Diciembre 24 del 2000 - 3:00 am.

Desperté asustada, sentí un ruido muy fuerte que me saco de los brazos de Morfeo, creí que seria una más de las típicas discusiones que tenían mis padres, pero no fue así. Tome a mi osito favorito y me dispuse a girar la perilla de la puerta, en ese momento sentí un grito desgarrador, mi piel se erizo al instante y mis manos empezaron a sudar como nunca antes lo habían hecho fue en ese momento que escuche que alguien subía corriendo por las escaleras con la respiración agitada por el esfuerzo, seguida por otros pasos que intentaban darle alcance, ya cuando hubo alcanzado su presa escuche "CORRE", era la voz de mi madre, a lo único que atine en ese instante fue a colocarle el seguro a la puerta justo antes de que algo chocara contra esta, mi corazón latía a mil por minuto, mi respiración estaba agitada, otro golpe mas contra la puerta el cual me hizo saltar del susto y por fin mis piernas reaccionaron, corrí hacia el armario y cerré por dentro. Realmente estaba asustada y mi mente infantil no era capaz de descifrar que estaba sucediendo, de lo único que estaba segura era de que lo que fuera que estuviera al otro lado de la puerta no debía encontrarme, el tiempo pasaba y me di cuenta que mis pantalones estaban mojados por el miedo que tenia, mis manos temblaban, abrace a mi osito lo mas fuerte que pude y comencé a llorar, rogando a dios que la pesadilla que estaba sufriendo terminara de una vez, pero no era un sueño ni nada que se le asemeje era nada menos que la cruel realidad , pase toda la noche escondida en el armario aferrada a mi osito esperanzada que esta fatídica noche acabara de una vez.

Eran las 9:00 de la mañana y yo seguía en el armario, al poco tiempo escuche un gran estruendo, la puerta de la entrada de mi casa había sido derribada no se por quien, lo único que escuchaba era un sonido típico de las películas que solían ver papa y mama (sirena de la policía), me aferre mas a mi osito y escondí mi cabeza entre mis piernas, aun desconocía el concepto de la muerte pero sabia que alguien había querido hacerme daño y para mi eso era suficiente para sentirme aterrada. La puerta de mi cuarto también fue derribada, en ese instante sentí que mi corazón se detuvo, cerré mis ojos entregándome a mi destino. Un hombre de azul me encontró, me saco del armario y me tomo en brazos, cubrió mis ojos con su mano, no antes de que yo viera el cadáver de mi madre justo en la entrada de mi cuarto, en ese instante comprendí que los golpes que había sentido no era mas que el cuerpo de mi madre azotado contra la puerta, solo pude reconocerle por el brazalete que hice en la escuela para el día de las madres ya que el asesino la dejo irreconocible, me aferre al cuello del hombre de azul y me deje vencer por el cansancio.

Desperté dos días después de la trágica noche de navidad, en la que mis padres fueron brutalmente asesinados, rodeada por chicas de blanco y mi tío quien tomaba mi mano tratando de tranquilizarme, quise decir algo pero mi voz no salía y comencé a llorar ya que en ese instante comprendí que lo que había vivido no había sido un sueño y que de ahora en adelante estaría sola. Mi nombre es Maya Green y tengo como único propósito en la vida descubrir al asesino de mis padres.