Capítulo 1
Capítulo beteado por Pulpi Mortensen y Flor Carrizo, Betas de Élite Fanfiction.
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Jasper POV
Tres años antes…
Era noche buena y, como siempre, mis padres brillaban por su ausencia; ellos estaban en otro de sus viajes de negocios y mi pequeña hermanita, Rose, esperaba sentada en el pequeño sofá frente a la puerta que ellos llegaran. Yo ya no me hacía ilusiones de que en alguna fiesta especial estuvieran con nosotros, desde pequeño comprendí que era yo solo y Nani Esme. Después, cuando nació Rose, pensé que ellos cambiarían, pero eso no pasó. Y allí estábamos, esperando. Por mí estaría bien irme con mis amigos y mi novia María, pero mi pequeña hermanita no pasaría por lo mismo que yo.
Vi que se estaba quedando dormida, sus hermosos rizos dorados enmarcaban su carita.
—Hey, Rose, despierta, nena, vamos, te llevo a la cama.
En cuanto quise tomarla en brazos, se sentó y sus ojos aceitunados, una réplica de lo de mamá, me miraron fijamente.
—No, Jazz, por favor un ratito más, sé que van a llegar…
¿Cómo negarle algo cuando sus ojos se llenaban de lágrimas? Rose, a sus escasos siete añitos, era una belleza despampanante y nos llevamos diez años; no sabía qué haría cuando ella tuviera diecisiete y yo veintisiete y algún cabrón se le acercara.
—Está bien, sólo un rato más, después nos iremos a dormir.
Se escuchó el timbre de la casa y vimos pasar a una de las chicas del servicio.
—Jasper, este señor busca algún familiar de tus padres.
—Gracias, Carmen, puedes retirarte. Buenas noches, señor, soy Jasper Hale.
—Buenas noches, Jasper, necesitamos hablar contigo. Mi nombre es James Witherdale, creo que lo más conveniente es que sea a solas y con un adulto —dijo viendo a mi pequeña hermana.
—Eh… sí, claro. Rose, cariño, ¿por qué no vas a tu recámara, por favor?
—Pero, Jazz, tú dijiste que podía quedarme.
—Rosalie, ve a tu recámara. —Ella se dio la vuelta y corrió hacia las escaleras—. Sígame, por favor, en un momento llamo a nuestra niñera.
Pasamos al despacho de mi papá y llamé a Esme para que ella estuviera presente como adulto.
—Oye, Nani, el señor que llegó quiere que algún adulto esté presente para hablar conmigo, ¿podrías venir, por favor?
—Claro, cariño, dame sólo un segundo.
Ella está en la cocina, guardando algunos restos de comida que dejamos.
—Alice, guarda el resto de la comida —pidió a una de las chicas nuevas.
Los dos salimos de la cocina y nos dirigimos al despacho para encontrarnos con el señor James.
—Buenas noches, señora, soy James Witherdale, oficial forense de Seattle. Sé que está es una fecha importante, pero tengo malas noticias para ustedes. El señor y la señora Hale tuvieron un accidente trágico en el cual perdieron la vida, necesitamos que alguien identifique los cuerpos.
No, eso no podía estar pasando, no podíamos quedarnos solos…
—Dios santo, ¿podría ir yo? Él aún es menor de edad.
Yo seguía en shock, ¿cómo le iba a decir a Rose lo que había pasado? No me había dado cuenta hasta ese momento que estaba llorando, tenía que reprocharles a mis papás que no estuvieran con nosotros, pero yo los quería.
—Oh, cariño, no llores, yo entraré, no permitiré que pases por esto.
Me abracé a Esme y lloré como nunca había llorado, estábamos solos.
—¿Cómo se lo voy a decir Rose, es tan pequeña, cómo lo va a tomar?
—Shhh… tranquilo, se lo diremos los dos ¿sí? Entiende algo, no estás solo.
Esme me tenía abrazado y ni siquiera me importaba que un extraño me viera llorar.
—Tienen que acompañarme, por favor, se tienen que arreglar unos papeles, Lo más recomendable es que un familiar directo los haga —explicó el oficial.
—Esme puede hacerlo, es nuestra niñera —respondí. No quería hablarle a los tíos ellos vivían en Londres y tardarían en llegar.
—Lo siento, pero eso no se puede y tú no lo puedes hacer siendo menor de edad.
—Tiene unos tíos pero no viven aquí, están en Londres, se les podría avisar a ellos. —Alcancé a escuchar lo que le decía Esme, pero sólo podía pensar una cosa, cómo iba a hacer para darle la noticia a mi pequeña.
El policía no vio inconveniente que Esme reconociera a mis padres, ya que mis tíos tardarían unos días en llegar. Había tenido que esperarla cerca de la morgue, ese lugar era tan horrible y frío; pero yo sólo seguía dándole vueltas a cómo decirse lo a Rose.
Cuando salimos de allí yo sólo quería ir verla, pero sabía que ya estaría dormida.
Esme no tardó mucho en salir junto con Carlisle y el policía, el último se fue en dirección contraria en la que me encontraba yo. Carlisle y Esme me veían con lástima y el dolor se veía en su rostro.
—Lo siento tanto, Jasper. —Carlisle siempre había estado con nosotros, al igual que Esme, para mí era como otros padres—. Tenemos que firmar unos papeles del reconocimiento, pero dado que no somos familiares directos tuyos no nos pueden entregar los cuerpos.
Estábamos en camino a la casa, ya casi amanecía, y llegaría el momento de darle la noticia Rose.
—Vamos, cariño, te voy a dar algo de comer.
—No, gracias, no tengo hambre, prefiero ir a ver un ratito a Rose. —Traté de hacer mi camino hacia las escaleras pero Esme me detuvo.
—Nada de eso, jovencito, tienes que comer algo. Además aún es temprano y mi pequeña está dormida.
Me obligaron a comer y descansar un rato, desperté como a las nueve de la mañana y pensé que todo había sido una pesadilla; pero al bajar a la cocina encontré a Rose sentadita tomando su desayuno y supe que no era así.
—Buenos días, hermosa, ¿cómo dormiste? —la saludé. Su mirada cayó en mí y me sonrió. Oh, mi pequeña, cuánto sufriría.
—Buenos días, Jazz, bien… todo bien ¿Desayunas conmigo?
—No tengo mucha hambre, peque, de hecho tengo algo que decirte…
¿Cómo diablos se le decía a una niña de siete años que sus papás murieron?
—Verás, cariño, ¿te acuerdas del señor que vino anoche?
Ella sólo asintió, llevándose una cucharada de cereal a la boca.
—Pues… él vino a informarnos que nuestros papis tuvieron un accidente.
—¿Un accidente? ¿Como los de las películas que ves? —Asentí con la cabeza—. ¿Entonces vamos a ir a verlos al hospital?
—No, cariño, nuestros papis no están… —Me corté y respiré profundo—. Ellos están en el cielo, junto con los abuelos.
—Si ellos están junto a los abuelos, quiere decir que ellos murieron, ¿como Pelusa? —Sus ojitos se estaban llenando de lágrimas y eso me partía el corazón—. No… no es cierto, mis papis no.
Rose se bajó del taburete y corrió a hacia su cuarto.
—Espera, Rose… ¿Y ahora qué hago? —le pregunté a Esme.
—Ve con ella, ambos se necesitan en este momento.
Y así lo hice, fui al cuarto de mi pequeña.
—Rose, lamento haberte dado esa noticia, si por mi fuera te salvaría de todo esto.
—Tú no los querías, por eso tuvieron ese accidente y nos dejaron —dijo llorando
Eso me partió aún más el corazón. Ella pensaba que era mi culpa…
Un día después llegaron los tíos de Londres y se empezó a organizar lo del funeral. Todo trascurría en cámara lenta, pero aun así el funeral pasó rápido. Después de eso, mis tíos, el abogado de mis papás y el policía que vino a avisar lo sucedido, estaban hablando en el despacho que era de papá.
—Por consiguiente, usted y su esposa son los únicos familiares directos que tienen los niños, si ustedes no se hacen cargo de ellos irán a un orfanato.
En cuanto escuché eso me alejé de la puerta, yo no dejaría que pasara eso y que me separan de Rosalie. Así que fui por ella a su cuarto, hice unas pequeñas maletas y tomé todo el dinero que teníamos ahorrado, no era mucho pero de algo le serviría.
—Rose, cariño, ven… vamos a dar una vuelta al parque, ¿sí?
Y así fue como empezamos a vivir en la calle y en albergues.
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Tiempo actual…
Ese día se cumplían tres años de la muerte de nuestros padres y estábamos en uno de los albergues buenos, ya que en el resto teníamos que compartir un cuarto por lo menos con otras dos familias, pero en ese teníamos uno para nosotros solos. Y ni hablar de los de los más pobres, en los que no me dejaban estar con Rose ya que yo era mayor de edad; en esos momentos mi pequeña lloraba toda la noche, porque a veces dormíamos en el suelo de lo llenos que estaban. Por esa razón tratábamos de llegar temprano a uno de los tres buenos.
—Oye, Jazz, para año nuevo podemos venir aquí de nuevo, tienen buena comida. —Rose tenía la boca llena con sopa de espagueti—. Hace mucho que no probábamos algo como esto. ¿Cuando vamos a ir a visitar a Esme y a Carlisle? Los extraño mucho.
—Le hablaremos mañana a Esme, ¿sí, chaparra? Para que nos veamos en un parque.
Después de que nos fuimos, nos estuvieron buscando pero yo estaba asustado de que me separan de Rose y no volvimos. Cuando quisimos ir a ver a Esme y Carlisle, vimos a unos policías en su casa y le dije a Rose que no podíamos verlos, pero ella no paraba de llorar por su Nani.
Esa noche dormimos cual bebés, no hubo pesadillas de ninguno de los dos. Me desperté casi a las cinco de la mañana, ya que había hecho algunos trabajos y le compré una muñeca de trapo a Rose para ella llegaba Papá Noel. En cada cuarto había un pequeño árbol de navidad, dejé la muñeca en el tocador y regresé a dormir por lo menos media hora más.
A eso de las siete de la mañana un cuerpecito saltó a la cama, despertándome.
—Jazz, despierta, vamos abre esos ojos.
Seguí con los ojos cerrados para ver qué más hacia y en un momento después sentí su pequeño cuerpecito a mi lado.
—Sabes algo… ya tengo diez y sé que eres tú el que me compró la muñeca, gracias… ¿te digo otra cosa?, gracias por ser Papá Noel y por cuidarme todo este tiempo. —Cuando dejó un beso en mi mejilla sentí una pequeña gota en la misma, la rodeé con mis brazos—. Te quiero mucho, hermanito.
—Yo te amo, chaparra, nunca lo olvides. ¿Te gustó a pesar de que ya tienes diez? —La giré en la cama y le empecé a hacer cosquillas.
—Para, por favor, Jazz, para… —Su risa inundó la habitación .
—No hasta que me digas que te gustó.
—Me encantó, Jazz, me voy hacer del baño, para. —Detuve el ataque de cosquillas.
—Anda, vamos a bañarnos y le hablamos a Nani para ver si nos podemos ver…
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Al otro lado de la ciudad…
Bella POV
Estaba muy dormida cuando fui despertada por mi flamante esposo, Demetri Vulturi, hijo de Aro Vulturi, el mejor amigo de mi padre. Mi matrimonio fue arreglado hace dos años, cuando la empresa de mi padre estaba prácticamente en la quiebra Aro Vulturi le prestó el dinero para reactivarla con la condición de que yo me casara. Así fue como sólo con veintitrés años estaba casada.
Y no, eso no era lo peor. Para mi desgracia y para ocultar las preferencias de mi esposo, mi querido suegro quiso que me casara con su hijito que era gay. En los medios de comunicación italianos había rumores de que el hijo del gran empresario Aro Vulturi tenía una relación con su guardaespaldas, Felix Cudmore, y Aro, siendo un padre tradicionalista, tenía que hacerse cargo de la situación. Cuando tuvo la oportunidad al ver a mi padre tan desesperado la tomó. Para mi desgracia, a mis padres lo único que les importa era el dinero, yo me enteré de que mi esposo tenía otras preferencias el primer día de la luna de miel. No tenía una relación mala con Demetri, éramos muy buenas amigas.
—Anda, floja, tenemos que ir al desayuno que dan tus papás y yo tengo que hacer cositas por la tarde.
—Ve tú solo, por mí puedes decir que me fui a China, ayer llegué muy noche.
—Bella, tenemos que ir y aparentar ser la pareja feliz.
Me tape aún más con el edredón.
—No quiero, será lo mismo que ayer con sus estúpidas preguntas de cuándo tendremos hijos y me estoy empezando a hartar de esto.
Él me quitó el edredón de la cara y aparecieron sus ojos verdes.
—Lo siento mucho, Bella, daría cualquier cosa por no arruinar así tu vida… Tuvo que pasar algo con Jacob ayer para que estés así, ¿qué te dijo?
—Se cansó de que tuviéramos que vernos a escondidas y terminó conmigo…
Mis mejillas ya estaban llenas de lágrimas. Jake había sido el amor de mi vida desde el instituto y él era uno de los pocos que sabía la verdadera razón por la que me casé con Demetri.
—Él quiere una familia.
—Oh, cariño, ¿qué te puedo decir yo que aún no sepas? Lo siento, pero si digo lo que soy papá me quitará todo y yo no quiero dejarte en la calle cuando nos divorciemos, sé que te mereces ser feliz, sólo tenemos que esperar unos días más a que todo pase a mi poder.
—Pero es que el ya tiene a alguien más… —Y yo ya no podría hacer nada contra eso—. Va a tener un hijo con Leah —expliqué y el llanto fue más fuerte después de decir esas palabras.
—Oh, cariño, lo siento mucho. —Los brazos protectores de Demetri me rodearon—. Sé que es un momento difícil, pero si no vamos a la comida de tus papás va a ser peor. Vamos, anda, arriba… Te voy a preparar tu desayuno favorito, te quiero duchada en veinte minutos y empiezan a partir de ahora.
El desayuno en la casa de mis padres fue lo mismo de siempre. Mis primas, Tanya y Kate, estaban con sus respectivos esposos y sus hijos. La pequeña Irina estaba en los abrazos de su padre, Alistair, era una pequeña muñequita rubia tan hermosa como su madre y el pequeño, Emmett, brincaba entre Kate y Garrett.
—Tía Bella, mira lo que me trajo Papá Noel. —Él traía un carro de madera en sus manos—. Mira, papá, lo trajo de México, ¿verdad que está padre?
—Cariño, está hermoso y dime… ¿cómo te has portado?
—Super bien, tía Bella, mira también me trajeron una moto, sólo que mamá no me dejó traerla. —Fue cuando llegó Demetri con las bolsas de regalos.
—Jo, jo, jo… llegó Santa, ¿dónde están los niños de esta casa? —Emmett brincaba delante de él.
—Aquí, tío, Irina está pequeña para que hable —él seguía dando brinquitos delante de nosotros.
—Emmett, es pequeña pero también le trae cosas Santa. —Me acerqué a Alistair—. ¿Puedo?
—Claro que sí, aquí la tienes —respondió entregándome a la pequeña—. Mira, Bells, te ves tan bien con un pequeñín en brazos, no entiendo por qué no quieren tener hijos.
—Bueno, tan sólo llevamos dos años de de matrimonio, no tenemos prisa; queremos viajar, conocer muchos lugares, ¿verdad, amor? —Demetri me salvó de dar explicaciones.
—Oh, Bella, cariño, ¿a qué hora llegaron? Tu padre los está buscando, quiere hablar con ustedes.
Seguro quería hablar de negocios, y yo odiaba que quisiera hacerlo en esos eventos.
—Por fin, ya llegaron. Síganme, tenemos que hablar. —Sip, ese era mi papá, Charlie Swan, así era él.
Lo seguimos por la casa hasta llegar al despacho, en el cuál estaba Aro.
—¿Qué haces aquí, papá, por qué no me avisaste que venías?
—Tienen que ir la fiesta de año nuevo, es una cena muy importante para nosotros, de ella depende de un buen negocio —dijo sin saludar ni responder mientras nos extendía un papel con un sobre—. Esta es la dirección y la invitación.
—Carmen y Eleazar Hale… es el hermano de Alec Hale —preguntó Demetri pensativo—. ¿Alec falleció hace unos años?
—Sí y ellos se quedaron con la empresa y la herencia ya que sus hijos no a parecen.
—Ese muchacho, Jasper, siempre le sacó canas verdes al pobre de Alec…
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Jasper POV
Llegamos a la casa de Esme, Rose estaba feliz porque podría ver a su Nani, a su tía duende Alice y a su tío Edward.
Hace unos años Alice y yo habíamos tenido un pequeño romance, ella era una chica linda y hermosa y se merecía lo mejor. Lo nuestro no llegó más allá de un amorío de adolescente y tiempo después ella conoció a Edward Masen. Después de un año y medio de novios se casaron, tienen una pequeña niña, Ava, de un año de edad.
—Oh, mis niños, me da tanto gusto tenerlos aquí. —Esme tenía en brazos a Rose que parecía un pequeño mono enroscado en su cuerpo.
—Hijo, que bueno que están aquí. Mi querida mujer estaba desesperada por verlos, anda, entra que hace mucho frío. —Carlisle era como mi padre, como Esme mi madre, ellos siempre estuvieron para mí.
Al entrar a la casa estaba tan hogareña, con un olor a ponche magnífico y el árbol de Navidad repleto de luces, esferas y fotos de de ellos mismos. La pequeña chimenea estaba encendida con siete botas tejidas en ella con los nombres de cada uno de nosotros.
Edward estaba al lado del árbol con la pequeña Ava en sus brazos y Alice tenía a Rose en su regazo, entregándole un paquete, que en un par de segundos ella abrió. Me sorprendió que a ellos no les dijera quién era Papá Noel.
—Mira, Jazz, es un vestido hermoso, me lo dejó Papá Noel con Esme, y también me dejó esto, mira… es un celular, ¿no crees que es genial?
—Seguro tienen hambre, voy a traerles algo de comida, mis niños. —Y así Esme desapareció en la cocina.
—Hola, Jazz, tu ahijada está ansiosa porque la cargues.
La pequeña Ava brincaba en los brazos de su padre.
Nos sentamos a comer un buen trozo de pavo y un poco de pierna y espagueti.
—Oye, Jasper, tengo un trabajo entre manos, pero nos hace falta uno; Jared se enfermó. Acomodaremos autos, ¿qué dices? Es el día de año nuevo y así tendrías algo de dinero para empezar el año.
—Rose se puede quedar con nosotros mientras ustedes van y trabajan —dijo Alice mientras le trenzaba el cabello a Rose.
—¿Y puedo ayudarte a cuidar a Ava? —Mi hermana estaban tan emocionada que le brillan sus ojos.
—Gracias, eso sería genial un poco de dinerito que no nos vendría mal.
—Y podríamos quedarnos aquí unos días, ya me cansé de andar de un lado a otro y ya viste que ya no hay policías, tal vez ya no nos buscan.
Lo único que pude hacer ante el comentario de Rose fue agachar la mirada. Ella ya me lo había dicho un par de veces, pero a mí no me gustaba dar lástima; aunque también entendía a mi pequeña, prácticamente era una adolescente.
Pasamos los días siguientes en casa de los Cullen, ya que Edward y Alice se fueron a su casa, Rose se quedó en la habitación que era de Alice.
Edward llegó por mí el martes por la tarde, me prestó un pantalón de vestir negro y una camisa blanca y un chaleco rojo, la ropa adecuada para el trabajo.
Llegamos al lugar donde trabajaríamos esa noche, era un gran salón de fiestas; por lo que se podía ver era un gran evento.
—Mira, Jasper, te presentó a Sam es nuestro jefe. Él es Embry y este es Seth, nuestro cachorrito, es hermano de Sam — Edward me presentó a los demás.
—Ok, chicos, recuerden que tienen que ser rápidos, tendremos por lo menos ochocientos carros que acomodar. Eric, por favor, no te quedes admirando los autos que te gusten y por lo que más quieran sí ven a una mujer hermosa , no se le queden viendo mucho tiempo. Chicos, no queremos tener algún problema con un marido celoso. Ahora sí, a trabajar.
Sam nos dio unas instrucciones más y todos tomamos nuestros puestos.
—Aquí vamos, Jasper, no lo olvides, nada de tomar algo de los autos y no observes demasiado a las mujeres.
Así estuvimos un buen tiempo, llevando autos carísimos al parking. En uno de los tantos viajes pude estar de nuevo de un Bentley.
—Vamos, muévanse, chicos, nos faltan unos cuantos más. Edward, tu chico es bueno, lo quiero en el próximo equipo.
—No lo dudes, aquí está para la próxima, ¿no es así, Jazz?
Asentí con la cabeza, era genial trabajar, quería que Rose regresara al colegio luego de todo lo que habíamos pasado ese tiempo.
—Vamos, Jasper, despierta… hay trabajo que hacer. —Edward me sacó de mis pensamientos.
Justo en ese momento llegó un auto, un mini Cooper. De él salió un ángel, la chica más hermosa que había visto, con su hermoso cabello castaño y unos impresionantes ojos color chocolate.
