Todo el mundo conoce la regla implícita: No gustes del novio de tu mejor amiga.

Bella está enamorada de Edward desde hace años. Es sencillo hablar con él, es súper inteligente, y la entiende por completo. Últimamente hasta pareciera que él le estuviera prestando atención extra. Todo estaría perfecto a no ser por dos cosas: Edward es el novio de Tanya, y Tanya es la mejor amiga de Bella. Bella se obliga a sí misma a evadir a Edward e intenta convencerse de que no le gusta. Ella se siente tan culpable por desearlo, y lo último que quiere es herir a su mejor amiga. Pero una noche, cuando ella se ve involucrada con Edward, algo sucede. Es maravilloso… y horrible. Bella está deshecha por la culpa, pero lo que ella siente no es nada menor a una adicción y no puede evitar el querer mas…