¿Quién es?


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-I-

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El grupo conformado por una pequeña niña, un demonio sapo y uno de los más poderosos daiyoukay de la época feudal, se encontraba caminando tranquilamente por los bosques, entre juegos y planes pensados. La niña Rin encuentra un bulto entre los arbustos.

—¡No te quedes, mocosa! —Reprendió el sirviente del peli plata al ver a Rin sin moverse y quedándose.

La pequeña sin escuchar lo que dijo su mayor, se fue acercando poco a poco al bulto, cuando se acercó y quito algunas ramas, observo el cuerpo de aquella mujer que viajaba con el grupo del hermano de su amo. La chica que siempre le daba dulces y la hacía reír.

—¡Señor Jaken!—Gritaba Rin mientras movía con desesperación el cuerpo de aquella joven de cabello azabache.

—¡¿Qué quieres, niña molesta?! —Jaken se acercó a la protegida de su amo, reconoció al momento la mujer de Inuyasha. ¿Qué le habrá pasado? Estaba como muerta, tendría que acercarse a verificar si tenía pulso o no, pero no era su problema esa mujer, además el amo bonito siempre odio el aroma de esa mujer. Si se acercaba a ella, ese olor peculiar se le iba a pegar y su amo se enojaría con él.

—¡Ella no despierta!

—Si no despierta es porque esta muer…—Jaken callo al instante al ver como la niña que tenía en frente empezó a derramar lágrimas de sus ojos chocolates, mierda. Volteo a ver si el amo bonito seguía caminando, pero estaba parado con el ceño fruncido.

—¡No puede ser!—Rin comenzó recordar como sus padres, sus hermanos morían en frente de ella por unos bandidos que solo querían refugio y comida, veía como ese líquido rojo que cada humano tenía en sus venas y corazón, recordó como moría un pueblo entero por unos lobos, sus manos suplicantes de ayuda y como ella no podía hacer nada más que correr

Al ver ahí a esa chica alegre de ojos chocolates que no veía a menudo le causo una tristeza…El recordar como una persona estaba muriendo frente a sus ojos o en este caso muerta frente a ellos, le traía recuerdos nada gratos.

—¡No te pongas a llorar!—Ordenó Jaken nervioso, sintiendo la cruel mirada del demonio blanco que a paso lento se acercaba a la escena. Había recordado ese olor a mucha distancia de la actual pero tenía algo raro. Parecía fusionado, no era ese dulce aroma que le provocaba repulsión.

—Es… que…—La niña empezó a hipear con dificultad tratando de no llorar tanto, pero era imposible, no le gustaba ver tanta muerte.

—Rin…cálmate—Dijo Sesshomaru viendo el cuerpo de la humana, estaba muy lastimada. Tenía muchos cortes, la mayoría simples cortes que sanaran con tiempo. ¿Estaba muerta? No parecía estar respirando…ese olor

—¡Señor Sesshomaru!—Rin se levantó y camino lentamente con la cabeza baja y cuando llego a su figura más preciada en todo el mundo, se arrodillo frente a él y…

—Por favor revívala…—Al no obtener respuesta de su amor. Rin agarro su manga y empezó a jalar tratando de llamar la atención. Sabía que no debía hacer eso, pero el amo podía revivirla con su espada así como lo hizo con ella.

—Silencio, Rin.

Con esas palabras, la niña dejo de insistir y se tornó el silencio en el lugar por unos segundos. Sesshomaru agudizo sus sentidos y pudo escuchar el latido del corazón de aquella humana, era leve pero estaba ahí.

—No puedo…

—¿Por qué?—Preguntó la protegida mirando a Kagome.

—Por qué no está muerta.

Rin sonrió al saber eso, se dirigió al cuerpo de la señorita y la siguió moviendo. Sin respuesta, inquirió:

—¿Cómo la despierto?

—Dale una cachetada…—Susurro Jaken con ironía, solo causaría problemas la mujer de Inuyasha.

—Déjala Rin, ella no es nuestro problema—Ordeno Sesshomaru mientras retomaba su camino para partir, no quería a esa mujer cerca de él. No podía tener a la mujer de su hermano bajo su protección.

—¡Por favor que venga con nosotros hasta que se recupere!... ¡Por favor!—Rin tomo la cara de Kagome entre sus manos mientras acariciaba con delicadeza aquel rostro que podía decirse que era hermoso, le recordaba a su madre. Si la dejaba ahí ella moriría, estaba segura.

—El amo bonito no tiene por qué hacerlo…

—¡Por favor!... ¡Se lo pido!

—¿Por qué?—Cuestiono Sesshomaru, hasta ahora no podía comprender a los humanos. ¿Por qué Rin lloraba por ella? ¿Qué era ella para Rin?

Los humanos sigues siendo tan extraños, complejos, débiles…ellos

—No quiero que le pase nada, ¡Si la dejamos aquí, ella morirá!—Contesto Rin mientras acomodaba su cabello y lo ponía a un lado, dejando ver el cuello y rostro de la muchacha, un corte en la mejilla nada más tenia. A lo menos eso no dejara marca, pero su cuello tenia marcas de manos, como la si hubieran ahorcado.

Sesshomaru observo eso, escaneo el cuerpo de aquella hembra, analizo la situación. Rin tenía razón, si la dejaban ahí moriría, esa mujer era importante en la historia, lo sabía por los poderes místicos que poseía y ahora en este estado, solo sentía aquella energía desprendiendo como tratando de proteger o mantener vivo el cuerpo de la dueña de aquellos ojos achocolatados…pero, era riesgoso llevarla con él, sabia el porqué, pero hasta pensarlo le daba repulsión.

—Vámonos—Sesshomaru empezó a retomar su camino dejando a un estupefacto Jaken y a una feliz Rin, en el idioma perruno, eso era un llévala para la pequeña y un ayúdala para el demonio verde.

—Pero…amo bonito—Jaken empezó a tartamudear pues estaba seguro que el daiyoukay diría que la dejaran ahí.

—Dije que nos vamos—Sesshomaru lanzo su típica mirada cargada de frialdad y con eso, el sirviente se limitó a hacer caso.

¿Qué estoy haciendo? Maldita miko.

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Ya había caído la noche y habían formado su pequeño campamento, la pequeña más rápida que cualquiera, armo una especie de futon con lo que había encontrado alrededor y ahí habían puesto a la señorita. La noche se ponía más oscura y fría pero la miko no despertaba, tenía fiebre y la niña cuando se dio cuenta, le puso un trapo mojado en la frente con esperanza de que eso le bajara la fiebre.

—¿Por qué no despierta?— Susurraba Rin a cada 5 minutos, pues ya había pasado mucho tiempo desde que ella seguía en ese estado.

—Ahh—Como si la niña fuera escuchada. Kagome empezó a quejarse mientras se movía y Rin solo miraba con preocupación y algo de felicidad al ver que al fin despertó.

—¿Dónde estoy?— Pregunto la de ojos chocolates, mirando detalladamente el lugar y el rostro de la niña.

—En el bosque, el señor Sesshomaru me dijo que aquí podía cuidarle hasta que se mejorara…bueno no con esas palabras, pero usted sabe cómo es el amo —Rin explico todo con emoción y sin poder contenerse más, la abrazo delicadamente porque sabía de sus heridas. La mujer se asombró por este acto y sin querer sonar descortés, la separo delicadamente de su cuerpo.

La niña se sorprendió porque antes había abrazado a la señorita y esta le sonreía y le daba besos en su frente. Kagome la miro y pregunto:

—¿Quién es Sesshomaru?

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Estoy reescribiendo este fic, corrigiendo faltas ortográficas y tal vez le cambiare el trama. Volví al fandom del Sesshome, había olvidado lo hermosa que es esta pareja 3

En mi perfil encontraran la antigua versión, pero es cáncer (así yo lo tomo, por como esta redactado. Era una niña, me perdonaran)

A.