En una noche de cierta época, nacía una pequeña princesa en una gran habitación de un gran castillo. Esa misma noche la princesa falleció.

Al mismo tiempo, en una precaria habitación de una pequeña cabaña, nacía un pequeño niño bastardo de un caballero y una sirvienta del mismo castillo.

Minutos antes de ser arrancado de las manos de su madre, no queda más que un suave recuerdo de esa expresión de sufrimiento y angustia en el rostro de la mujer.