Capitulo 1: Mi dulce Obsesión… Lily.

Siempre había creído que jamás me enamoraría, que mi vida sería siempre solitaria, porque a decir verdad con la única persona que me entiendo es con mi hermana Lyssa, solo por esa extraña habilidad de sentir lo que ella y viceversa.

Siempre pensé que mi vida sería así de no ser porque gracias a mi madre conocí a un ángel… Lily Luna Potter… La menor de los Potter, un año menor que yo, pelirroja, ojos cafés, de Gryffindor… ¿Ya saben cuál es? Pues sí, esa misma… pero el problema es que me ve como su mejor amigo, al mismo nivel que su primo Hugo.

Pero bueno, todos (hasta mi madre) dicen que cuando me gusta algo me obsesiono con ello, no lo creía hasta que descubrí una mañana que sabía todo sobre Lily, excepto algo, su fijación por Scorpius Malfoy. Esa mañana cuando fuimos a la casa de los Potter me sentí feliz por ver a Lily, la encontré en la sala con Hugo llorando en su hombro. Me acerqué silenciosamente para preguntarle por qué lloraba, cuando entre sollozos dijo que amaba demasiado a Scorpius y le dolía que él la viera nada mas como la hermana menor de su mejor amigo.

En ese momento sentí que me fallaron las piernas. Volví por donde vine, estaba a punto de salir por la red flu cuando sentí que me agarraban por el hombro. Al darme la vuelta vi a mi hermana.

— Lorcan… ¿Estas bien? — preguntó preocupada, y con ganas de llorar.

— No… Lyssa, hablamos después… Yo… No… Quiero salir de aquí ¿vale? — le dije sin saber muy bien que decir.

— En casa hablamos… Y ¡Por Merlín déjate de esta ridícula depresión que me vas a hacer llorar! — me dijo al fin un poco hastiada.

— Lo intentaré…— respondí por fin dándole un fuerte abrazo. Y cuando me encontré entre los brazos de mi hermana, me di cuenta de que lo necesitaba.

Después de eso, cuando mi hermana y mamá llegaron a la casa fueron directas a mi habitación. Les tuve que contar todo y bajo un juramento inquebrantable las hice prometer que no le dirían nada a nadie. Mi único consuelo era que dentro de dos días iríamos a empezar un nuevo curso en Hogwarts y entraría ya en mi sexto año. Y como prefecto, ¡Ja! Qué ironía, yo que casi nunca estudio, aunque siempre apruebo, este año demostrare que siempre se puede ser el rebelde del grupo pero no por eso hay que ser el burro del colegio.

Dos días después…

Y aquí estamos, en el andén 9 y ¾ frente al gran expreso que nos llevará al colegio.

— ¡Lorcan! — Y ahí viene corriendo mi ángel Lily—. Lorcan… Hasta que te logré alcanzar… ¿Cómo estas? — me pregunta entre jadeos.

— Bien peque, ¿Dónde están Hugo y tus hermanos? — pregunté al no ver a los típicos guardaespaldas de Lily.

— En el tren, vi a Lyssa hace rato así que te vine a buscar. Vamos, que esta vez te sientas conmigo y con Hugo…— dijo entre risas mientras yo ponía cara de sufrimiento —. Hay ya… Quita esa cara que esta vez no nos la pasaremos hablando de cómics. Te lo prometo…— Pobre de mí si lo hacen, pensé con un poco de recelo.

Entramos en el tren antes de que arrancara dándonos tiempo de despedirnos de nuestros padres. Cuando íbamos caminando para el vagón vimos que venía Scorpius de la mano de Roxanne, instintivamente volteé a ver a Lily para ver como una sombra de tristeza cubría sus hermosos ojos cafés.

Cuando llegamos al vagón fui testigo de cómo Lily hacía uso de su mascara mas fría para mantener la compostura, hasta que poco a poco volvió a ser la misma chica, sólo que un poco más apagada.

En ese momento tomé una resolución. Conquistaría a cualquier costo a Lily Luna Potter Weasley...

Continuará…