Últimamente estoy muy inspirada en historias sobre los Juegos del Hambre, pero es que… ¡se acercan las vacaciones de verano! Por fin, podré terminar 1º de la ESO y me enorgullece decir que con muy buenas notas ^^ (que conste que nunca he repetido curso, eh)

Dedicatoria: A Dani, un amigo que me hace pasármelo genial en clase.

*Montenegro*

Estoy en una huerta. Camino entre el trigo, que me supera en altura. A medida que camino me encuentro materiales de agricultura, gente saludándome, gente de piel oscura y morena, de ojos negros como el carbón, pero bondadosos en su mayoría. Entonces, un señor desaliñado, andrajoso, con un mono en el hombro, me señala algo en lo alto. Miro en la dirección que apunta su dedo y la veo. En un árbol, en su parte más alta, está ella, Rue. Mi querida y pequeña Rue. Corro entre el trigo, a duras penas, con el sol abrasándome la cabeza y algunas ramitas haciéndome cortes en la cara. Pero nada importa. Ella está ahí y yo voy a buscarla. Continúo corriendo sin parar hasta que llego al pie del árbol; Rue me mira desde arriba con una sonrisa, se desliza por el árbol, por las ramas, como si fuese una ardilla. Para ella eso es tan fácil como respirar. Cuando llega al suelo no me da tiempo ni a alargar la mano hacia ella antes de que la atraviese una lanza metálica.

Me despierto llorando en la habitación que se nos había asignado a Prim, mi madre y yo. Oí sus respiraciones acompasadas en la cama de arriba, yo estaba sola en la de abajo. Sola. Esa palabra me hundió más en mi dolor. Estaba sola. Me levanto torpemente pero sin hacer ruido alguno. Salgo de la habitación e ignoro mi horario, ya borroso, en mi antebrazo: 22:00h – Dormir. Y un cuerno.

Camino por el pasillo soltando leves sollozos que poco a poco voy controlando, cuando, de repente, todas las luces se apagan y el pasillo queda en penumbra. No suena ninguna alarma, no hay peligro, todos están dormidos, siguiendo sus horarios. Me da igual la oscuridad, camino a través de ella con facilidad, hasta que me doy de bruces con algo. Suelto un par de maldiciones por lo bajini y palpo lo que me ha dado en la cara, es una puerta, metálica, como todas en el 13. Busco el pomo en ella pero no lo encuentro, en cambio siento un botón, al que le doy sin apenas pensarlo. La puerta se abre con un ruido deslizante y yo me adentro en el lugar sin preocuparme por la puerta que ya he dejado atrás y se ha cerrado con un leve 'clic'. Camino por lo que descubro que es una sala, y acabo asimilando que es una habitación, por la pata de la cama en la que se estampa mi pie derecho, descalzo. Cierro los ojos aguantando el dolor hasta que se pasa y me siento en la cama. A su lado hay un cacharro raro que toco hasta que me doy cuenta de lo que es, un gotero, lo que me lleva a la conclusión de que estoy en una sala de hospital; pero entonces caigo, sólo hay una sala de hospital en mi edificio, al final, final de mi planta. La de Peeta. Ahogo un gemido de exclamación y entonces lo siento, una respiración en mi cuello, una respiración cálida y frenética, una respiración alarmada. Me doy la vuelta, lentamente, antes de toparme con un distinguido destello azul en la penumbra. Mierda.

-Peeta- digo en una exhalación, en un susurro. No recibo respuesta alguna, salvo que ya no siento su respiración en mi cuello, así que decido buscarlo, a tientas. Muevo las manos por el espacio en el que estoy y al no encontrarlo a él me levanto, buscando por las demás zonas de la habitación. Y lo encuentro, en una esquina, pegado completamente a la pared, intentando controlar su respiración. Extiendo la mano y me topo con su cara, a la que inevitablemente, comienzo a acariciar. Al principio, Peeta se tensa, pero al final acaba acunando su cara en mi mano mientras que juguetea con un mechón de mi pelo. Sé que ha cerrado los ojos porque ya no veo el brillo azul, entonces, es cuando yo cierro los míos, sumida en una paz absoluta.

Bien, no sé si haré una continuación, eso depende de los Review que reciba ¿okey? Por lo demás quisiera pediros que os paséis por mi historia 'La canción del prado' es sobre Rue y Katniss, no es romance. Gracias, ¡nos leemos!