Alola a todos los nuevos lectores que visitan este nuevo fanfic que se me ha sido dado como su nuevo autor. Cabe aclarar que la historia original le pertenecía a un usuario de Fanfiction que no pudo continuarlo por falta de inspiración, dejándolo cancelado, y cuando hay historias que me encantan no dudo en pedir que me lo donen para continuarlo.

Un claro ejemplo es mi otro fanfic de nombre "Burbujas de Amour". Les informo que el primer capítulo es del autor original puesto que el segundo capítulo vendrá de parte mía, ahora disfruten de esta historia que contiene romance y drama.

Aclaración: Pokémon no me pertenece, es de "Satoshi Tajiri y Pokémon Company". Solo me encargo de crear la historia de mi fanfic sin lucros comerciales.

"Prefacio"

Dentro de un sótano de una casa ubicado en la región de Kalos. Se encontraba una chica de cabellos miel y ojos azules que iba vistiendo un conjunto de ropa provocativa.

A su lado, un joven de cabello negro azabache, ojos cafés, y llevaba un par de zetas en ambas mejillas.

Este se hallaba encadenado a una silla, totalmente desnudo, siendo acompañado de una muchacha de cabello azul; ojos zafiros y piel blanca, quien estaba en su misma situación.

—Je, je, je. Así que Ash... —habló la joven con la respiración agitada, además de revelar unos ojos sin brillo alguno—. ¿Qué soy yo para ti?

El muchacho conocido como Ash no respondió a su pregunta, tan solo se encontró con la cabeza hacia abajo y sin expresión alguna.

—¡Responde, hijo de tu Ditta madre! —inmediatamente cogió un cuchillo que estaba en la mesa—. ¡O quieres pasar a ser hembra!

Pero Ash se mantuvo callado, aunque muy espantado por lo que dijo su secuestradora.

La joven de cabellos miel se acercó a Ash peligrosamente mientras jugaba con el cuchillo.

—Responde o te castro enseguida. ¡Je, je! —dijo en un tono alegre sin quitar su expresión psicópata.

Ash siguió sin decir nada, no sabía de donde sacaba el valor para enfrentarla a pesar que tenía el objeto filudo pegado a su extremidad.

—Oh, no vas a ceder. ¿Cierto? —entonces camino hasta la otra silla donde se estaba su otra víctima—. ¿Acaso no te importa que le haga algo a la zorra de tu mejor amiga?

Apenas escucho eso. Ash se sobresaltó. Ya no le importaba lo que hicieran con él, pero no soportaría que lastimaran a las personas que él consideraba especial, y uno de ellos, era su amiga de la infancia. Fue suficiente verla golpeada o violada casi a diario por aquella lunática, o incluso algo mucho peor si la contradecía con algo que ella no le gustaba.

—Dueña... —Ash murmuro con una voz casi inaudible, tenía que responder para así asegurar la vida de su amiga.

—¿Qué dijiste, amor? No logre oírte bien. —ella se burló, aun sabiendo que si logro escucharlo.

—¡Que eres mi dueña y solo te pertenezco a ti! —grito con las fuerzas que le quedaban, sintiendo como el miedo recorría en todo su cuerpo.

—Y... ¿Qué más? —ella se agacho a la altura de su rostro. Ash podía sentir su respiración agitada, junto con una sonrisa cínica y ojos llenos de perversión.

Ash volteo su mirada hacia su amiga, como si quisiera pedir permiso para hacer algo repentino. Ella solo movió su cabeza en aceptación, quería ver enojada a la perra que antes fue su amiga y ahora supuestamente su "novia".

—¡Que te pudras, maldita loca! —le grito lleno de amargura para luego escupirle en la cara.

Acto seguido, la secuestradora cambio su expresión a una seria. La habitación se quedó en silencio absoluto hasta que Ash volvió con su ataque de insultos.

—¿Qué ocurre? ¿Te comió la lengua el Glameow? Ah no, espera. Seguro que todavía no lo conoces. —dijo en un tono burlesco.

—Ash. Me escupiste y me llamaste perra. —la chica habló de forma lenta, ocultando su rostro con el flequillo de su cabello.

—¡Vete a la mierda, Serena! ¡Eso te ganas por lo que estás haciéndonos! —gritó la otra joven amarrada, mostrando un rostro sonriente por verla sufrir.

—Ah... Así que no te gusta que te escupan. —Ash volvió a escupirle, pero su puntería fue tan mala que solo le dio en la mejilla.

Serena rió de manera pervertida ante la revelación de sus dos víctimas, entonces limpio la saliva con su lengua disfrutando de su sabor.

—Conque así quiere jugar, ¿eh? Yo no pensaba hacerles nada hoy, además de unos cuantos besos. Pero parece que les gusta ser maltratados y violados por su mí, su dueña.

Inmediatamente usó el cuchillo para darle un tajo rápido a la mejilla de Ash haciendo que comenzara a sangrar levemente.

—¡Argh! ¡¿Por qué hiciste eso?! —el muchacho grito de dolor por el corte.

—Creo que ya lo sabes, pero te lo volveré a repetir... —Serena se acercó hasta el rostro de Ash para lamer de su sangre—. Esto fue por no responder a mi pregunta como es debido.

—¡Suéltalo, maldita puta! —la muchacha de cabello azul no soporto tal injusticia—. ¡Tú no te lo mereces!

—Ahora enseguida voy contigo, querida Dawn. Ya parece que quieres tu dosis diaria de placer, pero debes esperar un poquito más. —le respondió con suma tranquilidad. Dawn quedo helada ante sus palabras, no quería que su cuerpo vuelva a ser profanada por ella.

Serena sonrió complacida por el miedo que transmitía a su prisionera, o mejor dicho, su esclava sexual. Volteó a mirar a Ash para darle un repentino beso lleno de pasión.

—Ese beso fue por escupirme y llamarme perra —ella se dirigió a la mesa donde tenía sus juguetes para iniciar la verdadera diversión, y luego regreso con Ash—. Todavía les falta su castigo por contradecirme y gritarme sin mi consentimiento.

Serena le coloco una venda en los ojos y luego le introdujo una bola en su boca para que no hablada y ni viera. Entonces fue hasta una temerosa Dawn para cumplir con su promesa de hacerla sentir bien, comenzando a acariciar su mejilla con ternura y deseo carnal.

—Suéltame, por favor, Serena. Te juro que no le contare a nadie sobre esto. Es más, me iré de la región para que jamás vuelvas a saber de mí. —Dawn trato de salvarse con esa oferta, pero fue inútil cuando Serena comenzó a tocar sus pechos para luego chuparlos con devoción—. Por favor, no me gusta que me toques —y empezó a llorar con resignación.

—¿Acaso ya no quieres estar a mi lado? —Serena replico por aquella petición tan egoísta de su parte mientras limpiaba sus lágrimas—. Ya no llores, amor. Sabes que no me gusta verte así. Además, sabes que es imposible dejarte ir. Yo te amo. Me hice adicta a ti. Tienes una piel tan suave y un cabello tan sedoso que me vuelven loca cuando lo toco.

—Entonces, déjame salir si tanto me amas —le suplico muy desesperada—. Hasta viviré contigo y hare todo lo que me digas. Así que, por favor, déjame ir. Quiero volver a reencontrarme con mi mamá.

—Hum... ¡No! No te dejare salir, querida. —contesto en un tono alegre y luego bajo su mano hasta llegar a la parte intima de Dawn, introduciendo sus dedos en su interior. Dawn le suplico que se detuviera, pero Serena no se detuvo, incluso le encanto y excito escuchar sus dulces gemidos—. Escucha, Dawn. Te hare mi puta. Te cogeré cada día hasta que esos ojos azules tuyos pierdan su brillo y vivas para servir mis órdenes. Solo para buscar algo de placer en tu estrecha vagina. Tal vez en ese momento te deje en libertad.

Luego de sentencia el destino de Dawn, Serena le planto un beso apasionado metiendo su lengua de forma brusca. Dawn intentó resistirse pero se contuvo, quería evitar que le hiciera cosas peores a su cuerpo.

—Ah... Nunca me voy a cansar de esto. —se separó de ella con un leve sonrojo mientras se formaba un hilillo de saliva entre sus bocas—. Te amo mucho.

Dawn no pudo responder luego que Serena le diera un fuerte golpe en su estómago haciendo que perdiera la conciencia. Luego se dirigió con Ash para plantarle un beso corto.

—Esto va de parte de Dawn. —dicho esto, lo noqueo enseguida.

Serena contemplo fascinada los cuerpos inconscientes de sus prisioneros y, empezó a estimularse tocando sus pechos y lamiéndolos con devoción.

—Ash... Dawn... —dijo entre gemidos hasta llegar a su clímax—. ¡Los amo tanto!


En el segundo piso de la habitación de Serena, Fennekin se encontraba viendo la televisión junto a su amado Pikachu. En ello se le informo sobre la desaparición de unos viajeros.

En las siguientes noticias... —habló una reportera de un canal nacional de la región—. Siguen sin aparecerse los dos jóvenes que andaban en un viaje de turismo. El primero es Ash Ketchum de pueblo Paleta, originario de la región de Kanto. La segunda es Dawn Berlitz de pueblo Hojasgemelas, originaria de la región de Sinnoh. Según el testimonio de Serena Gabena de pueblo Vaniville, nos dio la información de que estuvo en el momento del secuestro y que solo ella se pudo salvar. Aquí le dejamos su testimonio.

Yo estaba muy asustada... —decía Serena que sollozaba en frente de las cámaras—. Nos encontrábamos caminando por la tarde en el bosque y ellos me dijeron que debíamos regresar al hotel... Pero yo les dije que primero deberíamos pasar primero por la cueva de los reflejos... Cuando llegamos, todo sucedió tan rápido, noquearon a Ash y solo tuvieron que pasar segundos para hacer lo mismo con Dawn. Entonces Fennekin, Pikachu y Piplup trataron de defenderme pero no lo consiguieron y cayeron debilitados al instante... La única reacción que se me vino a la mente fue el miedo, tome a Pikachu y a Fennekin en mis brazos y salí huyendo de la cueva. Aún me siento mal por no haber sido capaz de salvarlos, incluso estoy preocupada de lo que esos sujetos le estén haciendo ahora.

Fennekin no lo soporto más y comenzó a romper en llanto. Pikachu solo recurrió a apagar el televisor para enseguida hacerle compañía.

—Ya no llores, Fennekin. —el roedor intento consolarla—. Por lo menos, Serena, tú y yo estamos a salvo. No dejare que nadie vuelva a hacerles daño, ¡lo prometo por mi vida! Pero ahora tengo que encontrar el paradero de Ash, Dawn y Piplup. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras mis amigos están secuestrados.

—Pikachu... —la mirada de la zorrita reflejo un pequeño brillo—. Estoy muy agradecida por cuidarnos en momentos tan duros como estos.

Pikachu movió la cabeza un par de veces —No tienes que agradecerme. Esto lo hago por qué las quiero mucho. Además, son muy buenas amigas. —de pronto miro la habitación intentando buscar a alguien—. A todo esto. ¿Dónde está Serena?

—Oh, Serena —Fennekin empezó a sudar frío—. Ella se fue al pueblo vecino para comprar algunas cosas que le faltaban en la cocina.

—¿Estás segura? —el pokémon eléctrico no se convenció de sus palabras—. Ella salió desde la mañana y aún no regresa. Esta tardado demasiado.

—¡Perdón por mentirte, Pikachu! —la pokémon decidió hablar con sinceridad—. Serena se fue con la oficial Jenny para investigar la cueva de los reflejos. Y, ella me pidió que estuviéramos seguros en la casa para no preocuparnos.

Lo que Fennekin no sabía, fue que Serena no se encontraba en ese lugar. A pesar de ser las mejores amigas, la joven no confiaba plenamente en su fidelidad y por ese motivo le oculto parte de su plan. Además, la pokémon de fuego no estaba enterada lo que realmente sucedió en la cueva de los reflejos.

—Si Serena está con la oficial Jenny, eso significa que se encuentra a salvo. —Pikachu comenzó a relajarse, entonces tuvo algo en mente—. Fennekin. Voy a salir un rato para investigar la zona. Intentaré buscar alguna pista sobre el paradero de Ash y Dawn.

El roedor eléctrico se dirigió muy decidido hacia la ventana y, dando un gran salto, cayó en el jardín de atrás gracias a un voluptuoso arbusto.

—Espera, ¡no te vayas! —suplico la pokémon—. Tengo miedo. Por favor, Pikachu, protégeme. —comenzó a llorar sin control alguno—. ¡No me dejes!

Pikachu gracias a sus sensibles oídos logro escuchar el llanto de su querida amiga, entonces decidió regresar velozmente a la habitación. Una vez ahí, se acercó para abrazarla.

—No te preocupes, Fennekin. —dijo con una suave para reconfortarla—. Estaré bien. Te prometo que volveré enseguida.

—No es eso. —contesto ahora un poco más calmada.

—Entonces, ¿qué es?

—Quédate conmigo... —le suplico—. Tengo miedo de estar sola.

—No puedo, Fennekin. Tengo que encontrar a mis amigos. —rompió el abrazo para luego dirigirse de nuevo a la ventana.

Fennekin se desesperó y entonces se le ocurrió revelarle un secreto que ella tenía guardado.

—¡Espera! Tengo algo importante que decirte antes que te vayas.

Pikachu se acercó a ella —¿Ahora qué vas a decirme?

—Yo... —ella respiro hondo y se armó de valor—. ¡Me gustas mucho! ¡Te amo, Pikachu!

—¿Pero qué rayos? —Pikachu se quedó en shock, nunca se esperó tal revelación de su amiga. La sorpresa fue tan grande que comenzó a tartamudear—. ¿De-desde cuando ti-tienes estos sentimientos por mí?

El roedor no podía creerse que ella estuviera enamorada de él. Nunca se enteró de sus sentimientos cuando se encontraban juntos con sus amigos o hasta solos. Le parecía atractiva, pero no aún no tenía definido sus sentimientos por ella.

Fennekin esbozo una tierna sonrisa junto con un leve sonrojo y dijo:

—Pues la verdad, Pikachu. Tengo estos sentimientos por ti desde hace algunos meses. Siempre me has apoyado en todo, incluso en los momentos cuando estaba deprimida.

Pikachu se sintió incómodo y opto por la salida fácil, se fue con rapidez hasta la ventana pero sorpresivamente noto que esta se hallaba cerrada. Volteo su vista hacia la zorra de fuego, quien sonrió de forma maliciosa capaz de bajar su defensa.

—Ahora de seguro te preguntaras del porque cerré la ventana, ¿no? Pues lo hice para que no tratarás de escapar ante de escuchar toda mi confesión. —entonces volvió a su tema principal—. Aún recuerdo cuando me salvabas de cualquier peligro. Desde ese momento fuiste mi luz, y luego de eso surgieron mis sentimientos por ti.

El roedor rió nerviosamente —En realidad no lo hice porque sintiera algo por ti. Yo lo hice porque eres mi amiga y era mi deber protegerte.

Pikachu se mantuvo inmóvil como si fuera que estuviera congelado, ni siquiera su amiga Buneary le producía esa sensación intranquila. Ahora no estaba seguro si rechazarla o corresponderla. Trago saliva ante la difícil elección.

—Vamos Pikachu. Estoy esperando tu respuesta. —dijo con voz seductora pasando su esponjosa cola de forma coqueta por el rostro del pokémon.

Pikachu había notado su manera de actuar muy inusual, nunca creyó que podía comportarse así de atrevida. Después de todo, era de Fennekin de quien se hablaba. El olor que desprendía la pokémon lo enloqueció por completo y ni decir de su cola que sentía tan bien tocarlo entre sus pequeñas patas.

—Yo... —no pudo continuar cuando sintió los labios de Fennekin aprisionando los suyos, recorriendo su boca de manera suave. Luego de separarse, los pensamientos de inseguridad del pokémon eléctrico se desbloquearon enseguida.

—¿Quieres ser mi pareja, Pikachu? —le pregunto inocentemente, acostándolo en el piso mientras colocaba su flamante cola de nuevo en su rostro.

—Claro que quiero ser tu pareja. —le respondió, hipnotizado por su aroma—. Tú también me gustas, Fennekin.

Detrás de la puerta de aquella habitación, Serena vio todo lo sucedido y no pudo ocultar una sonrisa que parecía terrorífica tras saber que todo iba de acuerdo a sus planes.

—Al fin nuestros sueños se hacen realidad, querida amiga.

Notas del Autor:

Hasta ahí sería el prólogo de la historia en cómo se inició toda está locura de parte Serena. Espero que disfruten de cada momento de perversión como amor entre los personajes tanto humanos como pokémon. Quiero agradecer en grande al autor por el permiso de su historia siendo el segundo fanfic que realizó, aunque no lo crean ambas tratan de Amourshipping, solo con la diferencia que este fanfic es de "Pikachu x Fennekin", pero no estaría mal que se uniera Buneary como también Dawn, solo el futuro lo dirá.

Posdata: Agradecimiento especial a "Koseik", por regalarme su historia y permitirme darle una continuación encantadora a mis tres parejas favoritas del fandom Pokémon.

¡Comenten que les pareció el prefacio!

Emilion se despide de ustedes lectores, hasta la próxima.