Prologo: Los Fugitivos
Valle de Godric, Gran Bretaña. 24 de Octubre de 1981
-James, Sirius… ¿Están seguros de esto?
-Tranquilízate cariño, todo saldrá bien, ya lo verás…
-James tiene razón Lily. Nadie sospecha de nuestro plan
-¿Y tú que dices, Peter?- le preguntó al otro ocupante de la habitación
-Yo creo que tienen razón, Lily, es lo mejor. Nadie sabe del cambio
-Bien, si están seguros los tres, adelante…- en ese momento, se escuchó el llanto de un bebé- Los dejo solos, iré a ver a Harry- y salió del estudio
-¿Todavía está intranquila?- preguntó Sirius
-Se ha calmado un poco en estos días, pero sigue nerviosa. Bien, será mejor que terminemos de una vez, ya es muy tarde. ¿Estás listo, Peter?- él asintió y procedieron a hacer el encantamiento
31 de Octubre
-Una tormenta azotaba afuera de una casa, donde un joven matrimonio trataba de calmar a su pequeño hijo de un año…
-Vamos, Harry, duérmete ya mi amor- le pedía Lily
-No está enfermo¿verdad?- preguntó James preocupado- Nunca se había comportado así…
-No, no creo que esté enfermo- respondió su esposa- Ha estado intranquilo desde hace unas horas…- pero no pudo añadir más, porque escucharon un ruido en el jardín- ¿Qué fue eso?- James fue hasta la ventana a investigar
-¡Maldito traidor!- murmuró sacando la varita
-James¿qué…?- los pasos se escuchaban más cerca
-¡Lily, coge a Harry y vete¡Es él¡Vete¡Corre! Yo lo detendré…- por un momento, Lily pensó en protestar, pero miró a su hijo y decidió hacerle caso a su esposo y corrió al segundo piso, segundos antes de que la puerta se abriera
-Bien, Potter- dijo Voldemort- Espero que aprendas que nadie puede ocultarse de Lord Voldemort. Ahora, entrégame al niño…
-¡Nunca te entregaré a mi hijo!- gritó James- Primero tendrás que matarme…
-Típico Gryffindor...- se burló Voldemort- Ahora no tengo tiempo para perderlo contigo, Potter, des-pués me encargaré de ti... ¡Desmaius!- y, antes de que pudiera reaccionar, James cayó inconsciente en la sala de su casa. Con una sonrisa de triunfo, Voldemort se dirigió al segundo piso. Minutos después, una gran luz verde se vislumbraba en la ventana superior, seguida de un grito de dolor y furia...
Tiempo después, Sirius Black llegaba a la ahora casa en ruinas de los Potter. Llamó desesperadamente a sus amigos, pero no le respondieron. Iba ya a marcharse, cuando escuchó un llanto en la parte superior de la casa y corrió hacia allí
-¡Harry!- exclamó tomando a su ahijado en brazos. Lo examinó, tenía una profunda herida en la frente, pero por lo demás estaba bien- Pequeño, lo siento, todo fue mi culpa…- al ver una cara conocida, el niño se calmó un poco
-Mamá…- balbuceó extendiendo los bracitos hacia un lado, Sirius siguió miró hacia esa dirección
-Lily…- murmuró agachándose para examinarla, y darse cuenta de que estaba muerta
-Mamá… mamá…- decía Harry aferrándose a su madre y tratando de que le responda. Al ver la escena, Sirius ya no pudo contener más las lágrimas
-Vamos Harry, vamos a… vamos a buscar a tío Remus- dijo mientras lo alzaba de nuevo. Se apareció con Harry en el patio de la casa casi al mismo tiempo que llegaba Hagrid
-¡Sirius!- exclamó el semi-gigante al verlo. Enseguida le quitó a Harry y lo acurrucó junto a él- ¿Qué ocurrió¿Dónde están Lily y James?
-Muertos, Hagrid- respondió él turbado- Voldemort los mató…
-¡No!- sollozó el semi-gigante- No quería creerle a Dumbledore cuando me lo dijo…
-Después iré a hablar con él. Dame a Harry, Hagrid. Soy su padrino. Yo cuidaré de él…
-No, Dumbledore me pidió que lo llevara…
-Yo iré a hablar con él, Hagrid, dame a Harry- extendió los brazos
-No, tengo que llevarlo con Dumbledore, él nos espera en la casa de sus tíos
-¿Qué¿Tú sabes que clase de personas son ellos, Hagrid? No, de ninguna manera Harry irá allí
-Lo siento, pero esas son las órdenes de Dumbledore- Sirius vio que era inútil discutir, ya después hablaría con el director. Ahora tenía algo que hacer
-Está bien, Hagrid, pero llévate mi moto, así te será más fácil llegar donde ellos, yo no la necesito ya- Hagrid accedió, envolvió a Harry en unas mantas y partió en la moto
-Bien Peter, vas a pagar caro tu traición- agitó su varita y desapareció, dejando la casa semi destruida.
Poco tiempo después, aurores del Ministerio de Magia aparecían en el lugar, pero al ver la casa en ese estado se aparecieron en el segundo piso y recogieron el cuerpo de Lily Potter. Buscaron algún rastro de Harry pero lo único que vieron fue la túnica que había pertenecido a Voldemort. Con algo de temor la recogieron porque podría servirles de evidencia y se marcharon. Casi amanecía cuando Sirius volvió a aparecerse en la casa, con lágrimas en los ojos caminó alrededor de ella y se paró frente a donde había estado la puerta principal, fue entonces que escuchó una voz debajo de los escombros…
-Quien esté afuera… Ayúdeme por favor…- pedía una voz muy débil, pero inconfundible para Sirius
-Por favor, que no sea mi imaginación…- murmuró- ¿James?- preguntó en voz alta
-Pa… Padfoot… amigo… por favor… sácame de aquí- a Sirius no tuvo que repetírselo dos veces
-Wingardium Leviosa…- los escombros fueron removidos con rapidez y Sirius corrió a ayudar a su amigo herido- Prongs¿cómo te sientes?
-Como si la casa se me hubiera caído encima- bromeó, pero luego recordó algo- ¿Y Lily¿Y Harry¿Dónde están?- Sirius desvió la mirada… ¿cómo decirle?- ¿Padfoot?
-Esto va a ser difícil, James, pero tienes que saberlo… Lily… Lily murió… Voldemort la mató
-¡NO!- gritó James- ¡NO ES CIERTO¡LILY NO PUEDE ESTAR MUERTA…!
-Prongs…
-¡ESTA ES OTRA DE TUS BROMAS, SIRIUS¡Y DE MUY MAL GUSTO!
-¡JAMES TRANQUILÍZATE!- trató de calmarlo Sirius- Nadie más que yo desearía que todo esto no fuera cierto, pero es la verdad…
-Lily… mi Lily… muerta…- murmuró entre lágrimas
-Lo siento, Prongs, es mi culpa… Yo sugerí el cambio…
-No Sirius, el único culpable es Peter, ya verá cuando lo encuentre…
-Primero tienes que recuperarte. Ya después veremos la forma de atraparlo antes de que el ministerio lo haga con nosotros…- James lo miró extrañado
-¿Qué quieres decir?- preguntó mientras Sirius lo ayudaba a ponerse de pie
-Esta noche fui a buscarlo, a ver si aún era de fiar, pero no lo encontré en su casa y no había señal de pelea alguna… Eso me dio mala espina, vine hacia aquí, pero llegué demasiado tarde. Escuché llorar a Harry en el segundo piso y…- James lo interrumpió
-Espera un momento… ¿Dijiste Harry¿Mi hijo está vivo?
-Sí, pero esa es otra historia. Ahora debes saber la razón por la que el Ministerio de Magia puso un precio sobre nuestras cabezas, somos los magos más buscados de Gran Bretaña
-Bien, explícame eso primero
-Como te decía: escuché a Harry llorar y fui por él, estaba en su habitación, con… con el cuerpo de Lily… Lo tomé en brazos y lo tranquilicé, luego me aparecí en el patio. Hagrid llegó enseguida con órdenes de Dumbledore de llevar a Harry donde tu cuñada
-¿Qué! Dumbledore se volvió loco…
-Lo está desde hace tiempo, pero me abstuve de comentar eso frente a Hagrid. Traté de que me dejara a Harry, pero ya sabes como se pone cuando se empeña en algo. De todas formas yo tenía que ir a buscar a Peter así que le entregué a Hagrid mi moto para que llevara a Harry más rápido, pensé en que después hablaría con Dumbledore, pero ahora eso es imposible también por culpa de Peter
-¿Qué ocurrió?
-Fui a buscarlo y lo acorralé en un callejón, entonces empezó a gritar como si estuviéramos frente a él diciendo que estábamos al servicio de Voldemort y que por eso le habíamos entregado a tu hijo…
-¿QUÉ!
-Lo que escuchaste. Al principio pensé que se había vuelto loco, pero todo era parte de su plan…
-¿Por qué lo dices?
-Porque luego de gritar todas esas tonterías se cortó un dedo, se transformó y con la varita en la espalda hizo explotar la calle matando a no sé cuantos muggles en el proceso
-¡Maldito cobarde¿Qué ocurrió después?
-Empezaron a llegar miembros del ministerio, habían escuchado sus gritos. Me transformé enseguida y me quedé a escuchar: creyeron todo lo que dijo, piensan que tú y yo hicimos explotar esa calle y que lo matamos también a él. Lo peor de todo es que Dumbledore también lo cree, así que no podemos recurrir a él ni a la Orden. Pero ahora quien me preocupa es Harry, no podemos dejarlo con tu cuñada y su esposo…
-¿Crees que no lo sé? Pero debemos actuar con prudencia si no queremos ir a parar a Azkaban. Déjame pensar…- estuvo en silencio por unos segundos- Sólo nos queda una opción: Las Colonias
-James, necesitas descansar, estás diciendo incoherencias…
-No me mires como si estuviera loco y escúchame. Es un viejo secreto familiar, por eso no te lo dije antes. Hace 300 años, se dio una guerra en mi familia, entre Armand Potter y su hermano gemelo Julius, todo era porque el padre de los dos le había dejado el liderazgo de la familia a Armand y Julius no estaba conforme con eso, así que reunió un grupo de hombres y empezó a perseguirlo a tal punto que Armand tuvo que dejar Inglaterra y huir a Francia, pero Julius también tenía gente allí, así que no fue de mucha ayuda. Mi antepasado fue a parar en un pueblo habitado por magos que eran hostigados continuamente por otros. Él los ayudó en esa lucha e ideó una estrategia para que los dejaran en paz. Les tomó mucho tiempo, pero al final consiguieron esconderse tan bien que hasta ahora no se ha descubierto su paradero. Armand estuvo entre ellos algunos años entrenando, hasta que decidió regresar a Inglaterra y enfrentar a su hermano, batalla que al final ganó…
-Linda historia Prongs, pero no veo en que pueda ayudarnos eso ahora
-Es que no me dejaste terminar. La comunidad de magos a la que ayudó mi antepasado se hace llamar Las Colonias, porque con el tiempo se amplió y son varios pueblos, aunque no muy lejanos el uno del otro. Tienen una organización propia: escuelas, organizaciones y hasta un gobierno, el ministerio de magia francés no sabe nada sobre ellos y, excepto tú y yo, no lo sabe nadie más. Mi antepasado dejó un pergamino diciendo las coordenadas exactas de donde encontrarlas
-¿Y qué te hace pensar que nos recibirán? Si son tan escurridizos como dices, no creo que reciban bien a los extraños
-Es que nosotros no seremos extraños. Las Colonias tienen un juramento de lealtad con mi familia: cualquier mago recomendado por un Potter es bien recibido, y un Potter es mejor recibido aún
-En otras palabras, lo que tú sugieres es que nos vayamos a vivir en Francia…- James asintió
-Es la única opción que nos queda. Pero debemos planearlo todo con cuidado, empezando por sacar a Harry del país sin que Dumbledore se de cuenta, cosa nada fácil, porque seguramente ya puso un montón de barreras protectoras alrededor de la casa de Petunia y debe estar por conseguir a alguien para que los vigile en su barrio
-¿Qué piensas hacer entonces?
-Por ahora, descansar, los dos necesitamos hacerlo. Ya después pensaremos en algo, tengo la impre-sión de que los negocios muggles de mi padre van a ayudarnos en esto
-¿Los negocios que nadie conoce?
-Precisamente por eso, porque nadie los conoce. Anda, transformémonos y vamos a buscar un buen lugar en el bosque- momentos después, un ciervo y un perro se internaban en el bosque
Aeropuerto Internacional de Heathrow, Gran Bretaña. 5 de Noviembre
-Los pasajeros del vuelo 487 con destino a París, por favor abordar por la puerta 7…
-James¿estás seguro de que esos aparatos funcionan?- susurró Sirius al oído de su amigo
-No, pero no nos queda otra opción- decidió asegurarse- Este… Petunia
-¿Sí, Potter?- contestó su cuñada, que sostenía en brazos a su propio hijo
-Una curiosidad…- bajó la voz- Este medio de transporte… ¿es seguro?
-El más seguro de todos
-¿Y lo utilizan desde hace mucho tiempo?- preguntó Sirius
-Desde principios de este siglo. Y váyanse ya, que ese vuelo es el suyo
-Bien, gracias por todo, y ya sabes: si alguien te pregunta…
-Sí, ya sé. Tu hijo está con nosotros. Cumpliremos con nuestra parte del trato si cumples con la tuya...
-Entonces no tendremos problemas, ya le dije a tu marido que puede ocupar su nuevo puesto desde el lunes. Traeré a Harry en un mes, y no preocupes: no habrá "cosas raras" en tu casa. Vamos Sirius- y los dos avanzaron hasta la puerta de salida.
Diez minutos después, a los dos magos se les había pasado los nervios iniciales y jugaban con Harry, que reía alegremente jalando del pelo de su padre
-¡Auch! Harry suelta…- pero el niño no obedeció- Padfoot, deja de reírte y ayúdame…
-Aguafiestas... Vamos Harry, deja a tu padre en paz- y lo tomó en su brazos, por lo que el cabello de James fue reemplazado por el suyo- ¡No, el de tío Sirius no...!- esta vez fue James quien rió. A los pocos minutos, Harry se quedó dormido y pudieron seguir el viaje tranquilos. Sirius no pudo evitar notar una expresión de tristeza en el rostro de su amigo- No le gustaría verte así, lo sabes ¿verdad?
-No puedo imaginar mi vida sin ella, Sirius, no sé que voy a hacer ahora…
-Vas a criar a tu hijo, eso es lo que vas a hacer. Lily dio su vida para protegerlo y tú has gastado un montón de dinero sobornando a esos muggles…
-Ninguna cantidad de dinero será demasiada con tal de tener a mi hijo conmigo…
-Entonces debes ser fuerte por él. Yo te ayudaré siempre, pero Harry necesita a su padre
-Tienes razón Padfoot, debo pensar en Harry- miró a su hijo que dormía en sus brazos. "Lo cuidaré por los dos, Lil, te lo prometo"- Gracias, Padfoot, gracias por animarme
-Cuando quieras, Prongs- el resto del vuelo transcurrió tranquilo y empezaba a anochecer cuando aterrizaron en la capital francesa. Los dos bajaron junto con los demás pasajeros, presentaron sus documentos y recogieron su equipaje- ¿Y ahora qué?
-Ahora espérame un momento mientras voy a comprar nuestros boletos
-¿A dónde iremos?
-A Brest, en el norte, dormiremos allí y mañana tomaremos el tren que nos llevará a Brérlès, un pequeño puerto al norte. Desde allí trataremos de llegar hasta la isla de Lampaul, aún no sé como, pero llegaremos- le entregó a su hijo- Cuida de Harry, regreso enseguida- fue hasta la ventanilla de información y preguntó por el próximo vuelo a Brest, le informaron de uno que salía en veinte minutos y se apresuró a comprar los boletos. Cuando regresó donde Sirius, lo encontró tratando de calmar a Harry- ¿Qué ocurre?
-No sé, despertó hace unos minutos y empezó a llorar…
-A ver campeón, ven aquí- vio que el niño se metía la mano en la boca- Debí saberlo, no has comido nada desde mediodía. Padfoot, pásame el bolso- el animago obedeció y James sacó un biberón del bolso- Está hechizado para que permanezca tibio- le explicó a su amigo en voz baja, mientras le daba el biberón a Harry. Minutos después, el altavoz anunció su vuelo.
Brest, Francia. 6 de Noviembre
-No puedo creer que me hayas convencido de levantarme tan temprano, James…
-Sirius, son las nueve de la mañana. No seas flojo, Harry está despierto desde antes de las ocho
-Harry no tuvo insomnio toda la noche
-Querrás decir que Harry no se escapó para irse de parranda anoche- Sirius lo miró sorprendido- Oh sí, me di cuenta de que saliste
-¿Y aún así no tienes compasión de mí?
-Yo te advertí que tendríamos que levantarnos temprano. Querías conocer la ciudad¿verdad? Pues eso lo tendremos que hacer en la mañana, porque tomaremos el primer tren de la tarde- y así, con Sirius a regañadientes, salieron del hotel y recorrieron la ciudad toda la mañana, comprando ropa para ellos y para Harry. Como James manejaba mejor el francés, era él quien hablaba por los dos. A la una regresaron al hotel a almorzar y una hora después estaban en el tren rumbo a Brérlès, a donde no tardaron en llegar ya que quedaba a pocos kilómetros. Salieron de la estación y empezaron a preguntar como llegar a la isla, pero les dijeron que debían buscar a algún habitante de la isla para que los llevara en el bote que había venido. Empezaron a preguntar entre las lanchas que estaban ancladas en el puerto pero no encontraron lo que necesitaban, y así pasaron toda la tarde. Lo que no se habían dado cuenta, es de que alguien los había seguido desde que habían preguntado como llegar a isla la primera vez, casi anochecía cuando decidieron sentarse a descansar un poco
-Bueno Prongs, si encontrarlos es tan difícil como llegar a ellos, no me extraña que nadie los haya descubierto. ¿Qué hacemos ahora?
-Seguir preguntando, debemos encontrarlos
-¿No podemos simplemente quedarnos en Francia y vivir como muggles?- la sombra que los seguía se puso alerta- Podemos vivir en París y Harry puede ir a Beauxbatons
-Toda mi familia se ha graduado en Hogwarts por generaciones, mi hijo no va a romper la tradición si puedo evitarlo. Además, tú sabes que la magia que tiene es muy grande para su edad, el ministerio francés lo descubriría y Dumbledore, que estará en alerta si ve que Harry no está con Petunia, no tardará en saber donde estamos y, por si no lo recuerdas, hay dos cómodas celdas en Azkaban esperando por nosotros. Ven, vamos a seguir preguntando…
-Obtendrán las respuestas a sus preguntas- dijo una voz tras ellos- Pero depende de cómo respondan a las mías- los dos se dieron la vuelta y vieron a un hombre de edad madura, que los apuntaba con una varita- Y más les vale que me digan la verdad, yo sabré si no lo hacen
-Se la diremos, tiene mi palabra- dijo James
-¿Buscan a Las Colonias?
-Sí, a eso vinimos
-Las Colonias no dan refugio a criminales…
-Nosotros no…- empezó Sirius, pero James lo interrumpió
-Nos acusan de un crimen que no cometimos, si tiene una poción de la verdad, démela y le repetiré lo mismo: somos inocentes
-No será necesario, les dije que sabría si mienten y sé que no lo hacen. ¿Quién los envió aquí?
-Nadie, yo soy James Potter, descendiente de Armand Potter- sacó un pergamino y se lo entregó, el hombre lo miró y bajo enseguida la varita
-Es quien dice ser, pero eso no nos asegura nada, el mismo Julius Potter traicionó a su hermano
-Lo sé, y estoy dispuesto a pasar la prueba que me digan.
-Por ahora los llevaré a la isla, allí el concejo decidirá si pueden quedarse. ¿Quiénes lo acompañan?
-Mi hijo Harry y Sirius Black, mi mejor amigo.
-Bien, les aseguro que, si dicen la verdad, dos Potter serán bienvenidos entre nosotros. Ahora será mejor que nos vayamos, síganme- y el grupo caminó hasta el muelle donde, en un lugar apartado, estaba anclada una lancha en muy buen estado a comparación de las otras- Esta lancha no se utiliza para la pesca, por eso se conserva, la utilizamos únicamente cuando venimos aquí- arrancó y, cuarenta minutos después, llegaron a un pequeño muelle delante de un pueblo- Por favor, acepten mi hospitalidad por esta noche- añadió mientras tomaban un carruaje
-No queremos abusar de su amabilidad señor…
-Valois, Germain Valois, y será un placer para mí tener en mi casa a un Potter. Si de mí dependiera, ustedes se quedarían, pero debo consultar al concejo
-¿El concejo?- preguntó Sirius con curiosidad
-Las Colonias tienen su propio gobierno, el cual está a cargo de doce miembros, quienes duran en el cargo indefinidamente, si mueren son sucedidos por sus hijos, por lo que si renuncian lo hacen a nombre de su familia. Son los jefes de las familias con más antigüedad mágica. La jefatura de este concejo rota cada dos años y hace dos meses empezó la mía. De hecho, tenemos una reunión hoy, si no les importa, pueden exponer su situación y así decidiremos¿qué dicen?
-Creo que será lo mejor, Sr. Valois, gracias- el carruaje se detuvo y ellos bajaron ante una casa muy grande, donde un elfo doméstico salió a recibirlos
-Buenas Noches, Sr. Valois, señor
-Buenas Noches, Blinky. Por favor, toma los equipajes de los señores y llévalos a dos de las habitaciones de huéspedes- el elfo obedeció enseguida- Acompáñenme por favor- los guió hasta un estudio- Disculpe si soy inoportuno, Sr. Potter, pero ¿y su esposa?
-Mi esposa murió asesinada hace unos días…
-Lo siento, no pensé ser indiscreto
-Tarde o temprano lo hubiera sabido, la muerte de mi esposa tiene mucho que ver en que estemos aquí. Creo que será mejor que le explique la situación
Bien, siéntense, aún tenemos algo de tiempo antes de la cena- los dos obedecieron
-Todo comenzó hace once años, empezaron a presentarse muertes misteriosas, todas en magos de origen muggle. Primero eran unas muertes aisladas, nadie las relacionaba entre sí, pero poco a poco empezaron a aumentar las víctimas, a veces eran unas verdaderas masacres, los aurores notaban signos de haber sido torturados cruelmente antes de ser asesinados, y empezó a aparecer una marca en el cielo: una calavera con una serpiente saliéndole de la boca,- el Sr. Valois se estremeció- y con la marca un culpable: Lord Voldemort, aunque ese no era su verdadero nombre. Había reunido seguidores poco a poco, los que se autonombraban mortífagos. Desde hace unos años ya no actuaban disimuladamente, sino que atacaban de frente… Fueron días muy oscuros, Sr. Valois, no se podía confiar en nadie, Voldemort se estaba apoderando de todo… Pero hubo alguien que supo enfrentarlo: Albus Dumbledore, director de Hogwarts
-He escuchado de ese hombre, un mago muy sabio y muy poderoso…
-Era al único al que Voldemort temía, por eso Hogwarts era uno de los pocos lugares seguros…- fue interrumpido por unos golpes en la puerta
-Adelante…- el elfo que los había recibido entró
-El Sr. Valois sabrá disculpar a Blinky por interrumpirlo, pero el Sr. Guizot acaba de llegar
-Claude es miembro del concejo¿les importa si lo invito a escuchar el resto de su historia?
-Por supuesto que no,- respondió James- creo que será mejor
-Bien, haz pasar a Claude, Blinky- el elfo regresó poco después acompañado de un hombre más o menos de la misma edad que su anfitrión, quien frunció el ceño al ver a los dos visitantes- Buenas Noches, Claude- saludó él amablemente
-No creo que sean buenas, Germain, supongo que tienes una explicación para tu imprudencia
-No es ninguna imprudencia, Claude, recibir en mi casa al descendiente de Armand Potter- su rostro cambio de expresión enseguida- Sr. Potter, Claude Guizot, miembro del concejo. Claude, James Potter y su amigo Sirius Black
-Mucho gusto- dijeron los dos
-No, el gusto es mío. Disculpen mi actitud, pero realmente no esperaba que vinieran
-Hace una semana nosotros tampoco pensábamos estar aquí, Sr. Guizot
-Cuando llegaste me estaban explicando sus razones, Claude, siéntate por favor- él lo hizo- Bien, Sr. Potter, me estaba diciendo que Albus Dumbledore era al único al que ese tal Voldemort temía
-Así es. Dumbledore organizó un grupo para enfrentarlo: la Orden del Fénix, del que éramos miembros, entre otras personas, mi esposa, Sirius y yo. Ahora bien, dentro de nuestro grupo también había un espía, un mortífago que espiaba los movimientos de Voldemort para nosotros. Él nos avisó que mi familia y yo éramos su próximo blanco, aunque no sabíamos la razón. Dumbledore nos aconsejó ocultarnos, porque sospechaba que en la orden también había un espía de Voldemort, que informaba de nuestros movimientos
-Un momento- lo interrumpió Guizot- Tengo una duda: según entiendo, ese tal Voldemort¿era un mago oscuro?- James asintió
-Lo consideran el mago oscuro más poderoso de este siglo- añadió Sirius
-Como comprenderán, no era fácil ocultarse de él, así que decidimos hacer el encantamiento Fidelio Duo y Sirius sería el guardián secreto los dos asintieron, dando a entender que lo conocían- Pero hubo unos inconvenientes y, a última hora, decidimos hacer un Fidelio simple y cambiar de guardián. Nadie sabía del cambio, excepto mi esposa, Sirius, el nuevo guardián y yo. Nuestro temor era que, sabiéndolo la Orden, lo sabría también el espía de Voldemort, por lo que hicimos el encantamiento en secreto la noche del 24 de Octubre pasado
-El peor error de nuestra vida…- murmuró Sirius. Los dos lo miraron extrañados- Teníamos al traidor ante nuestras narices y no nos dimos cuenta- explicó- El 31 de Octubre fui a su casa, para comprobar si aún era de fiar, pero no lo encontré. Tuve un mal presentimiento y fui a la casa de James, pero llegué demasiado tarde: la casa estaba casi destruida, no encontré a James así que pensé que estaba muerto, escuché a Harry llorar y fui a buscarlo, a su lado encontré el cuerpo de Lily. Tomé a Harry y bajé dispuesto a ir donde uno de mis amigos, pero Dumbledore había mandado por él, así que tuve que entregarlo a su mensajero. Después fui a buscar a Peter, el traidor, y lo acorralé en una calle llena de muggles, estaba tan lleno de rabia ese momento que no me puse a pensar en la imprudencia que estaba cometiendo, pero él supo aprovechar eso a su favor: cuando lo acorralé en un callejón dispuesto a matarlo, empezó a gritar como si James y yo estuviéramos presentes, diciendo que éramos los traidores y que habíamos entregado a Lily y a Harry a Voldemort, luego tomó su forma animaga, de una rata, y con la varita en la espalda abrió un boquete en la calle matando a muchos muggles. Yo también soy animago, así que tomé mi forma y me escondí para ver lo que ocurría: el ministerio llegó poco después, pude escuchar lo suficiente como para saber que James y yo somos buscados, acusados de alta traición y de la muerte de Peter y los muggles, así que decidí huir, pero primero decidí pasar por la casa de nuevo, y allí encontré a James
-Comprendo- dijo Valois- Ahora nos falta escuchar su versión, Sr. Potter
-No hay mucho que añadir. La noche del 31 de Octubre Lily y yo estábamos muy preocupados, porque Harry estaba muy intranquilo, sentimos un ruido afuera y yo me asomé a la ventana, me di cuenta de que era Voldemort y le dije a Lily que tomara a nuestro hijo y se fuera, ella se negó al principio, pero creo que luego pensó en Harry y fue hasta el segundo piso. Voldemort entró y, en un descuido, me aturdió, lo siguiente que recuerdo es sentir a alguien caminando fuera de la casa, mientras estaba bajo los escombros, con dificultad lo llamé y me di cuenta de que era Sirius
-¿Y qué había ocurrido con su hijo?- preguntó Valois
-Fue llevado donde mi cuñada, pero yo sabía que no sería bien recibido: mi esposa era de origen muggle y su hermana detesta todo lo que se refiere a la magia
-Hay algo que no entiendo- dijo Guizot- Si Voldemort mató a su esposa¿por qué dejó al niño vivo?
-Porque no pudo matarlo- respondió James- En la carta de que le dejó Dumbledore a mi cuñada lo explica: el objetivo de Voldemort era Harry, nosotros no
-¿Un niño tan pequeño?- preguntó Valois extrañado
-Nosotros tampoco nos explicábamos la razón, sólo sabíamos que debíamos escondernos porque mi hijo corría peligro, pero no pudo matarlo, eso es lo extraño. Después de matar a Lily, Voldemort intentó hacer lo mismo con Harry, pero el hechizo rebotó y Voldemort perdió sus poderes
-¿QUÉ¡- preguntaron los dos sorprendidos
-Nosotros tampoco nos lo explicamos, pero yo no podía permitir que mi hijo se criara con muggles, por eso lo arreglé todo: mi padre tenía varias empresas en el mundo muggle, le di la dirección general de una de ellas al esposo de mi cuñada y dejé todo arreglado para que les llegue una cantidad mensual. Todo a cambio de que finjan que mi hijo crece con ellos, para eso necesito llevarlo a Inglaterra cada cierto tiempo, para que la persona que Dumbledore seguramente pondrá para que lo vigile, lo vea con mi cuñada. Espero que entiendan mi situación
-Por supuesto que sí- respondió Guizot- El concejo lo entenderá y lo ayudaremos en lo que podamos
-Gracias- respondió James
-No tiene porqué darlas. Ahora vamos a cenar, ustedes deben estar cansados del viaje y podrán des-cansar- y todos salieron del estudio para dirigirse al comedor- Desde mañana empezaremos a arreglar lo de su alojamiento, aunque aquí pueden quedarse el tiempo que deseen
-Se lo agradecemos
-Lo del alojamiento está arreglado ya, Germain: la hermana de uno de mis antepasados se casó con Armand Potter y se fue a Inglaterra con él. Desde entonces los Guizot han tenido sólo un hijo y el mío murió hace años sin descendencia, así que James y su hijo son mi única familia. Además, soy el depositario de los bienes que dejó Armand Potter entre nosotros, entre los cuales está su casa. Mañana mismo enviaré a alguien a que la prepare para ser habitada
-Muchas Gracias- dijo James
-Bien, ahora será mejor ir a cenar y luego suban a descansar. Nosotros hablaremos con el concejo- y los cuatro fueron al comedor, donde les sirvieron la cena. Poco a poco la conversación fue fluyendo y luego de unos minutos ya se hablaban con familiaridad. Estaban en la sobremesa cuando escucharon que alguien tocaba la puerta- Ya empezaron a llegar, Claude, será mejor que nos vayamos. James, Sirius, sé que preferirían descansar ahora, pero tal vez el concejo requiera su presencia una vez que conozcan su caso…
-Lo entendemos- dijo James- Solo me gustaría que, si me llaman, alguien esté pendiente de mi hijo
-Por supuesto, James, haz sonar la campanilla y vendrá un elfo a cuidar a tu hijo- dicho esto, los dos recién llegados fueron a sus respectivas habitaciones, James puso a Harry en su cama y se acostó a su lado. Estuvo vigilándolo unos minutos hasta que se quedó dormido. Una vocecilla lo despertó varios minutos después
-Sr. James Potter... Sr. James Potter...- abrió los ojos- Glanhy lamenta despertarlo, señor, pero el amo dijo que el concejo lo ha mandado llamar junto con el Sr. Black. El Sr. James Potter no debe preocuparse, Glanhy cuidará de su pequeño
-Gracias. Por favor, cuida que no despierte- dicho esto, salió de su habitación. En el pasillo se encontró con Sirius y juntos bajaron hasta el estudio, donde un grupo de personas estaba reunido. Todos miraban con atención a James
-James, Sirius, siéntense por favor- dijo Valois, los dos obedecieron- Bien, aquí están los dos. Claude y yo ya les explicamos su situación. Si alguien tiene una pregunta…
-Yo la tengo- dijo un hombre a su derecha- He realizado algunos viajes a Inglaterra y sé que lo que dijeron es verdad. Sin embargo, Sr. Black, las cosas que escuchado sobre su familia…
-No hablan mucho a mi favor,- continuó Sirius- puede decirlo. Es la misma razón por la que hace cinco años me fui de mi casa: jamás estuve de acuerdo con todas esas ideas de pureza de sangre, por eso soy la vergüenza de la familia
-Es suficiente- dijo Valois- Todo aquel que tiene la confianza de un Potter, tiene la nuestra, que no se les olvide. Además, el concejo ya decidió: pueden quedarse entre nosotros y hacer sus viajes regulares a Inglaterra, confiamos en su discreción
-Se los agradezco- dijo James
-No tiene que hacerlo- dijo otro hombre- Es hora de que empecemos a pagar nuestra deuda con los Potter. Sean bienvenidos, mañana serán presentados ante los demás- James agradeció de nuevo y luego los demás miembros del concejo se presentaron. Es así, que James y Harry Potter y Sirius Black empezaron una nueva vida, mientras en Inglaterra se ofrecía una alta recompensa por su captura.
