Mi nombre es Hegoi (pero me conocen como Hegaste Sociaste, o puesesquiandoibayosabes) y soy del Páis Vasco. Pensé en crear una historia que se desarrollase en los tiempos posteriores a que Harry y demás se fueran del colegio Hogwarts. La historia se desarrolla, como no, en el colegio, pero eso es sólo un marco, un escenario, porque el problema real que propone el fic no tiene nada que ver con el colegio. Es una mezcla de suspense con terror (al menos eso es lo que he intentado –de ahí a conseguirlo, jajajaja, hay un trecho!!!). Espero vuestros reviewssss!!!! Gracias!!!
PRIMER CAPÍTULO: EL COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA
Su padre era abogado y su madre maestra de historia, así pues era difícil pensar que algún día, en aquel año 1998, más exactamente en el verano de aquel año, le llegase aquella carta. Pero es que le llegó. El sobre era amarillento, grueso y pesado, y en él se podía leer lo siguiente, en letras escritas mediante una tinta verde muy especial:
Señor H. Cortyon
Segundo piso a la izquierda, al lado del lavabo
Blue Jay Way, 5
Wellingborough
Northampton
Bueno, en principio no había duda que iba dirigida a él, a Henry Cortyon.
Era mediodía de un día verdaderamente caluroso de julio cuando Henry, un chaval más bien delgado de pelo castaño y ojos negros como la pez, de 11 años, entró en la pequeña cocina pensando en comer. Su padre, un hombre rubio y alto, estaba sentado en la mesa leyendo el periódico.
- ¿Dónde está mamá? –preguntó.
- Se acaba de ir a comprar unos huevos para comer –le contestó su padre, dejando el periódico encima de la mesa y mirándole fijamente-. Siéntate un momento, Henry. Quiero enseñarte algo.
¿Enseñarle algo? ¿Sería una sorpresa o algo así? A Henry le encantaban las sorpresas.
- ¿Qué es, papá? –preguntó una vez que se había sentado.
El señor Cortyon sacó un sobre amarillento del bolsillo de su pantalón y se lo entregó a su hijo. Entonces el muchacho vio que era una carta dirigida a él mismo.
- No la he abierto. No es de buena educación que abra cartas que no me corresponden. Va dirigida a ti, lo dice claramente en el sobre. ¡Vamos, si hasta pone donde duermes y todo! "Segundo piso a la izquierda, al lado del lavabo". Parece una broma –el señor Cortyon se rió ligeramente un momento.
A Henry se le quedó una cara de estupefacción como si hubiera visto en ese preciso momento un gorila grandullón volando en el cielo con un osito de peluche en su espalda. ¡Una carta dirigida a él! ¿Quién podría, pues, dirigirle una carta? ¿Serían, quizás, sus amigos Nicolas Nerdell y James Coulier que le estaban gastando una broma, como había dicho su padre? Ellos estaban de vacaciones fuera de Inglaterra, el primero en Francia y el segundo en Italia. Podría ser, pero no lo creía. Nicolas y James no eran muy hechos para eso de las cartas. No creía que en verano se pusieran tan siquiera ni a escribir su propio nombre.
- ¿Vas a abrirla o no? –le preguntó su padre-. He dicho que no es de buena educación que uno abra las cartas ajenas, pero si tú no quieres…
Y Henry la abrió despacio, como si se tratara de una reliquia que al menor descuido se fuera a destrozar en sus manos. Al fin sacó dos hojas y leyó la primera, pasándosela después a su padre:
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA
Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe Supremo, Confederación
Internacional de Magos).
Querido señor Cortyon:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.
Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Directora adjunta
Después de leer aquello la sospecha de que todo fuera una broma se hizo más evidente. ¿Colegio Hogwarts de Magia? ¿Pero qué demonios era todo aquello? Albus Dumbledore… ¿Jefe de Magos? Magos, magos,… Todo aquello le recordaba a un compañero de clase del colegio, un tal August Forman, que hablaba que su abuelo había sido algo así como un mago. Todos le tomaban por loco, hasta él mismo. La gente no hablaba con August, ni él tampoco. La verdad es que no tenía amigos. Se burlaban de él por todo aquel rollo de magos y magia. Vivía justo en la casa de enfrente de la suya, pasando la carretera que habitualmente solía estar desierta en aquellos días de caluroso verano.
El señor Cortyon se quedó también muy sorprendido al leer la hoja que le había dado su hijo. No tenía ni pies ni cabeza.
Pero todavía quedaba más. En la segunda hoja había escritas cosas que hasta el mismo August se hubiera asustado al leerlas (por lo menos eso es lo que pensó Henry cuando lo hubo leído):
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA
UNIFORME
Los alumnos de primer año necesitarán:
- Tres túnicas sencillas de trabajo (negras).
- Un sombrero puntiagudo (negro) para uso diario.
- Un par de guantes protectores (piel de dragón o semejante).
- Una capa de invierno (negra, con broches plateados).
(Todas las prendas de los alumnos deben llevar etiquitas con su nombre.)
LIBROS
Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:
- "El libro reglamentario de hechizos" (clase 1), Miranda Goshawk.
- "Una historia de la magia", Bathilda Bagshot.
- "La magia y sus magos", Atolo Joiki.
- "Guía de transformación para principiantes", Emeric Switch.
- "Mil hierbas mágicas y hongos", Phyllida Spore.
- "Filtros y pociones mágicas", Arsenius Jigger.
- "Animales fantásticos y dónde encontrarlos", Newt Scamander.
- "Las defensas esenciales contra la Magia Negra", Birok Nederland.
RESTO DEL EQUIPO
1 varita.
1 caldero (peltre, medida 2).
1 juegos de redomas de vidrio o cristal.
1 telescopio.
1 balanza de latón.
Los alumnos también pueden traer una lechuza, un gato o un sapo.
SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS.
¿Tres túnicas sencillas de trabajo? ¿Un sombrero puntiagudo? ¿1 varita? Pero, ¿de qué diablos iba todo aquello? ¿Era serio o era una realidad difícil de percibir? Y todos esos libros. No había oído títulos más extraños que aquellos.
- Todo esto debe de ser una trola, papá. Algún estúpido de clase me está tomando el pelo, nada más –dijo, pero en realidad seguía inquieto. Hasta se le había quitado de repente las ganas de comer.
Su padre aun estaba leyendo la segunda hoja, con los ojos abiertos como platos.
- ¿Alguna vez habías oído ese nombre de colegio? –lo leyó otra vez desde la hoja que estaba encima de la mesa-. ¿Hog… Hogwarts?
- En mi vida, hijo, en mi vida. Debes de tener razón. No tiene ningún sentido. Tú estás apuntado para la escuela secundaria de Northampton. ¿Colegio de Magia? Eso no existe. Como no sea algún club de esos en donde enseñan juegos de magia mediante cartas, hijo, no sé yo qué puede ser.
Entonces se oyeron unas voces femeninas provenientes de la calle. Era una mujer que se estaba acercando a la puerta de entrada.
- ¡Mamá ha vuelto de las compras! –dijo Henry corriendo hacia la puerta para abrirla. Su padre lo siguió con el sobre con las hojas en la mano.
Al abrir la puerta se dieron cuenta que la señora Cortyon no venía sola. Era una mujer de pelo castaño largo como el de su hijo. Venía hablando con un muchacho delgado de la edad de Henry. Era un muchacho con gafas que le agrandaban un poquillo sus ojos azules y con un pelo negro corto.
Al ver a Henry en la puerta, sonrió de oreja a oreja:
- ¡Henry! Tengo que hablarte seriamente, aunque tu madre me diga que estoy chiflado.
- ¡August Forman! –dijo Henry sin creérselo apenas. Hacia un momento que había pensado en él y ahí estaba, por vez primera en toda su vida, delante de su puerta queriendo hablar con él.
- Hijo, no he podido retenerle. Dice unas cosas que no sé yo… -dijo la señora Cortyon con voz cansada. Además de venir con bolsas llenas de compras (según parece no sólo había ido a por unos huevos), la conversación con August la había dejado deshecha.
- ¡Henry! –repitió August sin dejar de sonreír-. Sé que te ha llegado una carta del Colegio Hogwarts de Magia, donde estudió mi abuelo mago. He visto como una lechuza ha dejado tu carta en el buzón. Son de lo más listas, ¿a qué sí? A mí también me ha llegado la carta por una lechuza –la sonrisa se le acentuó aun más-. ¡Nos vamos los dos a Hogwarts a estudiar magia!
Entonces el señor Cortyon le enseñó la carta a la señora Cortyon. Tuvo que sujetarla para que no se desmayase al acabar de leer.
