Supernatural no me pertenece.
No podía dormir y tenía ganas de escribir, así que... Esto.
Irony of love
Los recuerdos empezaron a abrumarte y tú temblabas, conforme te acomodabas en la cama, hundiéndote en tu propia miseria, aferrado a las palabras que lastimaban tus oídos una y otra vez, dichas con una suave, pero amarga voz.
Nuevamente, lo perdonaste. Nada había sucedido. Te mordiste el labio inferior y apartaste la mirada, porque podías ver un asomo de culpa en sus ojos claros, a su vez mezclada con una extraña alegría que te hizo sonreír levemente.
Te estremeciste ante el anhelado contacto de sus dedos contra tu rostro enrojecido, ardiente e hinchado, pero de alguna forma reconfortante; sus cabellos castaños caían desordenadamente poco más abajo de sus orejas, agitándose débilmente por la escasa corriente de aire que se colaba en la habitación, su cálido aliento contra tu cuello, provocándote escalofríos, mientras tus brazos estaban enlazados en torno a su cuello.
Jugaste con sus mechones de pelo y ocultabas tu rostro en su pecho, él sonreía acariciándote la cabeza con cariño, envolviéndote entre sus brazos, proporcionándote una sensación de seguridad, sintiéndote agrabable y extrañamente feliz junto a él, entre sus brazos.
Sentiste algo quebrarse inevitablemente dentro de ti y rompiste en llanto.
Pudiste ver que la preocupación e incomprensión se dibujaron en su rostro rápidamente, sus manos se dirigieron a tus hombros forzándote a mirarlo, apenas podías ver nada debido a las lágrimas.
Te deshiciste bruscamente del abrazo y te apartaste, abrazándote a ti mismo en el borde de la cama, con la sensación de que todo a tu alrededor se desvanecía en cuestión de segundos. Él continúa allí de pie, cerca de ti, sorprendido. Sus ojos claros se clavaban en ti, penetrándote. Él te observaba con los ojos bastante abiertos hasta que por fin parpadeó, enarcando las cejas porque es ahí, en ese momento, que se dio cuenta de cuán frágil eras, a pesar de todo.
Esta vez, su mirada sólo expresaba remordimiento.
Sus labios torpemente se posaron sobre los tuyos, incomodándote. Te lanzó una última mirada, dejando escapar una lágrima antes de desaparecer por la puerta.
Fin.
Si hay algo que odio, es escoger títulos, ugh.
