Disclaimer: Sailor Moon pertenece a su creadora y mangaka Naoko Takeuchi, junto a Toei Animation, productor de los dos animes.
Este fic es parte de la "Tabla Básica" de la comunidad de LiveJournal "30 Vicios".
World: Manga
Ubicación: Silver Millennium
Tema: 12. Espinas
Pareja: Aino Minako (Sailor Venus) & Jadeite [Grupo: Shitennou/Inner Senshi]
Rosas destruidas
El amor era como una rosa. Desde fuera se ve hermosa, su aroma es delicado, tocar sus pétalos es suave… pero todo eso cambia cuando al intentar tocarla una de sus espinas termina enterrada en tu dedo. Muchos dicen que eso es porque vas hacia ella sin cuidado e intentas dañara, también dicen que para que aquella rosa no te hiera debes tocarla en los lugares donde no hay espinas.
Todo eso era una estupidez, Jadeite lo sabía. La rosa siempre va a herirte, aunque no quieras, aunque te esfuerces para no tocarla, siempre vas a salir lastimado. Esa era la conclusión del rubio al ver como Venus caminaba del brazo de Kunzite, siendo que debería ser de su brazo del que estuviera agarrada, debería ser a él a quien le dirigiera esas sonrisas cargadas de afecto, de amor.
Escucho a alguien sentarse a su lado y recostarse en su hombro.
—¿Recuerdas lo que te dije cuando nos conocimos y tú te acercaste automáticamente a Venus? —le preguntó la mujer.
—"Las diosas no aman a los mortales" —le respondió Jadeite a Mars con amargura—. Pero él también lo es.
Mars se rio.
—Puede que no lo sea, pero ella lo ha inmortalizado en su memoria. Él ha dejado de ser solamente un Rey Celestial, ahora es el Rey elegido por Venus —una sonrisa triste cruzo el rostro de la morena —. Contra esas cosas no se puede luchar.
Jadeite sabía que Mars tenía razón, que ya estaba condenado, pero aún así le respondió.
—Quizá si no hubiera intentado arrancar la rosa…
—Eso es una lección, Jadeite —Mars lo miró intensamente —. Recuerda que la vida es un camino muy largo que da segundas oportunidades.
Después de eso, Mars coloco sus brazos alrededor de él. Jadeite quiso hablar y decirle que las segundas oportunidades no existían, pero había algo allí que le hizo reconsiderarlo.
Dos corazones latiendo juntos, más allá de las simples barreras del amor o la amistad. Dos corazones que encontraron un ritmo al que latir unidos.
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