Slayers Men In Black
Prefacio --- Un secreto destapado
Silfild chocó con la mesa, derribando sobre el suelo varias botellas, todas vacías ya que Zeros y Silfild, se encargaron de ello…
Ni siquiera podían recordar que película habían visto…sólo sabían que, se sentían eufóricos, demasiado quizás. Además, era la primera vez que Silfild bebía, por lo que acabó por estar mucho más ebria que Zeros.
Podemos imaginarnos cuales eran sus pintas; parecía que se hubieran levantado recientemente, aunque de hecho, aún no habían dormido…
Ambos compañeros de piso tenían un aspecto lamentable; los botones del pijama medio abrochados, los pantalones del pijama torcidos y los pelos revueltos.
- Que divertido sería ser hombres de negro... ¿eh? – comentó ella, al recordar la película que habían visto.
- Pues yo soy uno de ellos – contestó Zeros, alardeando orgulloso.
- Eso es mentira, tío...has bebido demasiado – ella aún estaba lo bastante sobria para distinguir la realidad de la ficción, ya que, aún borracha no había perdido cordura ni mucho menos. Siempre solía tener los pies en la tierra y ser totalmente centrada, cosa que Zeros odiaba y admiraba de su compañera de piso – eso no existe...
- ¿¡¡¡Qué no!!!? – replicó él, con voz molesta ante la desconfianza que Silfild tenía en lo que le decía.
- No tienes pinta de agente secreto - concluyó ella, dándole un codazo cariñoso en el estómago – esos son tonterías, como los ovnis, los demonios y la magia. Psicología barata, que se hace llamar Parapsicología.
- Te lo voy a demostrar – Zeros cogió a Silfild y la arrastró hasta su habitación y abrió el armario; sacó un pantalón vaquero ajustado negro y una camisa blanca – este es mi uniforme...
- Si... y también tienes armas, ¿no? – se mofó Silfild. Era una de aquellas bromas típicas de Zeros…por no llevarle la contraria, y seguirle la broma, ella le daba la razón como a los locos. "Te doy la razón como a los locos, porque lo estás", solía decirle, bromista.
Luego, él se puso a rebuscar entre los cajones…en uno de ellos, escondida entre ropa interior, encontró una pistola negra, concretamente una Sig-Sauer. Pequeña y práctica, el cartucho de la pistola, en lugar de llevar balas contenía un líquido verde y viscoso. Junto a ella, había un móvil, plateado de última generación cuya cámara estaba encendida.
Quizás esta pistola de agua sea muy real pero, sigue siendo de agua – Silfild, se la arrebató y apuntó con ella a la pared. Zeros, le susurró que tuviera cuidado con la pistola, como si realmente, fuera peligrosa.
Silfild, la disparó, y, como esperaba sólo causo una mancha verde en la pared. Pero, a los pocos segundos corrió el tabique, dejando un agujero que dejaba al descubierto el trastero del apartamento.
¿Ves? Era verdad – Zeros sonrió, orgulloso.
La parte más realista de Silfild, le advirtió que, sólo eran efectos de la borrachera, una absurda visión de lo que esperaba ver. Al día siguiente, seguramente, ese agujero no estaría ahí, y tenía la certeza de que toda bebida alcohólica que tenían aparecería vacía.
Una simple borrachera… - se dijo, cuando por fin, se decidieron a dormir. Desde su litera, la más alta, miraba el agujero, entre sorprendida y molesta– Esto es surrealista, imposible. Una simple borrachera. Sólo eso…
