Imaginar tu mano, tocándome como solías hacer, con ese cariño incondicional y esa ternura tan particular de ti, me ha producido un leve mareo.
Sí, ha sido difícil. Ha sido difícil el asumir que no volverás. Ha sido difícil el creer que ya no estás aquí, junto a mí. Protegiéndome, cuidándome, queriéndome. Tal y como yo hacía contigo, ¿Recuerdas?