Like a first day (Vali Lucifer x Irina Shido) [one shot] #UnaConfesiónParaIrina
"Los finales no son lindos, pero los principios si, por eso no vivas tu vida como si fuera tu último día, vívelo como si fuera el primero" —¿Te quedarás conmigo hasta que muera?
Disclaimer: Parte del reto/concurso #UnaConfesiónParaIrina. La frase que me motivó a continuar este one shot proviene del fanfic "Cuida de mis secretos" de Assassination Classroom, el cual obviamente no me pertenece, así como tampoco Highschool DxD o alguna de las imágenes mostradas aquí.
"Los finales no son lindos, pero los principios si, por eso no vivas tu vida como si fuera tu último día, vívelo como si fuera el primero; en realidad tu último día será horrible, lleno de despedidas y temor de morir, en cambio el primer día es feliz porque sabes que el mañana no se te acaba y puedes hacer cualquier cosa."
Primera vez
Con calma se dirigió a la unidad número 17 del Heaven Care Hospital con un medicamento y el historial clínico del paciente en una charola, contrario a la clínica de psiquiatría donde había hecho su pasantía el lugar no olía a antisépticos y medicamentos, sino a suavizante y pay de manzana. Encontró la habitación y tocó levemente, tres días antes había tenido que lidiar con dos pacientes geriátricos, una mujer que había confundido el lugar con la estación de trenes y había terminado contándole toda su vida y un viejo gruñón que había servido como piloto durante la Segunda Guerra Mundial, ojalá no fuera otro de ellos porque terminaría llorando en la central de enfermería mientras que maldecía a la jefa de enfermeras.
—Adelante —escuchó desde adentro y entró con cuidado, fue directo a la mesa de noche dejando la bandeja allí y tomó el expediente.
[Nombre: Issei Hyoudo]
[Edad: 18 años 3 meses]
—Buen día joven Issei. Desde hoy soy su enfermera a cargo, mi nombre es Irina Shido, ahora le daré los medicamentos que le han prescrito —se presentó con entusiasmo y continuó revisando su expediente.
[Diagnóstico médico: Leucemia Linfocítica Crónicas (LLC)]
[Tratamiento: Codeína 10 MG, suministrar 9 am.]
—¡Que lindos! Ahora me mandaron jarabe —ella miró asombrada la irritante actitud del chico.
—Eh, si —alargo levemente como en forma de pregunta. El joven estiró la mano y ella le entregó el vasito dónde se encontraba el medicamento.
—Veo que ya conociste a Issei —la chica saltó asustada y volteó al reconocer la voz del director del hospital.
—Si-si señor —contestó como saludando a un general. El director rió y paso a su lado colocando una mano en su hombro.
—Descanse soldado, y vaya con el resto de sus pacientes —ella asintió con temor y salió casi corriendo.
Muerte
—¿Te quedarás conmigo hasta que muera?
Las manos de la enfermera temblaron, sin embargo continuó ministrando la Morfina en la solución parenteral del paciente.
—Por supuesto Issei —respondió sin mirar al chico. Escuchó como recostó su cabeza en la almohada.
—Es bueno saber eso —murmuró después de un rato de silencio—. Podrías evitar que mis padres me vean hasta que esté en el féretro.
—No puedo, yo…
—Si puedes —ella volteó a mirarlo, completamente pacífico en la cama, como no lo había estado en los días anteriores—, se llama voluntad anticipada.
La chica tembló ante la idea de aquello, sintió sus ojos picar ¿Es que acaso el chico ya no tenían ganas de vivir? Tomó la hoja de enfermería y anotó el procedimiento que había hecho anteriormente.
—Necesito el documento por escrito —mencionó haciendo un esfuerzo monumental para evitar que su voz se quebrará.
—Lo sé, Vali me lo dijo —volteó de inmediato ante la mención del doctor—, y también dijo que tú eras muy dulce para aceptar eso.
—¡Porque mi trabajo es evitar que mueras! Es hacer que sanes.
—Se que moriré.
—Deberías de aceptar el tratamiento de quimioterapia.
—No funcionará.
—Lo hará.
—Cuando tenía siete años sufrí mucho por ese tratamiento, y no solo yo, también mis padres. Con la recidiva es difícil que vuelva a funcionar, además que no quiero sufrir de nuevo.
Ella apretó los puños y continuó anotando todo, entonces Issei comenzó a toser, volteó a verle y se alarmó al notar que aquella tos era acompañada con sangre. Acercó la bandeja riñón a la boca del chico y le ayudó a sentarse, después levantó la cabecera de la cama y cuando terminó de toser se recostó. Su bata había terminado toda manchada de sangre y también su boca y cuello.
—¿Quieres enjuagar tu boca? —el chico asintió y ella le pasó un vaso de agua y le acercó de nuevo el riñón para que escupiera de nuevo—. ¿Te sientes mejor?, ¿quieres que te dé un baño?
—Me siento mucho peor, pero el baño sería bueno —miró a todos lados y no quiso moverse.
—Tranquila, no me pasará nada.
—No me fio de ti.
—Vali vendrá dentro de poco.
—Entonces esperaré hasta que el Director venga aquí.
—Se enfadará cuando me vea así —suspiró irritada pero tomó el carro y fue a la central de enfermería a por los instrumentos necesarios para bañarle.
—Te has sentido peor últimamente —cuando Irina entró en la habitación de Issei se encontraba el director del hospital y médico principal de Issei.
—Acabo de toser mis entrañas, que puede ser peor que eso.
—Con permiso —pidió ella e inmediatamente Vali tomó el carro para ayudarle, Issei soltó una carcajada. El médico y la enfermera le vieron, pero el chico se limitó reírse de nuevo, entonces se miraron el uno al otro y negaron soltando una sonrisa—. Por favor continué, yo me ocuparé de darle un baño al joven Issei —pidió Irina y Vali asintió.
La tarde había estado tranquila y ese día en especial Issei había estado muy parlanchín y justo ahora había regresado de nuevo para volver a suministrar su medicamento, está vez se encontraba aletargado mirando hacia la ventana.
—¿Podrías sentarte? —pidió él.
—Debo colocar tus medicamentos en la solución antes.
—Pueden esperar diez minutos —ella tragó saliva, asintió y se sentó en el pequeño sofá que estaba a lado de la cama de Issei—. Sabes… —dijo con lentitud—… tenía una amiga, Asia, se llamaba. Hace dos años le prometí ir al hanami con ella —inspiró profundamente y buscó la mano de Irina, ella inmediatamente tomó la mano del chico y sintió como se aferran a ella con fuerza—, ella era una monja, lamentablemente falleció al tratar de salvar a un niño de ser arrollado —había notado que las manos de Issei estaban cada vez más frías, con mucho cuidado tomó el pulso del chico. Cada vez era más lento, pero había tenido tiempo de leer el documento de voluntad anticipada que había redactado Issei y había dejado muy en claro que no quería que le realizaran maniobras cardiorrespiratorias para tratar de revivirlo en caso de que su corazón o sus pulmones dejarán de funcionar, entonces tomó con más fuerza su mano y le sonrió.
—Esa chica era un ángel —le dijo alentándolo a que continuará.
—Tu también lo eres, cumpliste tu promesa. Es hora. Asia vino por mi.
[Tratamiento: 15 mg de Morfina vía IV en 5 min, a las 18:00 horas]
Exactamente al cumplirse los diez minutos que pidió que esperara, Issei cerró los ojos, sus manos perdieron toda su q fuerza y dio su último aliento. Irina suspiró y apretó la boca evitando soltar un gemido de dolor, espero un par de minutos y después tocó la campañilla con la que los pacientes llamaban al doctor y a las enfermeras, se levantó y limpio la comisura de sus ojos dónde había un par de lagrimitas.
Justo cuando tocaron la puerta ella ya se encontraba bajando la cabecera de la cama. Entraron Vali y la jefa de enfermeras llamada Sona Sitri, ella clavó sus ojos en la enfermera como queriéndola matar. Ella parecía quererse encoger en su lugar sin embargo continuaba haciendo su trabajo.
—Sona por favor ve por lo necesario para preparar al joven Issei, y avisa a sus familiares —la jefa de enfermeras asintió y dio media vuelta—, ah y la señorita Irina se ausentará hasta que el joven Issei sea sepultado. Fue uno de sus últimos deseos —Sona gruñó enfadada, sin embargo fue directo a hacer lo que Vali le pidió.
Durante el tiempo que estudió jamás quiso tener que amortajar a alguien, sin embargo durante alguna de sus estancias en un campo clínico tuvo la desgracia de ver a un paciente caer en paro, y como era la practicante decidieron mandarla a amortajar al paciente, tremendo susto se llevó cuando soltó un quejido y salió corriendo como alma que lleva el diablo.
—No pequeña, es una reacción normal —le calmó una de las enfermeras que estaba allí y se apiadó de ella.
—Nunca me dijeron eso.
—Ese es el problema de que en la escuela, solo practican con maniquíes que nunca se quejan —ella asintió y continuó cubriendo las cavidades del paciente con algodón.
—Antes habías amortajado —le preguntó Vali. Él había decidido quedarse con ella y asistirla.
—Si —dijo entre risas—, creí que se levantaría cuando empezó a soltar quejidos —ambos rieron levemente y terminaron de envolver al chico en la sábana.
—No te separes de él hasta que esté en su casa —posando su mano sobre la de Irina.
—Lo sé Director, él mismo me lo dijo, y lo pidió por escrito —sus ojos se llenaron de lágrimas y Vali le regaló pequeñas caricias de apoyo en sus manos.
Verdad
Una gota cayó sobre la carta que Issei le había dejado y maldijo, viró su mirada al cielo y lo notó tan azul y despejado que dolían los ojos de tan solo verlo, pasó sus manos por sus mejillas y las notó completamente empapadas.
—¿Por qué haces esto?
—Así solía ser, desde que le conocí.
Ella volteó rápidamente. Allí se encontraba su jefe, gruñó enfadada y volteó a mirar la lápida de su paciente, o así quería creerlo aún. No escuchó que Vali se moviera ni un poco así que suspiró.
—¿Qué quieres?
—¿Eso importa?
—Ya sé, ya sé. Los sentimientos que desarrollé por el joven Issei no son buenos, incluso yo lo sé… pero pasé tanto tiempo con él.
—Si, muy poco ético de tu parte, señorita enfermera.
—Presentare mi renuncia mañana por la mañana.
—No lo permitiré.
—Creí que le molestaba mi "acto poco ético".
—Me molestan tus sentimientos hacia Issei.
Ella frunció el seño a la vez que doblaba cuidadosamente la carta y después encaró al médico.
—¿Por qué suena a que va más allá de la ética profesional?
—Porque lo es. Simplemente me hierve la sangre de solo pensar que tus ojos siempre le observaban a él, aunque yo estuviera allí en frente.
—No entiendo.
—Ambos somos lo suficientemente grandes cómo para que andemos con rodeos. Me gustas.
Ella observó anonadada a su jefe. Él solía ser bastante directo y no era muy fan de las bromas o la cotilla.
—¿No dirás nada?
—Estoy atónita —respondió.
—Lo entiendo —dió la media vuelta y comenzó a caminar con lentitud.
"Alguien la ama tanto, no, incluso más que yo, y sé que usted no le es indiferente tampoco, él tiene más tiempo que yo, por favor no se limite, no dude y sobre todo: Viva su vida como si cada día fuera el primero."
Miró a su jefe, su andar tan ligero como siempre, no parecía que estuviera decepcionado o enfadado con un difunto.
—¿Y ya? —gritó hacia donde se había ido. El médico se detuvo y volteó a mirar a Irina.
—Como que "¿Y ya?" —preguntó, dió media vuelta y regresó sobre sus pasos—. ¿A qué te refieres con eso?
—Solo va, se declara, no deja que la chica en turno lo procese un poco y se da media vuelta. Cielos eso explica porque tiene casi treinta años y está soltero —se quitó un zapato y lo lanzó, aunque no recorrió ni la mitad de la distancia que los separaba a ambos.
—Entonces esperas que haga ¿un teatro frente a una lápida?
—No, pero al menos espera a que te dé una respuesta.
—¿Cuál es tu respuesta?
—Quiero que acepte mi renuncia, por favor —respondió bajito y sin despegar la mirada de Vali.
Él no podía hacer otra cosa más que apretar los puños, estuvo a punto de aceptar sin más, pero le intrigaba más la justificación de Irina—. Dame una buena razón y mañana mismo incluso tendrás una carta de recomendación.
—En el contrato que me dió al ingresar al Hospital decía explícitamente que no se aceptan relaciones interpersonales de personal a paciente o entre los mismos compañeros —la ira estuvo a punto de tomar al chico cuando se disponía a responder sin embargo ella se acercó cojeando—. Si decido aceptar sus sentimientos, jefe —remarcó la palabra, tomó su zapato para colocárselo de nuevo y camino de nuevo hasta estar frente a él—, estaría infringiendo mi contrato, ¡y con lo que me costó graduarme como enfermera! Lo siento pero es algo que no puedo arriesgar.
—Llamare a una amiga, quizá te pueda transferir a su hospital.
—Tengo que ver a gente morir, porque creo que no soy muy buena en eso.
—Lo dudo, es todo lo contrario Señorita Irina.
—Genial.
Ambos caminaron a paso lento fuera del cementerio, ella estaba dispuesta a tomar un taxi y él, no era muy bueno relacionándose con las personas en general así que antes de ir a su auto miró por última vez a Irina.
—Oye ¿quieres ir a comer ramen? —soltó rápidamente y tratando de ser lo más casual posible—, digo… eh… yo iba para allá.
—Seria un gusto, Vali.
Se sonrieron entre sí y fueron directo al auto de Vali.
Notas del autor: A pesar de que en la primera parte se le suministra Codeína a Issei, en la segunda, le suministra Morfina, ambos son analgésicos opioides, sin embargo la Morfina tienen efectos más… potentes, lo cual demuestra la decaída del estado de salud de Issei.
¿Como diablos terminó siendo un Vali x Irina si era un Issei x Irina?
Ayer fui por primera vez al hospital en modo de enfermera, la convivencia allí es wow como no lo sé, genial...
Se despide Queso. Paz 🖖
