Mortal Kombat: Revenge.


Habian sido engañados. Perdieron a su familia, sus hogares, sus vidas…
Solo unidos podían encontrar la solución que tanto buscaban tantos guerreros. Ellos, de alguna forma, habían sido elegidos.

Capitulo I: El engaño.

Ante todo la valentía. Solo había una forma que podían lograr esto. Ya estaban a punto de lograrlo, no podrían fallar, o toda la humanidad llegaría a su fin. Todos los guerreros habían caído en batalla, solo ellos tres quedaban, además de los subordinados del Dios del trueno. Tal vez, podrian lograrlo. Tal vez…

La muerte ya los había abrazado, ya nos le daba miedo.

Para ellos, no existía el dolor.

Quiero decir que ellos murieron como héroes. Si bien nunca se habían interesado en nuestro bien, gracias a ellos estamos a salvo, una vez mas. Pero ya no se saba nada de ellos. Ya no están.

Edenia
03:44 p.m.
Ubicación desconocida.

Los guerreros de la Academia Wu Shi, se dirigieron hacia donde estaba el cadáver de su mas temido enemigo. Se encontraban en Edenia, situado en Outworld, había anochecido, y caía una fuerte lluvia, que no lograba apagar las llamas de las antorchas. El lugar donde se encontraban estaba destrozado, asi mismo, los que habían ocasionado aquella destrucción.

Liu Kang, dirigido hacia el cadáver, se vestia con un manto marron, el cual le cubria desde la cabeza hasta los pies. De no ser por la antorcha que llevaba en la mano izquierda, no hubiera podido ver nada, debido a la oscuridad. Liu Kang miro al cadáver. Tenia clavado un Kunai en el pecho, pero el golpe de gracia, que seguramente lo había llevado a la muerte, había sido la espada que tenia clavada en la cabeza. El cadáver daba muchas señales de lucha, antes de la muerte había luchado hasta el cansancio, pero al fin había caído.

Su primo, Kung lao, se acerco a un costado de Liu Kang. Observo al cadáver, meditando su estado. Miro a Liu Kang, asintió con la cabeza, se dio media vuelta y grito:

– ¡Maestro, Shao Kahn ha muerto!

Raiden se acerco, con su característica arma en mano. No encontraba ninguna señal de los guerreros, pero se olvido de ellos al ver a Kahn. Sonrio. Sabia que lo lograrían. Pero pronto un recuerdo lo hizo estremecer. No sabia como se encontraban los guerreros en cuestión.
Se dispuso a gritar:

– ¡Encuentren a Scorpion, a Rain y a Ermac inmediatamente!

Tenia que encontrarlos, no pudieron haber muerto. Habian salido victoriosos. Habian encontrado la forma de matar al ser mas peligroso del universo, por ahora. Pero, ¿Quién sabia con que se encontrarían ahora?

Raiden se quedo meditando, mientras los guerreros buscaban a su derredor; la lluvia no había parado, y cada vez la noche se iba haciendo mas oscura, asi como las posibilidades de encontrar a los tres guerreros.

3 años antes…

Earthrealm
3:30 a.m.
Cercanias del clan Lin Kuei.

Hanzo Hasashi se encontraba muy cansado. Caminar por la nieve no le era fácil. Sentia que el corazón le podría reventar en cualquier momento, y estaba cansado de evadir a los Tengu, ya que si combatia con ellos en ese lugar, caería fácilmente. Mejor era dejar que los Lin Kuei se encargaran de ellos.

Hacia un frio bestial. El viento, que congelaba a Hanzo, le impedia caminar con rapidez, además de la nieve que se había acumulado bajo sus pies. Pero no le importaba eso ahora, debía llegar rápido para acabar de una vez.

Llego a la puerta de la muralla del clan.

– ¡Kuai Liang! – grito, sujetando firmemente en su mano derecha su kunai.

– ¡Kuai Liang! – volvió a gritar. Debia superar el ruido del viento si quería que lo escucharan.

– Retirate por donde llegaste, Shirai Ryu. No se cuales sean tus propósitos, pero no me interesan en este momento. – dijo Kuai Liang, cuando otros soldados Lin Kuei le abrieron la puerta.

– No vengo a luchar, Lin Kuei. Vengo a ofrecerte paz. No solo con nosotros, sino con todo el clan. – Le dijo Hanzo, que se había puesto al frente de Kuai Liang.

– Ya nos habíamos puesto de acuerdo, Hanzo. El trato ya esta hecho. – Le dijo el cryomancer.

Hanzo lo miro fijamente. Debia llegar al grano de una vez por todas.

– ¿Aceptarias unirte conmigo en una batalla contra el ataque de Kahn contra Earthrealm?
Al cryomancer casi se le salen los ojos de los sorprendido que estaba. A lo mejor no había escuchado bien, después de todo, había mucho viento…

– ¿Co… como has dicho? – preguntó el cryomancer

Earthrealm
3:40 a.m.
Clan Lin Kuei.

Hanzo y Kuai Liang se encontraban en un epecie de jardín. Debido al frio que hacia, las mayorías de las plantas estaban congeladas. Estaban sentados frente a frente, con una mesa en frente. Un soldado Lin Kuei les servía una infusión de té. Hanzo empeso a hablar.

– A Shao Kahn se lo creía muerto después del torneo. Nunca aceptaron la advertencia de los sabios, quienes decían que el mal en su cuerpo aun seguía vigente. Era como una especie de llama que nadie podía apagar, ni siquiera la muerte. La academia Wu Shi nunca llego a imaginar que esto ocurriría. Y de hecho, estaba fuera de la imaginación, pero tenemos a guardias Shirai Ryu en las afueras de Outworld, y avisaron que vieron a Kahn, dirigiéndose con un grupo de soldados que no han sabido identificar. Junto a la Academia Wu Shi hemos repasado miles de veces la situación, pero nadie nos puede dar una explicación. Para los hechiceros, es totalmente imposible que haya conseguido volver a la vida. A menos…

Hanzo se detuvos. Supo que Kuai Liang sabia que quería decir.

– A menos de que un Dios Ancestral lo este ayudando. – Concluyó el cryomancer.

– Exacto. Hemos supuesto de que podría ser Shinnok. Es decir, que lo esta ayudando a revivir, y futuramente a gobernar Earthrealm.

El cryomancer levanto una ceja.

– Creia que tanto Shinnok como Quan Chi estaban encerrados en el Netherrealm.

El espectro negó con la cabeza.

– No te olvides de la Hermandad de la Sombra, cryomancer.

– Los creía derrotados.

Hanzo volvió a negar con la cabeza

– Los derrotaron, a casi todos. Quan chi quedo con vida, además de gran parte de sus soldados. Creemos que convencerá a otros clanes a que se unan a ellos, prometiéndoles cosas falsas, que nunca dará, haciéndoles creer que están haciendo lo correcto. Probablemente, esto ayudara a Shinnok a salir del Netherrealm, y hara revivir a Shao Kahn, y si lo hace, Kahn cumplirá su deseo de conquistar Earthrealm. Cuando esto pase, Shinnok y Quan Chi simplemente mataran a Shao Kahn para quedar solo ellos como emperadores de Outworld y Earthrealm. Si todo esto que suponemos es cierto, Shao Kahn ya a revivido, y junto con Shinnok, Quan Chi, y quien sabe que mas clanes, trataran de invadir Earthrealm. Es la penúltima fase de su plan. Si es que nuestra suposición es cierta.

Kuai Liang se quedo mirando al infinito. Podria ser que el mitad espectro, mitad humano de Hanzo se equivocara, pero no se podía arriesgar. El solo pensar en todo lo que se podrían enfrentar, le provocaba escalofríos. Deberian unirse todos los demás clanes restantes. Era la única salida, por ahora. Le hubiera gustado tener un poco mas de tiempo para pensarlo, pero debía actuar rápido si no querían fallar en el intento de salvar a la tierra una vez mas.

Hanzo se levanto, y le extendió su mano derecha. La otra se la puso en el pecho.

– Espero tu aprobación, Kuai Liang.

El cryomancer lo dudo un momento. No es que estuviera peleado con Hanzo Hasashi, pero unirse con el para una batalla era otra cosa totalmente diferente. Pero lo tenia que hacer, si era verdad lo que el Shirai Ryu decía. Se levanto y le estrecho la mano al espectro.

– Acepto, Shirai Ryu. – Le dijo Kuai Liang.

Hanzo simplemente se limito a retirarse, debía seguir consultando clanes, ya que tenia muy poco tiempo. Ahora debía convencer a otro ser. Este le seria mas fácil.

Outworld
?:?
Cercanias de la ciudad de Lei Chen

Hanzo se había transportado al Outworld, pero no encontraba por ningún lado al sujeto que debía convencer a continuación: Ermac.

– Disculpe, aldeano, ¿Ha visto a algún ninja vestido de rojo? – le pregunto Hanzo a un aldeano, que estaba arreglando su casa hecha de barro y piedra.

– No, forarestero. El único ninja aquí eres tu.

– ¿Al menos podría decirme donde me encuentro? – Pregunto Hanzo.

– En Lei Chen. Ahora, si no te molesta, debo terminar de trabajar.

Hanzo se iba a retirar, pero escucho una voz de una mujer a espaldas suyo:

– ¡No, dejen mi casa! ¡Por favor, que alguien me ayude!

Parecia una mujer asustada. Tenia el cabello largo hasta la cintura y estaba frente a un par de Tarkatans. Al parecer, los Tarkatans solo querían molestar. Hanzo no se lo pensó dos veces y se dirigio a la casa.

– ¡Dejen a la dama en paz! – Dijo cuando llego a la casa.

Los Tarkatans solo lo ignoraron y siguieron hablando en su extraña lengua. Hanzo, que odiaba que lo ignorasen, tomo a un tarkatan del cuello, y lo arrojo hacia atrás. El otro Tarkatan trato de atacarlo, pero gracias a la rapidez de Hanzo, pudo derribarlo junto con el otro Tarkatan.
El aldeano con quien estaba hablando recién, se dirgio a hablarle.

– Esa mujer no debería vivir aquí. Si no eres fuerte, no sobrevives, asi de fácil. Los Tarkatan debieron haberla matado – dijo, pero Hanzo no le presto atencio, asi que el aldeano continuo trabajando.

Hanzo pozo su vista hacia la mujer. Vestia un camisón, que le llegaba hasta casi las rodillas. Llevaba unas botas negras que le llegaban hasta un poco mas debajo de la rodilla. Estaba acurrucada contra una esquina, pero ya se había tranquilizado un poco.

– Señora, ¿se encuentra bien usted? – Le pregunto Hanzo. La mujer lo miro detenidamente antes de contestar. Le llamaban la antencion los ojos en blanco de Hanzo.

– Emm, si. Supongo… que… Si, supongo que si. Gracias. De no ser por usted, el sueño de aquel aldeano se hubiera hecho realidad. – Dijo señalando al aldeano que seguía trabajando.

Hanzo se volvió para mirarla.

– Me llamo Hanzo Hasashi del clan Shirai Ryu, mi estimada. Me dirijo de Earthrealm en busca del ninja rojo Ermac.

– Yo me llamo Aaskargad, vengo de Edenia. Que casualidad que… – La mujer no pudo terminar porque el aldeano empezó a hablar.

– Ahh, ¡Edeniana! Con razón, a todos ustedes los deberían borrar del mapa. No son mas que unos bichos que se creen príncipes de este lugar. Con razón no tuvieron problema en ganarles diez torneos consecutivos.

La mujer solamente lo ignoro y continuo hablando.

– Ermac es mi hermano, o bueno, un especie de hermano. Cuando llegue aquí no sabia que hacer, y el siempre estuvo dispuesto a ayudarme. Lo considero como un especie de hermano. Creo que se encuentra en Beetle Lair. Esta en lo alto de aquella montaña, ¿lo ves?.

Hanzo asintió con la cabeza.

– ¿Qué es lo que le vas a decir? – pregunto la mujer.

Hanzo se quedo pensando, y se dio cuenta que estaba en el mundo de donde Shao Kahn estaría planeando su ataque.

– Disculpe señora, pero ¿Ha visto al emperador Shao Kahn por aquí?

– ¿A Kahn? ¿Acaso no estaba muerto?

Hanzo negó con la cabeza.

– No intereza, olvidese de lo que le he dicho, y tenga mucho cuidado con los Tarkantans, que por ahora se han ido, pero volverán. Y los vecinos por aquí tampoco son muy amigables, por lo que veo. – Dijo, señalando al aldeano a su espalda.

– Bien, pero venga a visitarme antes de irse. Tal vez pueda ayudarme con un problema. – Le dijo Aaskargad.

– Bien, en cuanto termine de hablar con Ermac, volveré a hablar con usted. Mientras tanto, tenga cuidado de los Tarkatans. –

Hanzo se alejo, y se encamino a la montaña que le había mencionado Aaskargad. Escalando la montaña, Hanzo se disponía a hablar con el segundo sujeto que los podían ayudar: Ermac.


NA: Bueno, esta es mi primer Fic, pero no mi primera historia. Hace rato, he estado pensando en subir esta historia, pero no estaba muy decidido a hacerlo. Si les gusta, haganmelo hacer saber mediante Reviews xD. Si les gusta, la continuo, si no, la dejo por aca. Acepto cualquier tipo de criticas. De hecho, ante cualquier minimo error, haganmelo saber asi lo corrijo. Necesito que me corrijan ya que soy nuevo. Bye!