Una caída
Y otra
Y otra más
Habia perdido la cuenta de las veces que se habia caído, pero el muchacho luso se seguía levantando y cogiendo la espada poniéndose enfrente de aquellos que le estaban atacando. Solo era un entrenamiento y podía para cuando él quisiera pero no quería parar, tenia que hacerse fuerte, tenia que saber luchar, tenia…tenia…tenia que proteger a Antonio. Su hermano seguía bajo el mando de los moros y él tenia que ayudarlo, tenia que proteger a su hermano.
Los tres hombres hay reunidos se miraron, aquel muchacho apenas aparentaba unos trece años y ya estaba muy herido, su cuerpo estaba lleno de heridas que sangraban y le llenaban la ropa rasgada, apenas quedaba ya nada del chaleco que llevaba anteriormente y sus pantalones estaban rasgados por las rodillas dejando verlas ensangrentadas
-Pararemos
-No, quiero seguir…e-estoy bien, tengo que seguir
-No, paramos por lo menos unos minutos
La joven nación asintió y fue a sentarse en el un lado del patio. Se examino las heridas que tenia, demasiadas pero no podía para tenia que hacerse fuerte para salvar a su hermano. Uno de los hombres que le entrenaban se acercó, su nación estaba demasiado obstinada en hacerse fuerte de la noche a la mañana, lo entendía, quería liberar a su hermano pero no iba a conseguirlo si se mataba
-Portugal, para de una vez, no sirve de nada que te apaleen
-Cállate, no me entiendes
-Si te entiendo, sé que quieres liberar a tu hermano de los moros y quieres que sea mas temprano que tarde pero no puedes hacerte fuerte asi como asi
-Yo…yo tengo que hacerlo, tengo que cuidar de mi hermanito, es lo único que me queda…tengo que cuidar de Antonio-sollozó el de aspecto menor, se lo habia prometido a su madre y a si mismo, Antonio era lo que le quedaba.
-Ve a tu cuarto y límpiate las heridas, mañana será otro dia para entrenar…
-P-pero..
-Hazlo
Paulo hizo un ligero puchero y se fue a su cuarto cojeando, iba a negar que le dolía a toda aquella persona que se lo preguntara. Llego a su cuarto y se tumbo en la cama abrazando la almohada, le daba igual manchar las sabanas de sangre y suciedad. Le dolía todo el cuerpo, no tendría que haber entrenado tantísimo pero tenia que hacerlo. Se sentó en la cama y saco de entre las ropas viejas un pergamino antiguo, era de la época de roma y lo cuidaba con mucho esmero porque no tenia otra igual. En él se podía ver a los dos hermanos sonriendo mientras alegremente, ese dibujo fue el ultimo regalo que les hizo el viejo Roma. Acaricio la cara de su hermanito.
-Te salvare, aunque me caiga mil veces mas te protegeré
Porque el luso aun recordaba las palabras que su madre les solía decir a los dos, esa frase que habia movido y movería a los ibéricos a lo largo de toda su vida
"No importa cuantas veces te caigas, lo que importa es cuantas veces te levantes y sigas luchando por lo que quieres"
…
Un one-shot cortito
Espero que os haya gustado~
Merece review?
