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Ya lo sabía, y lo supo desde el momento en que la guerra terminó. Incluso en sus sueños de infancia lo vio. Trato de ser hostil con él, no quería encariñarse para luego sufrir, pero fue mucho más, solo paso, no tuvo tiempo de impedirlo porque ya lo amaba profundamente.
Amó a su esposo, pero el amor tiene tantas formas, que es imposible compararlo.
Para ella la vida se tornó como un día lluvioso, podía sentir lo agradable del aroma de la tierra mojada, el fresco de las hierbas entrar por sus fosas nasales, sentir como esta limpiaba sus heridas,así como también lloraba por él.
Pero no quería aceptarlo. No lo haría, jamás, aunque fuese un hecho, aún le necesitaba, tenía tantas cosas que decirle. Era cuestión de mirarse al espejo y lo sabía, aún necesitaba de él.
Se negaba a escuchar cuando sus amigos le decían que las cosas habían cambiado, ella todavía estaba enamorada aunque fuese su secreto; en su interior gritaba que se detuvieran, no quería oír, no quería que le alejaran de su recuerdo, ella aún le amaba.
Incluso hoy, a años de ese día, aún recordaba. Incluso llenando sus pulmones de oxígeno sentía que le faltaba el aire, ¿Acaso no hizo suficiente por él? ¿Para salvarlo? Pero aquello era inevitable, y lo sabía.
Hay tantas cosas que quería decirle ahora, que muchas noches lloraba en silencio ¿Podría él volver algún día?.
Su situación era algo que todos sabían pero nadie nunca habló de ello, sería como agregar sal a una gran herida y hurguetear en ella, haciendo más daño del ya existente.
Dentro de poco sería el aniversario de su partida, pero su mente como habitualmente sucedía, le jugaba una mala pasada, haciéndola esperar por él, en ocasiones creía verlo en la acera de enfrente, siempre albergo la esperanza de que al doblar en aquella esquina lo encontraría esperando por ella con su sonrisa presuntuosa.
Fue en una ocasión como aquella cuando dejó escapar de sus labios un "Gilbert." sorprendiendo a su acompañante, su expresión estaba cargada de compasión y preocupación, era consciente de la situación pero también estaba atado de manos, ¿Es posible ayudar a alguien enamorado? "Erzsébet… Tú" Y no lo dejó continuar, era su duelo, ella lo superaría a su momento, aunque tardase mil años, ella debía hacerlo pero a su propio ritmo, y así tomó fuerzas desde sus entrañas y le respondió "No lo digas… yo aún le quiero, no me alejes de su recuerdo ni de este sentimiento"
A él siempre le amaría, su amigo, su compañero, su primer amor. Y siempre se ha dicho que el primer amor nunca se olvida.
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De no ser por el playlist cortavenas que tengo nada de esto sería posible (?)
