CAPITULO 1: RECUERDOS

Nynphadora Tonks abrió débilmente los ojos. Vio un par de ojos castaños junto a ella Pero no podía ver con claridad. Parpadeó un par de veces. Y apareció ante sus ojos: el rostro preocupado de Remus Lupin, que al verla despierta tuvo una ligera expresión de alivio.

-Despertaste al fin- sonrió Lupin, y levantó la vista- Andrómeda, ya despertó-

Tonks vio que su madre se acercó, empujando un poco a Lupin para quedar junto a ella.

-¿Ya despertaste, pequeña?- dijo la mujer- ¿cómo te sientes?-

-Me duele un poco la cabeza- dijo Tonks- sí, mamá, estoy bien, no necesitas...abrazarme... hasta ahogarme y...sacarme los ojos...-

-Lo siento- dijo Andrómeda Tonks, soltando un poco a su hija- ¿ves lo que sucede? Por esto yo no quería que hicieras la carrera de Auror, es muy peligroso, pero tu padre tuvo que darte ánimos y...-

-Como sea- interrumpió Tonks, y volvió su vista a Lupin, recordando de pronto lo que había sucedido antes- ¿qué me sucedió en el Departamento de Misterios?-

-Peleaste muy valientemente- dijo Lupin- pero Bellatrix te alcanzó con una maldición y caíste por las gradas del departamento de Misterios, y creo que te golpeaste la cabeza. Moody trató de reanimarte, pero no pudo, así que te trajimos aquí.

-¿Y los demás?- preguntó Tonks-¿están todos bien?-

El rostro de Lupin se ensombreció notablemente, y Andrómeda le dio la espalda para reprimir un sollozo.

-¿Qué...?- dijo Tonks en voz baja- ¿pasó algo malo con Harry o...?-

-Harry y los otros chicos que huyeron de Hogwarts están bien, Tonks- dijo Lupin, en voz baja, como si no quisiera que Tonks escuchara lo que él estaba diciendo- pero...-

-¿Pero?-

-Sirius- dijo simplemente Lupin, y Tonks sintió como si el mundo entero le cayera encima.

-¿Qué sucedió?- demandó Tonks, tratando de sentarse sobre la cama. Al hacerlo, la joven bruja se sintió muy mareada y Lupin la hizo recostarse de nuevo.

-Después de que caíste peleando contra Bellatrix, Sirius siguió con tu pelea, pero ella le tiró una maldición y...-

-¿Y?-

-Sirius cayó detrás del arco y del velo...- dijo Lupin.

Tonks sintió un horrible vacío en su estómago y volvió su vista hacia su madre. La mujer lloraba con su rostro escondido entre sus manos. Tonks sabía lo mucho que Sirius significaba para su madre: fue la única persona de su familia que no la rechazó cuando se casó con su padre, un mago de familia Muggle. Y como era con ella. En su niñez, Sirius siempre fue su tío favorito, hasta el día que lo llevaron a Azkaban. Y ese último año que lo había visto casi todos los días en Gimmauld Place. No quería, pero sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Tonks, yo...- comenzó Lupin.

Tonks no quería escucharlo. No quería escuchar a nadie. Se volvió sobre la cama para dar la espalda a Lupin, y se cubrió el rostro con la sábana.

-Déjame sola- dijo en voz baja. Lupin notó que estaba llorando.

-Tonks, también Harry reaccionó así- dijo Lupin, tomando un hondo suspiro- y...Sirius era mi mejor amigo de la escuela, junto al padre de Harry...-

-Déjame sola, Remus, por favor- repitió Tonks en voz baja. No estaba molesta con él, pero quería tiempo para pensar.

Lupin se levantó y salió de la habitación. Andrómeda Tonks también se levantó y, después de besar la mejilla de su hija, salió también. Tonks lloró en silencio unos momentos. Aquello no era justo. Cerró los ojos y se quedó dormida pensando en ello.

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Lupin volvió al Ministerio de Magia. Entró al departamento de Misterios, y se sentó junto al largo velo negro tras el cual su mejor amigo había desaparecido un par de días antes. Su cabeza le dolía. Había recibido una lechuza de Dumbledore, diciéndole lo que había sucedido durante su entrevista con Harry después de los hechos, y tampoco él lo había tomado muy bien.

-Les has partido el corazón a los tres, Sirius- dijo Lupin casi en un susurro-a Harry, a Andrómeda y a Tonks...-dejó escapar un suspiro- nunca olvidaré el día que la conocimos...-

x-x-x FLASHBACK x-x-x

Año 5 antes de la caída de Voldemort

-¡Por fin vacaciones!- dijo Sirius Black, soltando su baúl y dejándose caer sobre un sillón. James Potter iba detrás de él, sonriendo y arrastrando su propio baúl.

-Por fin- dijo James en un tono amargo.

-Oh, vamos, James- dijo Sirius- son solo dos meses-

-Dos meses sin Lily- dijo James, mirando por la ventana y dejando escapar un largo suspiro. Sirius miró con compasión a su compañero

-Yo también solía odiar las vacaciones, amigo Cornamenta- dijo Sirius, levantándose y cerrando la puerta de la entrada- ya ves que mi casa es un infierno...- pero no pudo continuar porque una voz femenina los interrumpió.

-¡James!¡Sirius!- exclamó una mujer desde la cocina- ¡ya llegaron!-

-Sí, mamá, es un gusto verte de nuevo- dijo James, forzando una sonrisa.

-Buenas tardes, señora Potter- dijo Sirius.

-Buenas tardes, Sirius, cariño- dijo la señora Potter- ¿cómo fue su año?-

-Oh, genial- dijo Sirius.

-Me alegro- dijo la señora Potter, y luego les lanzó una mirada sospechosa- me parece que en este mes llegarán los resultados de sus TIMOs, ¿no?-

-Así es, mamá- dijo James- te aseguro que sacamos buenas calificaciones, hasta Colagusano... Peter, quiero decir-.

-Así lo espero- dijo el señor Potter, bajando un poco el ejemplar de El Profeta que estaba leyendo.

-Vayan a su habitación, James, a desempacar- dijo la señora Potter, sacando su varita y dirigiéndose a la cocina- la cena ya está casi lista, aunque ahora tendré que hacer para dos más...-

James y Sirius sonrieron, tomaron cada uno su equipaje de Hogwarts y subieron a la habitación de James a desempacar. La habitación de James Potter era la más grande de la casa, y por la simple razón de que su amigo Sirius ahora pasaba las vacaciones de verano con él. Los dos amigos terminaron de desempacar y se echaron boca arriba en sus respectivas camas.

-Lástima que no podemos hacer magia en vacaciones- dijo Sirius- tenemos que vivir como Muggles por dos largos meses-

-No te quejes- dijo James- escuché que Lily Evans tiene una hermana Muggle que la odia por ser bruja-

-¿Ah, sí?- dijo Sirius- pues debe ser envidia... no sé como los Muggles se las arreglan sin magia-

-Ni yo- dijo James.

En ese momento sonó el timbre de la casa. James y Sirius escucharon los fuertes pasos del señor Potter cuando fue a abrir la puerta.

-Buenos días, señor Potter- dijo un chico delgado en la puerta- ¿están James y Sirius?-

-Están arriba, Remus- respondió el señor Potter- pasa, por favor-

-Gracias- dijo el chico, y subió las escaleras, para encontrarse a sus dos amigos tirados boca arriba.

-Hola, Remus, cuanto tiempo sin verte- dijo Sirius-

-Una hora y media, exactamente- dijo James- desde que nos bajamos del tren...-

Los tres se echaron a reír.

-Mis padres me dejaron pasar unos días con ustedes- dijo Lupin- al menos hasta antes de la próxima luna llena-

-Le quitan toda la diversión al asunto- dijo Sirius algo fastidiado.

-Calma, Canuto- dijo James- recuerda que ellos no saben que nosotros tres somos ya sabes que...-

-Tienes razón- dijo Sirius.

Un ruidito interrumpió la conversación de los tres chicos. Una lechuza pequeña, color marrón y blanco, golpeaba la ventana con su pico.

-¡Una lechuza!- exclamó James.

Remus Lupin abrió la ventana, dejando que la pequeña criatura entrara y se posara sobre la cama de Sirius.

-Es para ti, amigo Canuto- dijo Lupin al leer el destinatario.

-¿Para mí?- dijo Sirius sorprendido.

-¿Quién te escribió, Sirius?- preguntó James, igual de sorprendido que su amigo. Sabía que la familia de Sirius no se interesaba en lo más mínimo por enviarle lechuzas y que ellos supieran su amigo no estaba saliendo con ninguna chica.

-Ni idea- respondió Sirius. Tomó la carta atada a la pata de la lechuza y la abrió. La leyó al principio con sorpresa, luego con preocupación y al final dio un grito de alegría.

-¿Qué te pasa, Sirius?- dijo Lupin.

-Nuestro amigo Canuto se ha vuelto loco, Lunático- dijo James.

-Nada de loco- dijo Sirius con una sonrisa- esta lechuza es de mi prima Andrómeda-

-Creí que tu familia...- comenzó Lupin.

-Así es, pero Andrómeda es diferente- dijo Sirius- estuvo en Hogwarts, fue prefecta de Gryffindor hasta hace unos años, ¿recuerdan?- James forzó su memoria un poco y sacudió la cabeza, y Lupin asintió para demostrar que recordaba a la chica.

-¿Y porqué te escribió?- preguntó James.

-Bueno, cuando salió de Hogwarts se casó, y mis tíos la echaron de la casa...-

-¿Por qué?- preguntó Lupin sorprendido- si fue una de las mejores...-

-Porque Bellatrix, su hermana mayor, se casó con un Lestrange, una respetable familia de sangre limpia- dijo Sirius en tono sombrío- Andrómeda, en cambio, se casó con un chico de familia de Muggles, ¿recuerdan a Ted Tonks?-

En respuesta, James y Lupin se echaron a reír.

-Claro, era un tipo genial- dijo James- ya lo recordé, una vez hizo un enorme pedido de bombas fétidas... pobre Filch, tardó más de un mes en terminar de limpiar-

-Bueno, ¿y que sucedió después?- preguntó Lupin.

-Recuerdo como aullaron mi madre y mi tía, insultando a la pobre Andrómeda, cuando eso ocurrió... la echaron de la casa y creo que hasta la borraron del tapete de la familia... no es que le importe- dijo Sirius- bueno, la lechuza...-

-Sí, por favor- dijo Lupin- dinos que te dijo en la lechuza-

-Que soy tío desde hace un año- dijo simplemente Sirius.

-¡No es cierto!- exclamó James- ¡tiene un pequeño Tonks!-

-De hecho, es una pequeña Tonks- dijo Sirius.

-¡Vamos a verla de inmediato!- exclamó James.

-Cálmate, Cornamenta- dijo Sirius con una mirada astuta- pareces más emocionado que yo-

-¿Qué no quieres conocerla?- preguntó James.

-Claro, pero tu madre nos está llamando para cenar- dijo Sirius, haciendo una pausa para que se escucharan los gritos de la señora Potter- podemos ir con Andrómeda después de cenar-

-Hecho- dijeron James y Lupin al mismo tiempo.

x-x-x

Después de cenar, los señores Potter les prestaron la chimenea y los polvos Flu a los tres chicos para que pudieran visitar a Andrómeda y a Ted Tonks.

Los tres chicos salieron de la chimenea sacudiéndose el polvo. James se quitó los lentes y los limpió con el borde de su camisa.

-Ya recordé porque odiaba los polvos Flu- dijo James- siempre me ensucian los lentes-

-¿Hola?- dijo Sirius- ¿Andrómeda? Soy yo, Sirius-

-Hola Sirius- respondió una voz masculina, pero en voz baja. Un hombre salió a su encuentro. Era alto, moreno y llevaba gafas. Sus cabellos eran castaños, al igual que sus ojos, y tenían cierto aire de simpatía. Los tres lo reconocieron como Ted Tonks, un ex-prefecto de Gryffindor.

-Hola, Ted- dijo Sirius- espero que estés cuidando muy bien de mi prima, porque vinimos a verla-

-Claro, Sirius- dijo Ted- pero tu sobrinita está dormida, y no queremos despertarla-

Ted les indicó el camino hacia la sala, donde Andrómeda y él habían estado tomando el té desde hacía un rato. Sirius le sonrió a su prima. Era una mujer muy hermosa, de piel blanca y largos cabellos negros como alas de cuervo. Junto a ella estaba dormida una niña de un año de edad.

-No es necesario que bajen la voz- dijo Andrómeda, con cierto tono de frustración en su voz- la criatura ya despertó-

-También me da gusto verte, prima- dijo Sirius- vinimos a conocerla-

-Toda tuya- le dijo Andrómeda con una sonrisa, dejando que Sirius cargue a la pequeña. James y Lupin se inclinaron para verla. Los tres chicos palidecieron.

-Eh... Andrómeda- dijo Sirius- pregunta... ¿porqué es rubia?-

Ted y Andrómeda se echaron a reír.

Sirius sacudió la cabeza, y la pequeña estornudó. Sirius estuvo a punto de soltarla y dejarla caer al suelo. La niña ahora era pelirroja.

-Andrómeda, ¿qué...?-

Andrómeda y Ted volvieron a echarse a reír.

-Es una metamorfomaga- dijo Ted.

-¿Una que?- dijeron James y Sirius al mismo tiempo. Lupin rió por lo bajo.

-Que puede cambiar su apariencia- dijo Lupin.

-Oh, vaya- dijo Sirius- creo que eso lo explica todo...-

-Así es- dijo Ted Tonks, aún riendo con ganas.

-¿Y como se llama?- preguntó James.

-Pues... Ted y yo estuvimos tratando de buscar un nombre apropiado- dijo Andrómeda- yo quería ponerle 'Ninfa' y él 'Dora', así que le pusimos Nymphadora-

-¿Nymphadora Tonks?- dijo James- vaya... suena...-

-Extraño- dijo Sirius completando su frase.

-¿Mama?- dijo la pequeña hacia su madre, señalando a Sirius.

-El es tu tío Sirius- dijo Andrómeda.

-Tío... Chuss- dijo Nymphadora.

-No- dijo él- Si...rius...-

-Si...rius...- repitió la niña.

-Perfecto- sonrió Sirius. La pequeña sonrió también y abrazó a su tío.

-Pero que ternura...- dijo una voz femenina desde la chimenea. Se trataba de una mujer joven, un poco mayor que Andrómeda, pero muy parecida a ella, con la diferencia que la recién llegada tenía los ojos color azul intenso.

-Bellatrix- dijo Sirius, frunciendo el entrecejo y abrazando a la pequeña de manera automática.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Ted Tonks, con la misma reacción que Sirius.

-No te atrevas a dirigirme la palabra, asqueroso sangre sucia...- dijo Bellatrix con desprecio- y no me causa ningún placer estar en tu casa, solo he venido a hablar con mi hermana...-

-¿De que deseas hablar, Bella?- preguntó Andrómeda.

-De ti, hermanita- dijo Bellatrix- a pesar de que has ensuciado el nombre de la familia, nuestro padre te ha dado una oportunidad de volver a nuestra familia, si dejas al sangre sucia y a ese... fenómeno- añadió señalando a Nymphadora- tiene preparado para ti un esposo de sangre limpia, Dimitri Doholov-

Andrómeda rió con amargura.

-Sí, claro- dijo Andrómeda- dile a nuestro padre que está loco si cree que dejaré a mi esposo y a mi hija...-

-Es tu última oportunidad, hermana- dijo Bellatrix en tono de advertencia- no la desperdicies-

-Olvídalo- dijo Andrómeda, resuelta.

-Bien- dijo Bellatrix- esto no se quedará así. Y tú- dijo volviéndose a Sirius- ¿cómo puedes seguir sosteniendo a ese fenómeno de sangre mezclada? ¿qué diría tu madre si te viera?-

-No lo sé, y la verdad no me importa, querida prima- dijo Sirius- hace un año que ya no vivo con mi madre-

Bellatrix le lanzó una mirada de odio.

-Marquen mis palabras, los dos- dijo ella- algún día lo lamentarán-

-Mira como tiemblo- dijo Sirius- ve con tus amenazas a alguien a quien le importe-

Bellatrix desapareció.

-Tonta- murmuró Sirius. La pequeña Nymphadora estornudó de nuevo y sus cabellos se volvieron azules y rizados.

-Que raro- dijo Andrómeda, olvidando el asunto de Bellatrix- creí que estornudaba porque era alérgica a los perros...-

Sirius tragó saliva y puso a la pequeña en el suelo.

-Bueno, Andy, lo que sucede es que James tiene un perro en su casa...-

-¿Qué? Si yo no... ¡auch!- dijo James al sentir el pie de Sirius-ah, sí, tengo uno, negro y grande...-

Mientras, Nymphadora caminaba tambaleante y tropezó. Lupin la atrapó antes de caer al suelo y la levantó. La pequeña rió y lo abrazó. Lupin sintió una extraña calidez en su corazón.

-Bueno- dijo Ted- ¿quién quiere café?-

-Yo- dijeron los tres visitantes a coro.

x-x-x FIN DEL FLASHBACK x-x-x

Lupin sonrió con amargura al recordar eso, pero una voz masculina interrumpió sus pensamientos.

-¿Porqué esa cara larga, Lunático? Si aún no es luna llena-

-¿Sirius?- exclamó Lupin, levantándose de golpe.

-El único- dijo Sirius, apareciendo detrás de él- no creías que mi dulce primita Bellatrix era capaz de matarme, ¿o sí?-

Lupin no pudo evitar abrazar a su amigo.

-Está bien, Remus- dijo Sirius- me estás asfixiando...-Remus lo soltó- hay cosas más urgentes de que hablar... ¿cómo está Harry?-

-Bien, físicamente- dijo Lupin- pero no tomó muy bien el hecho de que estabas muerto... tampoco Tonks-

-¡Tonks!- exclamó Sirius- ¿está bien? La vi caer por las gradas-

-Está en San Mungo, apenas hoy despertó, pero parece que va a estar bien- dijo Lupin.

-Quisiera ir a verla- dijo Sirius- estoy preocupado por ella...- Lupin le lanzó una mirada interrogante- digamos que tengo un mal presentimiento-

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Tonks se limpió las lágrimas con la sábana. La sanadora había llegado a su cuarto con un par de pociones.

-¿Ya despertaste, linda?- dijo poniendo las pociones en su mesita- menos mal, ese chico de cabellos grises lleva al menos cuatro días a tu lado-

-¿Remus?- dijo Tonks, sorprendida, mientras la sanadora le tomaba la temperatura con su termómetro mágico, y chascó la lengua- ¿qué?-

-Estás ardiendo, linda, te traeré una poción para la fiebre-

-Gracias- dijo Tonks tristemente.

-No estés triste, querida, verás como te pondrás bien con esa poción. Tómate estas, mientras- añadió señalando las que acababa de dejar.

-Gracias- repitió Tonks.

La sanadora salió. Tonks miró a su alrededor. Las otras tres camas en su cuarto estaban vacías. Dio un bostezo. Vio algo brillante en su mesita de noche, junto a las pociones, y lo tomó. Era un reloj dorado.

-Es de Remus- dijo en voz baja para sí misma.

x-x-x FLASHBACK x-x-x

-¡No te muevas tanto, Nymphadora!-

-¡No me digas así, mamá!- gritó la pequeña Tonks, de seis años de edad.

-Bueno, deja de moverte entonces, pequeña- dijo Andrómeda, moviendo su varita para hacer un moño sobre el cabello de su hija- y por favor, trata de no llamar mucho la atención cambiando el color de tu órtate-

-Lo intentaré- dijo Tonks- pero no prometo nada-

-Y ten cuidado de no hacer destrozos-

-Lo intentaré, mamá-

-¿Ya estás lista?- preguntó su madre- Remus llegará en cualquier momento-

-Ya estoy lista- dijo Tonks.

-Me alegro- dijo Lupin, apareciendo.

-¡Hola, Remus!- dijo Tonks sonriendo.

-Hola, pequeña ninfa- dijo Lupin- ¿nos vamos?-

-¡Vamonos!- dijo Tonks.

-La traeré en tres horas, Andrómeda- dijo Lupin, tomando a Tonks de la mano y dirigiéndose a la chimenea. Tomó los polvos Flu y dijo "Número 21, Valle de Godric". Tonks y Lupin salieron de la chimenea sacudiendo sus ropas.

-¿Y a qué vinimos?- dijo Tonks.

-Al bautizo del bebé de James-

-¿Y porqué Sirius no fue por mí?-

-Porque está ocupado-

-¿Porqué?-

-Porque él va a ser el padrino de Harry-

-¿Porqué?-

-Porque es el mejor amigo de James- dijo Lupin- y si vuelves a preguntar porqué te haré cosquillas...-

-No lo harás- dijo Tonks.

-¿Me estás retando?- dijo Lupin.

-Sí-

-Ya verás-

Tonks corrió hacia abajo, y se perdió entre la multitud y el bullicio de la fiesta. Los ojos de la niña, azules ese día, estaban ocupados buscando a Sirius. Al fin lo localizó.

-¡Sirius!- gritó la pequeña, y corrió hacia su tío, quien la alzó unos segundos.

-Hola, Tonks, que grande estás- dijo Sirius.

-¡Pero que niña tan linda!- dijo una bruja junto a Sirius- ¿es tu sobrina?-

-Así es- dijo Sirius- Tonks, ella es mi novia Alexia-

-¿Novia?- preguntó Tonks mientras Sirius la ponía en el suelo, pero no obtuvo respuesta, porque James y Lily llegaron con su hijo.

-Hola, Tonks- sonrió James- ¿quieres conocer a Harry?-

Tonks asintió y James la alzó mientras Lily descubrió al bebé de negros cabellos revueltos como su padre y ojos verdes como su madre. Tonks imitó los ojos verdes de Harry, y James se echó a reír antes de ponerla de nuevo en el suelo.

Tonks buscó de nuevo a Sirius, pero él estaba muy ocupado con su novia. Miró alrededor. Vio un hombre pequeño, gordo, husmeando entre la comida y olfateando como una rata. Parecía muy nervioso. Además de él, había mucha gente que Tonks no conocía. Vio a Lupin y fue derecho a sentarse junto a él.

-¿Qué sucede, pequeña?- preguntó Lupin. Tonks no respondió, y cambió sus ojos y sus cabellos a un color rojo brillante- ah, veo que estás molesta... ¿me vas a decir porqué?-

-Sirius tiene novia- dijo Tonks- ya no me quiere-

-Claro que te quiere- dijo Lupin- tu eres su sobrina consentida-

-¿Porqué no puedo ser novia de Sirius?-

-Porque es tu tío- dijo Lupin. Tonks no parecía satisfecha, y seguía muy molesta. Lupin la sentó en su regazo y la abrazó.

-Estoy seguro de que Sirius te quiere más a ti, pequeña ninfa-

-¿En serio?- dijo Tonks.

-En serio-

-Oye, Remus, yo quiero un novio como Sirius- dijo Tonks- ¿puedes ser mi novio tú?-

-Claro que sí- sonrió Lupin- pero no le digas a Sirius o querrá asesinarme. Ahora- dijo sacando su varita- te daré algo-

Lupin hizo aparecer un broche curvo de plata con tres brillantes, y se lo puso en el cabello. Tonks sonrió y se revolvió los bolsillos. Sacó un viejo reloj Muggle de bolsillo y se lo entregó a Lupin.

-¿Qué es esto?- preguntó él.

-Es un reloj Muggle que me dijo mi papá- dijo Tonks.

-Me has ganado, pequeña- dijo Lupin.

-Vamos a bailar, Remus- exclamó Tonks, levantándose de un salto.

x-x-x TERMINA FLASHBACK x-x-x

Tonks sostuvo el reloj en sus manos con los ojos llenos de lágrimas de nuevo.

-Sirius... Remus...-

Sintió de nuevo un agudo dolor de cabeza, y tenía mucho frío. Aquello debía ser la fiebre que tenía. ¿Cuánto tardaría la sanadora en traerle su poción?

En ese momento, Tonks escuchó una conmoción afuera de su cuarto. Golpes, gritos, frascos quebrándose. Tonks se levantó y buscó su varita entre sus ropas. No estaba. Levantó la vista, y la encontró en la mesita de noche, junto a donde había estado el reloj. Estiró su mano, pero la varita cayó al suelo.

-Maldita sea- murmuró ella, haciendo un esfuerzo por levantarse.

Al ponerse de pie, Tonks se sintió mareada y se dejó caer de rodillas al suelo. Trató de alcanzar su varita, pero sintió la punta de otra sobre su espalda.

-Levántate con las manos arriba- dijo una voz masculina.

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CONTINUARÁ...

¡Hola! Es mi primer fic de Harry Potter (ya me había tardado, con lo fanática que soy) espero que les guste.

Abby L. / Nona