Caduco
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Prólogo
Mi trabajo siempre ha sido rechazado como también bienvenido, todo depende de la persona con la que me encuentre al final de todo.
Mi trabajo es tan simple que me aburro y a la vez me canso, pero aun así lo termino haciendo, queriéndolo o no.
Un día como cualquier otro el deber llamaba y yo acudía, el tiempo era algo que yo respetaba y a la vez no, solo por mero capricho de mi aburrición, así que suspiraba en lo que encontraba a esa persona a quien tenía que ver, y por fin lo hacía.
Cuando entre a aquella habitación me encontraba con una muy hermosa mujer, me quede ahí sin siquiera moverme mientras el tiempo transcurría lentamente pero seguro, su rostro estaba cansado, pálido, el dolor latente aun seguía, simplemente un esfuerzo sobrehumano estaba tratando de hacer pero desgraciadamente su cuerpo no le hacía caso en ayudarla a pesar de todo ese esfuerzo.
Inconscientemente leí su historial médico y era verdad, nadie le veía oportunidad de sobrevivir al parto, como a su bebe eso era evidente pero aun así lo intentaron.
Pero así como el tiempo seguía yo debía de hacerlo, de hacerlo a mi manera caprichosa porque me preocupe por ella y me pregunte; que puedo hacer por ella?. Solo le quedaban diez segundos antes de que yo hiciera mi trabajo y fue cuando decidí darle un poco más de tiempo.
Al momento de dárselo su apariencia mejoro un poco y el último empujón que necesitaba ahí estaba haciéndose hasta que por fin daba a luz a su hija, todos se sorprendieron al ver que la mujer lo había logrado como su pequeña hija, todos estaban felices creyéndolo un milagro... Pero no era así, ella sabía que se le acaba el tiempo de nuevo dándole la bienvenida a mi ser. Se despidió de su hija con un beso en la frente aun sosteniéndola entre sus brazos. No paso mucho tiempo antes de que todas aquellas personas que creían que había sido un milagro quedaran confusas, devastadas, tratando de que volviera.
me comencé a sentir culpable por todo lo que paso, porque yo tenía el poder para darle todo el tiempo del mundo, pero no se lo di, así que decidí alejarme con ese sentimiento amargo a seguir con mi trabajo dejando el sonido del llanto, maldiciones y demás con cada paso que daba.
Pero entonces escuche.
-gracias-
Voltee y ahí estaba ella sonriente más hermosa de lo que había visto hacia un par de segundos antes, sin una pizca de remordimiento o enojo en su rostro antes de marcharse.
Sus palabras habían borrado cualquier sentimiento de culpa que tenía por haber dado y quitado todo al mismo tiempo ese día.
