¡Bienvenidos al inicio de mi serie, "El Último Espíritu del Caos"!
No soy muy bueno manteniendo a los personajes en... bueno, personaje, así que me disculpo de antemano XD
Espero que disfruten este fanfic :D
Les aclaro por si no lo entienden:
- Diálogo
Pensamientos (En éste capítulo, son sólo de Discord)
- Diálogos de los otros espíritus del caos. (Spoiler: Hablan dentro de la cabeza de Discord, porque la comparten).
Oscuridad.
Bueno, en realidad no es oscuridad. Más bien es nada; una total y completa ausencia de cualquier objeto, ser, postre, color, forma, leche con chocolate…
- Sí, si, sí, ya lo sabemos, Discord; estamos aquí contigo. A menos que lo presencies en persona, no es posible entender cómo es la nada. O, mejor dicho, como no es.
- ¿Alguien lleva la cuenta de cuánto tiempo llevamos aquí?
- Meridian, perdimos la cuenta hace tanto que no recordamos cuándo perdimos la cuenta.
- Entre otras cosas. Muchas cosas, de hecho.
- Pero todavía recuerdo quién nos hizo esto. ¡Cuando salga, voy a devorar a esas alicornios!
- Nidhogg, eres un espíritu; no puedes devorar.
- ¡Discord puede!
- ¿El draconequino? Es vegetariano, ¿Recuerdas? No come pescados, conejos, vacas, ovejas, pájaros, ponies, ballenas…
- Ya cállate, Eris; juraría que me estás dando más ganas de devorar.
- Bueno, eso comprueba que estás loco, Nidhogg. Aquí dentro sólo se siente frío y la molestia de nuestra magia.
- ¿Estás insinuando que estás cuerda, Eris?
- ¡¿Qué?! ¡Caos, no! ¿Pero qué cosas dices, Silver?
Discord tenía dos opciones: o ignoraba la charla de sus compañeros de tortura (a los que odiaba más que a las alicornios que le habían hecho esto), o ignoraba la llama ardiente y destructiva que en estos momentos era su magia.
Una cosa curiosa de la magia de caos es que quiere ser usada; si no lo haces te molesta cada vez más hasta que lo hagas.
Su prisión de piedra, lamentablemente, no le dejaba hacerlo.
Sólo en sus sueños (gracias al Caos Primigenio que podía soñar) podía gastar esa magia acumulada. Eran unas pocas chispas que apenas calmaban a la bestia hambrienta que era su poder que él tanto amaba como odiaba en ese momento.
La pregunta que lo definiría todo… ¿Qué ignorar? O su magia, o sus compañeros.
Siempre podía ir a dormir e ignorar ambos.
Sí, era mejor ir a dormir…
Un sonido se filtraba a través del sello. Ponis (¡Siempre eran ponis!) discutiendo.
Conflicto. ¡Desarmonía!
Era tan sólo una chispa, pero era suficiente para lo que tenía planeado.
Transformando la chispa en magia, la posó en el sello y presionó.
Sólo debía concentrarse y se rompería. Siempre lo hacía.
Iba a ser uno de esos sueños donde se liberaba y hacía lo que quisiera, antes de despertar en la nada que era su negación de vida. Era cruel y deprimente, pero así era su día a día.
Me pregunto qué me espera esta vez…
Mientras el sello se rompía, su magia reaccionaba, dándole vida a su cuerpo. ¡Tenía que usarla!
Bueno, empecemos esto a lo grande. Con un impulso y ayuda de su magia, Discord salió despedido hacia arriba a velocidades inauditas, lanzando los restos de su prisión de piedra en todas direcciones.
Su cuerpo se deshizo en una masa de magia pura. Caos contenido que finalmente era libre.
Como un rayo violeta, el Espíritu del Caos subía y subía, abandonando su mundo y llegando a la inmensidad del espacio.
-¡Genial! ¡Ve más rápido, Discord! ¡Máximo warp!
Su magia lo impulsaba cada vez más rápido, pasando la nebulosa de magia que envolvía el planeta. Ahora el verdadero universo estaba ante él.
Quién sabe cuánto tiempo vagabundeó, recorriendo cada dirección posible.
Cuando se aburrió de correr, se detuvo. A su alrededor (lo que muchos llamarían el vacío del espacio) había mucho polvo. Disperso, claro, pero nada que un poco de caos no arreglara.
Largo y tendido trabajó en dar forma a una nebulosa; usando cada mota de polvo espacial que se cruzara en su camino. Cientos de colores, millones de matices, todo formando innumerables figuras y escenarios que salían de su imaginación. Era un alivio liberarse de la molestia de su magia; y no se detuvo hasta que la última pizca de esa molesta sensación desapareciera de su cuerpo.
Satisfecho, Discord contempló su trabajo: la nebulosa más hermosa de la galaxia.
Ríos recorrían infinidad de paisajes, mientras montañas perforaban los cielos que todo tipo de criaturas voladoras surcaban, libres como el viento.
Incontables seres marinos recorrían aguas de todos colores, en una danza natural que era tan espontánea como coreografiada.
Por llanuras infinitas la vida saltaba, corría, jugaba, o simplemente observaba el cielo estrellado, la infinidad de formas que el caos del universo creaba…
Dragones exhalaban fuego de todo color existente, creando cuanta cosa pudiera ser concebida.
Un gato morado observaba un desierto que se extendía por todo el horizonte, mientras la arena se movía al compás del viento en hipnóticos remolinos.
¿… No les resulta familiar ese gato?
- Pues ahora que lo dices…
- Lo tengo en la punta de la lengua.
- No, no me suena.
- Siempre tuviste mala memoria, Zero.
- Sé que lo vi antes… ¿Pero dónde? Eris, Nidhogg, ¿Ustedes lo reconocen?
- No para nada.
- ¿No fue algo que comí una vez?
Los demás espíritus gruñeron de molestia con ese último comentario. Con Nidhogg siempre era comer y devorar.
Después de unos cuantos minutos, Discord se dio por vencido. Bueno, seguro que lo recordaré en otro momento. Ahora, ¿Qué hago antes de despertar?
Los otros espíritus se quedaron callados unos segundos antes de explotar de risa.
- ¿No lo sabes?
¿Saber qué? Toda la respuesta que recibió fueron más risas.
- ¿Le decimos, Zero?
- Nah; que lo descubra él mismo, Eris.
Saben que odio cuando se ponen así. Discord se quejó, pero dejó pasar el tema; cuando a los ocupantes de su mente se les daba por hacerse los misteriosos, no había forma de hacerles decir lo obvio que él ignoraba.
- Bueno, bueno, ya. Aprovechemos el tiempo que tenemos. ¿Alguien tiene alguna idea?
- ¡Venganza!
- … No es mala idea, Nidhogg.Los demás espíritus del caos se mostraron de acuerdo.
Entonces está decidido. Es hora de visitar a esas dos. Los ocho espíritus estallaron en sus respectivas risas de villano.
Por suerte no había nadie mas que las oyera, o un terror inimaginable se habría manifestado como la madre de todos los escalofríos.
Porque la de Discord era típica, e admirable desde cierto punto de vista. ¿Pero las otras siete? Parecían salidas de la peor de las pesadillas, profundas, aterradoras, ominosas, malvadas… y cualquier otro adjetivo con el que clasificarían tales risas.
No se olviden de comentar :D
