En soledad
Rurouni Kenshin no me pertenece, le pertenece a:Nobuhiro Watsuki del editorialShūeisha.
-Conversación-
-"Pensamientos"-
-Recuerdos-
¿Qué pasa si te sumerges en una inmensa soledad, y por alguien? y aun tratas de reír cuando tu alma llora, te sientes frustrado/da por no poder salir de esa soledad que te atormenta. Y en lo único que piensas es: "Cada noche lloro pensando en ti desde que me dejaste en esta oscura soledad."Mi soledad es la voz sin rumbo que clama desde el silencio de mi consciencia".
Capitulo 1.
No era así como debía ocurrir.
Kaoru Kamiya hace cuatro años atrás se creía la mujer más feliz del mundo, pero todo era una farsa, aunque intentara hacer como si nada paso todo era una farsa, el matrimonio perfecto con el que había soñado no estaba nunca llego, se sentía sola pero, no podía culpar a Himura Kenshin ese era su trabajo, proteger a las personas tanto así que se olvidaba de los cumpleaños de Kenji y de su aniversario pero no podía odiarlo ¿podía ser capaz de odiar a la persona que tanto amaba en el mundo? ¡Odiarlo, imposible!, ni siquiera sabía que era el odio de verdad.
Se sentía sola si no estuviera en compañía de su hijo Kenji, no sabría con que cosa sostenerse para seguir a delante. Esos cuatro años se los había dedicado enteramente a su hijo, algunas veces su progenitor llegaba a media noche y a veces decía que iba a llegar al cumpleaños del pequeño, pero...se le presentaban emergencias.
-Siempre es así - mascullo Kaoru sentada en su futón donde dormía también el pequeño.
Estaba tan sumida pensando en lo que había estado sucediendo en los últimos años que no se dio cuenta cuando el niño se despertó y la estaba llamando.
-Madre- le hablo el pequeño perezosamente, sentando al lado de su madre que sonreía pero, Kenji sabia mejor que nadie que esa sonrisa era falsa, su madre hace cuatro años había dejado de sonreír cálidamente -¿Estás esperando a mi padre?- mirándola detenidamente le hizo esa pregunta.
Observaba que en sus ojos ya no tenían el brillo que tenían antes sus ojos zafiros, kenji quería volver a ver feliz a su madre, era lo que siempre deseaba en silencio hasta en sus cumpleaños.
Kaoru poso su mirada en su hijo y le respondió: -No Kenji, no estoy esperando a tu padre- la hablo con lentitud mirando esos ojos zafiros que buscaban el porqué estaba despierta, tomo aire y prosiguió -No tenia sueño, ¿te desperté, cariño?- él sabía que estaba mintiendo, no podía negarlo la conocía muy bien, pero sabía que no quería hablar del tema, así que solo negó con la cabeza.
-Me alegro- ella le contesto a su negación, posando cariñosamente su mano por la cabellera rojiza de su hijo.
-Bueno debemos dormir, tío Yahiko vendrá mañana con la señorita Tsubame- le dijo Kenji.
Era verdad mañana vendría Yahiko con su novia, Tsubame se le había olvidado por completo. -Ya se me había olvidado, ¿soy muy olvidadiza ne, Kenji?- le dijo a su hijo con sonrisa melancólica, el pequeño solo la observaba con tristeza sin decir nada.
-Vamos a dormir que mañana temprano les aremos una comida rica ¿si?- le volvió a decir mientras retomaba su lugar en su futón, él que solo asintió con la cabeza y se acostaron a dormir.
La mañana todo transcurrió tranquilamente; Kaoru haciendo lo quehaceres y Kenji practicando el estilo kamiya kasshin ryu. Había mucha paz ya hacía 8 años que no veía a Sano, Megumi, Aoshi, Misao, Ayame, Suzume el doctor Genzai y a Tae la veía pocas veces, solo estaban Kenji y ella, el dojo se veía demasiado vacío, hacía cuatro años que Yahiko se había ido, cuatro años que se había quedado sola y triste, cuatro años que había dejado de ser espadachín.
"Había"esa palabra la repetía miles de veces realmente la asfixiaba.
Esbozo una sonrisa melancólica al recordar los momentos felices que paso con sus amigos. Fijo la mirada y deseó que tuviera una vida mejor. Camino hacia su hijo.
-Kenji, ¿tienes hambre?- le hablo mientras se acercaba donde estaba el.
-No, madre- le respondió y prosiguió. -¿A qué hora viene el tío Yahiko?- le pregunto mientras se sentaba al lado de ella.
-Debe estar llegando ten paciencia- le respondió tranquilamente a su hijo. -¿Quieres esperar al tío Yahiko para cenar?- finalizo.
-Si- respondió el menor girándose para ver a su madre -¿pasa algo?- le pregunto al ver su rostro tan pensativo.
-No, solo que tu padre va a venir mañana- le dijo tímidamente, ella sabia a la perfección que su hijo tenia un fuerte resentimiento hacia él.
-Genial, el "REY" viene a amargarnos el día- mascullo sarcásticamente el joven dando se cuenta que había sido muy duro al decirle eso, por lo que después reivindico lo dicho -Me alegro, ya que en pocos días será tu aniversario, ¿no?- le dirigió una sonrisa forzada, hace mucho que no celebra su madre SU ANIVERSARIO por culpa de ALGUIEN que no tenia ganas de recordar.
De pronto escucharon unos golpecitos en la puerta.
-Debe ser el tío- hablo entusiasmado el niño. -Voy a abrir- salió corriendo para abrirle la puerta a su tío, Kaoru solo se quedo sentada en la mesa con los ojos fijos en la nada. La brisa era fantástica, recordaba los momentos que había pasado con las pequeña Ayame que ahora debía tener 13 y Suzume que debía tener 11, cuando volvió a fijar los ojos en algo vio a Yahiko ya convertido en todo un hombre, y acompañado de la linda Tsubame.
-Hola, BU-SU- Yahiko le dijo a Kaoru con tono burlón, pero se sorprendió de que ella solo le dijera un simple y vacio "hola", algo le pasaba lo sabia pero, ya era mayor de edad y sabia que debía comportarse, aunque eso no quitara que la sintiera demasiado extraña. Tan solo tenia 26 años, y ya aparentaba casi los 40, sin descartar que en sus ojos se le veia una gran tristeza.
-¿Cómo has estado?- le pregunto acercándose a la mesa en la cual comieron ahí innumerable veces.
-Bien gracias, a ti ni te pregunto se ve que a ti te ha ido mejor- le contesto mirando de reojo a Tsubame, a lo que ella se sonrojo levemente. -Bueno voy a servir la comida- les dijo a los tres jóvenes mientras se ponía de pie para ir por la comida.
En esos años había aprendido a cocinar, como Kenshin ya no estaba, no podía darse el lujo de comprar comida hecha, así que tae le enseño a cocinar durante dos años. Fue difícil al principio pero después se le hizo muy fácil, el problema de ella es que no probaba las cosas que le iba a echar a las comidas, cuando supero ese problema ya realizaba unos guisos muy ricos.
-¡Hey...Kaoru!- la llamo Yahiko -¿Y Kenshin?- le preguntaba mientras la veía poner la mesa.
-No está- gruño Kenji, mirándolo con incomodidad por haber realizado aquella pregunta molesta. - Se fue- contesto iracundo.
-Nooo, él...esta... Trabajando- se atrevió a decir Kaoru echándole una mirada fría a Kenji -Pero... vendrá mañana- no estaba segura de si vendría o no, pero no se podía dar el lujo de decir "Kenshin nos dejo a mí y a Kenji y no sé cuando vuelva, ni si quiera se si regresara. No quería exponer sus angustias, quería evitar que le reclamaran algo a Kenshin, seria muy injusto para él ya que era necesario sacrificarlos a ellos para poder realizar su trabajo.
-Bueno, comamos- les dijo agarrando los palillos y despegándolos sobre su comida.
-Le tenemos una noticia Kaoru-san- por fin se atrevió a hablar Tsubame -En una semana vuelve Megumi-san y en su aniversario vendrán todos- culmino esbozando una sonrisa.
Kaoru hizo una mueca pero rápidamente cambio a una sonrisa vacía -Me parece estupendo así estaremos todos reunidos como en los viejos tiempos, ya que también Kenshin vendrá mañana- les dijo acabando de almorzar y mirándolos detenidamente. -Y bueno… ¿qué tal la comida? Espero no haberlos intoxicado- se burlo de si misma. -¿Van a dormir aquí?- pregunto esperanzada, su estado de animo mejoraba un poco teniendo visitas.
-Si, si no es mucha molesta, claro está- Yahiko hizo una pausa y prosiguió. -La comida estuvo exquisita.
-¿¡Enserio!?- pregunto feliz, ahora ese mocoso no tan mocoso no se burlaría de su comida.
-Enserio! Estuvo buenísima- le reitero nuevamente.
-Gracias- le respondió esbozando una sonrisa de satisfacción.
Su semblante cambio a uno de alegría, estaba feliz por que en su próximo aniversario no estaría sola, iban a acompañarla todas las personas que había llamado "familia"
"Ojala Kenshin en verdad venga" después de este pensamiento, no pudo evitar uno más desagradable." Y si le paso algo malo y por eso no ha venido casa"Kaoru meneo la cabeza como símbolo de negación, la última vez que había visto a Kenshin Himura era hace siete meses realmente, por lo cual no le pudo haber pasado nada además…. El era muy fuerte e invencible. Sonrió recordando las noches en la cual la abrazaba tan fuerte que casi le quitaba la respiración. Yahiko y Tsubame se disculparon un momento para acomodar sus cosas en sus respectivos cuartos, Kaoru le dio luz verde para que se desplazaran como en su casa.
Una vez que se quedaron solos, Kenji exploto contra ella muy enojado.
-¿Por qué les mentiste, madre?- le dijo tan golpeado que le provoco un escalofrío
-Porque tienes que aferrarte a la idea de que va a volver- le volvió a decir mientras se levantaba de la mesa, y cuando estaba a punto de marcharse se dirigió nuevamente hacia ella. -soy un niño, pero no soy tonto, madre- y así se fue directo a la habitación dejando sola a kaoru en la sala.
"Para Kenji soy un libro que acaba de leer, sabe algunas cosas, otras se le olvidaron" pensóKaoru cerrando lentamente los ojos mientras una lágrima rebelde bajaba por su mejilla, se paro y se limpio la lágrima antes de que alguien la viera y fue a donde estaba Tsubame.
"Parezco un foco que se quemo hace mucho tiempo y ya no puede prender" se decía con una sonrisa amarga, vio a Tsubame de lejos y la llamo:
-¡Tsubame!- se acerco donde estaba la joven. Estaba fuera del dojo cerca de un árbol de cerezos muy hermoso -te estuve buscando- le dijo ya al lado de ella -es hermoso ¿No?- prosiguió.
-Si- le dijo con los ojos fijos en los pétalos de cerezo -Ah..¿Para qué me llamaba, Kaor...
-Quiero ver a Tae, ¿sabes donde esta?- eso le sonó algo rudo -disculpa que te haya cortado las palabras pero realmente quiero ver a Tae- era extraño pero en sus ojos vacíos aún quedaba chispas zafiro, chispas de vida.
-Claro, no se preocupe sé que no le gustan los honoríficos- le extrañaba que la cortara pero, sabía que no le gustaban los honoríficos -Está en el akabeko- le soltó por fin.
Kaoru tenía que admitir que era una chica muyyyyy educada tanto así, que le daba miedo.
-Gracias Tsubame- le dijo alejándose de ahí dando marcha rumbo al akabeko. Sentía muchas veces que se cansaba más de lo normal pero, no le decía nada a nadie para no preocuparlos, lo último que necesita era que cuidaran de ella como si fuera una niña.
"A quien quieres engañar Kaoru"se pregunto a sí misma "quieres ver al hombre que tu amas cuidando y protegiéndote como en los primeros cuatro años " aún recordaba ese día que él se fue, ¡claro que lo recordaba había llorado a mares ese día!, nunca se había sentido tan sola, había pensado….. pero su conciencia le dijo:"no estás sola, tienes a tu hijo que lleva en sus venas su sangre y él más que nunca necesita tu amor y atención " siempre se pregunto que hubiera hecho si no hubiera estado Kenji, lo mas lógico es que se hubiera derrumbado completamente de eso estaba segura.
Flas back
Todavía se acordaba de ese día, era una tarde cálida había llegado el cartero con una nota de el sr Aritomo Yamagata
-Uh, que pasa anata- le preguntaba Kaoru a Kenshin mientras este leía detenidamente.
-Me necesitan, para ayudar en una guerra contra china- la voz de Kenshin sonaba tranquila pero en realidad estaba angustiado de tener que separase de Kaoru.
-No importa yo estaré bien Kenshin ve- le animo Kaoru, era como si le hubiera adivinado su preocupación -Cuando vuelvas Kenji y yo te daremos la bienvenida, ¿verdad?- le pregunto clavándole la mirada al pequeño pelirrojo.
-si- dijo un niño abrazando cálidamente a Kaoru.
-Vendré a verte cuando pueda, koishi- le susurro Kenshin en el oído haciéndola estremecer.
Ese mismo día se había marchado, ese día lloro amargamente no sabía porque solo lloraba sin detenerse a pensar en nada. Cada mes le mandaba cartas y cuando podía iba a visitarlos a media noche unas horas para después volverse a ir.
Fin flash back
Cuando llego al akabeko se encontró a una Tae muy guapa, parecía que en los seis años que no se habían visto, no le habían afectado ni un poco, Tae estaba remodelando el akabeko se había volteado un segundo y la mira como esbozaba una gran sonrisa, iba vestida con un lindo kimono rojo, y unas sandalias marca zori, le sorprendió que no llevaba tabi, normalmente casi todo el mundo lleva tabi, a lo mejor quería probar algo diferente.
-¡KAORU!- dijo dándole un abrazo eufórico -¿Qué ha pasado pareces un fantasma?- vio que Kaoru hizo un gesto triste -OH Kaoru, ¿qué ha pasado? Y Himura- le pregunto con tono de preocupación.
-El...aún no ha vuelto- le contesto, a lo que tae frunció el ceño. Que hombre tan desconsiderado, ¿Kaoru había pasado todos estos años, siendo padre y madre a la vez. Cuando lo viera lo iba a destripar vivo. Tae no era una persona que perdía los estribos pero si HIMURA KENSHIN le hizo algo a Kaoru, se las tendría que ver con ella.
-Nada Tae- le contesto pasando al akabeko -El día de mañana viene, estoy segura de ello- dijo mientras se sentaba en un tatami -No te preocupes por mí, yo estoy perfectamente bien-
-No sabes mentir Kaoru, mírate te vez más vieja que yo- le hablo señalándola -Dime que te ha pasado en estos 6 años que no estuve- dijo viendo a la joven con un kimono verde con blanco desgatado, tabi blanco, en vez de tener su típica coleta tenía una cebolla, sus dos mechones sueltos, zapatos gatta y la boca sin un rastro de maquillaje.
-No te puedo mentir Tae, me conoces muy bien- le dedico una sonrisa -Él está trabajando para proteger a las personas- hablo temblorosamente -¿Me das un poco de té por favor?- decidió mejor cambiar el tema de conversación
-Este bien- gruño Tae mientras se levantaba. Cuando Tae se dirigió a la cocina, Kaoru se quedo pensando que le iba a decir.
"Kenshin es un mal hombre que se ocupa solo de su trabajo " no, definitivamente no podía hacerle algo así a Kenshin, sería una persona injusta. Estaba tan pensativa que no escuchaba cuando Tae le estaba hablando.
-Ah- murmuro Kaoru -¡ay!, lo siento Tae no te escuchaba- le hablo con sinceridad.
-Y dime, ¿acaso Himura piensa que su trabajo es más importante que su familia?- le pregunto. Le extrañaba que Himura se portara como un patán. -Toma- dijo dándole un poco de té -Tómatelo despacio mira que está demasiado caliente.
-Gracias Tae- le dijo para después beber a sorbos el té.
-No digo que su trabajo sea más importante pero, acuérdate de que él siente que tiene que ayudar a las personas por todo lo que hizo en el pasado- le respondió. -Seria una persona muy injusta si no dejo que quiera reivindicar… "sus pecados"- le dijo con cansancio. Sabia a la perfección, que ese pensamiento de su esposo era una tontería, ¿qué quería reivindicar?, una matanza en la que se vio obligado a participar por el bien de su país. Ella sabía que sobre Kenshin pesaba un una carga muy grande pero eso no lo hacia una mala persona.
-¡POR EL AMOR DE DIOS KAORU!, una cosa es ayudar a la gente y otra muy distinta es hacer como si su familia no existiera- grito mientras agarraba la tacita de kaoru –O eres demasiado bondadosa o estás muy ciega- se levanto directo a la cocina demasiado molesta.
"No entiendo, estoy siendo comprensiva o ciega" se dijo a si misma suspirando.
Bueno, al menos no se sentiría tan sola si Kenshin no venia mañana, porque en pocos díasvendrían todos, se sentía contenta… ya no estaría sola.
-Tae- la llamo mientras iba donde ella. -Me tengo que ir- hizo una pausa y prosiguió -Tengo que hacer de cenar- le explico.
Bueno, que te vaya bien te veo mañana- la acompaño hasta la puerta del akabeko. -sabes que si tienes un problema puedes venir- le dijo dándole un beso en la mejilla fijamente -Me saludas a Kenji, ¿sí?-
-Claro, muchas gracias por el té, tratare de venir mañana. Me voy Kenji y Yahiko me deben estar esperando-
Ya era tarde la brisa cálida ahora era una brisa fría .Pero había una tranquilidad placentera, su pelo azabache brillaba en esa oscura noche y las estrellas hacían de esa sombría oscuridad algo hermoso. Kaoru se preguntaba si Tae tenía razón.
"El que desee ver el arcoíris, debe aprender a disfrutar de la lluvia."Deseaba ver su arcoíris que era su Kenshin, pero, para ello tenía que aprender a soportar ese dolor, ese dolor insoportable que la carcomía por dentro.
"sonríe mientras tu alma llora". Parece fácil pero realmente es una tortura, tenía que sonreír para su preciado primogénito y por las noches llorar en silencio.
Cuando llego por fin a casa observo a Kenji practicando el estilo Kamiya kashin ryu. Solo se limito a sonreírle con una fingida sonrisa.
-¿Todavía practicando?- les pregunto depositando un beso en la mejilla del pequeño pelirrojo –Acuérdense que el cuerpo también necesita descansar-
-Sí, si Kaoru entendemos- suspiro Yahiko dejando su bokken a un lado-
-¿Y Tsubame?-
-Uh-contesto, mientras pensaba donde se había metido –Creo que en el baño-
-Por dios Yahiko es tu prometida y no sabes donde esta- solo escucho un: déjame en paz, lady busu, ella lo ignoro completamente acercándose a donde estaba Kenji -¿Quieres ayudarme a preparar unos onigiris, Kenji?- el niño asintió tomando de la mano a su madre mientras caminaban juntos a la cocina.
Una vez terminada la cena, Kaoru grito fuerte para que le escucharan y se fueran a sentar. Tsubame iba saliendo de darse una ducha, ya cambiada se dispuso acompañar a su novio en el comedor. La cena fue tranquila y en silencio, solo se limitaban a disfrutar su alimento. Kaoru quien fue la primera en terminar, se excuso, necesitaba meterse a la tina y darse un baño relajante, su cuerpo se lo pedía a gritos.
Las burbujas masajeaban su cuerpo, cerró los ojos e imaginaba como seria cuando todos volvieran.
-"Nada será como antes"- pensaba en voz alta. Minutos después salió de la tina mientras enrollaba la toalla en su cabeza. "Honra tu camino. Fue tu elección, fue decisión tuya, y en la misma medida en que tu respetas el suelo que pisas, este mismo suelo respetara tus pies" estas palabras salidas de su mente eran para cierta persona que tanto amaba; Kenshin Himura.
Continuara…..
Hola, bueno gracias por haber leído. Este es mi primer fic, sin embargo, eso no quiere decir que sea nueva, solo que no me dignaba a escribir un fic.
Agradezco de todo corazón a Peque de Himura, que me dio como que inspiración para hacer este fic. Acepto TODO menos insultos por favor.
