Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece, pero la mala versión de Slam Dunk, sí.

Cualquier parecido es sólo coincidencia (?).


Mala copia


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—Lo siento, no me gustan los chicos como tú.

¿Como él? ¿Qué significaba eso?, pensó indignado. Sin embargo, en esa oportunidad, la muchacha se fue, dejándolo como un idiota en medio del corredor. Bien, la chica era linda, pero tampoco era que estuviera loquito por ella ni nada por el estil...

—¡Uoh, Natsu Dragneel, has sido rechazado por la chica número diez, cómo se siente eso!— exclamó el rubio del grupo, para luego volver a la tarea de hacer sonar la chicharra.

—Maldita sea, cállate.

—Lo lamento, Natsu, pero no detendré a Sting— oyó que decía el más serial de todos.

Cheney hijo de puta, pensó.

—Yo tampoco— sonrió un moreno.

—Pero si a ti no te obedece, Cobra— se burló uno de perforaciones.

Éste último sólo logró que el llamado Cobra lo mirara con los ojos entrecerrados. Y una mierda, volvió a pensar Natsu. El primero le jodía, y los demás no se preocupaban de saber cómo estaba.

Empero, decidió que estaba mejor así.


—Perdona, Natsu-san, ya hay alguien que me gusta— Yukino se sonrojó, para luego salir corriendo de ahí.

Y él palideció. Oh, claro, cómo no. Porque ya sabía lo que venía.

—¡Uoh, la chica número trece, amigo Natsu!

Él frunció el ceño ante eso. Sting era un imbécil. Y por eso, en ese instante, se volteó para mirar a Rogue.

—No.

Y Rogue también era un imbécil.

—Todos sois unos idiotas.

—Pero si a mi no me lo has pedido, Natsu— dijo Erik con el palillo de una paleta sobresaliendo entre sus labios.

El chico lo miró, tal como había hecho con Rogue, y lo observó. Al final el pelirrojo sonrió aún más.

—No.

—Te mataré, Cobra— farfulló.


—No me gustan con el cabello teñido— sentenció.

—¡Mi cabello no es teñido maldita sea!— gritó, haciendo a Kagura fruncir el ceño.

—Mucho menos si el teñido es de un color afeminado.

Natsu enfureció ante eso.

—¡No es afeminado!

—¡Natsu, no lo hagas, piensa como si fuera una chica!— exclamó Sting atrapándolo por los hombros y torso junto a Rogue y Gajeel.

—¡Es una chica, estúpido!— gruñó Gajeel, dándole como pudo, una colleja.

Erik por su parte, se dirigió donde Kagura, quien estaba bastante cabreada por el comentario de Sting; para convencerla de que el oxigenado y Natsu eran unos estúpidos. Al final la chica asintió, siendo convencida por las palabras del moreno, y se fue, olvidando prometer que los golpearía más tarde.


Los chicos rieron al ver la expresión de completa rendición que tenía Natsu. El mismo Natsu que nunca parecía darse por vencido.

—Pero vamos, no te preocupes, ya nos deshicimos de aquella pocilga, y ahora estamos en preparatoria.

—Por lo tanto, hay más chicas— dijo Gajeel, secundando lo que estaba diciendo Erik.

—No interrumpas, gracias.

Natsu sonrió ante eso con nuevos ánimos, y mucho más feliz.

—¡Por supuesto!— se separó del columpio —¡Cómo no lo había pensado antes, quedan muchas chicas, y ninguna me conoce!— rió a carcajadas, haciendo suspirar a Rogue, y logrando por el alto tono que había alcanzado su voz, que Sting se cayera de la grada del parque en la que dormitaba.


—Me gustas, Hisui— murmuró muy sonrojado.

La chica de aquella ocasión parpadeó con confusión.

—¿Quién eres?— dijo ella luego de unos momentos.

Natsu boqueó como pez ante la respuesta. No tenía eso planeado.

Y Rogue sonrió desde los arbustos, al lado de Sting, quien ya tenía preparada la bulla, y de los otros dos.

—Literalmente, no te conocen— se burló, ganándose las risas de Erik y Gajeel.

Puesto que Sting ya estaba con Natsu y la chica a quien el de cabello afeminado sólo le conocía el nombre —con suerte— y el aula.