Soul Reaver:

Fate Cross

"Mil años...

¿Qué son mil años en la vida de un vampiro?

Mil años no son nada en la vida de un vampiro.

Y sin embargo..."

"Ha transcurrido una eternidad desde que el destino nos condenara al sufrimiento eterno. Ya muy poco queda de lo que fuera alguna vez la gloriosa raza humana. Miras un poco por acá y por allá y no ves más que sólo muerte y putrefacción. Es lo mismo por todos lados. Cualquiera que nazca aquí sólo esperará toda su vida la muerte... "

"Una vez el destino del mundo entero estuvo en manos de un solo hombre, así como la esperanza de todos... de todos... ¿Quién iba a decir que ese hombre los decepcionaría completamente? Su destino era devolver el equilibrio y la paz al mundo, pero en lugar de eso ocurrió una terrible y absurda paradoja. Él mismo condenó al mundo a ser lo que ahora es: una enorme tumba de cadáveres vivientes, sin rastro alguno de lo que alguna vez fue un glorioso pasado y quizá un glorioso futuro..."

"Ya no recuerdo la primera vez que vine, cuando llegué aquí. ¡Aún era tan joven! Lo sigo siendo... soy la menor de todos los hijos de mi padre. Fui la última en ser creada, pero eso no quiere decir que sea débil. Aún soy demasiado pequeña, tan sólo tengo doscientos años. Para en vampiro esa cifra no significa absolutamente nada en su vida. Se podría decir que apenas he nacido.

Mi nombre es Evikeit, y soy la menor en el clan razielim. De hecho, creo que soy la menor de todos los vampiros. ¡Todos parecen tan grandes a mi lado! Mi padre tiene novecientos años... toda su vida ha servido a un solo vampiro, uno al que todos llaman amo... uno al que yo ni siquiera conozco y del que sólo sé su nombre... Kain..."

-¡Evi, vamos¿Qué acaso no quieres conocer a nuestro tío¡Nos van a presentar a Rahab!- un chico alto de cabello oscuro combinado con mechones rubios, pasó corriendo a su lado deteniéndose a poca distancia de ella.

-¿A Rahab?- la chica levantó una ceja con burla- Ja ja, qué gracioso, llevo doscientos años aquí y apenas lo voy a conocer.

-Bueno, al menos tienes el "privilegio" de hacerlo, muchos de los demás nunca han visto siquiera a nuestros otros tíos.

-De acuerdo, allá voy- la chica se levantó del suelo con desgane mientras seguía al otro muchacho, quien ya había echado a correr nuevamente.

"Éste es Telgui, mi hermano... uno de los tantos que tengo, pero también uno de los que más quiero (es difícil querer a todos por igual cuando se tiene a unos trescientos hermanos por metro cuadrado). Cuando yo llegué, él ya estaba aquí. Debe haber venido por lo menos unos cien años antes que yo.

Cuando llegué, mi padre quiso que conociera a todo mundo, incluso al amo, pero éste se negó rotundamente y no sé por qué. En fin, que a los únicos que conozco son a mis tíos Melchia y Zephon. El primero perece estar en una depresión eterna, pues jamás lo he visto sonreír, y además siempre está con su semblante de debilidad y cansancio... que hasta a mí me dan ganas de echarme a dormir. El segundo no se ve así, pero parece bastante más enojón y serio. Y por lo que sé, ninguno de mis tíos es como mi padre, pues ninguno les sonríe a sus hijos, ni platica con ellos, ni se interesa siquiera por ellos... Qué cariñosos¿no?... Ciertamente tengo una familia muy rara..."