PREFACIO

Corrí hacia mi habitación, cerré de un portazo y me asegure de echar cerrojo a la puerta antes de tirarme a la cama. Llore como nunca lo había hecho, ni siquiera en mi pasado, ni siquiera cuando él me dejo o cuando yo decidí afrontar la realidad en aquel entonces. Ahora todo era diferente, él me amaba, yo aun lo hacía, pero también amaba a otra persona, y eso no lo podía negar. No sabía qué hacer, me sentía frustrada, deshecha, sin ganas de continuar, ¿cómo podría seguir adelante con el primero, si hacia sufrir al segundo? o viceversa, ¿cómo hacer un futuro con el segundo si hacia sufrir al primero?.

Era una decisión difícil, ambos eran excelentes personas, pero como todos los humanos ninguno es perfecto y por eso cometemos errores. Estaba tan cansada, ya no quería pensar, quería olvidarme de aquello por un momento, cerré mis ojos entregándome a un profundo sueño, en donde reinaba la tranquilidad, nada me perturbó, al menos mientras dormía.

Al despertar, me golpeo de nuevo la realidad, no tenía ganas de levantarme así que me quede en cama durante varias horas más, hasta que lo comprendí…

Comprendí que, a lo largo de nuestras vidas, acontecen hechos que necesitan nuestras acciones. En el camino de nuestra existencia, encontramos a individuos que nos enseñaran a reír, a llorar; nos harán gritar, nos harán enojar; compartiremos nuestros momentos de vida, pero a cambio de toda esas experiencias, ellos tomaran algo de nosotros; queriéndolo o no, todos pasamos por eso, nadie esta excepto de dejar que alguien más se quede con algo que nos pertenece; pero así es la vida y no lo podemos evitar, las cosas solo se dan.

Todas las personas que te rodean, familiares, amigos, conocidos, compañeros de estudios, compañeros de trabajos, todos, llegan por alguna razón, por algún lapso de tiempo o simple y sencillamente para quedarse junto a ti toda la vida.

Siempre estaremos rodeados de personas, solo es cuestión de saber qué es lo que significan en nuestras vidas para así saber que pasara con su relación; nosotros mismos somos los responsables de elegir qué es lo que queremos para nuestro futuro pero sobre todo a quienes personas queremos en el.

La elección no siempre es fácil, en ocasiones lastimaras a personas, los harás sufrir sin poder evitarlo, otras comprenderán y serán felices solo porque te quieren y no te lastimarían.

Mientras meditaba todo lo anterior, tome una decisión, sabía lo que tenía que hacer. Me levante de la cama en donde había permanecido por horas, dirigí hacia el baño en donde me duché, me vestí con lo primero que saque de mi armario, acomode mi cabello y me dispuse a salir del apartamento.

De pronto sentí que alguien me tomo del hombro, me asuste un poco, pero no grite, solo me sobresalte y me gire para mirar a la persona y así saber de quién se trataba.

A dónde vas Bella? - mi amiga me miraba con ojos de preocupación y tristeza – deberías descansar, te ves agotada - jalo de mi, para acompañarme a mi cuarto a recostarme, pero me opuse.

Tengo que arreglar mi vida, ya no quiero seguir así – la mire a los ojos y ella me regalo una sonrisa, podía ver que ella también sufría, me sentí la peor persona de este mundo por herir a los demás con mis acciones, especialmente a ella – me prometerías una cosa? – ella solo asintió – prometes estar conmigo cuando regrese?.

Ella se abrazo a mí y entre sollozos, respondió.

Claro que si Bells para eso estamos las amigas – se separo de mi, limpie una lagrima que recorría su mejilla y le pedí que ya no llorara, en cambio ella me dijo – no importa lo que decidas hacer de ahora en adelante; tampoco importa a quien de los dos elijas, siempre contarás con nosotros, lo sabes verdad?. – respondí que si con un asentimiento, me disponía a salir del apartamento, pero antes de hacerlo me gire y la llame.

Angy?... – ella me miro con curiosidad – Gracias por todo amiga. - Vi sus ojos iluminarse y sonrió con verdadera alegría.

Estando en el estacionamiento subí a mi auto y lo puse en marcha, me dirigía hacia el lugar en donde aquellas dos personas a las que he amado y seguiré amando se encontraban. Mientras conducía pensaba a cerca de que la vida a veces suele ponerte pruebas difíciles, pero cada una llevaba consigo una recompensa, la cual disfrutaras con la persona o las personas indicadas. En este caso la vida me daba a elegir entre dos personas igual de buenas para poder seguir adelante y así construir un futuro, pero también era consciente de que sea cual sea mi elección el otro saldrá herido.

Llegue al lugar, baje del auto y me dirigí hacia donde ambos deberían de estar, pero me detuve en seco, de pronto mis piernas no reaccionaban, me faltaba el aire, estaba confundida. La escena que se presentaba ante mí, era casi igual a la que había presenciado en el pasado.

Sentí que me observaban, al analizar mí alrededor, vi a tres personas, tres pares de ojos observándome, al fin reaccione, y sin más eché a correr.

A lo lejos escuche que me llamaban, pero yo solo podía correr, quería desaparecer de ahí… mi mente solo se cuestionaba dos preguntas sin cesar…

¿Qué hice mal, esta vez?... ¿porque otra vez a mi?...