Los personajes son propiedad de Naoko Takeuchi

Ahí estaba yo, viendo al vacío, viendo absolutamente nada, como en un cuarto obscuro, mi vista se había nublado después de ver esa imagen grotesca delante mis ojos; un haz de luz cruzó mi mente de sien a sien, bajando a la boca del estómago dejándome un nudo en él, el corazón se me detuvo por unos segundos pero me pareció una eternidad, tanto que sentí, cómo se contraía a su mínima expresión y no quería volver a expandirse, tenía todo mi cuerpo ardiendo e inmediatamente después, llegaron las nauseas, cómo si fueran provocadas por decenas de víboras enardecidas que recorrían todo mi ser luchando por salir.

Me levanté rápidamente de la silla, haciendo más ruido del que hubiera querido, llamando la atención de todos los participantes, iniciando con los dos causantes de aquella visión y terminando con el instructor que me veía de forma interrogante, con molestia por el ruido y la velocidad en que lo hice. Salí de forma veloz sin ver ni escuchar a nadie.

Al llegar al sanitario solamente se escuchaba mi ira reflejada en el estomago, sintiendo cómo devolvía el desayuno de la mañana. En el espejo sólo pude ver su imagen… a Michiru completamente desnuda y la cara sonriente de aquel imbécil, con el torso desnudo tocándola; froté mis ojos para dejar de ver aquello pero no lo conseguía, cerré mis ojos pensando que eso bastaría pero no tenía éxito, los seguía viendo y la ira y el dolor se seguían apoderando de mi.

Escuché como entre sueños la voz de un hombre llamando a la puerta del sanitario, -Haruka ¿estás bien? – escuchaba muy lejano los toquidos en la puerta y la voz llamándome, de pronto se empezó a escuchar más cercana y de pronto me regresó a la realidad, parpadee rápidamente, vi en el espejo reflejada mi cara todavía descolocada, giré a mi alrededor y comprobé que estaba en el sanitario de la Universidad donde trabajaba Michiru, escuche la voz de nuevo – Haruka, ¿estás bien?-

Respondí lo más calmada que pude – Si Takano, estoy bien gracias, ahora regreso al salón‑ Apreciaba a Takano, nos habíamos hecho buenos amigos desde que empezamos a trabajar juntos, aunque a decir verdad, hacía dos años, todavía era mi concuño (aunque él no lo sabía).

Maldije ir a ese estúpido curso que los Directivos nos habían obligado a tomar, era para todos los profesores de la Universidad, en la cuál, dejé de ser profesora a partir de mi separación con Michiru, pero acepté dar algunos talleres de vez en cuando por petición e insistencia de mis ex alumnos y creo que más que eso, en el fondo era para seguir viéndola, quizá en mi interior, aún tenía la esperanza que todo se solucionara, que regresaríamos y estaríamos tan felices como lo habíamos sido.

En ese momento volvió a crujir mi corazón, ¿cómo ere posible que Michiru estuviera acostándose con un imbécil así? ¿cuándo MI Michiru dejó de ser MIA? ¿Cuándo y por qué permití que me contara todo sobre sus aventuras amorosas después de mi? ¿cómo permití que pasaran más de dos años sin hacer nada para recuperarla o ella para recuperarme? ¿cómo había cambiado tanto mi vida? ¿cuándo mi vida perfecta y de sueño, se volvió en una de porquería y dolor? ¿en qué momento la perdí? Y en esa última pregunta se clavó una daga en mi corazón y en mi mente, recordé el hecho que hizo que empezara a fracturarse la relación…

XXXXX

Ya estoy de regreso, gracias por la paciencia.