Advertencias: Yaoi, mucho Yaoi. De hecho, aunque aparezcan personajes mujeres, no hay mucho Hetero xD, es algo casi nulo xD, no tengo planes hacer parejas Mujer / Hombre, asi que tranquilos/as xD
Disclaimer: PoT no me pertenece, si no, definitivamente la serie seria "algo" diferente mwejejejejeje.
Titulo del fic: Sueños y Sentimientos
Autora: Tsubame Gaeishi¿Cuál es la línea entre un sueño y un sentimiento?
Capitulo 1 : ¿Podría comenzar mejor?
Una habitación en penumbras, una cama a un costado, pegado al lado de una pared, frente a esta un closet de madera y frente a este una ventana cubierta por suaves cortinas blancas que dejaban ver al manto hermoso de la fresca madrugada.
Un quejido inaudible, ahogado debajo de las sabanas que revisten la suave cama y arropaban un cuerpo que inquieto se movía en su lecho, otro quejido seguido de un susurro, su frente perlada de sudor y sus manos aferradas a las sabanas a sus lados, otro quejido y sus facciones se arrugaron.
Un grito que desgarró el silencio de aquella casa y sus ojos abiertos dejando ver el enorme miedo, el terror que se aferraba a sus pupilas, su respiración agitada y sus manos aun no soltaban las sabanas que cubrían su sueño.
Una noche más había experimentado aquella pesadilla que desde que el Capitán del equipo, Tezuka les informara de una invitación a un seudo torneo que se llevaría acabo dentro de un mes. Sus pupilas azules oscuro estaban dilatadas aun no creía lo que acababa de soñar, y aunque sabia que era eso, sentía como si realmente hubiese sucedido.
Sintiéndolo tan real.
Se sentó lentamente sobre la cama y llevo una de sus manos a su frente, su respiración había regresado a la normalidad y sus manos habían abandonado la seguridad de las sabanas para llevarse una al pecho y la otra a sus ojos, aun tenia en sus labios el sabor amargo de la desesperación experimentada cada que tenia ese horrendo sueño.
Dejando escapar un suave suspiro, dejó caer ambas manos entre sus piernas y giró hacia atrás de la cama, posando sus azules ojos en el reloj en forma de oso café que ahí descansaba.
2:25 AM.
Cada vez se despertaba más temprano aunque él sentía que aquel sueño se extendía cada vez más. Suspirando de nuevo, semi sonrió y llevó una de sus manos a su cabello rojizo para revolverlo más y tomar la decisión de levantarse y salir de su habitación para bajar a la cocina y abrir el refrigerador y sacar la leche, sirviéndose después en un vaso para sentarse en la sala mirando hacia la oscuridad.
Este sueño realmente le asustaba pero trataba de restarle importancia, al fin de cuentas era solo un sueño...
-solo... un sueño... – susurró suavemente para después de suspirar y beber lo poco que quedaba de leche en su vaso y dejarlo sobre la mesa de centro de la sala.
Se dejó caer hacia atrás para acomodarse y mirar al techp0, aunque no le molestaba soñar con sus compañeros, odiaba soñar que eran heridos, le frustraba soñar con ese tipo de cosas y no poder hacer nada.
Se llevó una mano a su cabello, desenredando un poco algunas hebras rojizas para después suspirar y cerrar sus ojos, tenia que dormir aunque fuera una sola hora, su no, pronto terminaría su resistencia y poco a poco se notaria en las practicas.
Frunció el ceño suavemente para después suspirar y se levantó del sillón para tomar el vaso, ir a la cocina y dejarlo para después subir las escaleras y entrar lentamente en su cuarto y cerrar la puerta detrás de si, apoyando su espalda en esta para deslizarse hacia abajo y dejar caer su cabeza hacia delante dejando escapar por enésima vez otro suspiro.
-Demonios, debo dormir aunque sea una hora... no quiero terminar durmiéndome en clase...- otro suspiro de frustración y volvió a pasar su mano por su rojo cabello para deslizarla a su nuca y después pasarla a su rostro y cerrar los ojos mientras apoyaba su frente en sus dedos.
Frunciendo el ceño, se levantó de donde estaba para caminar a su cama, y gatear sobre ella, llegando a la altura de la almohada y dejarse caer pesadamente y buscando con su mano a un osito de color negro para abrazarlo y sonreír.
-A lo mejor pueda dormir abrazándote...- hizo una mueca infantil y abrazó posesivamente a aquel oso de color negro que tenia un aroma tan especial
Poco a poco el aroma de aquel peluche el calor de la cama, la suavidad de las sabanas y el cansancio mental, hicieron que Morfeo volviera a abrazar al pelirrojo llevándolo a aquel mar de sueños, haciéndolo sonreír inconscientemente.
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El sol entraba sin pedir permiso a aquel lugar, iluminando todas las mesas y sillas, a los alumnos y al profesor, haciendo visible la escritura blanca sobre el pizarrón verde, mientras se escuchaba la voz de una chica entonando suavemente una lectura que era parte de la dinámica de ese día.
Sus ojos estaban fijos en su cuaderno, y leía silenciosamente su propia letra con cada entonación que decía aquella voz entre chillona y algo nerviosa, se notaba ya que se trababa en algunas partes e inconscientemente él respondía bajito para corregirla.
De pronto la chica se detuvo por una orden del profesor, para después de eso, nombrar a su compañero de al lado para que continuara con la lectura, ciertamente que no era del otro mundo que en la clase de Inglés, el profesor pusiera en el pizarrón unas cuantas oraciones y después de copiarlas en sus libretas les hiciera repetirlas una y otra vez para aprender la pronunciación exacta y correcta, ciertamente y a pesar de saber hacerlo, le aburría, cosa que solo cubría con su sonrisa satisfactoria, intentando ser agradable con todos.
Después de haber acabado su compañero, le tocó a la chica de enfrente de él, seguramente el profesor le diría que le tocaba después de ella, pero, no sucedió, y levantando la mirada, esta vez siguió la lectura directamente desde el pizarrón.
Cuando hubiese acabado su compañera, todo quedó en completo silencio, y solo se escuchó la tiza chocar contra la superficie verde dejando ver los ejercicios de tarea, después de eso, las paginas de su libro que debían leer, resumir y responder, suspiró para después de eso, cerrar su libro y su cuaderno, guardando todo, después de eso, se escuchó la campana terminando las clases, se sentía algo incomodo, y aunque era respetado en esa clase, gracias a su forma de ser tan conciliadora, se sentía fuera de lugar.
Aunque sus compañeros parecían no pensar lo mismo.
-Oishi, ¿me prestas tu cuaderno para pasar el apunte de la clase pasada, es que no pude terminar de copiar bien todo, si?
-Claro Yukihime, solo no te olvides de traérmelo mañana, si?- la chica solo sonrio y extendió su mano para retirar el cuaderno de las manos de Oishi, quien solo suspiró.
¿Era exactamente eso lo que le dolía?... que era en realidad lo que sentía dentro de si, parecía que todos lo veían como el "muchacho que se preocupa por todos"... y que pasara lo que pasara no los iba a dejar solos.
Frunció el ceño para levantarse y tomar sus cosas y salir del aula a paso entre lento y apresurado, una velocidad justa para llegar a tiempo a lo que eran los vestidores del club de tenis, quería estar solo por un momento, y sabia que esconderse detrás de las canchas de tenis, era el mejor sitio para que nadie lo encontrara, sus ojos verdes iban llenos de confusión al grado que no vio pasar a Tezuka a su lado quien, indiferente, parecía no darle importancia a ese brillo extraño en los ojos de su sub-capitán.
Después de que halla llegado a lo que eran los vestidores y cerciorarse de que nadie estaba cerca, se metió a aquella habitación, dejando su maleta y sacando solo un viejo cuaderno forrado de color blanco y un bolígrafo de tinta de gel de color verde.
Se retiro sin hacer mucho escándalo, parecía que un fantasma había aparecido ahí, solo entro, hizo lo que tenia que hacer y salió sin decir o reparar en lo demás.
Caminó lentamente, fijando sus verdes orbes en lo que eran las canchas de tenis, esas canchas que le habían traído tragos de todo tipo, amargos, dulces, dolorosos, felices, y hasta a veces muchos enojos. Sonrió.
Después de dejar las canchas atrás, se perdió entre los pocos árboles que estaban por ahí, esos árboles revestidos de color rosa por la primavera, y los cerezos que parecían darle un aire tan romántico, melancólico y de paso... enternecedor, algo que lo hacia reflexionar muchas cosas.
Se perdió entre ellos para encontrar una sombra completamente distanciada de todo el ser que estuviera en receso por las canchas de tenis, así que se sentó para apoyar su espalda en el tronco café y poso la libreta a su lado con el bolígrafo sobre la portada.
Miró hacia el cielo y entre los pétalos rosáceos que bailaban sobre de si por la fresca brisa de primavera, pudo ver el resplandor del sol dirigiéndose hacia si, esos momentos, esa temporada en especial le hacia pensar en muchas cosas, en que ya le faltaba tan poco para salir de la secundaria, que pronto dejaría de pertenecer a SEIGAKU, y el equipo que con tanto esfuerzo vio crecer desde sus inicios, se fuera a desintegrar.
Estas eran dos de las cosas más importantes que rondaban su mente, sentía que el tiempo se le escapaba de las manos y no sabia que hacer, no sabia a ciencia cierta si afirmar que había disfrutado estos años dentro de la Secundaría.
Frunció el ceño para después suspirar y bajar la visa hacia su libreta y la tomó para posarla entre sus piernas y también alcanzó aquel bolígrafo, y con sus labios aprisionó el tapón de esta para después destaparla, girarla y poner el tapón en el revés del cuerpo del bolígrafo.
Después abrió la libreta, situándola en una pagina en blanco, solo para observarla detenidamente y después de eso sonreír tímidamente.
-¿A veces me pregunto, que pensarán los demás si se enteran que el sub-capitán tiene un diario personal?... talvez solo quieran quitármelo y burlase de mi... –sonrió con diversión para después pensar en todos sus compañeros, que haría cada uno, cual sería su reacción.
Momoshiro, buscaría la manera de fastidiarlo, y con todas las cosas que había en esa libreta, las confesiones de unos amores imposibles, los pensamientos después de una pelea con Eiji, o los sentimientos de cuando perdía algún partido, todo, estaba ahí, seguro el rebelde del equipo, se jactaría de tener los secretos de Oishi Syuchirou.
Kaoru, a lo mejor solo se enfadaría, haría su clásico sonido de serpiente y se lo regresaría sin más, talvez lo hojearía pero no haría mucha más faramalla.
Echizen, seguramente le escribiría en una de las paginas finales "Mada mada dane, Oishi Sempai", y después se lo devolvería con una sonrisa de autosuficiencia y arrogancia, que solo caracterizaban a Echizen.
Taka-san, a lo mejor solo se sonrojaría y se lo devolvería de forma nerviosa, y él, definitivamente se sonrojaría, intentaría dar una de esas sonrisas de siempre, una confortante para absorber como esponja su nerviosismo y así hacerlo sentir mejor a cuestas de su propio bienestar.
Al final, siempre ha sido así, ¿o no?
Sonrió suavemente y se pone a pensar en que haría su Sadaharu encontrase esta libreta blanca. Seguramente tomaría datos de TODAS las palabras que hay en esta libreta, y de paso analizaría hasta su propia caligrafía, dicen que si se analiza tu forma de escribir, se puede saber tu verdadera forma de ser, aunque...
-Creo que también aprendí a mentir dentro de mis propias libretas...-sonrió de nuevo para escribir claramente dentro de esa hoja un nombre, talvez el nombre que más le dolería dejar de escuchar después de todo lo que había pasado.
-Eiji...- susurró suavemente para quedarse viendo el reflejo de aquella tinta verde con el reflejo del sol, observando su caligrafía en el como se trazaba delicadamente ese nombre, inclinado como siempre, en letras grandes y elegantes, definitivamente habría aprendido a mentir dentro de la caligrafía.
Sonrió suavemente sin despegar sus ojos verdes de aquel nombre, y pensó, ¿qué pasaría si Eiji Kikumaru encontrase aquella libreta?. Definitivamente habría varios estados de la emoción del pelirrojo acrobático, su pareja en dobles.
La primera sería un estado total de curiosidad de leer todo, después el estado de la sorpresa tatuada en sus ojos traviesos, poco a poco vendría el estado del desconcierto, y después el reclamo, ya vería a Eiji acosándolo día y noche para preguntarle todas las cosas que leyó dentro de esa libreta, mientras él solo se dispondría a huir, y después de mucho acoso, acceder a declarar.
Y de nuevo, el reclamo de los siglos.
-... por que...- susurró suavemente sin dejar de sonreír, ciertamente amaba esos momentos a solas.
Después se le vino a la cabeza unos ojos azules océano, que definitivamente a veces lo helaban de lo crueles que podrían verse, y se imaginaba a aquel psicópata en construcción con esa libreta en sus manos.
Simplemente no quiso pensar en eso.
El ultimo que quedaba, era el Capitán, Tezuka Kunimitsu, que seguramente solo se lo regresaría e indiferente le diría un "Ten más cuidado con tus cosas personales..." y nada más.
Definitivamente esto era algo comprometedor de cualquier sentido, sea quien sea el que se lo encuentre, por eso, siempre que lo traía consigo a la escuela, no lo perdía de vista ni por un instante, y si tenia que dejar su maleta en alguna parte, lo haría en un sitió que no fuera esculcada por manos ajenas.
Era arriesgar casi su vida más intima y personal, que ni su mejor amigo, Tezuka se podría imaginar.
Meditó unos segundos para después de eso, acomodarse y comenzar a escribir sobre la hoja que estaba semi en blanco, ya que tenia en la cabeza de la hoja "Eiji" , comenzó a deslizar la tinta suavemente, dejando ver su hermosa caligrafía en esa tinta brillosa que hacia más fácil su escritura.
20 – Mayo
Definitivamente, hoy no sé que me sucede, sabía perfectamente que a pesar de cada una de las sonrisas que les regalaba a todos, por dentro no todo era felicidad, que sentía un enorme vacío, talvez por eso de que me preocupo por todos y siempre intento llenar ese vacío haciendo ver que los demás son importantes para mi.
No sé realmente si es cierto todo esto, que este vacío se llena de esta forma tan... a lo mejor tan estúpida, pero es la única forma que logro sentir que al final del día, mi pecho no se siente tan frió por dentro.
A veces me pregunto, ¿Qué pasaría si yo me volviera como Tezuka?... ver de esa forma tan indiferente las cosas, como si nada me dañase, como si todo lo que se comentara detrás de mi, me resbalase por encima sin tocarme tan siquiera, con ese porte arrogante, y sobre excesivo de un ego que pareciera no tener limites.
Ahora que lo pienso, creo que a Tezuka, más que respeto y amistad, le tengo algo de envidia, me encantaría ser como él, a lo mejor así, mi pecho no sufriría de esta forma, y no me sentiría tan vació después de todo.
Ahora, Echizen, aquel chico que también parece insufrible y que me recuerda tanto a Tezuka cuando entramos, me hace sentir escalofríos cada que sus ojos de oro me miran, pareciera que me taladrara con la mirada, definitivamente es un Tezuka con una fachada diferente, talvez él logre ser el siguiente Capitán cuando ya nos hayamos ido por nuestros lados.
Solo espero que SEIGAKU no se disuelva y no se vuelva débil, aunque con Echizen, Momoshiro y Kaoru que se quedarán, es posible que el equipo no decaiga, y a lo mejor, crezca más de lo que hizo en nuestra generación frente de nuestros ojos.
Cerró los ojos para después echar la cabeza hacia atrás, dejando el bolígrafo sobre la hoja blanca y después de eso apoyar su cabeza en el tronco, y abriendo suavemente los ojos, volvió a mirar hacia arriba, y entre los pétalos pudo distinguir lo que era el cielo azul, ese azul celeste que le tranquilizaba.
Sonrió de manera suave, como pocas veces hacia, una sonrisa para si mismo.
Un sonido de su reloj, lo trajo a la realidad, moviendo su mano izquierda, miró su reloj de pulso y miró que era hora de regresar a clases, talvez en la noche terminaría con esta reflexión acerca de tantas cosas.
Por mientras, sabia que poco a poco iba aceptando cosas que jamás había querido aceptar, y que a lo mejor así, podría crecer y podría en verdad ayudar a los demás sin terminar hiriéndose a si mismo.
Se levantó después de volver a sonreír suavemente para cerrar la libreta, tapar debidamente el bolígrafo de gel verde, y después caminar hacia los vestidores, iría por su maleta para ir a lo que era su salón de clases.
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En la cafetería de la escuela, Momoshiro Takeshi, estaba sentado en una de las mesas y a su lado Echizen, frente a ellos, un par de charolas con todo tipo de alimentos que debían de estar repartiendo en la cafetería, aborazándose de una forma... poco sana a los ojos de los demás.
Frente a las charolas, estaban Syusuke y Eiji, el primero sonreía como siempre con ambos ojos cerrados, mientras tomaba un poco de refresco, y el de al lado, sonreía divertido y a veces solo suspiraba.
-Nhya, ¡¿qué no se cansan de comer tanto! –dijo el pelirrojo mientras miraba a Momoshiro quien definitivamente ponía más atención a su empanada de queso que a las palabras del tensita acrobático.
-Déjales Eiji, que no te harán caso...- la voz de Sadaharu hizo voltear a Syusuke y a Eiji para después seguirlo con la mirada mientras se sentaba al lado del genio de SEIGAKU.
-Nhya, pero comen mucho... pareciera que no comen en semanas... – dijo con algo de fastidio fingido mientras que se dejaba caer sobre la mesa de forma perezosa y bostezando, cerró los ojos.
Sadaharu sonrió y volteó a ver a Momoshiro y a Echizen para hacer brillar sus anteojos de manera maquiavélica, en ese instante, Momoshiro, Echizen y Eiji, se quedaron helados, el primero solo se paso lo que quedaba de empanada y se levantó de su asiento, con sonrisa nerviosa se aparto de ahí sigilosamente, el segundo lo miró fulminante para después tomar su refresco, levantarse y comenzar a caminar como si nada, el tercero... simplemente desapareció misteriosamente.
-Parece que siempre los asustas Inui.
-Hay un 75 de probabilidades de que lo que dices es cierto... –se acomodó los anteojos, Syusuke solo sonrió y después de eso se levantó.
-Siento dejarte Inui, tengo clase y seguro Eiji ya ha de estar en el salón detrás de la puerta, esperándome.-dijo suavemente abriendo los ojos, y esta vez el que sudó frío fue el chico de anteojos.
Con una sonrisa suave y volviendo a cerrar sus ojos, Syusuke se alejó de ahí, dejando a Inui suspirando.
-Me pregunto, ¿cómo Eiji puede estar a su lado sin petrificarse de miedo? ... aunque... –sacó su libreta para comenzar a hojear lentamente y encontrar una pagina, sonriendo malévolamente, se levantó para comenzar a caminar por los pasillos del instituto, en dirección a su aula de clases, sin despegar su mirada en su libreta.
-Definitivamente, los datos que me muestran a diario son los mejores... –susurró antes de perderse entre los enormes pasillos del instituto con una sonrisa de satisfacción en los labios.
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El sonido del timbre anunció el fin de clases, y todos los salones eran interrumpidos a mitad de alguna explicación, practica o ejercicio impuesto por los profesores de cada clase.
Lentamente las aulas se iban vaciando, los corredores se iban llenando de alumnos, unos apresurados por salir, otros caminando lentamente platicando entre ellos, otros iban serios mientras miraban hacia el frente.
Otros, como Kaoru, simplemente caminaba sin reparar en nada en lo absoluto que no fuera su destino: Las canchas de tenis.
Caminaba lentamente como siempre, ese paso pausado y su mirada que daba a entender que estaba perdida, un siseo salió de sus labios para después doblar en la esquina y detenerse. Frunciendo el ceño, se quedó mirando a una chica de cabello negro con un cuerpo por demás escultural, no traía el uniforme de la escuela, por lo tanto, no pertenecía a esta.
Debía admitir que era hermosa, su vestimenta, aunque provocativa, era algo modesta, traía unos pescadores negros, con unas sandalias del mismo color, una blusa negra holgada, y en su mano derecha se veía una maleta.
-Seguro es reportera como Shiba e Inoue, seguramente viene a vernos entrenar...ffhsss.- pensó.
Caminó de nuevo entre los pasillos para después de eso, pasar a su lado, y no pudo reprimir el voltear a verla de reojo, después de sonrojarse ligeramente caminó hacia la salida del instituto para ir a los vestidores.
Realmente esa mujer era una escultural pieza, tenia un...
-Kaidoh, ¿qué estás pensando?...-susurró suavemente, sin dejar de sentir sus mejillas sonrojadas, para después de eso, suspirar y sisear un poco calmándose, desapareciendo aquella marca de rubor de sus mejillas, llegando a los vestidores.
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Una sonrisa se dibujó en sus labios, para después de eso, girar su rostro hacia el cuerpo de aquel estudiante que había pasado detrás de ella, sus ojos rojos se clavaron en aquel chico, y semi sonrió de nuevo, para girarse y caminar de lado contrario hacia donde iba caminando el pelinegro.
-Definitivamente, creo que tenias razón... –susurró para si esa chica, con una voz algo arrogante para después de eso, salir del instituto, suspirando.
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-¡Vamos chicos, están bajando el ritmo! –se escuchó el grito de la profesora Sumire entre las canchas mientras se podía ver a los integrantes del club correr alrededor de las canchas, todos y cada uno de los jugadores, sean titulares o no, dando su mejor esfuerzo.
-¡Diablos, estoy cansado... –decía Horio mientras dejaba de correr y caía de rodillas junto a algunos de sus compañeros, mientras que los titulares iban a la cabeza de la carrera.
-Nhya!... creo que nos quieren matar haciéndonos correr tanto!
-Será mejor que no te quejes Eiji, Tezuka viene detrás de nosotros... – A Eiji le salió una gotita en la nuca y aceleró lo que más pudo, ya que al voltear, logró ver los lentes de Tezuka resplandeciendo de manera maligna.
Todo el equipo casi sale volando de la velocidad que llevaba Eiji en su carrera, Oishi simplemente sonreia divertido con una ceja alzada.
-No sé quien le da más miedo, Inui con sus jugos, Syusuke con sus miradas o Tezuka con sus vueltas... –Decía mientras sonreía, Kawamura que iba a su lado solo soltó una sonrisa más y Momoshiro definitivamente rió divertido.
De pronto, sintieron a alguien volver a pasar a su lado, era Eiji en una vuelta nueva, todos se quedaron con cara de "Definitivamente esta aterrorizado", cuando...
-El que termine al ultimo... le tocará el nuevo jugo mejorado que he preparado para los entrenamientos, su sabor ha sido reforzado y definitivamente es mucho mejor a las versiones anteriores... – Todos se quedaron de piedra, bajaron momentáneamente el ritmo para después...
-¡CORRAN! – era la voz de Momoshiro quien encabezaba la carrera pero alguien paso a su lado de forma presurosa, Eiji de nuevo. Todos lo miraron fulminante.
-¡EIJI! – gritaron todos al unísono para después salir detrás del pelirrojo que parecía que estaba siendo perseguido por el mismísimo demonio, sin en cambio, volteo y les sacó la lengua a todos.
-Nhya, les llevo dos vueltas de ventaja!... –y volvió a acelerar... Momoshiro arrugo el ceño.
-Deberíamos hacer correr a Eiji contra Kamio, así para que vea que sigue siendo lento... –dijo de mal humor y Kaoru pasó a su lado.
-Idiota... eres el ultimo...ffhsss –dijo mientras se alejaba de él, y Momoshiro se daba cuenta, acelerando también.
Corrían desmesuradamente, parecía en verdad que eran perseguidos por alguien que quería matarlos... de hecho, si contamos que el Jugo nuevo de Inui estaba de por medio, era casi lo mismo, es decir, si vida y su salud estomacal estaba de por medio,
Como no correr así.
Eiji llegó y terminando sus vueltas, se desparramó al lado de Inui y mirando pasar a sus compañeros sonrió satisfactoriamente.
-Inui, tengo una preguntita.
-Dime Kikumaru.
-Yo ya llegué primero que todos, por lo tanto ya gané, entonces... todos ellos ya perdieron?
-Técnicamente así es... –susurró arreglándose sus lentes que destellaron maléficamente, en ese instante iban comenzando su ultima vuelta y todos, TODOS, incluyendo a Tezuka, mataron, revivieron, volvieron a matar y enterraron tan lejos a Eiji, que en verdad, Eiji sintió que le daba un paro cardiaco.
Su ultima vuelta estaba reñida, nadie cedía y terminaron llegando todos juntos, pero...
Sin resentir para nada su cansancio, en lugar de dirigirse al otro lado de la cancha, su carrera fue dirigida a un solo objetivo: Eiji Kikumaru.
El pelirrojo simplemente reaccionó a lo que se veía su muerte segura, parecía que querían matarlo... corrección, IBAN a matarlo, así que simplemente se levantó y comenzó a correr hacia las canchas de las mujeres, o hacia donde sus piernas le llevaran lejos de sus compañeros homicidas.
Pasaron al lado de las canchas nuevamente, Eiji al frente a unos dos metros de distancia del grupo de chicos que venia detrás de él. Ryoma sonrió al ver algo cerca.
-Hey, Sempais, las raquetas... y las pelotas... –susurró aun en media carrera, todos tomaron sus raquetas que estaban acomodadas al lado de las rejas y tomaron dos o tres pelotas cada uno, mientras que seguían su carrera.
Inui y Sumire veían la escena sonrientes, los demás del equipo, los no titulares, estaban boquiabiertos y solo se hacían aun lado cada que los veían pasar, solo que...
-Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña... como veía que resistía fue a llamar otro elefante... –decía Arai tirado en el suelo lleno de pisadas de tenis por todos lados y sus ojos en espiral.
-Arai! –uno de sus compañeros lo auxilió mientras los demás aun veían atónitos a los titulares.
-¿De donde sacan tantas energías?-Decía Kachirou mientras a Horio le daba un paro cardiaco detrás de él.
Eiji seguía saltando y ahora esquivando las pelotas y los mejores saques de sus compañeros hasta que...
De enfrente, venia una pelota, era una serpiente boomerang de Kaoru, mientras que detrás de él, venia el Saque Twist de Ryoma, estaba algo complicado, y de pronto, de su lado derecho, estaban ya Oishi y Syusuke, del lado izquierdo, Momoshiro y Kawamura, los cuales se le hiban cerrando poco a poco.
Eiji saltó hacia una rama de un árbol, logrando que Momoshiro y Oishi chocaran y Syusuke y Kawamura se cayeran gracias a que al genio de SEIGAKU le dio en la cara la serpiente boomerang de Kaidoh y a Kawamura le dio en la nuca el Saque Twist de Ryoma.
Eiji, desde el árbol solo se sonrió para después bajar e intentar una vez más su huida hasta que...
-¿a dónde crees que vas, Kikumaru? –Eiji, al ver esa cara y esos lentes, solo se dio la media vuelta dispuesto a marcharse, pero oh, el factor sorpresa, sus demás compañeros ya estaban frente de si, con sus raquetas y con dos pelotas cada uno con el destinatario: su cara.
Tragó en seco.
-Chi-Chicos... va-vamos, cálmense!... –puso cara de gatito para después hacerse para atrás y chocar contra Tezuka, quien lo atrapó.
Todos sonrieron malvadamente, para después de eso, entre todos amarrar al gatito pelirrojo, aunque después de una nube enorme de polvo, algunos salieron arañados, mordisqueados y hasta algunas camisetas desgarradas.
-No Eiji, yo conozco bien tus mañas, a mi no me vas a engañar tan fácilmente –Definitivamente ese día los ojos de Oishi brillaban extrañamente malévolos... como el de todos.
-¡Oishi! –chilló Eiji en el hombro de Momoshiro, quien cargaba al pelirrojo como si fuese un costal de papas.
Al llegar a donde estaba Inui, lo "colocaron amablemente" a los pies del chico de los datos, quien sonrió.
-Hicieron un buen trabajo, a eso yo lo llamo una "cacería perfecta"... –A Eiji se le congeló la sangre y tragando seco, cerró los ojos, comenzando a sacar lagrimones.
-¡SUELTENMEEEEEEE!
-Ffsshhh que molesto...
-Creo que deberíamos hacer algo con nuestra presa, siempre los cazadores tienen un premio, y yo creo saber cual será el mejor... –propuso Syusuke con los ojos abiertos, fijando sus océanos en Eiji que lo veía aterrado.
-Ehhhh ... mira Momo-Sempai, parece que el gatito salvaje esta asustado... –los ojos de oro de Ryoma brillaron.
Mientras que los lentes de Tezuka de una forma destellaron.
-Tu castigo... y nuestro premio... es... tomarte toda la jarra que le tocaba al perdedor, aparte de quedarte a recoger las pelotas del día de hoy... –sentenció Tezuka con los brazos cruzados, Eiji palideció.
Entre Momoshiro y Kawamura agarraron al inquieto gatito que aun quería salvarse del cruel destino, Syusuke tomó la jarra del jugo, y Oishi tomó un embudo, para colocarle la parte delgada en los labios de Eiji y así presionar sus dientes para separarlos.
Cuando lo logró miró a Syusuke quien derramó toda la jarra en la aparte ancha del embudo, haciendo que Eiji tuviera que tragarse todo el liquido, pero, comenzaba a dejarlo salir de sus labios.
-Si tiras el liquido, Kikumaru, serán otras dos jarras ... –susurró suavecito Oishi en su oído, así que Eiji abriendo los ojos exageradamente, se tragó toda la jarra de jugo, cuando se la terminó, lo soltaron para dejarlo en el suelo, desamarrándolo.
Eiji no reaccionaba, y todos lo rodeaban.
-¿No crees que fue demasiado? –preguntó Kawamura a Oishi, quien seguía con esa mirada.
-Lo conozco... 5...4...3...2...1...
-NHYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!-El grito de Eiji seguramente se escucharía a kilómetros y kilómetros y más kilómetros de la Secundaria.
-Se adelantó 0.5 segundos de lo esperado.-hablaba Inui mientras acomodaba sus lentes.
Todos soltaron una carcajada y se tiraron al suelo, por fin resintiendo el cansancio.
Los que no eran regulares, definitivamente atendían al malherido de Arai, y se tapaban los oídos, ya que Eiji no dejaba de chillar cuanta cosa pasara por su cabeza (Claro, censuramos malas palabras por obvias razones jejejejeje)
Mientras tanto, entre los árboles de cerezo, una figura esbelta con un pans de color azul marino sin letras, y una camiseta ceñida a su torso, enmarcando su pecho desarrollado y su abdomen plano, sus ojos de color oro se fijaron resplandecientes en las acciones de ese día.
-Seguramente a eso te referías con "entretenida"... –dijo con voz fría para después saltar y desaparecer...
Fin del Capitulo 1.
Diablos ... en verdad creo que a veces exagero en mis locuras xD
Prometo dejar de tomar esas cosas, creo que en verdad, me hacen daño uú...
En fin, espero les haya gustado este primer capitulo o.o.
Y vamos, ya les iré diciendo quienes son nuevos, si, hay sorpresas, personajes nuevos, (Claro sacados de mi mente extraña xD)
Habrá muchos enredos xD
Ah si, díganme, les gustó el entrenamiento! XD
La Cacería de Eiji! XDDDDDD
Bueno, nos vemos, cuídense, y gracias por leer X
