¡Hola!

Jueves 5 de Noviembre del 2015

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-Momoko.-Escuchó débilmente decir a su hermano casi en el último suspiro. Para él fue como tirarle un balde de agua lleno de cubitos de hielo.

-No hables.-Le dijo el mayor de los dos. –Estás débil y necesitas descansar.-Como de costumbre Butch desobedeció las órdenes del mayor y continuó hablando.

-No…-hizo una larga pausa para después continuar con lo que había empezado.-No fue verdad.-los ojos del pelinegro se cerraban cada vez más del cansancio, y es que había perdido tanta sangre después de ser herido de bala en un hombro que era normal que durmiera casi toda la tarde.

Brick pestañeó un par de veces.

-¿Qué?-Preguntó no creyendo oír bien sólo había una Momoko en su vida, probablemente el libertino de su hermano tuviera más de una, pero ¿conocida en común? Sólo había una.

Una hermosa chica de grandes e inusuales ojos color rosa, largo y brillante cabello anaranjado de mediana complexión, tez clara y unas adorables pecas.

Su nombre es Momoko Akatsusumi.

Y también era la razón de que ambos hermanos hayan dejado de hablarse durante casi cuatro años. Claro que su hermano menor, Boomer había tratado de hacer de mediador entre ambos, pero no lo había logrado, lo único que fue capaz de hacer, era llevarle información superficial a uno del otro.

Esta mañana Boomer le había llamado, sacándolo de una junta importante de la empresa en la cual ostentaba el puesto de director general, para informarle que Butch había estado por pura mala suerte en medio de un tiroteo y una bala lo había impactado. Sin dejar siquiera que su hermano menor le contara los detalles, tomó sus pertenencias y salió abruptamente de la junta con rumbo al hospital más cercano a la casa de Butch.

Pensó en lo estúpido que había sido, actuó por impulso una vez más. ¿Qué tal si Butch hubiera estado en otro hospital? ¿O en una clínica? Afortunadamente, con la buena suerte que tenía Brick, Butch se encontraba en el hospital Roc. Nada más al llegar preguntó sumamente desesperado con la recepcionista por Butch Him. No quería enterarse por celular sobre una desgracia de un miembro tan cercano en su familia.

Sentía que el alma le había regresado al cuerpo en cuanto entró a la habitación miró a su hermano después de cuatro años. Recostado con todo el hombro vendado, pero despierto. Boomer había saludado y le había dicho más o menos por quinta vez a Butch que estaba muy contento de que estuviera bien, y sin decirle con palabras a Brick, con la mirada le dijo lo que todos esperaban que ese par de hermanos testarudos hicieran.

El silenció duro un par de minutos. Cuando el pelirojo notó que Butch no hablaba no porque no quisiera, sino porque estaba cansado, decidió ser el maduro, dejar el pasado atrás y reconstruir los lazos familiares que se habían roto por aquella horrible traición.

Regresó a la realidad como de golpe.

-¿Qué?-

-Que no era Momoko aquella peliroja con la que me viste-Dijo con dificultad antes de caer rendido en aquella cama de hospital.

Los ojos de Brick de repente dejaron de enfocar la cara de su hermano para recordar los eventos ocurridos hace poco más de cuatro años.

Pudo ver el momento exacto en el que abrió la puerta de la habitación de su hermano dispuesto a revisar todas sus cosas para encontrar aquel usb que el pelinegro se empeñaba en quitarle para entregar sus propios trabajos universitarios finales. Abrió el segundo cajón de la cómoda que Butch tenía, levantó unos cuantos calcetines del fondo y ¡Bingo! Ahí estaba lo que él tanto se empeñaba en negar que tuviera. El usb color negro.

Eso era lo que más le molestaba al ojirojo de toda aquella situación. Como hermano mayor no le molestaba prestarle sus cosas, siempre y cuando se las pidiera y las devolviera, para cuando él las necesitara, supiera dónde estaban. Tampoco es que una de esas memorias con más capacidad fuera un lujo. Él podría comprar una extra. Lo que más le molestaba era que borraba sus trabajos para poner los de él. Cuando iba a tomarlo se dio cuenta de algo más. Había un segundo USB del mismo color.

Sin pensarlo tomó ambos y los llevó a su computadora de escritorio para revisarlos y ver cuál era el suyo.

Conecto el primero el puerto usb, y notó que era el de su hermano, pues tenía poca memoria y estaba lleno de canciones death metal que no eran precisamente del agrado de Brick. Lo quitó para poner el que debía ser el suyo, no tenía intenciones de joder a su hermano, lo único que haría sería guardar los archivos extras que se encontraban en su usb y borrarle al de él algunas canciones que no eran necesarias. Pero se llevó tremenda sorpresa al ver las fotos que éste tenía.

Era Butch con una peliroja en la cama. Muy parecida a Momoko. Parecía tener el mismo tamaño y el largo de su cabello era el mismo. Ella estaba de espaldas, pero en la cabecera de la cama había algo muy distintivo de Momoko, que muchas personas a la edad de veintiún años no utilizan; Un largo y delgado listón de color rojo.

Se negaba a creer que Momoko y la chica de la fotografía eran la misma persona. Es decir, Brick sabía que a su hermano le encantaban las mujeres y que en algún tiempo estuvo tras Momoko, pero no creyó que cruzara el límite de esa manera. No creyó que ella, tan inocente y dulce lo traicionara. No lo creyó hasta que una de las fotografías mostraba a Momoko en todo su esplendor mirando a la cámara. Claro que en esta no se encontraba en una cama con Butch, parecía estar tomando un café con alguien, sus pequeñas y delicadas manos sostenían su cabeza, la cual hacía contacto en la barbilla con estas, y miraba la cámara sonriendo. Sin duda alguna era ella. Sus ojos rosas y brillantes nunca le parecieron tan brillantes, su cabello suelto lleno de brillo, o toda su persona nunca antes le pareció tan asquerosamente bella.

Asquerosa y sucia mentirosa. Su físico era muy agradable a la vista, pero su forma de ser era la que enamoraba a la gente a su alrededor, pero ahora solo sentía desprecio por aquella chica que a pesar de verse tan inocente estaba realmente podrida por dentro.

Ese día Brick destruyó todo lo que había en su habitación a excepción de su cama, pues esta era de acero, su ira no era lo suficientemente feroz como para vencer al acero. Aún.

En cuanto escuchó la puerta de la entrada abrirse bajó hecho una fiera, y al ver a Boomer y a Butch entrar se dejó ir sobre el último. Ambos hermanos lo miraron con miedo, él sólo tomó del cuello a Butch recargándolo en la pared y lo levantó unos centímetros del suelo.

-¿BRICK, QUÉ HACES?-preguntó asustado Boomer a ver que aquello no era un juego.

-¿Qué tan cierto es?-Preguntó a Butch ignorando al rubio. La voz de Brick era más profunda de lo normal. Parecía querer elegir las palabras con sumo cuidado.

Butch confundido no dijo nada. Brick hizo un pequeño jaleo para que la pequeña memoria que sostenía por una argolla de llavero en la mano captara la atención de Butch, el cual bajó la mirada hasta dónde se encontraban las manos de su hermano mayor. Era muy poco probable que teniendo las manos en su cuello, Butch pudiera ver a lo que él se refería, así que respiró profundamente y lo bajó.

-¿Qué tan cierto es?-Puso el usb frente a la cara de su hermano y retrocedió un paso, rogando porque dijera algo que probara la inocencia de ambos.

Butch comprendió a qué se refería en un instante. Hizo algo que Brick no esperaba. De un movimiento brusco arregló el largo fleco que amenazaba con caer sobre aquellos ojos verdes, metió las manos en las bolsas de la sudadera del mismo color que el de sus ojos y sonrió descaradamente.

-Es completamente cierto.-