Éste fic participa de los desafíos de la Libreta de Rosita del foro El Poney Pisador, ~vuestro sensual foro de ESDLA.~
Y éste fic va en respuesta al desafío propuesto por Queonda: Un Galadriel/Bilbo romántico...
A lo que tengo que decir: ¡Hice lo que pude! Pero es bien Soft, bien ambiguo.
Disclaimer: Desde luego, nada me pertenece, absolutamente nada. Todo es del profesor Tolkien.
Girasol de luz.-
Era una presencia extraña pero agradable, Bilbo se había acostumbrado a ella con esa facilidad innata que tienen los Hobbits para acoplarse a todo por difícil que sea la situación. En un principio y casi siempre, la sentía más que verla, la Dama era como el rayo de luz que se filtra por la ventana pero que desaparece en cuanto uno cierra la persiana, pues cada vez que Bilbo se volvía en su dirección para comprobar si era ella o no quien realmente lo observaba, ésta desaparecía aún antes de que pudiera verle la punta de los dorados cabellos.
Intrigado por ésta extraña fijación por parte de Galadriel, Bilbo decidió emprenderse en la, a su vez, extraña aventura de sorprenderla espiándolo, — en caso de que así fueran realmente las cosas — pero resulta que hallar a un elfo cuando éste no quiere ser encontrado es una tarea realmente difícil y agotadora, así lo pudo comprobar tras infructuosas y embarazosas situaciones que no contaremos aquí pero que muchos elfos no olvidarían jamás.
Esa mañana, hermosa y fresca como todas las anteriores, Bilbo decidió tomar un descanso en la Sala del Fuego, porqué de todos los bellos lugares de Rivendel ese era el que más le gustaba, y quiera la suerte, el destino o la misma elfa Noldor, que fuera allí donde el pequeño señor la escuchara entonar una hermosa tonada que le inflamó el corazón de una ternura y amor infinito como ninguna otra cosa lo hiciera antaño. Pues Galadriel hablaba de amor en cada estrofa, de fuego y fulgor y sentimientos encontrados que no debieran tener lugar. Y cada palabra dicha por ella era deleite y calor para el pequeño corazón del Hobbit que pronto se sintió desfallecer.
Sin embargo Galadriel, consciente de la presencia del Periannath le sostuvo antes de que las rodillas le flaquearan y cayera, y así permanecieron, fusionados por el eterno segundo de la vida de los Eldar que se resume como a un pestañeo en la vida de un hombre. Unidos tal vez, por ese sentimiento mayor e incomprendido que reposa en la mente del señor Bolsón al evocar un beso que fue un mero sueño, una locura e improbabilidad.
Tal vez debería componer una canción sobre eso: del girasol que seguía la luz solar en una estancia de ensueño, aunque no sabría encontrar las palabras adecuadas para expresar algo tan complicado, como tampoco sabría decir si él fue la luz o el girasol...
Piensa en ello mientras se dirigen a los puertos grises y el sol se filtra por la ventana iluminándole el rostro, recordando aquella cálida sensación en su vientre, extraña pero agradable en sus labios, etérea pero visible como un rayo de luz que se desvanece cuando uno cierra la persiana.
''...Se escuchan voces, se escuchan ruidos
Como el murmullo de tu boca en mi oído
Como el silencio que es mi castigo
Que es mi tormenta, que es mi karma ahora
Que yo te he perdido...''— Juanjo Montecinos.-
Gracias por leer! ^0^
05/12/14
Carahue. IX región. Chile.
