PIKACHU:. ¿Cómo es que estás, Meowth, tan flaco y vejado?

MEOWTH:. Porque de tanto viajar ni un bocado he probado

P:. ¿Y qué me dices de las bayas, los dulces, las pasas y los nabos?

M:. Nabos seŕan mis secuaces, que de comer ninguno me ha dado.

P:. ¡Majadero serás! ¡que agredir al entrenador es mala afrenta!

M:. Cuando los veas robar te darás cuenta. Pues de tantos golpes han quedado turbados.

P:. ¿Es malo anhelar? M:. No cuando es algo ajeno.

P:. ¿Acaso buscas venganza? M:. Más bien un pan o una hogaza.

P:. ¡Quéjate entonces!

M:. ¿Cómo he de quejarme de mi zozobra, si tanto Jessie como James son tan delgados como una escoba?

Soneto para el enrevesado ladronzuelo Meowth

Soy aquel Meowth famó-,
Bisnieto del gran Bakené-,
Quien por estar delgado y famé-,
Fui a parar en el equipo Ró-
Parejas corrí, sin fuér-,
A causa de mis pecados y flaqué-,
Más para que el hambre no me vén-,
Aprendí a robar con mucha ligeré-,
Un truco que me enseñó Lazarí-,
Cuando, al ciego, hurtó el ví-.