Disclaimer: todos los personajes de la serie de libros "Harry Potter" le pertenecen a J K Rowling.

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Dispuesto a morir

En una oscura celda de Azkaban una inusual escena se desarrollaba, un representante del Ministerio caminaba tranquilamente de un extremo al otro del calabozo mientras hablaba con una joven mujer china de mirada seria. La asiática de larga cabellera negra recogida en una coleta trenzada estaba apoyada en una de las frías paredes, escuchando cada una de las palabras del hombre a pesar de que sus hermosos ojos estaban fijos en la mazmorra frente a ella, donde se encontraba uno de los más famosos de los prisioneros, Sirius Black.

"Estas segura de esto Agatha" dijo algo preocupado el subsecretario del departamento de deportes mientras cerraba la puerta de la celda.

"Completamente, mi encuentro con Ivanova será en dos semanas y debo prepararme apropiadamente" respondió la joven.

"Permaneciendo una semana como prisionera de Azkaban?"

"Si, en nuestro último duelo usó sus poderes de vampiresa y casi logra vencerme, no estoy dispuesta a arriesgar mi posición esta vez" dijo sin mostrar ningún tipo de emoción a pesar de la cercanía de los dementores.

"Algunas veces no llego a entender tus decisiones, pero sabes que siempre estaré dispuesto a ayudarte" finalizó el hombre antes de marcharse.

"El destino me orilla a hacer cosas extrañas" pensó en voz alta la mujer mientras acariciaba el dije en forma de dragón que siempre la acompañaba.

Todo ese tiempo Agatha había permanecido en la misma posición, mirando en la oscuridad a un ser que había conocido en su pasado, en su época de estudiante en Hogwards; al cabo de unos minutos simplemente preguntó "¿Aun estás lúcido Black?". Tal como esperaba, no recibió respuesta así que le lanzó un ejemplar de 'El Profeta'.

"Maldita rata" dijo Sirius en un susurro al ver la foto de la familia Weasley en Egipto, "maldita rata, maldita rata, maldita rata" repitió como una letanía, un poco más alto cada vez hasta que arrugando el periódico entre sus manos gritó como si su vida dependiese de ello "MALDITA RATA" y miró fijamente a la mujer china.

"Ahora que ya tengo tu atención, Black debes saber que el más joven de los Weasley es el amigo incondicional de tu ahijado" dijo Agatha mientras caminaba hacia la puerta para estar más cerca del pelinegro.

"Debo proteger a Harry!" exclamó de inmediato Sirius.

"¿Y qué estas dispuesto a arriesgar por perseguir a Pettigrew y salvar a Potter?" preguntó la mujer mirándolo directamente a los ojos.

"Hasta mi propia vida" dijo casi con lucidez el ex-Gryffindor antes de añadir con expresión desquiciada "Debo proteger a Harry!" una y otra vez, mientras la china sacaba un pequeño frasco de plata.

"Esto hará que estés muerto por 3 horas, tiempo suficiente para que te pueda sacar de aquí" dijo Agatha.

"Confiar en ti, nunca" respondió colérico el prisionero, "¿por qué querrías ayudarme?"

"Porque no eres el primer Black al que traicionó esa rata"

Dos días pasaron desde aquella conversación entre Agatha y Sirius, finalmente llevarían a cabo el plan que la mujer le había propuesto. El hombre bebió completamente el líquido turquesa y de inmediato cayó sobre el suelo mientras el frasco se desvanecía en el aire; la china trajo el cuerpo inerte a su celda y lo transformó en un medallón haciendo un complicado conjuro no verbal de magia oriental, magia tan antigua que ni siquiera las protecciones de la famosa prisión pudieron evitarla o detectarla. Al cabo de dos horas, Askaban se encontraban en alerta general, por primera vez a lo largo de su historia un prisionero había conseguido lo inimaginable, escapar.

"Agatha no puedes quedarte" dijo el subsecretario de deportes alarmado, mientras abría la celda en la cual se encontraba su amiga.

"¿Qué ha ocurrido?" pregunto con rostro inexpresivo la mujer mientras se levantaba del suelo en el cual estaba fingiendo dormir.

"Sirius Black ha escapado, ya no podemos asegurar tu seguridad" respondió el hombre mientras intentaba sacarla de la mazmorra.

"Pero yo debo completar mi entrenamiento" rebatió Agatha sin moverse de su sitio, debía convencer a su amigo de que ella no deseaba salir de allí.

"Por favor, compréndeme; tu seguridad es mi responsabilidad" dijo el hombre en tono suplicante.

"Entiendo" fue todo lo que dijo la china antes de salir de su celda, "al menos me permitirán ir directamente al 'Corazón de los Druidas'" añadió sabiendo que le quedaba poco tiempo a Sirius.

"Por supuesto, en cuanto salgamos de este lugar yo personalmente te llevaré al punto de inspección de las montañas prohibidas" respondió mientras escoltaba a la mujer fuera de la tenebrosa prisión.

El joven subsecretario cumplió con lo prometido y transportó a la china hasta Stonehenge. Todo había resultado como tal como lo había planificado, se encontraba a poco más de veinte minutos del 'Corazón de los Druidas', la cueva donde generalmente meditada antes de sus encuentros, ahí podría volver el cuerpo de Black a la normalidad antes de que él despertara.