Descargo de responsabilidad: la maravillosa Akagami no Shirayukihime no me pertenece.


DE RAZONES Y BOTONES

Veinte mil botones…

De acuerdo, eso es exagerado…

¿Pero por qué tantos?

Entendía el sentido estético: pequeñas perlas brillantes dibujando una hermosa línea recta.

El sentido práctico era evidente: unir dos piezas de tejido.

Pero lo mismo se podía obtener con muchos menos, así que ¿para qué tantos?

Para ejercer la paciencia, le diría su hermano, si se atreviera a preguntarle. Cosa que jamás haría.

Para torturarte, le diría Obi, con una sonrisa torcida y traviesa. Pero tampoco iba a preguntarle a él.

Mitsuhide se pondría rojo y Kiki se reiría de él, seguro… Descartados.

¿Por qué tantos?

Para crear anticipación…

Para volverlo loco…

Para darle tiempo a su enloquecido corazón a sobrevivir a la piel desnuda de Shirayuki…

Para que sus manos empezaran a arder sin siquiera tocarla.

¿Quién sabe por qué misterio el vestido de novia lleva mil botones a la espalda?

¿Cuántos llevaba ya?

Mañana los contaría.

Esta noche, no…