Habían pasado cinco días desde que el escuadrón Levi había perdido a prácticamente todos sus miembros a manos del "Titán Femenino".
Al estar a cargo de ellos, Levi debía ir a buscar algunas pertenencias de sus subordinados que habían quedado en el castillo, por esta razón él y Eren se encontraban en el que fue su hogar durante algunas semanas.
Estuvieron gran parte de la tarde ordenando cosas de sus compañeros caídos en la batalla, hasta que ya entrada la noche decidieron tácitamente que era el momento para un descanso.
Levi no había hablado mucho durante esos últimos días. Era comprensible; perder a todo tu escuadrón aunque seas el humano más fuerte del mundo es algo que mínimo te deje algo shockeado. Eren no intento hablar más de lo necesario, sabía que el mayor necesitaba tiempo para digerir toda la situación, al igual que el mismo.
Eren miro a Levi. El más pequeño en tamaño se encontraba con sus codos sobre la mesa, sus manos siendo el soporte de su cabeza y su mirada perdida en el vacío.
Camino hasta él y deposito una pequeña taza.
"Señor… le traje un té…" - dijo Eren tan despacio que casi fue un susurro-
Levi miro por el rabillo del ojo al castaño, suspiro y miro la taza como que fuera lo más interesante del mundo.
Eren se sentó al lado de su superior, mirándolo buscando aprobación ante tal acto.
Silencio.
El menor se sentía incómodo ante la falta de sonido. Ya se había acostumbrado al bullicio que día a día había en el castillo. Era extraño sentir todo tan tranquilo y vacío.
"No quiero ser imprudente, Señor, pero quería decirle que tiene todo mi apoyo…"
Levi miró a Eren con una expresión totalmente neutra. El joven titán no sabía cómo interpretar esto, pero como no había recibido alguna reprimenda o golpe siguió con sus palabras
"Sé que usted es fuerte físicamente, pero todos somos frágiles aquí de alguna manera… -dijo poniendo una mano sobre su pecho - Sé que no es de mi incumbencia, y que quizás se enoje conmigo por mis palabras, pero creo que guardarse las cosas solo nos hace daño. Mis amigos y mis compañeros dicen que soy impulsivo y que paso de llorar a estar enfurecido de forma casi instantánea, pero siento que si no fuera así el peso que tendría dentro de mi seria aún mayor… No podría aguantar todas estas situaciones acumulando tanto dolor"
El castaño poso su mano derecha en el hombro del mayor y mirándolo a los ojos, sonrió.
Levi miro a Eren impactado, como si la mayor de las verdades hubiera sido dicha. Su cuerpo comenzó a tiritar y apoyo su cabeza en el hombro del menor sollozando fuertemente.
El menor esperaba cualquier cosa menos esa reacción.
