que estaba a penas a una hora de distancia en la ciudad de Odaiba.
Bueno, aqui esta el primer capitulo! En el proximo veran el punto de vista de nuestro querido Yamato! Que estara pensando el?
Perdon si el capitulo fue un poco dramatico pero es que asi era la unica forma en que lo pude escribir.
El segundo capitulo lo terminare esta semana, y a lo mejor, si el tiempo me deja, podre escribir el tercer y ultimo capitulo para publicarlos juntos.
