Las puertas de la iglesia estaban cerradas, a piedra y cemento. Y tres jovencitas custodiaban la entrada, las tres fuertemente armadas repelerían a cualquiera y eso incluye a otro tres jóvenes que querían entrar a como diera lugar y detener la ceremonia que adentro ocurria.
-chica violenta tener derecho a ser feliz- dijo la de en medio de pelo morado y largo, blandió enormes catanas.
-shampoo quitate de una maldita vez- dijo uno de pelo negro y con una banda amarilla con un enrome paraguas en mano.
-akane-chan nos pidió de favor que cuidáramos la entrada.-aseguro una joven de pelo largo y negro con una enorme espátula.
- mi amada akane esta a punto de casarse con otro que dia mas triste, no lo permitire- dijo el rayo azul de la furinkan con su espada de bambu.
-jojojo lo siento hermanito sin invitación no entran- aseguro la rosa negra.
- no les quiero hacer daño- aseguro el ultimo mientras su aura enfurecida empezaba a descontrolarse - entrare a evitar esta boda aunque tenga que matarlas
-ranma- dijieron las tres al mismo tiempo.
