Los personajes de esta historia son propiedad de Tanaka Strike.
Servamp - Universo Alterno.
CAPITULO I
KURO
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Soltó un suspiro mientras veía frente a él uno de los transportes que lo alejaría de casa por los últimos diez días. Varios chicos y chicas relativamente de su edad se agrupaban cerca, otros tantos esperaban bajo la sombra de los locales del lugar.
Estaba en una parada de buses, esperando sin muchas ganas aquel viaje que lo pillo totalmente desprevenido.
Precisamente hace un día su tío llego de viaje, como siempre, Mahiru lo recibió con una gran sonrisa. Como ya era entrada la noche, la cena lo esperaba lista. La pequeña felicidad del castaño de al fin tener a alguien más en casa, termino cuando su tío le conto una noticia.
Viaje.
El castaño podía irse de viaje por casi dos semanas.
La cosa era simple. En una partida de póker su tío gano un boleto juvenil de campamento de verano, como tal, sólo adolecentes podían ir.
- Pero tío Toru, este campamento comienza mañana.
-¡Exacto! ¿No es fabuloso? Tus vacaciones comenzaron hoy, y ya mañana puedes disfrutar de un esplendido viaje.
Termino riendo el mayor mientras picaba la cena.
El castaño miro aquel boleto con una pequeña sonrisa sentado frente a su tío sin tocar su cena aun. No tenía muchos ánimos que digamos. Tenía planeado pasar aquellas vacaciones con sus tres mejores amigos; algunas salidas casuales por ahí, limpiando el apartamento, relajarse un poco después de todos los exámenes que tuvieron que dar.
-Si no quieres ir, no hay problema.
Llamo la atención del chico al verlo dudar.
-En dos días vuelvo al trabajo. Cuando gané la partida, pensé que te podría agradar unas vacaciones distintas. Este año no estaré contigo así que no podremos salir como usualmente hacíamos. Pero si ya tienes planes para pasarlas con tus amigos, no hay problema con esto.
El mayor estiro la mano para tomar el boleto que poseía su sobrino, pero el castaño lo alejo del adulto y sonrió.
-Está bien tío, voy a ir. Tampoco es bueno que se desperdicie un viaje así.
Y el mayor asintió al ver una sonrisa en su sobrino.
Ahora Mahiru soltó un suspiro al recordar como esa misma noche se comunico con sus amigos explicándoles que no estaría en casa esas vacaciones. Koyuki y Ryusei lo tomaron bien, aunque se notaban que estaban algo desanimados a que el castaño viajara.
En cambio Sakuya, el chico no lo dejo dormir mandándole mensajes pidiéndole las mismas explicaciones todo el tiempo, hasta que el castaño , enojado, le mando un último mensaje diciéndole que parara. Sakuya solo le respondió con un "no me olvides" con un corazón roto.
Arto del dramatismo del chico, Mahiru había apagado su celular. Ahora no quería prenderlo temiendo por la horda de mensajes que seguro tendría.
Dejo esos pensamientos atrás mientras esperaba pacientemente a que su tío llegara de la compra express que fue a hacer a una tienda cercana. Mahiru había olvidado su cepillo de dientes.
Cuando lo vio a lo lejos le sonrió al momento en que su bus llegaba. Varios chicos se levantaron de sus asientos y se acercaban, ahora que ya estaban los dos transportes del campamento.
-Solo encontré de este color.
-El color no importa tío.
Mahiru sonrió cuando vio que era de color azul. Al menos rosa no era.
El adulto le ayudo con el equipaje y dando un pequeño abrazo, Mahiru subió al transporte mientras agitaba su mano en señal de despedida, y su tío respondió de la misma manera.
Ya arriba miro el numero de asiento que le había tocado. Tenía el número doce, ventana. Para cuando llegó a su asiento su compañero de lugar ya estaba instalado. Lo miro detallándolo un segundo. Aquella postura totalmente relajada - asiento recargado y estirado a todo lo ancho que llegaba a tener en ese reducido espacio- y capucha en la cabeza no le daba un buen aire. Tenía toda la pinta de ser un chico malo.
A punto estuvo de despertarlo para que le dejara pasar, cuando un ruido sordo se escucho en la subida del bus.
-¡Maldito bastardo!¿¡Acaso me empujaste!?
- Jajaja Misono, como puedes culpar a tu querido hermanito. Yo no fui, fue JeJe.
Shirota vio que un niño estaba en el suelo. Tal parece se había tropezado al subir. Iba a ofrecer su ayuda cuando otro chico, mucho más alto que él, estiro la mano para ayudarlo.
-Que molestia.
El castaño miro a su lado y se encontró con una mirada rubí. Su compañero de asiento había despertado y lo miraba con aburrimiento.
-Emm...-balbuceó Mahiru- ¿Me das espacio para pasar?
El otro bufo y simplemente contrajo sus piernas sin moverse de su asiento, dándole a entender que no se levantaría de su lugar. Mahiru lo miro de mala gana y sin más, como pudo, paso a su asiento. Se acomodo y miro por la ventana.
Su tío a lo lejos lo despedía, y el respondió con una sonrisa. Pronto se sintió el motor del bus trabajar y supo que no volvería a casa en un buen par de días.
Dejo su mochila entre sus piernas y se acomodo cuando el bus ya estaba saliendo de la terminal. Miro discretamente a su alrededor y como supuso, solo jóvenes eran los ocupantes de todos los asientos.
Se sintió algo fuera de lugar al ver que todos conversaban con sus compañeros o parejas, casi parecía un viaje escolar y él era el único solo. Extrañaba las conversas de sus amigos, hasta los malos chistes de Sakuya. Pero debía abandonar esa idea. Ese viaje le podría servir para hacer nuevas amistades también.
Y con ese pensamiento miró a su compañero de asiento. Este había vuelto a acomodarse. Tenía los ojos cerrados, su asiento reclinado y todo indicaba que dormía con unos audífonos puestos. Solo le faltaba un cartelito diciendo No molestar.
Soltó un suspiro y volvió a recargarse en su lugar. Lo mejor sería hacer amistades cuando llegara al lugar. Por ahora podría descansar un poco. Después de todo, el dramático de su amigo peli-verde no lo había dejado dormir bien.
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Sintió voces. Escuchaba murmullos a lo lejos, y por un breve momento pensó quien podría ser, hasta que recordó que no se encontraba en casa sino en un bus con mucho jóvenes a su alrededor. Abrió los ojos asustado y miro el paisaje en la ventana. Estaban detenidos. El bus se encontraba detenido porque, pues, habían llegado a su estadía.
¿Tanto había dormir? Era un viaje de por lo menos tres horas.
- ¿Como que no está?
Aquella era la molesta voz que lo había despertado. Miro a su alrededor y se encontró con que ya varios habían abandonado el bus, algunos pocos aun estaban arreglando sus cosas para bajar. Eso indicaba que no hace mucho habían llegado, al menos.
Ya mas despierto tomó su mochila para bajar e ir por el resto de su equipaje. Su compañero de asiento ya se había marchado y el muy perezoso dejo su asiento reclinado. Soltó un suspiro y ordeno el asiento a su postura original.
Se hizo espacio entre un chico rubio con lentes que hablaba y hablaba con otro mientras buscaban a alguien tal parece.
-Nii-san realmente es rápido huyendo.
-O tú eres muy lento en buscar rata de mierda.
Al bajar se maravillo con el lugar. La estadía se llevaría a cabo en un hotel estilo japonés tradicional.
La enorme estructura tenía un aire lujoso. El ambiente veraniego, y las sombras de los arboles le daban una sensación de tranquilidad, sumando a lo silencioso-solo escuchando el sonido de las hojas cuando una brisa fresca pasaba o el canto de las aves- era un lugar de serenidad total.
Dejo de contemplarla y fue por su equipaje. Mientras esperaba su turno miro a su alrededor y unos tanto chicos estaban aun afuera tomando algunas fotos.
Estaba en eso cuando un par de manos tapo su visión. Abrió la boca preguntándose quién seria, hasta que su mismo captor le dio la vuelta y le grito un "Ta-Chan!"
-¿¡Sakuya!?
-¡Yo!, Mahiru.
El peli-verde le saludo sonriente a lo que se separaba del chico.
-¿Cómo llegaste aquí? No, mas importante. ¿Por qué viniste aquí? ¿En qué bus venias que no te he visto?
-Bueno, veras. Yo iba a despedirme de ti cuando me empujaron al bus y ya no pude bajarme.
-¿De verdad?
-Ahora, ¿Cuánto de lo que he dicho es una ment-
Y Shirota le golpeo la frente.
Suspiro, y estuvo por preguntarle el verdadero motivo cuando lo llamaron por su equipaje, y le quitó la vista a su amigo. Cuando ya tenía todo a mano, giro para buscar al chico y lo encontró unos metros lejos de él. Sakuya conversaba con alguien-se rascaba la nuca mientras miraba la posada- y el otro chico tenía una extraña sonrisa.
Inclino la cabeza para verlo mejor. Aquel sujeto ya lo había visto cerca del peli-verde. Muy contadas veces lo veía siempre que Sakuya se excusaba en las puertas del colegio-siempre que se organizaban para alguna salida-para encontrarse con él. Aunque claro, nunca estaba solo, un par de chicos y una chica siempre lo acompañaban.
Mahiru nunca le pregunto por ese hecho. No tenia ningún derecho a preguntar quienes eran. Sakuya podía tener todos los amigos que quisiera, si él los presentaba algún día, Shirota con gusto tendería su mano para hacerse amigos también.
Además, es quizás, ese chico quien le ha organizado ese viaje al peli-verde. No encontraba otra razón por el cual Sakuya obtuvo una reserva en ese lugar. Mucho menos a unas pocas horas antes del viaje. Tomando en cuenta que le había avisado la noche anterior.
Volvió a suspirar. Su espalda le estaba matando, su mochila pesaba demasiado. Miro una última vez a Sakuya y viendo que el chico estaba ocupado conversando, quiso darle el espacio, y se marcho al interior del hotel. Ya buscaría a su amigo después y le interrogaría.
Antes de entrar, se quito los zapatos en el genkan y los guardo en unas taquillas individuales que disponían en el lugar. Así como él, varios hacían lo mismo para después usar las surippas y finalmente entrar.
Si la fachada le sorprendió. El interior era alucinante. Casi queda como tonto con la boca abierta. Adentro el lugar era demasiado suntuoso para su comprensión. Todo decorado y cuidadosamente organizado. Cada cosa en su debido lugar y espacio.
Todo era tan fino y pulcramente limpio que le daba miedo de pisar hasta el suelo. Con ese pensamiento en mente, bajo la mirada y se aseguro una vez más si realmente se había quitado los zapatos.
-Veo que es tu primera vez en este lugar.
Shirota disimulo su asombro llevándose el dorso de su mano a la boca. Miro al adulto que le hablo. Era un rubio mucho más alto que él-obviamente-polera blanca más un chaleco marrón. Pantalón beige y unas botas negras. Aspecto maduro si no es porque llevaba una muñeca en sus manos y jugaba con ella, como si esta fuera la que acababa de hablarle.
Lo miro sin saber que decir, y simplemente balbuceó incoherencias, para la gracia del rubio.
-Dime tu nombre adorable chico.
-M-Mahiru Shirota.
El rubio chico saco un tablilla mientras murmuraba su nombre. Claramente buscándolo en la lista.
-¡Ah!...aquí estas. Bien, Mahiru shirota. Tu habitación es la número ocho.
-Aah...aam.
-Puedes llamarme Mikuni - contesto a la muda pregunta del menor. Lo tomo de los hombros y lo dirigió por uno de los corredores -Solo sigue derecho. Hay un pequeño cartelito afuera de las habitaciones con su número. Deja tus cosas que dentro de una hora nos reuniremos todos aquí. ¿Bien?
-Bien. Gracias Mikuni-san.
Shirota se adentro mientras veía puerta por puerta los números. El corredor era hermosamente iluminado por los grandes ventanales que daban a un pequeño patio con una fuente en ella. Llego a su habitación y deslizo la puerta corrediza de papel con cuidado.
Sus ojos se iluminaron con maravilla. Una espaciosa y simple habitación. En uno de los costados un armario-seguramente guardando los futones- y al otro extremo de la entrada, otra puerta corrediza estaba ligeramente abierta, dándole el aire fresco que el cuarto necesitaba.
Todo se veía bien. El cuarto disponía del mínimo de objetos decorativos posibles. Solo era aquello, y ese chico tirado en el tatami a un costado de la entrada.
-¿Eh?
Mahiru retrocedió al percatarse recién de esa presencia humana. No lo había notado.
Dejo caer su mochila a un costado y se pregunto si aquel sujeto estaba vivo.
Al no verlo moverse un ápice. Se acerco con cautela y al detallarlo se percato de inmediato que el chico era su mismo compañero de asiento en el auto bus. A pesar de que estaba tirado boca abajo, reconoció ese chaleco negro de mangas cortas donde resaltaba su gorra. Dos puntas en sus extremidades que daba la imagen de un par de orejas de animal. Un gato precisamente.
-Oye.
Lo sacudió con cuidado el hombro.
-¡Oye!
Un poco más fuerte y el otro chico emitió un quejido ahogado.
-No puedes quedarte aquí acostado. ¿Qué te paso?
Escucho murmullos y se acerco mas, frunciendo el ceño tratando de comprender.
-No te entendí nada. Habla bien.
-Te he dicho: me caí.
Levanto el rostro sin creerse tal cosa.
-¿Y por qué parecías que estabas durmiendo?
Miro al chico y espero una respuesta. Paso un minuto y no la obtuvo. habría pasado otro si no es porque escucho un ronquido.
-¡No te duermas aquí!
Mahiru lo golpeó en la nuca haciendo que el contrario se llevara una mano en su recién adolorida zona.
-Que chico más violento. Vete de aquí.
-Esta también es mi habitación-Parpadeo recién entendiendo aquello- ¿Tu también estas en esta habitación?
-¿Que pregunta más tonta es esa?
El castaño arrugo el ceño. Al menos comprendió que aquel chico también compartiría cuarto con él. Shirota miro sus pertenencia que aun estaban en el pasillo, para posterior levantarse e ir por ellos. Al tomarlas se detuvo en la puerta y miro a la mala imitación de gato perezoso.
-¿Cómo debo llamarte señor pereza?
El nombrado levanto el rostro sin dignarse a verlo. Lo pensó un momento, no tenia ningún motivo para decirle su nombre a aquel extraño.
-Yo soy Shirota Mahiru.
Pero ya que prácticamente compartirían cuarto-por un par de horas porque no, él no pensaba estar más de un día allí -así que igualmente el chico sabría su nombre.
-¿Te volviste a dormir? Te hice una pregunta. Es de mala educación no responder.
Gruño. Ese chico hablaba demasiado.
-¡Oye!
-Kuro.
-¿Eh?
-Llámame Kuro.
