es lo que parece ser un amanecer triste en seúl, en un edificio de apartamentos de poco costo, por lo menos es lo que le parece al ánima de cho-ah que observa por una ventana esperando la hora en que la jóvenes artista sun-min llegue para descansar en su departamento; cho-ah observa el final de la noche y distingue la claridad que empieza a distinguirse por las calles que separan las cuadras de la ciudad, cho-ah recuerda el amanecer, un recuerdo que aparece entre otra claridad, esta de prismitas, que le borran la realidad y ve a su ex compañera, que era su ex maestra de canto, hablándole suave mientras ojeaba el folleto de su próxima presentación haciéndole caras a cho-ah acerca de una de sus compañeras de el coro de la filarmónica y el ánima de cho-ah se reconoce, seria, a ella misma, en pijamas, buscando algo en una mesa y sonriendo, y ve, como entre luz de día normal,el ánima de young-eon que aparece a su lado mirándola fijamente desnuda; como en muchas otras ocasiones el recuerdo de cho-ah se desvanece y vence la realidad traída por , cho-ah vuelve la mirada hacia las calles, entonces escucha la voz de young-eon "si, ignoramé, pero te voy a acompañar en espera de sun-min", cho-ah extraña entonces cigarros y el fumar, y ella misma, o eso siempre creyó ella, reaparece la ola de prismitas y ve, y observa, como otras veces a young-eon y sun-min acostadas una junto a la otra; para tortura de cho-ah, sun-min limpiando de su piel la ceniza del cigarro, el ánima de young-eon dice con una sonrisa sórdida "si, por eso nos toleramos"y otra ola de prismitas y ahora aparece el cuerpo de cho-ah acostado observando el cuerpo en dos toallas de su pareja, el ánima de cho-ah regresa la mirada a la calle; y para su alegría, ve la silueta de dos mujeres, una de ellas sun-min, que bajan de un taxi, sun-min mira hacia arriba, hacia ellas.
