¡Hola! Personas lindas, guapas y fanáticas del Korroh (se oye gritos de fangirls y fanboys), aquí les dejo mi humilde aportación a la Semana Korroh. Ando estrenando este Fandom así que me auto-felicito. ¿Que qué les traigo? Bien, un two-shot que espero que disfruten. Perdón si lo dividí, es que me quedo muy largo XD. La segunda parte será publicada muy pronto ;) Prometo no desaparecer y dejarla a medias; *Yaoming*.

Disclaimer: La leyenda de Korra no es de mi propiedad. Si no de sus creadores Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko. Y en parte, de la cadena televisiva Nickelodeon. Esto está hecho sin fines de plagio, es solo para entretener.

Pairings: Korroh. Iroh x Korra. O como quieran llamarle.

Advertencias: Mmm...*recordando* Nop, creo que ninguna. Si se me pasa algo, lo siento.

Agradecimientos: A la increíble shippeadora del Korroh, autora de la gran historia "Simple Kind of Life" y nuestra anfitriona del evento: kakatsushi *aplausos*. Gracias por crear una de las mejores semanas de mi vida (de acuerdo, creo que exageré XD). ¡Y por promover a una de mis OTP del alma! Mil besos y abrazos virtuales a distancia.


Placa de honor:

Quiero felicitar por este medio a todos/todas los/las que están participando en la Semana Korroh. Me he leído todas las historias publicadas hasta ahora y son preciosas. ¡Por los pepinillos con chile! Creo que en más de una de las historias que leí he llorado por la ternura entre estos dos :') ¡Pero que no se queden así! ¡Publiquen más! ¡Alimenten a esta fangirl que llevo dentro! (?) Ignoren eso último. Mejor me callo y dejo que sigan.

¡A leer! :D


Fuego Azul

Parte I

"En vida, si la historia va mal, es imposible que el final sea de cuento"

Suspiró cansada. Aquella historia que Jinora le estaba leyendo le recordaba, por mucho, a una situación similar que ella había vivido. "La princesa se enamoró de un príncipe, pero por muchas razones su relación no había podido darse. Se dieron la oportunidad de ser una feliz pareja, sin embargo, al final, el príncipe la dejó por no poder congeniar. Habían nacido, efectivamente, para amarse. No para estar juntos." Cuando la niña cerró el libro, la avatar le dedicó una sonrisa forzosa. La historia no había terminado, faltaba un capítulos. Aunque, al parecer, la infante maestra aire notó el semblante triste de la mayor, por lo que decidió darle fin a la lectura de la novela por ese día.

-¿No vas a terminar de leerme la historia?-Preguntó. No era que se muriese de ganas por saber como concluía. Es solo que, realmente sentía que si aquella princesa ficticia podía tener un final feliz, ella también podría.

-Toma.-Le dijo Jinora extendiéndole el libro.-Es un libro realmente bello, la mayor parte parece de pena y desconsuelo. Ya sabes, donde a la protagonista le ocurren todo tipo de "malos ratos" con el chico que ama.- Korra rió, eso era justamente lo que pensaba.- Pero lo más interesante es la manera en la que termina.

La morena se sintió de pronto divertida.-¿En serio? ¿Qué ocurre? ¿Queda sola, desamparada y se tira a un acantilado?

Ambas volvieron a reír.-Nunca sabrás si no lo lees tú misma.-La pequeña bostezó.-Me iré a dormir, buenas noches.

-Que descanses.-Se despidió, mirando la portada del libro y poniéndolo sobre una mesa.

No era precisamente la chica romántica y fanática de épicas historias de amor. A diferencia de Jinora, parecía tener una mente mucho más realista e irónica con respecto al amor. No creía que "de pronto, su situación mejoro", algo que era muy común en los cuentos que la niña acostumbraba a leerle. Por favor, ¿cuándo iría a pasar algo así en la vida real? ¿Acaso de la noche a la mañana todos sus problemas desaparecerían? ¡Bah! ¡Tonterías! Se acostó pensando en que seguramente pasaría el resto de su vida sola, sin nadie a su lado que le dijera constantemente que la amaba.

Ella no creía en novelas ficticias y sus fantasías.

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Recorría sobre de Naga aquel sitio que había sido destruido por Vaatu. Era oficial, la Bahía Yue* se había llevado la peor parte del ataque. Muchas embarcaciones de las Fuerzas Unidas se veían por doquier. Por fortuna, el lugar comenzaba a tener una mejor pinta con toda la ayuda que se le estaba dando a la re-construcción. Luego, escuchó una voz a sus espaldas. Una voz que se le hizo sumamente conocida. Le pidió a Naga que se detuviera, lo cual ella hizo.

-¡Inspeccionen de nuevo esa área, soldados! No podemos darnos el lujo de tener tantas pérdidas materiales.

La avatar sonrió, por supuesto que reconocía al dueño de aquella voz.-¡General Iroh!-Lo llamó.

El aludido, que se encontraba de espaldas a ella, giró para encontrarse con la joven Avatar que corría en su dirección. Casi al instante, una expresión de felicidad se anidó en su rostro.

-Avatar Korra, que sorpresa encontrarla por aquí. ¿Cómo se encuentra?-Preguntó de manera cortés.

-Perfectamente. ¿Y usted? Veo que de nueva cuenta le han destruido varios buques.

-Los gajes del oficio.-Respondió restando importancia al asunto con un gesto en la mano.- Me tocó ver de cerca el poder de ese espíritu aquel día, de una manera nada amable, debo decir. Y por supuesto, también vi parte de su enfrentamiento con usted.

-¿De verdad?-Al ver como asentía, ella le sonrió.-Que cosas.-Luego pareció recordar algo.-Por cierto, General, quiero agradecerle de nuevo por haber intentado ayudarme aquella vez. Ya sabe, cuando ocurrió el asunto con el presidente Raiko.

-...-El guardó silencio unos segundos, como si pensara lo que le diría a continuación.-Debo confesar, Avatar Korra, que realmente me sentí culpable de no haber ofrecido más ayuda de mi parte después de ello. Sé que era imprudente ir en contra del presidente en esa ocasión, aún así, creo que me quedé corto con el apoyo que podía brindarle.

Korra enmudeció unos instantes. El semblante del maestro fuego frente a ella cambió a uno más serio y arrepentido. ¿De verdad él, una persona con la que prácticamente no mantenía una relación cercana, se estaba disculpando por no haberla ayudado? Y no solo eso, ¡si no que hasta se sentía culpable! Cuando la culpa era de todos menos de él. De ella por haber sugerido algo que, visto en retrospectiva, parecía bastante estúpido. Del presidente por no confiar en la Avatar. ¡Del idiota de Mako por abrir la bocota!

"...¿entonces porque él se sentía como el villano de la historia?"

Finalmente, halló el valor suficiente para hablar.-No diga tonterías, General. Me ha ayudado en otras ocasiones, como lo ocurrido con Amón. Así que no puedo recriminarle nada al respecto. Pero si le da tanto pendiente, me tomaré la molestia de meterme en más problemas catastróficos y poner en juego la seguridad mundial con tal de que, posteriormente, me vea en la necesidad de pedir su ayuda.-Comentó divertida.-¿Así estaría más tranquilo?

Escuchó una risa tenue por parte del heredero.-¿Sería usted capaz de tomarse tantas molestias?.-Dijo a manera de sarcasmo.

-Créame, para mí será todo un placer.-Le dijo siguiéndole el juego.

Se quedó por un rato conversando con el General. Encontró en él una persona verdaderamente agradable de conversar. ¿Porqué no habían tenido un encuentro así antes? Oh, cierto. Él pasaba todo el día fuera, su título lo requería. Y ella, bueno, no se quedaba atrás. Ser el Avatar no deja mucho tiempo de diversiones y búsqueda de nuevas amistades. Sobre todo cuando se hace un cambio de magnitud colosal como el que ella había hecho. Por "equis o por ye" razones, jamás se había detenido un minuto a charlar amigablemente con aquella persona.

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Despertó con una extraña opresión en el pecho. Sentía como si algo, desde hace varios días, hubiera cambiado dentro de ella. "Cosas de Avatar", pensó. Y se levantó de la cama dispuesta a iniciar otro día. No sin antes, dirigir su mirada al libro que Jinora le había dejado, y que seguía en la mesilla de la habitación. Dio un respingo, otro día se enteraría de como había terminado. Se dirigió a Naga, quien parecía haber despertado desde hace un rato.

-¿Qué dices amiga? ¿Nos damos una vuelta antes de que Tenzin nos cargue el día con deberes?

La hembra perro-oso polar pareció entender lo que decía, pues enseguida se incorporó junto a su compañera.

No tenía una dirección específica, simplemente paseaba por las calles de la ciudad. Miraba ocasionalmente al cielo, con varios espíritus deambulando en él. Últimamente le agradaba verlos tan seguido. Quien sabe, a lo mejor, después de todo no había sido una idea loca y descabellada dejar los portales abiertos. Para ella, que la mayoría de las cosas que hacía tenían repercusiones negativas, aquello era como un golpe de buena suerte.

De pronto, se halló frente a la Sede de Policía**, muy cerca de la institución. ¿Qué hacía ahí? ¿Qué estaba haciendo? Sinceramente no lo comprendía, tal vez de manera inconsciente una parte de ella quería volver a ver a Mako. Después de todo, desde su ruptura se habían distanciado. ¡A quien engañaba! ¡Deseaba verle la cara otra vez! Es decir, aún no había podido olvidar al "chico listo". Aún lo seguía amando, tal como le había dicho la última vez que lo vio. Lo suyo con él, aunque le costara reconocerlo, era imposible.

Entonces, lo vio salir del edificio. Una sonrisa se dibujó en su rostro, que paso a ser una expresión de amargura cuando vio el auto de Asami Sato estacionarse en la entrada. Se escondió rápidamente tras una columna. Por supuesto, la hermosa mujer de cabello oscuro había salido del vehículo, abrazando a Mako quien le correspondió. Después, simplemente ambos se subieron al carro y observo como este desaparecía en las transcurridas calles de la ciudad.

Korra bajó la mirada, gruesas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. Naga comenzó a lamer una de sus mejillas, a manera de consuelo. La Avatar le sonrió y le murmuró que no se preocupara. Sabía que había sido mala idea, no, una pésima idea ir ahí. Pero no podía evitarlo, era el hombre al que aún quería, y al que posiblemente, quisiera por mucho tiempo más. Ya iba a empezar a caminar en dirección contraria cuando algo, o más bien alguien, le tocó el hombro.

"...solía aparecer en los momentos en que más lo necesitaba..."

-¿Avatar Korra? ¿Se encuentra usted bien?- Iroh, a su lado izquierdo, le había preguntado tranquilamente.

Se sobresaltó. ¡¿Cómo?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Dónde?! ¡¿Porqué?! ¿¡En qué bendito momento había aparecido!? ¿¡La había visto llorar!? ¿¡Porqué no le dijo nada!? ¡Por todos sus antepasados! ¡¿Cómo no lo había visto antes?!

-G-general...¿qué está haciendo aquí?-Preguntó desviando la mirara, intentando en vano que su estado no se notara.

-Quedé hace unos días con la Jefa Beifong para hablar acerca del la protección reforzada que se le dará a la ciudad ahora que convivimos con espíritus.-Dijo haciendo "caso omiso" del estado de la joven.- Que bueno que la encuentro aquí, ahora podemos hablar con ella los dos.

Uh, uh. Mala idea. Ella y Lin no eran precisamente las mejores amigas por siempre. Sin embargo, no queriendo contradecir a Iroh, decidió darle una respuesta afirmativa.-De acuerdo, me parece bien.

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-Mi día era lo que se podía considerar "estupendo y hermoso", hasta el momento en que atravesó la puerta de mi oficina, Avatar Korra. Ahora viéndole la cara solo me dan ganas de pegarme un tiro en la cabeza.

Iroh cerró los ojos e hizo un esfuerzo por no reír ante el comentario de la hija de Toph. La morena, bueno, simplemente ya estaba acostumbrada a la relación de eneamigas que tenía con la mayor. Y bueno, tampoco iba a montare un escándalo por una cosilla sin importancia.

-A mi también me alegra verla, Lin.-Comentó sarcásticamente.

El puño de la mayor dio un fuerte golpe en el escritorio. Sobresaltando a los dos presentes, prosiguió.

-Jefa de Policía Lin Beifong para ti, mocosa. Que aún no se me olvida que parte de la destrucción en la costa fue por tu culpa. Ahora toma asiento y escucha como niña buena, que con quien quería hablar era con el General Iroh y no con una chica impertinente.

¿¡QUE PARTE DE LA DESTRUCCIÓN DE LA COSTA HABÍA SIDO SU CULPA!? ¡Luchaba contra un espíritu maligno de miles de años de antigüedad! ¿¡Cómo rayos esperaba que todo saliera intacto después de eso!? ¿¡A la mujer comenzaba a afectarle la edad o qué!? ¡Esa ruca, solterona abandonada, cara de pato-tortuga, carácter de macho borracho, policía de quinta! ¡Se le zafó un tornillo! ¿¡Quien se creía para reclamarle semejante estupidez!? ¡Tonta, tonta, tonta!

Respiró profundo, y forzando una sonrisa, contestó:

-Sí, por supuesto...

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-Quiero que me corrija si me equivoco, pero creo que su relación con la Jefa Beifong es algo tensa.

Lo había dicho serio, por supuesto, era Iroh. Sus intenciones con ella siempre eran las mejores. Sin embargo, esa había parecido una pregunta burlesca. En especial después de que viera "el buen trato" que le habían dado.

-¡No, que va!- Exclamó irónica- Creo que hasta el mundo de los espíritus se puede notar que ella me odia.-Suspiró.-Pero bueno, igual me animó estar al pendiente de la protección que se le dará a los espíritus.

Iroh la miró de reojo, mientras caminaban fuera de la instalación. No es que precisamente supiera cada detalle de la relación de Mako con Korra, pero no era estúpido. Sabía perfectamente que ya no estaban juntos. Lo que no sabía era la razón del término de su noviazgo. Pero por supuesto no la preguntaría, era algo totalmente carente de educación y fuera de lugar. Aunque, definitivamente si haría otra cosa.

-Avatar Korra...-Le llamó. Tenía que ser cuidadoso con lo que iba a plantearse. A ella, y así mismo.

-¿Qué pasa?-Preguntó la joven, quien ya había visualizado a Naga recostada a lo lejos en un árbol. Le hizo un gesto con la mano para que se acercara, volviendo su vista posteriormente al General.

-No quiero sonar como un entrometido, pero, si tiene algo que la haga sentir afligida y de lo cual quiera hablar...no dude en que puede contar conmigo. Le prometo que haré todo lo que pueda para ayudarla.

La forma en que Iroh había dicho esas palabras, la hizo sentir algo que desde hace mucho tiempo no sentía, apoyo. Aquel sentimiento que te produce un alivio al saber que puedes contar incondicionalmente con el cuidado de alguien. No era que no fuesen amigos, sin embargo, jamás creyó que sería precisamente él quien le dedicara una promesa tan poderosa como era aquella. Eso es algo que no te lo dice cualquiera. Menos que lo cumpla.

La Avatar sonrió, sintiendo unas increíbles ganas de abrazar al hombre frente a ella, pero se contuvo. Simplemente, musitó una palabra que pronto se acostumbraría a decirle de manera constante...

-Gracias.

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Desde entonces, la sensación de vacío en su estómago iba en aumento. Habían pasado varias semanas desde aquella promesa. Y Korra, cada vez que tenía la oportunidad de hablar con el General Iroh, acudía a preguntarle su punto de vista sobre ciertas decisiones que, por alguna razón, la tenían indecisa. Poco a poco esos encuentros fueron fortaleciendo una hermosa e inquebrantable amistad. A veces, fuera de compromisos políticos, tratados, normas y protocolos, hablaban de la vida de cada uno de ellos. De su forma de ver el mundo, de los momentos difíciles que habían pasado, de todo.

"Ella se arrepintió de no haber iniciado esa relación tan estrecha antes..."

-¿Iroh?- Le llamó. Había dejado de decirle "General" desde hace un tiempo, aunque él aún insistía en seguir dirigiéndose a ella de la manera formal.

-Dígame, Avatar Korra.-Habló despreocupado. Y a la vez, interesado en lo que quería decirle. Korra aún no sabía como aquello era posible, pero bueno, ese era Iroh.

Estando los dos navegando en uno de los barcos de su armada, en donde generalmente se encontraban, la Avatar había tenido una duda repentina en sus pensamientos. Una duda que llevaba desde hace mucho. Desde que peleó contra su tío siendo poseído por un milenario espíritu maligno, sentía que algo era diferente. En especial, desde que supo que era separarse de Raava y estar a punto de dejar este mundo. Para siempre.

-¿Alguna vez ha estado tan, pero tan cerca de la muerte, que luego de sobrevivir comienzas a ver la vida de otro modo? No lo sé como...como si las cosas cambiaran repentinamente a sus ojos...

Vio al azabache guardar silencio. Meditando cada frase de la menor a su lado. Luego rió suavemente, lo que a Korra le hizo sentirse a)ofendida y b)intrigada. ¿Acaso había dicho algo gracioso?

-Es curioso...-Dijo por fin.

-¿El qué?

-Que usted sea precisamente la que me haga un cuestionamiento como ese.- Se giró sobre sus talones para verla directamente a los ojos.-¿Ya olvidó que fue usted quien me salvó la vida? En ese caso, Avatar Korra, es la responsable de que ahora vea la vida de otro modo. Cambió algo en mí desde el momento en que la conocí. Después de conocerla, comencé a ver la vida, como dijo, de otro modo.

"El latido de su corazón no podía sonar más fuerte. La presión era tal, que pudo haber salido de su pecho..."

¿Qué? ¿Q-Qué le estaba pasando?

La forma en que la miraba, fijamente, como viento a través de su alma. La suave brisa que movía sus negros cabellos. El ambiente tan liviano por ser un viaje en barco. Si todo era tan sereno, ¿porqué sentía que su cabeza explotaría? ¿Era normal que temblara tanto y que sintiera las mejillas arder? Sintiendo un leve mareo colocó uno de sus brazos sobre el barandal del barco. El heredero se apresuró a acercarse a ella.

-¿Está bien, Avatar Korra? ¿Desea que volvamos a la costa?-Preguntó con un tono de honesta preocupación.

Ella respiró profundo.-No se preocupe, es solo un ligero mareo.-Le respondió sonriendo, mismo gesto que él correspondió.

Después asintió, confiando en su palabra.

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-¿Cómo que no es posible tener un mejor amigo hombre, siendo mujer, o una mejor amiga mujer, siendo hombre?-Preguntó alarmada Korra ante la declaración que Pema le había dado a Jinora e Ikki.

La mayor de las hermanas solo había preguntado: "Mamá, ¿es posible que dos mejores amigos de distinto género se enamoren?" Y pum, se desató el conflicto.

-No estoy diciendo que sea imposible.-Argumentó la mayor.-Es solo que, bueno, al formar una relación tan cercana y conocerse tanto el uno al otro, es normal que exista una atracción naciente entre ellos.

-¡Sí es cierto, es cierto!-Exclamó saltando Ikki.-Papi y mami fueron amigos cercanos antes de enamorarse.

-¿Eso es verdad?-Siguió con su interrogatorio la Avatar, aún confundida por el asunto.

-Así es.-Contestó Jinora por su madre.-¿Sabes, Korra? Ahora que lo pienso este gran dilema existencial se parece mucho al libro que te leía la última vez. En el, la princesa encuentra a otro príncipe, del cual se vuelve una amiga incondicional y él de ella. Eso es lo lindo de la historia, que la princesa no se queda con el que parecía ser el amor de su vida, si no que otro amor aparece en su camino y da un vuelco a la novela que...- La niña dejó de hablar, la Avatar había salido disparada.

-Creo que te dejó.-Comentó su hermana a un lado de ella.

La menor suspiró. ¿Porqué todos huían de sus historias románticas? Pero muy por el contrario, Korra no se había ido porque no quisiera escucharla. Si no, porque tenía un libro que buscar...

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-Jinora...Pssst...Jinora...Jinora despierta...¡Jinora!

La niña despertó de su sueño del país de las maravillas de una manera nada amable. Korra se encontraba a su lado con una cara de frustración y con ojos visiblemente llorosos. Eso la alertó, talló sus ojos intentando despertar mejor y se incorporó en su cama. Luego le dirigió una mirada, indicándole que le dijera que ocurría.

-Es terrible, Jinora. Es una tragedia.-Se quejaba ella.

-¿Qué te ocurre? ¿Ha pasado algo con los espíritus? ¿Tiene que ver con asuntos del Avatar?

Ella negó efusivamente.-Nada de eso. Es solo que...-Hizo una pausa de suspenso.-¡No encuentro el libro!

La niña guardó silencio unos instantes.-¿El...libro?-Preguntó confundida.

-¡Sí, sí! El libro de la princesa llorona, masoquista y que sufría mucho. Y que luego, según tú, encuentra la felicidad al final. ¡No está! Necesito saber en qué termina...

-Korra...

-¿Sí?

-Me despertaste a media noche de uno de los sueños más hermosos que he tenido solo para decirme que no encuentras una novela y que no estarás tranquila hasta que sepas el final.-Sentenció de forma rápida y con una cara de pocos amigos.

-Bueno...sí. Básicamente, sí, es eso.-Comentó avergonzada. Pero no con menos ganas de buscar el libro.

La maestro aire suspiró. Cubriéndose con las sábanas para que no la molestará más, volvió a hablar.-Lo buscaremos mañana.

-No creo que pueda esperar tanto.-Se quejó como si se tratara de años.

-En todo caso, ¿para qué quieres saber como termina el libro? Creí que ni siquiera te gustaban las novelas románticas.-Susurró mirándola a ver. La niña era lista, sabía que la Avatar no solo quería leer el libro por "pasión a la lectura", como ella tenía.

Había agarrado a la mayor con la guardia baja. No podía decirle realmente porqué quería saber el final. Es decir, no es como si pensara que estaba enamorándose de Iroh y que necesitaba saber si la protagonista había pasado por una situación similar y cómo la había afrontado. No, que va. Esas cosas no le pasaban a ella. ¿O sí? ¡No, no, no! ¡Claro que no! No podía pasar de querer a una persona a otra de una manera tan apresurada. ¡Ella no era Mako!

Con Mako, se había enamorado prácticamente a primera vista, lo cual, resultó en catástrofe. En cambio, con el joven heredado, se había tomado su tiempo en conocerlo. En saber que clase de persona era. Esas tardes platicando de sus problemas, le habían hecho ver quien era en realidad. Alguien apasionado por la vida, y a la vez, tan maduro y seguro de sí mismo. Korra se había dado la oportunidad, de mirar cada faceta de aquel hombre, antes de quererlo.

Y no al contrario, como había hecho con Mako. Primero enamorarse y después averiguar que tipo de hombre era.

"Con razón la relación había ido en picada."-Pensó.

-Es solo curiosidad.-Musito mientras se levantaba. La menor era ajena a su conflicto interno, pero podía ver como el semblante de la chica frente a ella había cambiado a uno más triste.-Lamento haberte despertado.

Y sin decir ni una sola palabra más, salió de la habitación. Con la mente y los sentimientos revueltos...

CONTINUARÁ...


¿Y bien? ¿Qué les pareció? Tengo un arma cargada lista para dispararme si no les gustó XD Porque siento que habré fallado como shipper del Korroh. No, señores, no, la historia aquí no acaba. Como dije, me ha quedado largo, y para no atrasar más mi aportación, publiqué esta parte. Aún falta lo más picante (?) De acuerdo, no mal piensen eso e.é/

Traído a ustedes desde la Wiki de Avatar:

*Bahía Yue: Es una amplia ensenada de agua ubicada en el noroeste de Reino Tierra. Conecta a la Ciudad República al mar Mo Ce, y contiene directamente a muchos de los monumentos de la capital. /*Lugar donde, según a mí punto de vista, fue donde atacó Vaatu. Y si no, finjamos que sí para que la historia tenga sentido XD Porque si eran los barcos de la armada de las Fuerzas Unidas, obviamente Iroh II tendría que ver que las pérdidas fueran mínimas, después de todo estuvo ahí cuando eso ocurrió. Iroh, no importa que no existas, tú eres mucho más perfecto que cualquier General no-ficticio.

**Sede de Policía: Es la base de operaciones de la Fuerza de Policía de Metal Control, que arrestan a los criminales en la Ciudad República./**Otro lugar donde, de nueva cuenta según mi punto de vista, es donde trabaja Mako. No ubiqué muy bien las oficinas, así que decidí hacerle como que trabaja aquí. Lo que sí estoy segura, es que ahí trabaja la Jefa Lin.

¡Mako, si estás leyendo esto perdón por cambiarte de edificio laboral! ¡Y de paso te pido perdón también por hacer que Korra se quede con Iroh y arruinarte la vida haciéndola un vacío miserable del que nunca escaparás! ¡Tú también estás guapo, baby! ¡Igual me gusta el Makorra! ¡Vales mil amiguis! ¡Te quiero, soy tu fan! :D

Bueno, y si ya terminaron de leer mis tonterías, nos vemos en la segunda parte. Y gracias de antemano a los que se tomaron la molestia de leer esta primera parte. Espero que puedan seguir leyéndome. ¡La WEEK KORROH continúa! ¡Se recaudan firmas para que los creadores hagan canon la pareja! (ok no, pero sería genial). Se despide de manera temporal su escritora y autora del fic...

Vitalka~