Los personajes de Bleach pertenecen a Tite Kubo.

Advertencia: AU, contiene OoC y algunas otras cosas raras.

Historia dedicada al grupo "Mis Fics Ichiruki", como pago por haber perdido en una apuesta.


OPERACIÓN CONQUISTA

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La habitación se encontraba en silencio, las paredes eran de un tenue turquesa, la cama matrimonial, con sabanas rosas, se encontraba en medio de la habitación, detrás de ella había un árbol de cerezo dibujado en la pared. Los muebles como el closet, el tocador, el escritorio y los burós a cada lado de la cama eran de color blanco con toques rosas.

Sobre la cama estaba un uniforme de preparatoria, que consistía en una falda de tablones a cuadros, de color negra con gris, una camisa de manga larga blanca, una chaqueta negra con dos botones dorados, una corbata de color vino, un par de calcetas blancas y unos zapatos escolares negros muy relucientes.

Una chica de tez blanca y ojos violetas salió del baño enrollada en una toalla y comenzó a vestirse, cuando terminó fue al tocador y cepilló su cabello negro corto, se puso un poco de seda para el cabello olor a chocolate y un poco de gel para mantener el cabello en su lugar. Después se colocó un poco de brillo rosa en los labios y perfume de aroma a cítricos.

No necesitaba de mucho para verse bien.

—¡Lista! —expresó con una sonrisa arreglando un poco la corbata de moño. Era lunes así que le tocaba usar el uniforme de gala.

Después sacó de su cajón una pequeña fotografía de un chico. Suspiró y luego la volvió a meter en el cajón.

Llevaba varios años enamorada de él, y aunque eran compañeros de escuela y amigos, no se atrevía a declararle sus sentimientos.

Rukia, como se llamaba la chica, tomó su mochila de una silla y bajó al comedor. Al llegar ahí, dejó la mochila en el piso, junto a la de su hermano, y se sentó a la mesa donde ya la esperaba su familia.

—¡Buenos días! —saludó Rukia.

—¡Buenos días! —respondió su abuelo, un hombre de cabello largo y bigotes, ambos en tonalidad plateada por las canas. —apresúrate a desayunar o se te hará tarde. —dijo Ginrei, pues ya eran las siete y veinte.

—¿Te quedaste estudiando otra vez hasta tarde? —preguntó un hombre de cabello negro y ojos violeta, mientras una muchacha del servicio le colocaba el plato con el desayuno.

—Sí papá, hoy tengo un examen muy difícil. —respondió ella mientras comía con algo de prisa.

—No comas así Rukia, o te atragantaras. —la regañó una mujer de cabello largo, lacio y negro y de ojos grises.

Pero su advertencia fue demasiado tarde. Rukia comenzó a toser.

—Te lo dije. —dijo divertida la señora Kuchiki mientras se paraba a darle a su hija unas palmaditas en la espalda para que se recobrara.

—¿Hoy no viene Kurosaki a desayunar? —preguntó un chico de ojos grises y cabello negro, versión más joven del abuelo Ginrei, y quién no interrumpió su desayuno aunque su hermana se estaba ahogando.

—No Nii-sama, hoy tenía entrenamiento de fútbol muy temprano, se están preparando para los intercolegiales. —Respondió Rukia y posteriormente tomó de su jugo de naranja.

—A veces me preguntó si a Kurosaki no lo quieren en su casa. —comentó Byakuya, quien llevaba puesto el uniforme de la escuela, que consistía en un pantalón y chaqueta de manga larga y cuello alto en color negro con tres botones dorados.

—¿Por qué dices eso hijo? —preguntó la mamá de los chicos.

—Porque ese chico desayuna, come y cena aquí. —respondió Byakuya levantándose de la mesa. —ya sólo falta que se quede a dormir.

—No exageres Nii-sama. —pidió Rukia imitando a su hermano. —Es natural que pase tanto tiempo aquí, somos mejores amigos desde la primaria. Nos queremos como hermanos.

—Sí claro. —respondió el chico de cabello negro con sarcasmo.

Ichigo Kurosaki vivía en la casa de enfrente, él y Rukia se conocieron en la primaria cuando él se mudó a vivir al vecindario y desde entonces se hicieron grandes amigos, aunque no sólo ellos, las familias en general formaron un fuerte lazo.

Después los hermanos Kuchiki se despidieron de su familia y salieron de la casa.

—Si esos chicos siguen así creo que nunca vamos a tener nietos. —comentó la mujer de cabello negro desanimada. Sabía que sus hijos aún eran muy jóvenes, pero no les veía futuro en cuanto al romance.

—Rukia es muy despistada y Byakuya pues…—Sojun hizo una pausa. — pues después de lo que pasó le costará trabajo enamorarse otra vez.

La familia se miró con tristeza.

Un ruido proveniente de las escaleras distrajo su atención. Ginrei y Sojun se pusieron de pie y se dirigieron ahí.

Un chico alto, delgado y de cabello negro subía por las escaleras.

—Koga. —lo llamó enérgico el Kuchiki mayor. —otra vez no llegaste a dormir.

El mencionado se giró hacia ellos.

—Ayer me encontré con una dulce chica y no podía dejar que se fuera sola a casa. —mencionó el chico sonriendo.

—Hijo, ¿Cuándo sentarás cabeza? —preguntó Sojun. —deja de andar con tantas mujeres.

—¿Por qué no puedes ser más responsable? —preguntó Ginrei. —llegarás tarde a la escuela.

Koga se llevó una mano al cabello y se lo frotó molesto. Siempre era lo mismo, apenas y llegaba a casa y ya estaban las comparaciones y reclamos.

—Disculpen que no sea como ustedes. —soltó enojado. —pero a mí no me gusta la escuela ni me interesa dedicarme a una sola mujer. Y perdón por avergonzarlos al ser el único Kuchiki que no es perfecto, lamento no ser como mis hermanitos. —dijo dándoles la espalda, luego subió las escaleras.

Para su abuelo y padre no pasó desapercibido el rencor que escondían sus palabras.

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Byakuya y Rukia caminaban por las calles de la ciudad para ir al colegio, pues la escuela no quedaba muy lejos y a la chica de cabello negro le gustaba disfrutar del paisaje. Generalmente Byakuya se iba en su carro mientras que Rukia caminaba con Ichigo, pero al no ir Ichigo con ella Byakuya decidió acompañarla.

Y esa simple decisión cambió para siempre su perfecta y tranquila vida.

Cuando llegaron a la esquina el semáforo peatonal se puso en rojo, por lo que se detuvieron para esperar que los carros pasaran. Pero una chica que atravesaba la calle, por llevar los audífonos puestos y estar atenta a la pantalla de su celular, no se dio cuenta de ello y no apuró el paso.

—¡Van a atropellar a esa muchacha! —exclamó Rukia asustada al ver que un carro que repartía lácteos avanzaba hacia ella con rapidez.

Byakuya corrió hacia la chica dejando sorprendida a Rukia.

—¡Byakuya! —gritó Rukia al mismo tiempo que su corazón se detenía por el miedo, el cual volvió a latir de forma normal cuando vio al camión pasar y a Byakuya y a la chica tendidos en la otra banqueta. Rukia sonrió aliviada y sintiéndose orgullosa de su hermano.

Byakuya no podía dejar morir a alguien frente a sus ojos, así que no lo pensó dos veces para correr hacia la chica, llegó justo a tiempo para agarrarla y arrojarse con ella hacia la banqueta, antes de que los atropellara el camión.

Y ahora él estaba sobre de ella. Se apoyó en el piso con las manos para levantarse.

Su mirada gris chocó con unos ojos inusualmente dorados. La chica morena que yacía debajo de él lo miraba asustada.

—¡Aléjate de Yoruichi! —gritó una voz a un costado. Sin cambiar de posición Byakuya giró la cabeza hacia la voz. Una muchacha de cabello negro corto, con dos mechones trenzados corría hacia él muy enojada. —¡Aprovechado! —gritó la mujer cuando se acercó y arremetió contra él con una patada hacia su abdomen, logrando hacerlo caer sentado al piso. Ella aprovechó para acercarse otra vez.

—¿Qué te pasa? —le preguntó mientras se ponía de pie. Y como buen orgulloso, no dejó ver que le dolió el golpe.

—Tratas de aprovecharte de Yoruichi. —le gritó y le lanzó un golpe a la cara con su brazo derecho, mientras Yoruichi salía de su letargo, poniéndose de pie.

Byakuya tomó a la chica del puño y con fuerza la jaló haciéndola girar, quedando la espalda de la chica sobre su pecho. Él la abrazó fuerte para evitar que de nuevo le lanzara un golpe.

La chica pudo apreciar el aroma masculino del chico, era algo agradable y embriagante. Byakuya aspiró el aroma a flores que desprendía el cuerpo de la chica y que a su opinión no iba para nada con su personalidad.

—Tranquilízate Soi. —Pidió Yoruichi mientras la chica trataba de zafarse de Byakuya.

—Mi hermano salvó a tu amiga ¿y tú le agradeces golpeándolo? —le preguntó Rukia furiosa, llegando al lugar.

Soi Fong dejó de forcejear y miró confundida a Yoruichi.

—Es cierto, él me salvó de ser atropellada.

Byakuya soltó a Soi Fong al notar que se había calmado.

—Lo siento. —le pidió Soi a Byakuya muy apenada. — Gracias por salvar a Yoruichi.

Byakuya asintió en silencio. Pensó que esa chica era muy voluble, en un momento estaba furiosa y al otro era tan dócil.

—Gracias por salvarme. —comentó Yoruichi extendiéndole la mano.

—No fue nada. —respondió el de cabello negro aceptando su saludo. Yoruichi sintió la mano fuerte y cálida del chico.

—Creo que es mejor apurarnos Nii-sama o nos cerrarán la puerta. —indicó de repente Rukia, acordándose de que llevaban el tiempo justo.

Los hermanos comenzaron a caminar pero una voz los detuvo.

—Esperen. —pidió Yoruichi. —Nosotras también vamos en su escuela. —señaló.

Fue en ese momento que los hermanos se dieron cuenta que ellas llevaban el mismo uniforme de Rukia.

Los cuatro caminaron juntos mientras se presentaban y comentaban un poco.

Yoruichi y Soi Fong eran amigas desde hacía varios años. La morena por algunos asuntos se mudó con unos parientes y cambió de colegio, Soi Fong no quiso perder a su mejor amiga así que también cambió de escuela.

Cuando llegaron al colegio se separaron, Yoruichi y Byakuya tenían diecisiete años e iban en doceavo grado, y por coincidencia serian compañeros de grupo, el "A".

Soi Fong tenía dieciséis años e iba a décimo grado, en el grupo "B", junto con Rukia que tenía quince años.

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Cuando Rukia llegó al salón, Ichigo ya se encontraba sentado en su asiento en la segunda fila, Rukia se sentó junto a él, en la silla junto a la ventana.

—¡Hola! —saludó la chica alegre.

—Hola. —respondió Ichigo. —tuviste suerte, todavía no llega la maestra. ¿Por qué llegas hasta ahora?

—Es que pasaron algunas cosas que ya después te contaré. —respondió Rukia sacando la libreta de matemáticas, materia que les tocaba primero.

En eso un joven de cabello negro y ojos verdes, y muy parecido a Ichigo se asomó por la puerta.

—Ichigo. —llamó al muchacho. Rukia escuchó las risas y cuchicheos de varias compañeras, pues el chico era muy popular entre el sexo opuesto.

Rukia volteó a verlo, él le sonrió y la saludó con la mano. Ella le regresó el saludo y la sonrisa. Ichigo miró la reacción de su amiga y luego se puso de pie, haciendo sonar la silla.

Rukia no dejaba de ver a Kaien mientras su corazón se aceleraba, él era el chico de quien estaba enamorada.

Lo conoció por Ichigo, pues eran primos. Tenía diecisiete años e iba en el grupo "A", en el salón de su hermano.

Pero él sólo la veía como amiga o como una hermana pequeña, que para el caso era lo mismo, la dejaban en la friendzone.

Rukia suspiró y volvió su vista al cuaderno, sabiendo que no obtendría más de Kaien. Al parecer él no estaba interesado en nadie.

—Entonces no se te olvide darle el mensaje a mi tío. —recordó Kaien.

—No, no se me olvida. —contestó Ichigo. Después volvió a su asiento molesto. ¿Por qué su primo tenía que ir a su salón? ¿No podía esperarse hasta el receso y hablarle a solas?

Kaien vio a Ichigo regresar a su asiento y luego buscó a Rukia con la mirada para despedirse, pero ella estaba escribiendo en su cuaderno. Sonrió y luego regresó a su salón.

Minutos después llegó la maestra, una mujer de treinta y tres años, cabello negro y lacio, que llevaba agarrado en una coleta alta, ojos negros y piel morena clara. Después de presentar a Soi Fong, comenzó con sus clases.

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—Copien los ejercicios de tarea. —ordenó la maestra al terminar de escribir en el pizarrón. Ella fue a sentarse tras su escritorio para esperar a que sus alumnos copiaran los veinte ejercicios. —Por cierto muchachos, casi se me olvida comentarles que ya se acerca el baile de primavera, así que ya vayan buscando sus parejas.

—("¿Se acerca?"). —se preguntaron todos, pues comenzaban diciembre y el baile era hasta abril.

Era una tradición de la escuela celebrar un baile después del Hanami.

—¿Y ese baile es muy importante? —preguntó Soi ajena a la actividades de la escuela. —¿Es obligatorio?, porque no quisiera asistir.

—¿Pero qué dices muchacha? —preguntó la maestra alarmada, como si su alumna hubiera blasfemado. —claro que es importante para que los jóvenes declaren libremente sus sentimientos de amor. —explicó la maestra con emoción.

Soi Fong la miró con una ceja levantada.

—Además cuenta la leyenda que quien no lleve pareja esa noche, está destinado a estar solo toda su vida. —informó con seriedad.

—Eso son sólo mentiras maestra. —comentó un chico de lentes, sentado delante de Ichigo.

—Mira Uryu. —dijo moviendo su dedo índice. — lo mismo decía el maestro Lemura y nunca llevó a una chica al baile.

—¿Y eso qué? —preguntó otro alumno.

—¿Ustedes le han conocido alguna novia? —interrogó la maestra.

Los alumnos se voltearon a ver entre ellos y negaban con la cabeza. No faltaron los comentarios sobre el profesor, que iban desde que había sido rechazado por cada chica a la que se le declaraba, hasta que lo habían visto en un templo rezando por tener una novia.

—Maestra, pero ¿Y si no tengo pareja? —preguntó una alumna alarmada, no quería correr la misma suerte que el profesor. La maestra se puso de pie.

—¿Qué tal si nadie me invita al baile? —preguntó otra alumna.

—Mujeres, estamos en pleno siglo XXI. Ya no se sienten a esperar a que su príncipe azul venga a buscarlas en su caballo blanco. —dijo con entusiasmo. —Ustedes salgan a buscarlo, sean valientes y atrevidas, y cuando lo encuentren lácenlo con una cuerda y no lo dejen ir. ¡Vayan y conquístenlos! —animó alzando su brazo con el puño cerrado. Los alumnos hombres y algunas mujeres la miraban sintiendo vergüenza ajena.

Rukia la miraba con admiración. Su maestra le había dado la solución a su problema. Durante años esperó a que Kaien se diera cuenta de sus sentimientos hacia él, a que él diera el primer paso. Pero ya era hora de cambiar, ahora ella le haría ver a Kaien que no era la niña de primaria, que no era su hermanita. Le haría notar que era toda una mujer y sobre todo lograría que por fin él se fijara en ella. ¡Un plan brillante!

—¿Rukia que tienes? —le preguntó Ichigo sacándola de sus pensamientos. —Te estas riendo sola y de una forma que me da escalofríos. —agregó al ver su confusión.

¡Oh!, así que esa risa malvada no había sido parte de su imaginación.

—Nada, luego te cuento. —le dijo ella.

A Ichigo no le gustó nada el brillo de la mirada de Rukia, eso sólo indicaba que estaba pensando en hacer algo no muy bueno.

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El viernes al medio día estaban en receso, los alumnos caminaban o platican por la escuela, algunos otros estaban en la biblioteca o salones terminando sus tareas.

Yoruichi y Soi Fong se encontraban sentadas sobre el pasto delante de un frondoso árbol.

—¿Pero qué estás diciendo Yoruichi? —preguntó alterada Soi. Pensando que su amiga se había vuelto loca.

—Qué me gusta Byakuya y planeo conquistarlo. —declaró la morena mordiendo una manzana. —Esta semana pude notar lo apuesto, inteligente y buen hermano que es, y el que sea algo frío y arrogante sólo aumenta su encanto. —continuó después de ingerir el alimento.

—Pero no puedes hacer eso. —le reprochó la chica de cabello negro. —tú estás…

—Yo no estoy nada. —interrumpió Yoruichi enojada. —puedo hacer lo que quiera y tú no harás nada para impedirlo, estoy decidida a conquistar a Byakuya Kuchiki.

Soi Fong no podía dejar que su amiga se enredará con ese muchacho, sólo le traería problemas a ella y sufrimiento a él.

—Yoruichi recapacita. —pidió Soi. Yoruichi negó.

—Lo único que podría evitar que lo conquiste es que él se fije en ti. —informó la morena. Pues ella era su amiga y jamás haría algo para lastimarla.

Yoruichi sabía de las consecuencias que todo esto le ocasionaría, pero estaba dispuesta a pagarlas.

Soi Fong rompió el silencio minutos después de pensar.

—¡Lo haré! —informó. —conquistaré a Byakuya Kuchiki. —No tenía ni la más mínima idea de cómo hacerlo, pero por salvar a su amiga haría lo que fuera.

Yoruichi la miró por un momento y luego se echó a reír. Soi la miró con enojo.

—Lo siento. —se disculpó Yoruichi. —pero no te imagino conquistando a alguien, eso no se te da.

Soi era la mujer que menos interés ponía en los hombres, había tenido pretendientes que ella rechazó sin darse cuenta, y los que fueron más atrevidos terminaron en el suelo con una llave en el cuello.

—Lo intentaré. —señaló decidida.

—Entonces tenemos un reto. —comentó Yoruichi extendiéndole la mano. —las dos intentaremos conquistar al orgulloso Byakuya Kuchiki. —sonrió divertida. —Sí tu ganas me olvidó de él y regreso a mi casa, sino, tú me dejas en paz.

Soi dudó bastante, pero al final estrechó su mano.

—Tenemos un trato. —declaró Soi arrepentida de lo que estaba haciendo, a ella ni siquiera le gustaba Byakuya. —("¿Qué voy a hacer ahora?"). —se preguntó.

—Eso suena muy interesante. —mencionó una chica rubia con un lunar cerca de la boca, saliendo detrás del árbol.

—¿Tu quien eres? —preguntó Yoruichi.

—Soy Rangiku Matsumoto, del tercero "B".

—¿Qué quieres? —preguntó Soi, molesta por la interrupción mientras Rangiku tomaba asiento frente a ellas.

—Sólo ayudarlas, soy amiga de Byakuya y me gustaría verlo con alguien. —dijo con una sonrisa que parecía sincera.

—¿Y cómo nos ayudarás? —preguntó Yoruichi interesada.

—Antes que nada poniendo algunas reglas, no pueden nada más ir peleando las dos por él. —comentó Matsumoto. —hay que hacerlo interesante. Y conozco a alguien que estará encantada de darnos ideas. —agregó divertida.

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Mientras tanto Rukia e Ichigo caminaban por el patio, se detuvieron frente el respaldo de una banca, no notaron que alguien estaba acostada en la misma.

—Ahora si Rukia dime, ¿por qué has estado tan extraña toda la semana? —preguntó Ichigo.

—Está bien te lo diré. —anunció la chica rindiéndose ante la insistencia del chico, que llevaba casi toda la semana preguntándole lo mismo. —tu sabes que estoy enamorada de tu primo. —Ichigo asintió. —y gracias a la maestra comprendí que debo dejar de ser pasiva y ser yo la que busque las oportunidades, así que ya es tiempo de que diseñe un plan para conquistar a Kaien. —señaló con una sonrisa triunfante. —Me prometí que para el baile de primavera él será mi pareja.

Ichigo la miraba incrédulo.

—¿Y qué vas a hacer? —preguntó el chico con curiosidad.

—No sé. —respondió ella bajando la cabeza con aura deprimida. —por más que pensé y pensé, no se me ocurrió nada.

Ichigo se alegró internamente.

La verdad es que desde hacía tiempo se dio cuenta que estaba enamorado de su amiga, y aunque algunas veces se lo quiso dar a entender, ella eran tan despistada que entendía todo mal, al final terminó creyendo que Ichigo estaba enamorado de una de sus compañeras de clase, Orihime Inoue, él ya no quiso sacarla de su error y se resignó a que ella sólo tuviera ojos para su primo.

—Yo te puedo ayudar con eso. —dijo una chica de lentes sentándose de improviso, asustándolos.

—Tú eres Lisa, la compañera de mi hermano. —comentó Rukia después de reponerse del susto.

—Exacto. —respondió con una sonrisa. —Y también soy la que te puede ayudar a trazar un perfecto plan de conquista.

—¿En serio harías eso por mí? —preguntó Rukia.

—Claro, pero no va a ser gratis. —anunció la chica de lentes.

—Rukia es mejor que no le hagas caso. —pidió Ichigo, conocía a Lisa y pensaba que estaba loca.

—¿Cuál es el precio? —preguntó la chica adoradora de Chappy, ignorando a su amigo.

—Sólo recuperar algo muy valioso que me quitó tu hermano.

Ichigo sonrió, sabía de la adoración de Rukia hacia Byakuya y que no se atrevería a tomar nada de su cuarto.

—Está bien, lo haré. —respondió Rukia para sorpresa de su amigo.

—Entonces nos vemos al final de clases en la biblioteca. —indicó Lisa y se paró de la banca, no tardó mucho para que saliera del campo visual de los chicos.

—Rukia ¿estás segura de querer la ayuda de ella?

—Claro que sí, y la tuya también. —anunció la chica de ojos violetas. —Y no acepto un no por respuesta. —dicho esto se dio la media vuelta y comenzó a caminar.

Ichigo suspiró, Rukia era muy terca.

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Al finalizar las clases Rukia e Ichigo fueron a la biblioteca. En una de las mesas ya se encontraba Lisa, pero la acompañaban Rangiku, Yoruichi y Soi.

Rukia conocía a la rubia, pues muchas veces había ido a hacer trabajos a su casa, aunque la mayor parte del tiempo Rangiku y Rukia terminaban platicando sobre cosas de mujeres y Byakuya muy enojado la arrastraba nuevamente a la sala para que terminara los deberes.

—¿Ellas que hacen aquí? —preguntó Rukia con curiosidad, tomando asiento.

—También necesitan mi ayuda para conquistar a un chico. —comentó Lisa. —creo que eso de la liberación femenina está en su apogeo.

—¿Tú también planeas conquistar a alguien? —preguntó Yoruichi, la verdad tampoco le veía pinta a Rukia de ser alguien seductora.

—Sí, a Kaien, antes del baile. —señaló Rukia un poco apenada. —¿Y ustedes?

La chica de ojos dorados y la de cabello negro intercambiaron miradas.

—A tu hermano. —respondió la morena.

—¡Qué! —exclamó Rukia sorprendida.

Ichigo se preparó para lo peor, seguramente Rukia saltaría sobre ellas para hacerles una llave o se pararía sobre la mesa y les haría una plancha.

—Muy bien, pero no le den chocolates, ni dulces, él los odia. —acotó Rukia. Ichigo la miró como si le hubiera salido otra cabeza.—¿no creerías que seguiría de celosa con él como cuando estaba en la primaria? —le preguntó a Ichigo al ver que la miraba extrañado. —Además ellas me cayeron bien, será emocionante ver por quien se decide mi hermano.

Aunque lo que en realidad quería era que su hermano volviera a ser feliz y a enamorarse.

—Bueno vayamos a lo importante. —interrumpió Lisa. —elaboremos el plan de conquista. —sentenció. — Rangiku. —nombró a la chica y ella colocó sobre la mesa una caja de cartón. —aquí están todas las estrategias necesarias para nuestra misión. —señaló con una sonrisa.

—¿Qué hay ahí? —preguntó Ichigo con curiosidad.

—Mangas. —explicó Lisa con brillo en los ojos. —la fuente universal de las historias de amor.

—¿Y que se supone que haremos con ellos? —preguntó Soi, que estaba a punto de decidir pararse de su lugar y olvidar todo eso de conquistar a ese chico.

—Es obvio que los leeremos y de ahí sacaremos la información necesaria. —comentó Matsumoto. —en los mangas podemos ver varias cosas que les suceden a los protagonistas y los van acercando poco a poco, hasta que al final terminan juntos.

—¿Y qué tenemos que ver nosotras en esto? —preguntó Yoruichi. —sólo quiero hacer justa la competencia entre Soi y yo.

—Rangiku ya me habló de eso y tengo lo ideal para ustedes, pero no les caería mal ayuda extra. —dijo Lisa rebuscando entre sus mangas. —¡Ah, aquí esta! —exclamó sacando un manga de la caja y dándoselo a ella. —Léanlo.

—¡Pero es Yaoi! —reprochó Soi al ver la portada del manga.

—Claro que es yaoi, pero eso no importa, léelo. —ordenó Lisa.

Soi y Yoruichi comenzaron a leerlo mientras Lisa le sacaba varios mangas a Rukia. Soi no podía evitar sentirse abochornada por lo que estaba leyendo, pero se recordaba que todo era para que Yoruichi no tuviera problemas con su familia.

—¿Ichigo te ayudará? —preguntó la chica de lentes mientras escogía los ejemplares.

—Sí. —respondió Rukia. —pero también quiero ayudarlo a que conquiste a Orihime.

Ichigo comenzó a toser.

—No seas tímido Ichigo, ya es momento de que te le declares. —Rukia puso su mano sobre el hombro. —He notado que Uryu está interesado en ella y si no te apuras te la ganará.

Ichigo no contestó, como si le importara mucho eso.

Lisa sonrió.

—("Esto se va a poner mucho mejor") —pensó ella viendo a Ichigo. —¡No, ese manga no! —gritó Lisa al momento que Rukia tomaba un manga para leer. —Ese no te servirá de nada. —dijo ella quitándole el manga, luego se lo guardó en la espalda.

Un par de horas después ya tenían una estrategia diseñada.

—Nos pudiste haber dicho que sólo leyéramos esa página y no todo el tomo. —reprochó Soi. —Ahora quedaré traumada.

Lisa se carcajeó.

—Es que no podía dejar que no leyeran " Kiss wa ichinichi 3 do made", es fantástica esa historia. —exclamó Lisa con brillo en su mirada.

Yoruichi y los demás la miraron con reproche. De todos los presentes sólo a ella le gustaba el Yaoi.

—Bueno Yoruichi, tú y Soi deberán de firmar el acuerdo. —mencionó Rangiku dándoles el documento, que ella había redactado, para que lo leyeran.

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"Reglas para conquistar a Byakuya Kuchiki"

El presente acuerdo es entre Yoruichi Shihoin y Soi Fong para delimitar lo que queda aceptado para conquistar a Byakuya Kuchiki.

1. -Se permiten tres besos por día, pueden ser de cualquier tipo, aclarando que los besos de lengua si están permitidos. (A petición de Yoruichi y aunque Soi se opuso). También pueden ser por mutuo acuerdo o robados.

(Se aplica para ambas partes por igual).

2. -Se puede acariciar todo lo que se quiera a Byakuya (sí él se deja), excepto sus partes nobles, y siempre que sea sobre la ropa. (A menos que sea Byakuya el que decida lo contrario).

3. -Si Byakuya es el que las acaricia (se considerará un triunfo), se aplicará la norma anterior.

4. -Si hay ocasión de tener una relación íntima con él se recomienda no desaprovechar la oportunidad, de lo contrario se estaría cometiendo un grave pecado.

(Si se consuma el acto la parte afortunada deberá de decírselo a la otra persona, para que se muera de envidia, y para decidir si hay que rescindir el acuerdo o se sigue con él).

5. -Queda estrictamente prohibido emborrachar a Byakuya para aprovecharse de él. (Aunque es lo que desea la mayoría).

6. -Se entiende que la persona a la que Byakuya elija llevar al baile será la afortunada novia del chico.

7. -Lo que se presente después y que no esté acordado aquí, se resolverá entre las partes mencionadas anteriormente, Rangiku Matsumoto y Lisa Yadomaru.

8. -Se desliga responsabilidad a Lisa y Rangiku de los riesgos que pueden surgir después de iniciar el plan, incluso la muerte.

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—¿Y tú quieres que firmemos esto? —preguntó Soi con un tic en el ojo al ver que la rubia había aumentado algunas cosas.

—Pues no está tan mal. —comentó Yoruichi, aunque le parecían exagerados los comentarios de la rubia,

—No vas a hacer nada que tú no quieras, pero si tanto te asusta renuncia y déjale el camino libre a Yoruichi. —declaró Lisa. Rukia e Ichigo veían atentos la escena.

—Bien, ya que remedio. —se resignó Soi y firmó el acuerdo. Después Yoruichi también estampó su firma en el papel.

—Ahora sólo falta un último paso. —mencionó Rangiku. Los demás la vieron expectantes. —Decirle a Byakuya. —sonrió.

—Qué locura, no quisiera estar en los zapatos de Byakuya. —declaró Ichigo. Lisa sonrió maquiavélicamente.

—¿Y si fuera Rukia la que intentara conquistarte a ti con ese acuerdo? —preguntó la de lentes acercándose al chico. —imagínatela robándote un beso.

A Rukia se le cayó la pluma, así que se agachó a recogerla. Se perdió contemplar la cara roja de Ichigo.

—¡Qué Ton…terias dices! —respondió Ichigo tartamudeando. De sólo imaginarse a Rukia tratando de seducirlo, le subía la presión.

Las chicas se rieron por lo transparente que era el muchacho. La única que no se daba cuenta de sus sentimientos era Rukia.

—¿Y ustedes ya terminaron su estrategia? —preguntó Matsumoto interesada y tratando de salvar a Ichigo de la situación vergonzosa.

—Sí. —respondió alegre Rukia, mostrándole la lista que había hecho con Lisa e Ichigo. —Estoy segura que para el baile tanto Ichigo como yo tendremos pareja. —sonrió entusiasmada.

—¿Y qué es lo primero de la lista? —preguntó Yoruichi. Rukia le pasó la hoja.

—Es algo fácil para empezar, pero siempre tienen efectos positivos en los mangas, muchas veces termina en besos. —comentó Lisa.

Las chicas se animaron mutuamente. Rangiku sacó unos refrescos que llevó de contrabando y los repartió.

Ichigo se cruzó de brazos. No le gustaba la idea de Rukia y Kaien besándose.

—Muy bien entonces. —dijo Rangiku. —mañana comienza formalmente "La operación conquista". Salud. —exclamó divertida chocando latas con los demás.

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Más tarde en la biblioteca Lisa y Rangiku seguían leyendo mangas camuflados dentro de un libro.

—Oye ¿Qué manga es el que le quitaste a Rukia? —preguntó la rubia. Había visto esa acción y le pareció sospechosa. Lisa se rio y sacó el manga de su espalda.

—Toradora. —mencionó Lisa.

—¡Ah!, ya entiendo. —comentó la rubia riendo.

En los próximos meses se divertiría bastante.


— " Kiss wa ichinichi 3 do made" es de Kamo Nabako. Toradora es de Yuyuko Takemiya.

Esta historia tiene como dos años que la escribí y ya no pensaba publicarla, pero como he perdido en varias ocasiones me he visto en la necesidad de hacer uso de ella.

Saludos y gracias por leer.