Permíteme que…

Capítulo 1: …Te guíe.

South Park no me pertenece, ni su historia original, ni sus personajes, solo lo utilizo para crear mi propia versión de los viajes en el tiempo.

— ¿Entonces?

Si de algo estamos seguros, tal si fuera una ley universal, es que aquello planeado con antelación y esmero, muy difícilmente se llevará a cabo de acuerdo al plan. Probablemente será imperfecto. Quizá ni siquiera suceda.
¿Qué tanto estamos dispuestos a aceptar como un "desastre"?, un verdadero desastre.

— Ah, no… agh, no estoy seguro, no sé qué hacer…

Cuando Tweek despertó aquella mañana, no se encontraba solo en su cama, como solía y creía que iba a estar hasta el final de sus días.
Como un punto clave para definir aquel "desastre" indeleble en sus planes, el rubio se jaló el pijama con todas las fuerzas que sus pequeños brazos podían contener.

Al amanecer, el rubio descubrió a un extraño en su cama, no precisamente un "extraño" en el sentido común de la palabra, pero definitivamente alguien que no pertenecía a ese lugar.

— Explícame… lo… ¿de nuevo?

El hombre suspiró cansado, no recordaba aquella actitud tan estresante en el rubio.

— Tweek, soy Christophé DeLorn, el Chris que tú conoces. Vengo del futuro, uno de 20 años adelante. Estoy aquí para evitar que algo que sucedió, suceda, para cambiar la concepción correcta de las cosas en el tiempo del cual provengo y que tú sobrevivas.

— ¡ESO ES DEMASIADA PRESIÓN!, ¿y por qué quieres tal cosa?, ¿soy una especie de líder post-apocalíptico que salvará al universo?, ¡no creo poder con esa presión!

— ¿Líder "qué"?, ¡para el balbuceo sin sentido, no digas estupideces!

Tweek se revolvió de nuevo sobre su sitio, tomó su cobertor y se escondió bajo él por completo. Ni siquiera quería estar viviendo eso. Christophe bajó la mirada en dirección de su bolsillo, aguardó unos segundos hasta que un pequeño brillo verde resplandeciera y continuó:

— Escúchame, solo quiero salvarte porque debo hacerlo, estoy en deuda contigo.

— ¡NO CREO NADA! ¡JESUCRISTO!

El castaño se sacudió el cabello con fastidio, deambuló por la habitación hasta encontrar un objeto que pudiera ayudarlo en aquella inopinada aventura. Entonces encontró el único objeto que no creyó ver ahí.

— ¿Qué hace este astil aquí?

— ¡Si vienes del futuro, ngh, dime tú!

Realmente se estaba hartando de aquella actitud. Chris tocó el contorno de aquel objeto y sonrió divertido.

— Cuantas puñaladas me ayudó a dar… si esto está aquí y si es el día correcto, seguramente vine ayer por la tarde a hacer la tarea de física. Si… salté por la ventana, desde aquí hasta el rosal de tu madre. Mamá Tweak se encabronó, pero creyó que fue… que fue Tucker. — Esas últimas palabras salieron de su boca arrastrándose de una forma que ni siquiera Tweek pudo alcanzar a oír.

— ¡OH DIOS MIO!, ¡ME ESTABAS ESPIANDO, VOY A BUSCAR A MIS PADRES, SECUESTRADOR!

— ¡Con un carajo, Tweek!, ni se te ocurra gritar, que mamá Tweak sigue abajo preparándolo todo para el estreno del nuevo sabor de café extranjero…

Tweek parpadeó perplejo, justo antes de salir del escondite improvisado bajo el cobertor.

— ¿Cómo lo…?

— ¿Me vas a ayudar o no? — Chris guardó el mango de la navaja en su bolsillo izquierdo y tomó asiento al otro lado de la cama, cerca de Tweek, pero a una distancia prudente. — Tienes que creerme, Tee.

La mirada de aquel hombre lucía tan honesta, pero también disímil a las que Christophé acostumbraba. ¡Aquello era de película!, aunque la tecnología avanzaba a pasos que lo atemorizaban, ¿Quién era Tweek para desconfiar en viajeros del tiempo de 2035?

— Pe… pero si faltan 20 años, ¿Qué es eso que puede tomar tanto tiempo en desarrollarse y aun así nunca lo evite?

— Tienes que saber que no podemos hacer esto solos, pero tampoco se lo contaremos al resto… debes seguir mis indicaciones para que en el futuro no mueras, al menos no de esa forma…

— ¡OH DIOS, ES VERGONZOSO, SEGURO!, ¡O ME SUCCIONÓ UN INODORO!, ¡ALGUIEN HIZO EXPLOTAR MI CABEZA CON UNA LATA DE DURAZNOS EN CONSERVA!, ¡SEGURO HAY DUENDES INVOLUCRADOS!

Chris abrió la boca ligeramente, pero al instante la cerró, sin respuesta alguna. Los años lo acostumbraron a los ataques histéricos de Tweek, los cuales se volvieron tan esporádicos y de corta duración, que llegó a perder la costumbre.
Alzó su mano derecha y comenzó a acariciar la cabellera del rubio con amabilidad, acto seguido, este dejó de temblar por completo.

— ¿Cómo es que sabes…?

— Ya te lo dije, aprendí hace mucho tiempo.

O*O*O*O

— Hola, Tweek, ¿por qué luces tan raro hoy?

Todos los miembros de la mesa de almuerzo se voltearon en dirección de Tweek al escuchar ese último comentario. El rubio traía la camisa bien abotonada y sus temblores se notaban aún más.

— A-a-adivina, Kenny. — La invitación del cafeinómano estaba lejos de sonar amistosa. Más parecía como una orden.

Con el Christophé del futuro tras su espalda y todos mirando en aquella dirección, Tweek estaba a punto de descubrir si su madre solamente era ciega o si las leyes de los viajes en el tiempo debían ser replanteadas.

Frente a él, Kenny McCormick, Butters, Phillip y el Chris de su tiempo se encontraban sentados. Miraron de reojo al rubio, pero de inmediato siguieron en sus deberes. No había algo extraordinario en él… o con él. Todos siguieron, excepto por el joven francés, quien por un segundo, casi pudo afirmar Tweek, miró a su versión futura, más fue tan rápido que ni siquiera podía asegurarlo. Sumado a ello, no hizo mayor expresión, asdí que deshechó la idea de inmediato. Definitivamente, solo él podía ver al Chris futuro… ¡entonces podría ser locura!, ciertamente, podría ser su mente jugándole un juego macabro.

— ¡AHG, JESUCRISTO!

— Pensándolo bien, estás igual que siempre. — Fue la corrección de McCormick, a instantes de hacer una invitación amistosa y amenazante para que el nuevo integrante se sentara en su regazo.
Por supuesto, Tweek declinó la idea, sentándose a un costado de Butters. — Ahora, ¡por favor!, júrame que hiciste la tarea de economía y pásamela por lo que más quieras.

Tweek suspiró aliviado al ver que las cosas iban tal y como solían hacer todo el tiempo.

— Si, yo, recién acabé anoche. — De entre sus libros, el rubio tomó la libreta correspondiente y la entregó al otro chico. Chris, el Chris del futuro, miró en dirección de la mesa, en donde se encontraba su antiguo yo, alguien del que apenas conservaba la apariencia. Recordó el lobo solitario que solía ser.

— Ahora que Kenny tiene la libreta, vendrán unos idiotas a molestarlos, vámonos de aquí. — Fue la primera de muchas órdenes por parte del francés del futuro. Tweek lo volteó a ver asustado por la precisión de sus palabras, peor obedeció solo para cerciorarse que aquello era más que su mente, volviéndose loca.

— Yo, mejor me adelanto, chicos… los, ¡NGH! Los veo en clase…

Con tanta tarea pendiente, los chicos únicamente se despidieron con un movimiento de cabeza y un amable "claro", sin mayor complicación. Todo era tan normal que asustaba el doble al rubio.

Una vez que el rubio se alejó del grupo, Chris comenzó a seguirlos con la mirada. No haría mayor pregunta. Por el momento.

— ¿Puedo saber que evento es tan importante como para cambiar mi muerte? — Susurró el rubio a su acompañante "imaginario".

— Es una cadena de sucesos, Tweek, ya te lo dije… todo comenzará con el problema allá afuera en el que no debes verte involucrado en lo absoluto.

— ¿Por qué, entonces, me dejaste entregarle mi libreta a Kenny?

— Ah, porque eso será necesario en un tiempo… tu solo sigue mis indicaciones, ¿de acuerdo?

Justo en ese momento, Tweek lo notó. Sus cristalinos ojos verdes parpadearon con extrañeza, mientras guardaba sus libros en el casillero que le correspondía, sin demasiada gente alrededor.

— Christophé, ¿es que ya no hablas francés en lo absoluto?

— ¿Qué?, es mi lengua madre, por supuesto que lo hablo, perfectamente.

— Es que… es tan raro, no te he oído decir una sola palabra así, mientras que ahora dices la mitad de tus palabras en francés y la otra en… tu inglés.

El francés sonrió enternecido, pero de inmediato lo ocultó con una mirada represora y un gesto fingido de indignación.

Très drôle, pequeña rata.

— Ahí está, ese es Chris… — Fue su respuesta, en una sonrisa sincera. Chris se acercó al rubio, pero antes de poder extender sus brazos por encima de su espalda, cuando una voz los interrupió, haciendo que al francés se le erizaran todos los bellos del cuerpo en respuesta al sonido.

— ¿Qué haces aquí solo, Tweekers?

— ¡Ho-ola, Craig! — El rubio se ruborizó ligeramente, pero de inmediato se giró de vuelta a su casillero para evitar el hacerse notar demasiado por el moreno.

Craig lo observó con el mismo gesto frío que siempre lo acompañaba, caminó hasta su casillero, justo al lado del de Tweek, y comenzó a guardar sus pertenencias en él.
Chris los observaba a cierta distancia, aunque su expresión era severa, con Tweek dándole la espalda, apenas y podía ver sus facciones.

— ¿Qué hiciste el fin de semana?

— ¿Yo?, ah, este… nada, bueno, obviamente hice cosas como respirar y ver y oir lo que me encontraba, pero… nada, no hice nada importante, como siempre, todo bien. — La verborrea también había sido casi olvidada por el francés mayor, quien tenía un rostro de muy pocos amigos para Tucker. — ¿Y tú, Craig?

— Lo de siempre, además fui por Rubí a la fiesta de la bola de grasa con patas.

— ¡Oh, es cierto!, ¿la fiesta fue ese fin de semana? — Tweek ladeó la cabeza, como intentando recordar en que día se encontraba realmente. Kenny lo había invitado a susodicho evento, pero no era precisamente de aquellos hombres que disfrutan las reuniones sociales de ese tipo, así que declinó la oferta desde el principio.

— Pregúntale por Rubí.

— ¿Eh? — Chris dio la orden al rubio, pero este seguía embobado con la presencia de Tucker a su alrededor. Se sacudió la camisa frenéticamente y obedeció. — Este… ¿y Rubí?, ¿no se enojó mucho?

Craig seguía en lo suyo, cuando esa última pregunta lo hizo detenerse. Ciertamente, así había sido, pero no era una reacción normal en su hermana, así que no comprendía el origen de la duda.

— Demasiado… ahora tendré que soportarla a ella y a sus tontas amigas este fin de semana, que se quedarán en la casa como venganza para hacer una de esas reuniones estúpidas de chicas. ¿Estarás ocupado el sábado por la noche?

Los ojos oscuros del moreno brillaron con una intensidad que solo podía radiar por la esperanza de estar un momento más al lado de su rubio favorito.

Tweek se giró en dirección de Chris para buscar aprobación en él, cuando se topó con la mirada amenazante de este. ¡Daba mucho miedo! Y parecía odiar con todo su ser al moreno frente a él.

— Yo, creo… que no, es que…

— ¡No, Tweek!, debes… aceptar — Eso ultimo lo dijo con demasiado esfuerzo.

— Pero, pensándolo bien, creo que sí puedo — Corrigió de inmediato. — ¿Tienes algún plan?

— De hecho… — No pudo terminar la oración, el sonido de gritos y voces diversas irrumpiendo en el pasillo principal llamó la atención del trío.

Arrastrados de la oreja por el profesor de educación física, Kenny y otros dos sujetos que Tweek conocía por molestarlo constantemente, eran guiados hacia la prefectura de la preparatoria.

— ¡Oh Dios mío! — Cuando estuvo por preguntar algo, Philip, acompañado de Chris alcanzaron a los chicos.

— Te lo has perdido todo, amigo Tweek. — Comenzó el pequeño británico. — Aquellos chicos llegaron para bromear con Kenny, pero se les fue la mano y han llegado a los golpes.

Tweek abrió la boca, por completo impresionado. Tucker apenas y dejó escapar un bufido menor, acostumbrado a la escena, pero para el cafeinómano eso significaba algo más, pues no solo era una pelea cualquiera, sino el cumplimiento de una predicción de su "locura".

— Han comenzado los sucesos, Tweek. A partir de este momento, ¿harás todo lo que yo te pida?

Sin poder responder aun, el rubio fue empujado por la multitud que comenzaba a desplegarse por los pasillos. Craig terminó su labor y empujó a Tweek del hombro para que lo siguiera a la primera clase del día. Un día que sería bastante largo, pudo comprender el rubio.

Contaba con días para cambiar su futuro e impedir que— cualquiera que fuera la forma de hacerlo— muriera dentro de 20 años cruelmente.

— Vamos, Chris. — Susurró para el francés mayor, quien se distrajo por momentos mientras miraba en dirección de su persona de aquel tiempo, quien no se preocupaba por entrar a la clase aun, seguramente esperando a que un cierto británico llegara a volver su vida en algo mejor.

Un capítulo pequeño para introducir.

La idea no se me termina de formar en la cabeza, pero tenía la base y de ahí partí.
Creo que este será mi siguiente long-fic SP, ya que llevo un año sin publicar ninguno y realmente he desarrollado un amor por el ChristophexTweek, de tantas veces que he escrito sobre su amistad (que no tiene ningún fundamento en la serie xDDD)
De cualquier forma, esto es un CREEK— principalmente— pero ya veré si se vuelve feliz o solo decae más.
Ya saben que si van teniendo dudas, para eso están los reviews y yo procuraré aclararlo todo (o los revuelvo más en el intento xD)
Nos leemos pronto.

By: Roglia15