¡Hola! Esto es un fic hecho con drabbles y viñetas sobre el mundo de Harry Potter, siempre vistos desde un punto de vista subjuntivo (o sea, quien odie el OOC que mejor lea otro fic - mío, a ser posible xD - ). No tienen ninguna conexión muy clara entre sí y, por el momento, no creo que alargue más ninguno de ellos.

En fin, a ver si os gusta, porque lo tengo colgado en otros lados y no está teniendo mucha acogida :S.

¡Comentad!^^

Disclaimer:

a) Ningún personaje me pertenece.

b) Muy OOC (incluso para mí xD).

Primer capítulo: ¿Y si hubiera aceptado la mano del mortífago?

Ya hace años de eso, y, sin embargo, aún puede oír en su cabeza, como si fuera ayer, los pitidos de aquel tren escarlata. Aquel tren humeante, largo como una serpiente sinuosa que se retorcía entre las colinas verdes escocesas: allí fue dónde lo conoció, allí fue dónde aceptó la mano de aquel muchacho rubio, de cara afilada y ojos grises de hielo sucio. Allí fue dónde comenzó todo.

Con una simple inclinación de cabeza y una sonrisa en su dirección, marcó su destino. Gracias a eso nunca hizo amistad con una chiquilla de dientes de comadreja y un chaval desgarbado y pelirrojo cuya nariz siempre estaba sucia. Gracias a eso decidió elegir el color verde y no el rojo, decidió silbar y no rugir. Gracias a eso cierto profesor de Pociones fue capaz de tratarle como a uno de sus pares y otro profesor destacado de blanco cabello y cuatro ojos lunares tuvo que vigilarlo muy de cerca. Gracias a eso los cadáveres de sus padres lloraron de rabia al sentirse traicionados por su propio hijo. Gracias a eso su aura mágica se tiñó de un negro tan oscuro como su propio cabello. Gracias a eso…

Su vista se dirige hacia el cielo estrellado de resplandores verdes fosforescentes. Una cabeza sin piel atravesada por una serpiente verduzca está sobre la cabaña marrón, sostenida por su varita. Pero para él es casi tan cotidiano como descubrir una manzana Golden podrida por un ávido gusanélido que devora su esencia vegetal sobre el frutero de la cocina. Aunque, afortunadamente, en los fruteros de cualquier cocina nunca se encontrará la mole moribunda de un semigigante agonizante con ojos vacíos… Sin embargo, sí se pueden hallar en esta época oscura figuras de distintos tamaños con el dolor de la muerte en sus ojos dentro de las cabañas, de las tiendas, de las casas. E incluso dentro de los castillos derruidos junto a un lago seco y sin vida… Éstos desdichados son los enemigos de los Nuevos Seguidores de la Destrucción.

Sí, muchachos, tiempos negérrimos han regresado. Pero ahora hay un Nuevo Señor Tenebroso… y ostenta el apellido Potter.